sábado, diciembre 31, 2005

un año más...

casi estan a punto de sonar las 12 campanadas, esta vez seran gajos de mandarina los que me acompañen y si abre los ojos la sonrisa de un niño que ve un mundo delante de él. Y como otro año más sin querer uno intenta hacer balance de 365 días que han quedado atrás, raudos y veloces se han diluido y ahora parece que aquellas promesas se quedaron vagando en el aire. Ha sido un año fugaz y a la vez con la sensación de que nada ha pasado, que sigo aqui en el mismo punto de hace 2 3 4 quien sabe los años... y volveré a pensar en nuevas ilusiones en abrir nuevas puertas en ir pasando páginas a algunas de ellas.

Para aquellos que han estado ahi, aguantando el tiron apoyandome de una manera o de otra, intentando comprender y entender a este ser tan complejo os lo agradezco y os llevo en mi corazon, a aquellos amigos que se fueron perdiendo en sus trabajos en sus vidas y que son casi ya un recuerdo, os deseo que todo os vaya bonito. y a esas personas que quizas se escondan en el calendario y que aun no conozco espero que nuestro cruce de caminos sea algo mas que solo un cruce sino una compañía en el viaje.


y ahora vamos a dejarnos llevar por la ilusion de lo desconocido por el sueño de algo que esta por venir y llegar, por la esperanza de que los tiempos que llegaran seran mejores que los q se fueron

¡¡¡¡ PROSIT ¡¡¡¡ FELIZ AÑO 2006

miércoles, diciembre 21, 2005

El pez y yo

.... Caía la tarde, como un día mas, como desde hacia ya tanto tiempo que no recordaba cuando empezó todo. Levemente la bruma lo fue invadiendo todo hasta cubrirlo con su manto frío y espeso.
Estaba allí de nuevo, ante aquella ventana. ante aquella mesa, Se me perdía la mirada entre el camino arenoso que llevaba a la playa, ahora desapareciendo lentamente en el atardecer.
Iba ya para años que había dejado el camino, y me había instalado en aquella cabaña, apartándome un poco de todo y de todos, dejando transcurrir el tiempo, a veces sólo miraba la vida a través del cristal, otras corría tras ella jugaba con ella, la vivía.

Giré la cabeza en busca de una cerilla, prendí la vela y puse “mi” música, esta lleno la habitación y volví a mirar por el ventanal, cerré los ojos y me dejé inundar por aquellos acordes.

Una lagrima cayó por mi rostro.
Y el frío de la noche me envolvió.

Amaneció.

El día levantaba, las primeras luces asomaron sorprendiéndote camino a la playa. Como todas las mañanas.
En aquel caminar notabas como se iban desprendiendo partes de ti, de un día para otro. Y a cada parte que perdías, está se rellenaba de tristeza y nostalgia, a veces de rabia.
Hundiste los pies en el agua, y el frío te sacó de tus ensoñaciones, ya la luz cubría todo, el día había despertado completamente.

De pronto a unos metros de mi, un brillo aparecía y desaparecía rítmicamente, aceleré el paso hasta encontrar de donde procedía ese brillo.
Era un pez. Un pez hermoso que se debatía en las olas, cansado, agotado, no podía volver al mar, es más, parecía que no quería volver al mar.
Corrí hasta la cabaña a por una cuba y con sumo cuidado lo tomé y lo lleve al hogar.
Aquel pez parecía perdido, desorientado, pasé aquella noche frente a la cuba, esperando hasta que me dije no puede estar así, no es su lugar. Y empezaste a construir un hermoso acuario, recogiste plantas del mar, recogiste rocas del mar, recogiste arena del mar.

Y allí por un momento creí que el pez sonreía.

Pasaron los días, parecía que a veces los dos jugábamos, unas veces el pez se escondía entre las rocas, otras sentado frente al pez le leía cosas, le contaba cosas, a veces solo pasaban las horas mirándole.

Así transcurría el tiempo, pero veía que aquel pez perdía su brillo, por lo que decidí bajar el acuario a la playa, quizás de esa manera todo volvería ser como los primeros días. Más la segunda vez que bajé con el pez, y dejé el acuario al borde de las olas, este pegó un salto y se sumergió en el mar.

No miró atrás.
No volvió a asomarse.

Sólo vi su aleta perderse en el horizonte.

Sin esperar que eso sucediera.
Sin imaginarlo.

Y así acabó todo, aún hoy bajo al amanecer a ver si un día encuentro aquel brillo plateado a orillas del mar, pero sé en el fondo que allí ese pez es feliz que esta quizás donde siempre quiso estar, aunque una vez salio de su mar para conocer lugares nuevos.

jueves, diciembre 15, 2005

Un cuento...

Hace mucho, mucho tiempo había un poblado, cerca de unas montañas, detrás de estas un mar verde-esmeralda, cuando las olas rompían en las rocas el ruido era estremecedor.
En el poblado los niños crecían oyendo al mago de la tribu decir que tras las montañas había un gran monstruo que cazaba a todos los que habían intentado ver que había tras las montañas.
Muchos habían partido pero nadie había regresado, por lo que la historia del monstruo se hacía mas real.
Un día nació un niño sordo, fue creciendo y aunque le habían contado la misma historia que a los otros, él nunca había podido oír el rugido del monstruo. Cuando tenía 15 años, el chico quiso ver que había tras las montañas, y por mucho que le decían que si salía no volvería, el no sentía miedo.
Así que abandonó el pueblo, cruzó los campos, atravesó las montañas y cuando llegó al final lo que vio fue un gran mar, un gran mar verde-esmeralda, no había ningún monstruo que fuera a devorarle. Y en la playa vio un poblado, y cuando se acercó a el, encontró a toda la gente que había escapado del miedo, de lanzarse a descubrir que había tras la montaña

viernes, diciembre 09, 2005

Un manto

Hay dias, hay temporadas que la tristeza se desliza silenciosamente y como la lluvia lo empapa todo, amarrandose en cada pliegue de la piel, tapándote como una manta, llevándose consigo la sonrisa y las fuerzas, Así sin más, sin saber ni cómo ni por qué, ¿el invierno? ¿la navidad?, tan solo queda cerrar los ojos dormir soñar y esperar que pase. Sentir la soledad, quedarse solo palparla, refugiarse en ella, ¿es tan dificil verlo, comprenderlo?

miércoles, noviembre 30, 2005

La camiseta

Hubo una vez un chico que siempre quería agradar a todo el mundo, hacer feliz a todo el mundo, que se cumpliera de él lo que el resto de la gente esperaba de él. Un día se compró una camiseta y cuando salió a la calle todos le decían lo guapo que estaba con ella, lo bien que le quedaba. El chico estaba encantado, pues nunca antes se habían fijado tanto en él.
Así que decidió no quitarse nunca más la camiseta.
Pero el chico creció y creció y la camiseta le iba apretando cada vez más, ya casi ni se podía mover, no fuera a ser que se rasgara y aún así se creía feliz por que la gente le decía lo hermoso que estaba con su camiseta,
Hasta que un día, tan apretada le estaba la camiseta, que le asfixió.

lunes, noviembre 28, 2005

Un paso adelante, dos atrás

(Basado en una cancion del genial Bruce Springsteen)

Cuando aun no son las 6 en el reloj, te revuelves entre las sábanas, con tu mirada penetrando en la oscuridad y tu alma lejos de alli.

Un paso adelante, dos atrás...

Te levantas haciendo las mismas cosas que ayer, que hace una semana, que hace un mes. El silencio de la casa se te clava en la piel como cuchillas afiladas.

Un paso adelante, dos atrás...

Tomas tu coche y vas a la fabrica. Murmullos, miradas perdidas, el gran horno crepita, ayer fueron siete, quizas hoy te llamen: Hey, mañana ya no vuelvas, puedes recoger tus cosas.

Un paso adelante, dos atrás...

Las 6 de la tarde, un silbato grita en la tarde, pasos cansados, cuerpos deshechos, y vas al bar en busca de consuelo.

Un paso adelante, dos atrás...

Vasos de whisky entre dedos gastados, ilusiones perdidas, sueños ahogados, gente alrededor con la esperanza partida en dos, barra de bar como puerto sin barcos.

Un paso adelante, dos atrás...

Esa noche tomas tu auto, aire en la cara, motor rugiendo, asfalto caliente que devora la noche.

Un paso adelante, dos atrás...

A lo lejos aun puedo oir la explosion rasagando la noche

Un paso adelante, dos atrás...
Un paso adelante, dos atrás...

miércoles, noviembre 23, 2005

Mariposa..

Batió sus alas, “que linda eres, mariposa”, le decían quienes la conocían. Más ella no terminaba de creérselo.
Volaba de aquí para allá, la mayoría de las veces sola, le encantaba ir a lugares desconocidos, o acercarse a la orilla del lago, posarse en una hoja y estar allí
horas y horas mirando las aguas quietas y el azul del cielo.
De vez en cuando ayudaba a las hormigas a llevar los pequeños granos a su hormiguero, o cogía algún palito y ayudaba a reconstruir el nido de sus amigos los pajaritos.
Y ella seguía con sus vuelos, con sus viajes al lago.
“Qué linda eres mariposa”, le decían quienes la conocían, más ella no terminaba de creérselo.
Y se acercó a ver a las hormigas, más estas iba a ver a cantar a la y no la hicieron caso, y se fue a ver a los pajaritos, más estos volaban raudos a ver a la cigara y tampoco la hicieron caso.
Se fue volando hasta donde ella se sentía bien y allí en las aguas del lago se miraba, “no creo que lo haga tan mal, aunque a veces me guste volar a solas y venga aquí a perderme”, pero un sentimiento de tristeza la lleno, y sin quererlo formó una crisálida y se encerró en ella, esperando la llegada de la primavera.

martes, noviembre 22, 2005

Algo falta

Esta mañana al salir de la ducha, me miré en el espejo y busqué y busqué... hasta que me dí cuenta que a Dios se le olvido ponernos algo...

¡¡¡ UN BOTÓN DE RESET !!

lunes, noviembre 21, 2005

Un test q me encanta..

Tomado del blog de bohemia, no pude resistirme...

Si yo fuera una estación del año sería...Primavera entrada a una estación deseada...
Si yo fuera un mes sería… Mayo brisa y calor...
Si yo fuera un día de la semana sería…Viernes...dia donde los sueños quizas se hagan realidad

Si yo fuera un momento del día sería…el regreso a casa como el regreso del soldado al hogar...
Si yo fuera un planeta sería… Pluton, lejano y olvidable...
Si yo fuera un animal sería… Un ave, para volar o un elefante...
Si yo fuera un mueble sería… Un perchero ...
Si yo fuera un líquido sería… Agua...
Si yo fuera un instrumento musical sería…Un piano, tocado con la levedad de novecento...
Si yo fuera un sentimiento sería…Ternura...
Si yo fuera una verdura sería… Una lechuga por como soy a veces...
Si yo fuera un verso sería...cualquier verso capaz de sacar una lagrima...
Si yo fuera una canción sería…aquella q se tararea cuando se es feliz..
Si yo fuera una comida sería… fresas...
Si yo fuera una parte del cuerpo sería…Los ojos, soy un voyeur...
Si yo fuera un olor sería…Olor de hierba después de llover...
Si yo fuera un objeto sería…Un libro...
Si yo fuera una asignatura sería…filosofia...
Si yo fuera un dibujo animado sería…Sebastián el cangrejo de la sirenita
Si yo fuera una figura geométrica sería…una figura con muchos muchos vertices...
Si yo fuera un número sería…El 8 es mi numero favorito...
Si yo fuera una flor sería...Una margarita, si, no, si , no...
Si yo fuera un coche sería…Un pequeño pero con un gran reprise...
Si yo fuera un famoso sería…Alguien con talento...
Si yo fuera un color sería…Verde...
Si yo fuera una ciudad sería…Madrid sin dudar, aunque eche de menos el mar...
Si yo fuera un dolor sería…el dolor de la pérdida...
Si yo fuera un mar sería… El mediterraneo o el caribe transparente y azul-verde esmeralda...
Si yo fuera un idioma sería…Español... sin dudar

Y si prendieran...

- La noche de las pléyades, (noche de lluvia de estrellas), nos reunimos todos en la playa con el mar de fondo, oscuro, lleno. Su breve sonido es lenta llamada que va calando el alma.
Y nos tumbamos en la arena, una, dos, tres.... ¿las has visto? a veces tiendo mi mano por si puedo atrapar alguna... mira aquella, sólo segundos pero el universo entero queda paralizado al paso de las estrellas fugaces.

Y llueve..... llueven a decenas....
Y desaparecen.... desaparecen a decenas.

A mi lado un niño se tumba, con los ojos cerrados, le pregunto: ¿no quieres verlas?, me dice: ni quiero, ni puedo, pero todas esas luces prenden en mi alma, y aunque son breves y fugaces para tus ojos, son huellas en mi alma.

Y al acabar de decirmelo, cerré los ojos, y las luces prendieron en mi alma.

lunes, noviembre 14, 2005

Un cuento...

Basado en un cuento de Papini.


Hubo una vez un hombre que cansado de oir la palabra felicidad se decidió a buscarla. Salió una mañana de su casa y empezó su camino....
Cruzó pueblos.
Cruzó ciudades.
Subió montañas.
Bajó los valles.
Pero no encontró la felicidad.
Navegó por mares.
Atravesó ríos.
Se perdió en grandes lagos.
Pero no encontró la felicidad.
Surcó los aires
Y seguía sin encontrar la felicidad.
Al final en un pueblo lejano, se cruzó con un anciano, cansado, se sentó a su lado y le contó el motivo de su viaje por si había oído donde estaba la felicidad y por que había abandonado su hogar.
El anciano rió y rió....
Te voy a contar una historia, le dijo
- en casa de un hombre, había un hermoso reloj, pero con el paso del tiempo se había estropeado y sus agujas marcaban las 7 en punto. Cuando le preguntaban por que mantenía un reloj estropeado colgado de la pared, él les contestaba : “Es cierto, este reloj parece inservible, allí en la pared estropeado, pero hay dos momentos en el día, cuando todos los relojes de la ciudad dan las 7 de la mañana o de la tarde, el reloj recobra la vida, si lo vierais en ese mismo instante no pensaríais que está estropeado, sino que funciona perfectamente, en armonía con el resto del mundo, y un instante después es el mismo reloj inservible.
Así soy yo, como ese reloj, estancado, quizás inservible con mi vida monótona, pero hay momentos, que siento la conjunción, siento esa armonía, y entonces soy capaz de hacer todo, de crear, de volar, de cantar de soñar, de sentir más cosas que en el resto de todo el tiempo.
La primera vez que me sentí así, intenté atraparlo, como quien intenta atrapar burbujas de espuma, creyendo que podría durar para siempre, pero es como mi amigo el reloj, ese instante pasa y vuelvo a mi vida, con mis historias, mis rutinas... mi vida. Pero sé que la vida es otra cosa, es la suma de aquellos instantes, que aunque fugaces, somos realmente nosotros mismos, un “yo” con el universo, somos esa burbuja de espuma anidando en nosotros.
La felicidad como un tiempo intemporal no existe, sólo esos instantes de plenitud total.”

El hombre le dio las gracias al anciano y regresó a su hogar, la búsqueda había terminado.

Nota:” La vida es breve y única, aunque todos creamos que somos inmortales, es tan breve como la caída de una hoja en el otoño, leve, suave y rápida”

jueves, noviembre 10, 2005

Rayos de luz

Aquel hombre, sin saberlo se había instalado hacía tiempo en una habitación oscura y pequeña, De vez en cuando entraba la luz.
Rayos pequeños.
Líneas que partía en dos aquella oscuridad.

No sabía cuando ni como había sucedido, únicamente amaneció de aquella manera envuelto en esas tinieblas, en esa habitación.
Rayos pequeños.

Y pasaba el tiempo, implacable, mientras él se aclimató a su mundo, la puerta se fue oxidando poco a poco, las quejumbrosas ventanas fueron dándose de si lentamente hasta hacerse casi imposible su apertura.
Y desde allí empezó a ver su vida pasar.
En rayos pequeños.

Algunos días corría las cortinas lo suficiente como para que las imágenes de fuera no le hirieran, no le trajeran aquellos recuerdos que él había arrinconado en un sótano de su corazón.

Se hizo amigo de la noche, del aire que respiraba y de la imagen que veía en aquel gran espejo.
Mientras afuera el tiempo seguía, su vida se deslizaba entre veredas sinuosas aparcadas a lo lejos de la playa, del sol, de la lluvia, de sentirse mojado, de sentirse caliente, de sentir una cama vacía pero a la vez con la esperanza de llenar su hueco, se sentir la tibieza de una piel sobre su piel.
Rayos pequeños de esperanza.

Que raro es el mundo, con sus extrañas reglas, sus compromisos, como si alguien quisiera tener marcada en la hierba con cal el camino a seguir, y ahí amontonándose como una hilera de hormigas desfilando, la gente se arremolina tras esa línea . Izquierda y derecha, derecha e izquierda, Y aquel hombre desde su ventana veía el lento desfile, algunos salían corriendo descalzos y ya no se les volvía a ver, otros volvían al cabo del tiempo a la hilera y otros habitaban en cuartos como el suyo.


Una vez, un corredor que huía de la línea, se dio la vuelta y arrojó una piedra hacia su cuarto,
con tan mala suerte que hizo añicos el cristal, rasgando la espesa cortina.
Y los pequeños rayos se convirtieron en inmensa luz.

El cerró los ojos, vano esfuerzo, aquel aroma a salitre le fue invadiendo poco a poco, tomándole lentamente, embriagándole como a un borracho.

Dicen que el sentido de la vista es el mas fuerte, que equivocados estaban, aquellos aromas le envolvieron abriendo puertas en sus recuerdos por la cuales estos huían fugaces.
Niños saltando en la orilla de aquel mar.
Risas y llantos.
El temblor de aquel primer amor bajo la luz de las estrellas.
El hondo dolor del abandono.
Saetas cruzaban de aquí a allá, de allá a aquí, abriendo huecos, dejando surcos tras de si.

El hombre no pudo resistirlo mas, y se lanzó contra la ventana, arrancó las cortinas, tiro del marco, corrió ventana tras ventana, abriéndolas de par en par, y la luz se adueño de la habitación y el olor perfumó su alma.
tomó aquella piedra verde esmeralda y vio como el lanzador ya en la lejanía parecía sonreírle,
y se perdía y se perdía.

Quizás no fuera del todo una casualidad, quizás aquella piedra iba hacia su ventana, tan solo quizás...

jueves, noviembre 03, 2005

Uno de Noviembre

Por aquellos pequeños altavoces, sonaba una voz rasgada, ahogando el silencio de la solitaria habitación. Sin luces, cerré los ojos, pude sentir mis arrugas surcando mi piel, como caminos en aquellos campos de castilla que tanto dieron por escribir.
Dejo vagar mis pensamientos que se lanzan por la línea no marcada del tiempo, y vuelvo a un hogar ya casi olvidado, a telenovelas en la radio, a series caducas, vienen a mi imágenes borrosas, que lucha por aparecer nítidas. Tengo miedo, dicen que cuando no recuerdas la cara de una persona es que el olvido se la ha llevado consigo, pero aun puedo verlas. Su cabeza nevada como montaña, sus gestos, esa imagen de autoridad que encerraba todo lo contrario, su mirada y su felicidad cuando nos veía a todos juntos. Qué duro fue la vida con él, a veces me gustaría encontrarme con el inventor de todo esto y darme de hostias con él por lo que le hizo, pero dicen que los caminos del Señor son inescrutables, y quizás sea así. Junto a él también esta otra de las personas mas queridas para mi, aunque al final todo fuera mas lejano entre nosotros, le veo sonreír y me llena .

Los ojos se me empañan, oigo en un reloj dando las campanadas que anuncian el ocaso de un día y el comienzo de otro.

Son las doce de la noche y yo abriendo los ojos digo adiós al día de Todos los santos con el olor aún presente de los que un día se fueron.

Os quiero.

jueves, octubre 27, 2005

No pares.

No pares.
Y él seguia deslizando sus dedos sobre el piano mientras ella lo miraba.
No pares, por favor.
La lluvia golpeaba los cristales, y el frío de la noche llamaba a su puerta.
No pares.
Y la música navegaba en el aire.
No pares, por favor.
Acercándose le besaba su cuello, y sus dedos seguían bailando entre las teclas.
No pares, le decía.
Con el miedo de que aquello acabara.
Y dejo de tocar el piano.
Tomándola la beso,y le dijo: “No parare nunca más.”

Octubre ...

Miro el calendario y tras hojear los meses mi mirada se fija en Octubre, y siento una sensación de vació, odio el mes de Octubre, ese mes que es puente entre la luz y la oscuridad los días se acortan, la luz va dejando paso a las sombras y parece que todo empieza a cubrirse para preparase ante la llegada del frío.
No es un mes definible, sientes alegría y tristeza, abandono y fuerzas, atrás queda el verano, ya lejos después de intentar atrapar sus últimos escarceos en Septiembre, a la vista esta el invierno con la mirada puesta en las navidades en intentar tomar fuerzas para empezar unas nuevas metas, unas nuevas ilusiones y mientras estas llegan, tienes delante 31 días de olvidar y prepararte.
Se nota en la calle, en el ambiente, las casas frías, las aceras mojadas y uno se desliza por una suave pendiente, que lejano aquellos días de risas, donde todo parece lejano y uno realmente vive, añorado verano. Ahora amanece aun casi de noche, te envuelves en jerséis y hundes la cabeza hacia el asfalto. Miradas huidizas se refugian de la lluvia y buscan incansables algo de calor, mientras sigues mirando el calendario, como si de aquella manera los días fueran a pasar mas deprisa.
Octubre fiel reflejo del otoño, estación de estaciones donde varas en el anden a la espera de que te recojan para pasar lo mas rápido el invierno y volver a la vida con la soñada primavera.
Ahora, desde el frió de la noche, desde ese olor a aceras húmedas, uno sueña y revive el calor de la arena, la levedad de la ropa en las mujeres, sus picaras cortedades en su forma de vestir incitando a vivir.
Tiempo de recogida de vivir para adentro, de reuniones en casa, de hundirse bajo la manta hasta que allá por Abril volvamos a abrir el balcón de nuestro corazón a los rayos del sol.

lunes, octubre 24, 2005

Permanecia sentado en su porche...

Permanecía sentado en su porche, observaba. La gente cuando pasaba a su lado se le quedaba mirando preguntándose que es lo que estaría alli haciendo todo el día, sentado, impasible, con la mirada perdida en el azul del cielo.
Sólo se levantaba para comer un momento, incluso a veces sacaba la comida y volvía a sentarse, parecía que llevase toda la vida allí, pero no era así.

Hacía unos meses que había llegado al pueblo, demacrado y con aspecto de cansado, como si hubiese recorrido miles de millas hasta encontrar aquel pueblo perdido en un bello paraje.
No dijo nada, apareció sin mas, cruzó el pueblo y se instaló.
A los pocos días, empezó a bajar al pueblo y la incertidumbre que habia causado entre los habitantes fue cambiando en amistad y confianza, a pesar de que mantenia su distancia, ese aspecto extraño y enigmatico le hacia para la gente aún mas atrayente. Y empezaron a correr los rumores, algunos decian que venia mas alla del mar, de tierras lejanas donde habia hechó una gran fortuna y ahora sólo quería disfrutar del dinero conseguido, los mas atrevidos comentaban que había sido soldado y luchado en mil batallas y ahora se habia refugiado en el pueblo esperando algun correo secreto para empezar otra misión. Y por ultimo los viejos del pueblo decían que era una persona que habia llegado alli recorriendo su camino, y ese camino le habia llevado hasta ese lugar sin mas, sin un por que ni un motivo especial.

El era ajeno a todos los cometarios, ni los aprovechaba ni los alimentaba, sólo intentaba seguir tranquilo, seguir su existencia que en esos momentos estaba alli, algo dentro de él le decia que debia estar alli y alli se quedó.
Solia despertarse temprano y tomando unas cuantas hojas de papel se acercaba hasta la playa y alli pasaba gran parte de la mañana escribiendo notas y notas sobre hojas y hojas, no hablaba mucho, a pesar de que de vez en cuando por el camino se le cruzaba alguna persona solo un hola o un como esta, salia de su boca. Y aún así despertaba entre todos un halo de misterio de cariño de comprensión, y fue entrando en sus vidas, y fue parte de sus vidas, de una callada manera como si no existiera, como si siempre hubiera estado alli con ellos.

Los días pasaron, y él seguía con su rutina, por la mañanas se le podía ver escribiendo en la playa y de vez en cuando perdiéndose dentro de el mar, alguna vez habia causado miedo en los niños por que desaparecía en las profundidades y hasta bien entrada la tarde no volvia a salir del mar, nunca dijo nada, nunca nadie preguntó nada, llegaron a acostumbrarse a verle desaparecer entre las olas y con la caida del sol volver a aparecer entre ellas. Y el resto del dia alli sentado en su porche mirando el azul del cielo sin decir nada sin hacer nada solo permanecer, solo estar mirando, menos cuando alguien le llamaba del pueblo y bajaba y compartia con ellos su existencia.
Una noche de verano, cuando el cielo estrellado quema y crepita alla arriba, algo empezó, al principio un ligero brillo, luego un fulgor, después un estallido y por ultimo un impacto.
Reposadamente se levantó y con un paso firme se dirigió al lugar de la caida, nunca se preguntó por que lo hizo o por que ni siquiera sintió miedo, sólo sabia que tenia que ir que tenia que acercarse y ver y tomar y aprender, y fue y vió y tomó, tomó un pequello trozo de estrella que aun brillaba, el resto estaba esparcido por el campo inerte sin vida, sin brillo, pero aquel pequeño trocito brillaba y daba la sensación de que ese brillo era un palpitar y lo llevó a su casa guardado en el bolsillo cerca de su pecho. Y lo sentia y lo vivia.

Dede aquel día ya no estaba en su porche sentado mirando a la nada, bajaba al pueblo y enseñaba su trozo de estrella, quería compartirlo con todo el mundo quería que fuese de todos pero a la vez tenerla el sólo. Y lo llevaba a la playa y se perdía con ella en las profundiades, donde nadie nunca preguntó donde nunca el dijo donde iba....
Y la estrella se fue apagando, y a cada perdida de brillo él perdía una sonrisa, y fue entonces cuando se dio cuenta que aquel pedacito de estrella no pertenecía a nadie, no podía ser de nadie y una noche se alejó de su casa hasta el mismo lugar donde un dia impacto aquella piedra, donde un día la vió, la tomó y aprendió.

Tomó todas sus fuerzas de su interior, dio un paso atrás y lanzó el pedazo de estrella lo más alto que pudo, y este como impulsado por una fuerza interior se fue alejando, alejando hasta hacerse invisible. Y él se quedó mirando, mientras por sus mejillas caian unas lagrimas formadas por recuerdos, llenas de ilusiones, y dio media vuelta para volver a su casa cuando un gran resplandor iluminó la oscuridad de la noche, y él volviéndose vió en el cielo una nueva estrella que brillaba apagando a las otras, palpitaba... y él lo sentía.

Dicen que a la mañana siguiente lo encontraron sentado en su hamaca alli en el porche, muerto, con una sonrisa en su cara y con las ropas empapadas de agua de mar.... mirando al cielo, mirando a las estrellas.

Cuando cogieron sus escritos, solo había una hoja con unas cuantas lineas en las que decia que si algun dia moria queria que lo devolvieran a la mar, de noche con la cara hacia las estrellas, el resto de las infinitas hojas no pidan leerse estaban esritas con agua, con agua salada, con agua de mar.

Y esa noche brillo el cielo mas que nunca, la luna no quiso salir, el mar estaba tranquilo como esperándole.. una vez mas... y la gente nunca supo como llegó al pueblo ni nunca preguntaron donde iba cuando desaparecia en la mar, solo le recordarian como el hombre del mar y de la estrella.


Y cuentan los viejos del lugar que en las noches sin luna, una estrella brilla tanto como si fuera la misma luna y entonces el mar refleja su brillo y desde el horizonte desde las profundidades aparece unos rayitos que danzan con la luz de la estrella sobre las olas hasta el amanecer... y todos en su interior saben que es el baile de aquel hombre y su estrella.

martes, octubre 18, 2005

Los dibus

Uysss... hoy doble ración, este cuento es de hace un tiempo, se lo dediqué a una compañera de trabajo que ilustra como los angeles,(www.eendar.blogspot.com) y como persona es como un angel, y ahora lo comparto con los que me leeis:



Cerró los ojos.
Y su mano tomó el ratón, este se deslizo sobre la alfombrilla de margaritas un trazo allí, una curva aquí.
Al momento los trazos tomaron forma, un degradado, oscurecer aquí, dar brillo en esta esquina...
Después de unas horas en la pantalla aparecían las ideas de ella, miraba a sus ojos y parecían cobrar vida, sus gestos, sus posiciones, pero ella seguía cansada, a veces pensaba que estaba amoldando figuras sustituyendo el barro por curvas berzier, y se dejaba parte de su vida en esos trazos.
Una lágrima cayo sobre el teclado, miró el reloj, las 3.35 de la madrugada, aún quedaban 4 ilustraciones por terminar pero sus manitas no podían más, inclinó la cabeza sobre el teclado y se quedó profundamente dormida.

- Toc, toc. Sonó en la pantalla.
- Oye chico que ella esta dormida vamos levanta.

Y el dibu1 se movió perezosamente.

- Es verdad, mírala ahí quieta, ¿la podremos llamar mamá?
- De alguna forma si, ella nos ha dado vida.

El dibu2 se acercó aún más y más... y ¡¡ zas!! salió de la pantalla.

- Vamos dibu1 ven este mundo es muy diferente al nuestro, aquí los colores parecen más apagados.

El dibu1 saltó tambien.

- Ohh, es cierto mira que color de pared si parece que la vainilla está seca hace dias.
- Pues anda, que el jersey que lleva ese rojo ummm no creo que sea un 100%R 0%G 0%B
- Pobrecilla, está muy cansada.

Y diciendo esto, saltó sobre el teclado con tal fortuna que le dio a la tecla de retroceder página, y en la pantalla apareció otra ilustración.

- Ehh dibu2 mira, si aquí están ellos también, vamos saltar

Y así, una tras otra pantalla, todos los dibus de aquel maravilloso cuento salieron de la pantalla.
Se reunieron alrededor de ella y uno dijo a los otros.

- Si hemos podido salir, quizás ella pueda entrar, que os parece si nos la llevamos.
- Si, si, si.

Gritaron todos.
Y entonces como por arte de magia levantaron los brazos y con un suave cántico, todos aparecieron dentro de la pantalla.

Ella despertó.

- ¿Dónde?... ¿dónde estoy?
- Hola. Dijo el dibu1
- Hola. Repitió el dibu2, y así todos los demás

Ella los miraba con cara de asombro.

- No es posible, debo estar soñando, pero si estos son mis dibujos.
- Claro, que lo somos, pero hoy antes de dormir, una lágrima tuya cayó sobre el teclado y pudimos salir de la pantalla así que decidimos traerte al mundo que tu dibujas para que lo vivieras.
- No es posible, tiene que ser un sueño.
- Dáme la mano, le dijo el dibu marioneta.

Ella sintió una mano pero con un tacto muy diferente parecía de goma espuma.

- Vamos, esta noche podrás ver tu mundo de cerca.

Y la llevaron a través de un mundo de cielos violetas, donde las nubes eran naranjas.

- Ahora iremos al bosque luego podremos bañarnos en el lago, y si quieres iremos a la isla donde hay una casa mágica. Y un poblado de piratas y sirenas.

Y recorrieron aquel bosque de árboles naranjas, y ella se bañó en el lago, un lago de aguas quietas mientras soplaba un viento que sonaba a música. Y lo extraño fue que los dibus la llevaron al fondo del lago y alli ella respiró, por que el mundo de los dibus no es como el mundo real.
Cuando terminaron de bañarse, en el cielo violeta aparecieron dos lunas blancas que cuchicheaban y reian.

- Pero, si están hablando.
- Claro no te acuerdas que así las dibujabas tu, con sus ojitos y sus sonrisas.
- Si, es verdad pero es que aún no me creo lo que estoy viendo.
- Pues todo lo que ves, lo has hecho tu de alguna manera.

Y fueron a la playa donde salieron las sirenas y las tortugas de mar, e hicieron una fogata y allí bailaron hasta que empezó a amanecer.

- Bueno creo que es hora que me vuelva, alli en casa tengo a mis dos gatitos y a un “osito” que me echará de menos si no vuelvo.

Los dibus se quedaron tristes, pero como ya sabian lo que tenian que hacer para poder salir de la pantalla, prometieron volver, y ella les prometió que la próxima vez les daria un paseo por su mundo.

Cerró los ojos y cuando los volvió a abrir miró la pantalla de su ordenador.

- No puede ser, ha debido ser un sueño. Si eso ha sido un sueño.
- Toc, toc
- Toc, toc

Desde la pantalla el dibu1 la saludaba, ella lo miró, el dibu movió su mano y desapareció.
Aún así a ella le parecía un sueño, pero cuando se levantó de su silla cayeron al suelo unas hojas del arbol naranja que habia cogido.

Y desde aquel día, a veces, se queda durmiendo delante de la pantalla a la espera de que los dibus vuelvan.
Y desde aquel día sus dibujos, nos pintan los sueños de colores a aquellos que tenemos la suerte de verlos.

Historia de una sirena

….. en un mar lejano donde el agua rompía contra unos riscos, Vivian allí unas sirenas… había una en especial a la que le encantaba nadar sola perderse por las profundidades y de vez en cuando salir a la superficie cerca de los barcos de pesca, cosa totalmente prohibida, si su padre se enterara e eso seguramente no podría volver a hacerlo, pero ella era feliz así disfrutaba de poder nadar en plena libertad. Un día se acerco mucho a uno de esos barcos y vio un chico joven como ella tirando de unos amarres pudo ver su mirada y cuando por un instante le pareció que el clavaba sus ojos en ella una sacudida recorrió su cuerpo, nunca había sentido algo así, y pos si la veía se zambulló rápidamente en las profundidades.

Estuvo varios días dándole vueltas a lo que había visto y sentido, no podía contárselo a nadie si alguien se enteraba de que había estado tan cerca de los humanos seria la ultima vez que podría hacerlo… pero siguió nadando al lado del barco… Una tarde vio al chico que tomaba una barca de remos y se alejaba el solo del gran barco, le siguió y cuando se quiso dar cuenta había desaparecido, empezó a dar vueltas buscándole pero no le encontraba y entonces cuando emergió de nuevo apareció ante sus ojos, él sorprendido de tal aparición soltó los remos asustado, pero ella le sonrió y él sintió una tranquilidad se sentó al borde de la barca y empezaron a hablar….. ella le contaba cosas de las profundidades como Vivian y él le hablaba de bailes y de viajes.. y así tarde tras tarde se enamoraron…..

Un día, al comienzo del otoño, tras una noche de espantosa tormenta, la sirena se acercó al lugar donde se reunían pero el marinero no apareció y así pasaron varios días, ella seguía yendo todas las tardes y cuando empezaba a anochecer regresaba llorando…..
Y así pasó el tiempo, ya no le divertía salir a nadar ya no le hacia gracia perseguir a los delfines o hacer de rabiar a los caballitos de mar, solo se acercaba a los riscos y cantaba por su amor perdido,.
Un amanecer en el que el mar andaba revuelto vio unas extrañas cosas entre las piedras, cuando se acercó y las cogió pudo ver que eran restos del barco de su amor allí estaban maderas del barco, ropa y algunas cosas mas, entonces recordó la noche de la gran tormenta, el día siguiente había sido el primer día que ya no lo había vuelto a ver… y en su corazón supo que su amor había muerto…
Un honda tristeza le embargo ya no tenia sentido el esperar ya no tenia sentido el mar y las estrellas y nado hacia donde los grandes balleneros buscan sus presas… y cuando estuvo allí se pego a una gran ballena … se oyó un ligero zumbido cruzar el aire y un silbido callado desgarraba la tarde y el arpón se hundió en su pecho y la sirena se dejo ir al fondo del mar al encuentro de su marinero….

Dicen los pescadores que allí en el golfo de Vizcaya cuando las galeras impiden a los barcos salir a pescar, cuando la tarde se torna en oscuridad si fijas la mirada a lo lejos puedes oír los cánticos alegres de una sirena y las olas parecen que brincan felices por que en su interior nadan el alma del marinero y de la sirena…..

lunes, octubre 17, 2005

¿Volar?

Ls trataban como a una loca.
Volar? jajaja mira que ocurrirsele esa idea, eso solo lo hacen los pajaros...
Pero ella seguía en sus trece.
Volar, volar.. volare y dejare este pueblo de incredulos aferrados a sus ideas.
Amaneció.
Sol, y cielo azul.
Un acantilado.
Una figura femenina, en el borde
Unos ojos observandola escondidos.
Y saltó...

Los ojos se abrieron y miraron con incredulidad.
Y ya nunca mas volvió al pueblo
Y aquellos ojos nunca dieron crédito a lo que vieron.

viernes, octubre 14, 2005

Formas de sentir

“Alguien dijo alguna vez, que en el momento en que te para a pensar si quieres a alguien ya has dejado de quererle para siempre”

Y quizás yo me paré demasiadas veces a pensarlo. Ahora que mi vida transcurre como esos trenes destartalado que sólo saben seguir el camino que les indican los rieles, seguros de no descarrilar, pero aterrados con la idea de que esto pudiera ocurrir.
Mientras tanto en los cristales llovía, y como la vida, las gotas rodaban por los cristales ajenas a cualquier hecho que pudiera ocurrir dentro del tren, Así veía yo el lento transcurrir de ese tiempo, de esa época de mi vida, con la banda sonora del ajetreo del tren.

Esperando a la próxima estación.

* * * * * * *


Hay momentos en los que uno piensa que la vida debería tener un mando a distancia y poder rebobinar, no para rectificar pero si quizás para vivir de nuevo unos momentos que en su tiempo no fueron paladeados y vividos en todo su apogeo.
Me refiero, y hablo en mi caso, de tiempos en los que no supe sacar provecho a lo que la vida en esos momentos de dulce generosidad reofreció. Un trabajo con gente maravillosa con la cual me fundí pero ya demasiado tarde, y sobre todo echo de menos los tiempos de vivir en plenitud a mi peque. Ahora que la vida galopa sin freno y se acumulan semanas y meses, le veo como crece con la sensación de pérdida que lleva consigo, cada dia cada momento que no estoy con él es ya algo irrecuperable, y me reflejo en sus gafas queriendo atraparle a él y a mi.. y cuando pasa y se va, el desgarro es mayor cada vez como la soledad que provoca su ausencia, solo recompensada por sus besos y su sonrisa.

martes, octubre 11, 2005

Después de recorrer.... Final

- A veces, no podeis comprender que desde arriba todo cambia de vista, os empeñais en ver las cosas en el mismo nivel, y chocais una y otra vez con vuestra propia tozudez, sin embargo cuando uno deja que todo fluya, que los pensamientos se eleven como tu y yo estamos aquí, se pueden ver que las cosas no tienen tanta importancia. Tu persigues un sueño, una ilusion desde hace años es algo innato en ti, pertenece a tu personalidad, pero a veces te obstinas demasiado en ello, creyendo que es inutil y eso te hace perder fe en tu camino y desfalleces.

Seguias sin creerlo, y sin embargo deseabas de todo corazon que aquello fuera real, que no acabase nunca, que alguien tuviera el suficiente poder como para detener el tiempo y seguir alli hasta la eternidad.
Sabia lo que sentias por dentro ,aquella eterna necesidad de encontrar lo que todos llaman felicidad

- Si, sé lo que estas pensando. Sé casi todo de ti, es algo que podriamos llamar nuestra tarea. Umm, como me llamarias tu, jaja, si, tu guia espiritual. Bueno no sé si soy tu guia o no, pero mi cometido es estar cerca de ti, a veces me comunico contigo, un sueño, un soplido, un pensamiento, e incluso alguna accion que tu crees coincidencia son mis formas de manifestarme, de decirte que aquí estoy para ayudarte. A veces cuando te sientes tan solo y perdido, puedes sentirme, puedes notarme, soy esa luz que puedes ver al final del tunel.

Era increible, te estaba diciendo todo aquello que guardabas en tu interior y eso te hacia sentir bien.

- No tenemos mucho tiempo, sólo podemos estar aquí esta noche, luego todo volvera a ser como siempre, quizas no te acuerdes de mi nunca mas, aunque alguna vez me sientas dentro de ti, pensaras que es otra sensacion mas.

No podias decir nada, intentabas gritarle que no, que nunca podrias olvidar aquella noche, su imagen su calor su ternura, el hacerte sentir tan bien.
Te abrazaste a ella, dejaste que todo te inundara ,que te cubriera toda su luz, y cerraste los ojos.
Cuando los abríste, estabas otra vez sobre el árbol seco, tu primer pensamiento fue que todo habia sido un sueño, un sueño creado en tu mente.

Y te levantaste.
Te dirigiste, de nuevo, al camino.
Y anduviste.
Y caminaste.
Y de pronto, en aquel cruce sentiste que debias girar.
Y giraste.

A la caida de la tarde, llegaste al pueblo, empezaste a cruzarte con su gente, hasta que una chica te paró, te sonrió y te dijo:

- Perdone mi atrevimiento, señor, pero lleva usted un colgante muy hermoso, aquí lo llamamos la lagrima dorada, una leyenda, es raro que un extranjero lo tenga.

Tú no sabias nada de el, y sin embargo cuando lo tomaste en las manos, todo lo viste claro, no habia sido un sueño, habias estado alli, en la cima con ella cuando la abrazaste, ella lloro y su lagrima se convirtió en el colgante que llevas.

Te quedaste, renunciaste a la vida que llevabas y todo se volvió mas sencillo, vivias la vida y disfrutabas de cualquier pequeña cosa, encontrarte una concha en la arena de la playa era para ti un tesoro, hablar con aquella chica un tiempo precioso a retener siempre, y al caer la noche cuando te perdias solo en el bosque, sentias que ella esta alli de alguna extraña manera, sin poder verla, sin poder tenerla, sabias que estaria contigo para siempre.


Y fin.

lunes, octubre 10, 2005

Despues de recorrer un largo camino (1 de 2)

Despues de recorrer un largo camino, te sentaste en el tronco de arbol seco, sudabas, estabas cansado y sentias que las fuerzas te abandonaban a chorros por cada poro de tu piel. Cerraste los ojos. Y de pronto todas las sombras cobraron vida y saltaron encima de ti. Podias oler la mar, sentir la arena aun caliente oir el rumor de los olas y volver a sentirte como un niño, en total libertad cuando aun el candor y la inocencia no dejan pasar el dolor de vivir, podias oir en la lejania aquellas risas .. y todo se fue cubriendo de un velo hasta que ocultó aquellos pensamientos dejando ver un nuevo camino. Lo conocias, era el mismo camino que habias recorrido una y otra vez, y cuando estabas en el , a veces podias pararte a oler la frangancia de las rosas, el canto de los pajaros, el brillo del sol, mas no tenias mucho tiempo y volvias a caminar, seguias con paso firme creyendo que aquel camino te llevaria a algun lugar, quizas a una playa donde podrias descansar hasta el final, mas cuando por fin creias llegar, solo un poco mas te decias, a la vuelta de un recodo, te encontrabas en el mismo punto, en el principio del camino, una y otra vez, una y otra vez.
Cuando pasó las primeras veces, sonreias e incluso te hacias mas fuerte, lo sentias como un reto y volvias a empezar a recorrer de nuevo el camino, mas el paso del tiempo hizo que cada vez que llegabas al punto de inicio estuvieras mas y mas cansado, las fuerzas te fallaban y aquella alegria se perdia en la nostalgia de encontrar, de terminar, de llegar al punto final.

Sentiste dolor, y volviste a abrir los ojos, estabas aun sentado, caia la noche, tu cansancio se hizo notar aun mas, te tumbaste y viste el brillo de la luna, alguna nube intentaba cubrirla pero era tal su luz que estas huian atemorizadas, te dejaste llevar por ese sentimiento y , como a veces ocurria, una sensacion de bienestar te cubrió todo el cuerpo, sentias la belleza de la vida en tu interior, y aun asi ese pequeño punto dentro de ti seguia palpitando, la eterna busqueda ese granito de infelicidad de algo que parece que nunca se va a acabar por mas que lo intentas.

Al ratito, notaste un suave roce en la mejilla, un leve aleteo, pesadamente abriste los ojos, una pequeña luz se movia delante de ti, parpadeaste, estabas aun dormido? Era real?. Cuanto mas te intentabas acercar a la luz, mas se movia esta a tu alrededor.
- Hola, dormilon, perdona pero no pude evitar la curiosidad.
- Ummm, quien eres? Que eres?
- Veo que llevas mucho tiempo perdido en el mundo real, no te lo dice tu corazon?

En tu mente no paraban de cruzar vertiginosos pensamientos, era verdad lo que te estaba pasando?, no podia ser, tu mente te decia que aquello solo era un sueño, que seguias tumbado en el bosque durmiendo y estabas en mitad de un sueño, solo eso, y sin embargo sentias palpitar tu corazon, te llamaba, lo sentias real.
Aquella luz se hizo un fulgor y fue creciendo, cegandote, mas cuando te acostumbraste a ella, pudiste ver algo maravilloso e increible, no podias describirlo con palabras, no era algo comun una imagen una cara eran sensaciones sentimientos que transmitian una intensa felicidad.

- Si, llenate, sientelo, es Vida, a veces se vuelve mas intensa, otras casi desaparece, no la notas pero ahí esta.

No podias creerlo, era aquella sensacion que tenias de vez en cuando, que te atrapaba y te zarandeaba como un muñeco dejandote increiblemente maravillado, algo asi como estar siempre enamorado.

- Esto, vosotros, siempre lo teneis, solo hace falta que lo busqueis en vuestro interior pero os perdeis por el camino intentando hallar otras cosas, y cuando os dais cuenta cada vez es mas dificil encontrarlo. Sin embargo hay personas que siempre lo estan buscando y eso puede ser doloroso pero es imposible pararlo, y sé que a ti te pasa.

Te quedaste sorprendido, realmente sentias sus palabras y estas eran reales, tu vida se habia vuelto una eterna busqueda un dolor interior de soledad y tristeza y sin embargo habia momentos que tapaban toda aquella necesidad de encontrar, incluso las dudas que te asaltaban se disipaban rapidamente.
Ella acerco su mano y tomo la tuya.

- Cierra los ojos te dijo.

Al momento te sentiste flotar y cuando los volviste a abrir estabas en lo mas alto del bosque sobre un risco, desde alli se podia ver todo el paraje, la luna lo iluminaba desde lo alto y se reflejaba como hojitas de plata, sobre el lago.

viernes, octubre 07, 2005

El arcoiris ... Fin

El miro a la persona que le estaba hablando, primero despacio para mas tarde recorrer todo su cuerpo con la mirada, era una chica joven de unos 24 años pelo rojo como el cobre unos hermosos ojos y finos labios, le pareció la mujer mas hermosa que había visto y penso si no estaría muerto en algún paraíso del mas allá.

Ella percibió como le clavaba la mirada y se sonrojo un poco, vamos bebe esto debes empezar a recuperar fuerzas, estas muy débil. El bebió y de nuevo cayo en un profundo sueño.
Cuando volvió a despertarse ella aun estaba allí sentada a su lado.

- Ya sabes lo que has hecho no? Has salvado a toda esta gente, nos has salvado a todos.
El hombre sonrió,- No, no he sido yo solo hacia falta algo de unión y organización, y vosotros mismos os habéis salvado.

La recuperación fue lenta, todo el pueblo le estaba agradecido por lo que le construyeron una casa y le llevaban allí los alimentos que el necesitaba, la chica pasaba gran parte del día acompañándole, y empezaron a dar grandes paseos para que él recuperara las fuerzas en la pierna.
Los paseos al principio eran cortos pero a medida que pasaban los días fueron mas largos, iban al bosque, se acercaban al lago y allí en su pecho empezó a sentir algo nuevo algo que le quemaba que le hacia saltar de alegría en el momento mas inesperado, que por las noches al cerrar los ojos viera todas las imágenes del día que se durmiera con una sonrisa en los labios deseando que llegase un nuevo día para poder verla….

Y un día cuando los primeros calores de la primavera deshelaban las nieves del invierno ya pasado, la chica apareció en su casa al atardecer, se acercó a el y le depositó un beso en los labios, el hombre noto el calor de sus labios en los suyos, era la primera vez que hacia eso y no sabia que camino tomar, ella entreabrió la boca y dejo que su lengua acariciara los labios de el, atrajo sus manos hacia su cuerpo, y el nervioso noto la suavidad de su piel, se dejó besar eran unas sensaciones nuevas y extrañas pero que le colmaban de placer, sus manos empezaron a reconocer a aquel cuerpo que tanto había deseado, la chica lo atrajo aun mas hacia su cuerpo fundiéndose en el , dejo de besarle la boca y empezó a mordisquearle el cuello, esto encandilo a nuestro hombre por el cual fluía un torrente de sensaciones, suavemente desnudó a la chica dejando ante su mirada un esbelto cuerpo dorado por el sol, se entretuvo unos instantes en admirarlo y desnucándose se acercó a el, esta vez fue él quien la beso se pego a su boca como si fuese el ultimo beso mientras sus manos acariciaban su espalda, la chica le abrazo le hizo inclinarse y se tumbaron en el suelo de madera, y allí empezaron a amarse, sus cuerpos desnudos se unieron en el deseo y en el amor, el uno en el otro, a veces detenían su fogosidad y solo se miraban por un instante a los ojos, el se hundía en sus pupilas como si fuese un lago, ella le sonreía, le amaba desde la primera vez que le vio, y volvieron a amarse, suavemente, el le acaricio el pecho, sus manos bajaron hasta el con miedo pero con ternura, la chica dejo escapar un gritito de placer, y el hombre al ver de nuevo sus ojos sintió su pecho explotar de felicidad y unas lagrimas cayeron por sus mejillas….. Asi pasaron la noche amándose como nunca antes alguien había amado a otra persona…..

A la mañana siguiente, el hombre desnudo se levanto, la chica estaba allí a su lado envuelta en un halo de belleza y de ternura., el hombre se inclinó y depositó un dulce beso en sus labios, se dirigió hacia la puerta de la casa y abriéndola dejo sentir el frió de la mañana, el día era gris y una suave lluvia caía, salió hacia el campo y pudo ver un gran arco iris con unos colores tan vivos y brillantes que por un momento cerró los ojos, giró la cabeza pensando en el final del arco iris, en la piedra filosofal, en la alquimia y al ver la puerta de aquella casa, al percibir en su piel el olor aun de la chica, supo que el arco iris estaba allí dentro, que ella era su piedra filosofal, volvió a la casa, cerró la puerta y despertando a la chica la hizo el amor……….

El fin.

miércoles, octubre 05, 2005

El arcoiris Parte 4 de 5

Se despidio de los hombres, las mujeres, niños y ancianos habian pasado todo ese tiempo en el molino por lo que no los habia visto ni habia podido contar alguna historia a los niños… El miedo se adueño de sus entrañas, iba a meterse en la boca del lobo por unos desconocidos como podia ser eso? El, que habia salido a buscar el arco iris, la piedra filosofal lo que le convertiria en rico…. Y alli estaba poniendo su propia vida en peligro….

En las primeras horas de la tarde tropezó con lo que debia ser los guardianes del campamento que se lanzaron hacia él agarrandole y arrastrandole hasta el campamento.

- Idiotas¡- gritó el que debia ser el jefe- cuantas veces os he dicho que nadie debe saber donde estamos- Matadle.

Un momento- gritó el hombre- sé lo que estais planeando y vengo a avisaros.

- De que nos puedes avisar- incauto.
- Lo que tengo que deciros tiene un precio

El precio sera tu vida, si nos mientes moriras si es cierto viviras.

Notó como su corazon galopaba en su pecho, su boca reseca por el miedo casi le impedia hablar.

- Sé que estais planeando volver al pueblo saquearlo de nuevo cogiendo toda la comida almacenada, pero lo que no sabeis es que los aldeanos han aprovechado este tiempo no para terminar la recolecta sino para esconder todo tras las laderas, en un refugio en el bosque.
-
El jefe del grupo gruño de colera - A caballo vamos a quemarlos a todos-
- - Esperad gritó el hombre- Si vais ahora llegareis de noche y entonces no podremos hacer nada. Mejor a primera hora del dia, al amanecer cuando todos esten trasladando las cosas les cogeremos mas desprevenidos.

Al jefe le parecio una buena idea, en su interior temia la oscuridad y no queria luchar de noche.



Aun no habia amanecido cuando los ladrones a caballo partieron hacia la aldea, el hombre estaba atado a una silla y era llevado hasta alli, si algo fallaba lo matarian, él lo sabia pero ya nada podía hacer.

Cuando el sol empezo a aparecer tras las laderas llegaron al pueblo, el pueblo estaba vacio, el jefe se volvió hacia el hombre y le dijo: "Ahora guianos tu, si algo pasa seras el primero en caer"

Cabalgo despacio hacia el camino en forma de cuello de botella, de reojo miraba las cimas de las laderas, no veia nada y eso le gusto habian seguido bien sus consejos, cuando hubo penetrado bastante en el camino expoleo a su caballo, esto cogio desprevenidos a los ladrones lo que le dio el espacio suficiente para librarse de la primera lanza. Los ladrones salieron en su persecucion sin darse cuenta que tras ellos empezaba a cerrarse una empalizada. La segunda lanza le atraveso el hombro, haciendole caer del caballo, pero para los ladrones ya era demasiado tarde, intentaron dar la vuelta pero el otro cierre ya estaba echado empezó una lluvia de piedras y flechas mientras el hombre se arrastraba hacia una gran roca para protegerse. Se empezaron a oir los primeros lamentos y gritos, algunos aullaban de dolor y el sonido de huesos rotos cuando una piedra caia encima de algun ladron indicaba que todo estaba a punto de acabar. No duro mucho la pelea, a los pocos minutos yacian en el suelo todos los ladrones, el jefe tenia la cabeza aplastada por una gran roca y el resto de los ladrones no habian sufrido mejor suerte.

El olor a sangre y el calor hacia insufrible estar alli, el hombre noto un gran dolor en su pierna una roca se la habia partido la perdida de sangre del hombre hizo que cayera desmayado.

Otra vez estaba todo negro, pero una luz suave empezo a filtrarse por sus parpados, entreabrio los ojos, sentia un dolor punzante en la pierna y no podia mover un brazo, cuando abrio completamente los ojos unas pupilas azul-verdosas le sonrieron,
- Has despertado, bien, llevas tres dias con fiebres, creia que te perderiamos.

martes, octubre 04, 2005

El arcoiris Parte 3 de 5

Pasaron dos dias hasta que llego a la siguiente aldea, los caminos habian estado extrañamente vacios y eso que era temporada de recolección y sin embargo no habia encontrado a nadie. La comida se le habia acabado la tarde anterior pero él sabia lo suficiente del bosque y del campo como para poder sobrevivir varios dias.
Al llegar al poblado notó un ambiente extraño, casi no habia gente en las calles y notaba como le miraban detrás de las ventanas. A un campesino que pasó a su lado le preguntó que es lo que ocurria, contestándole que hacia dos dias habian pasado por alli un grupo de ladrones, habian saqueado el pueblo prometiendo volver para llevarse la mitad de lo recolectado, todos estaban muertos de miedo, en el primer ataque habian muerto 3 hombres, heridos 2 y una mujer, gracias a Dios los niños y los ancianos se habian refugiado en un molino oculto en el bosque y no les habia sucedido nada.

Nuestro hombre penso en como era posible que un grupo de ladrones no mas de la docena pudiera tener atemorizado a todo un pueblo, era algo incomprensible alli entre los chicos en edad de pelear y los hombres debian sumar cuarenta o mas… le pregunto de nuevo al aldeano por algun lugar para hablar con el alcalde del pueblo, le indico que todos estaba ahora reunidos en la taberna y hacia alli se dirigió.

Cuando entró pudo oir los gritos histericos de la gente que pedia entregar todo lo recolectado para que asi les perdonasen la vida, algunos asentian esta decision y pocos pedian hacerles frente, pero eran callados a gritos. Nuestro hombre se acercó al que debia ser alcalde, con el bullicio nadie habia reparado en su presencia, subio a una especie de tarima y se presentó.

- Hola, se que no me conocen y que les podre parecer un poco loco pero hay que presentar batalla.
-
Todos enmudecieron quien era ese forastero que sin conocerlos les hablaba de aquella manera, casi llamandoles cobardes.
- Por favor escuchadme, si nos organizamos podemos derrotarlos y vosotros tendreis toda la recoleccion del verano en vuestro poder y vuestras mujeres e hijos podran comer este invierno….
-
Volvieron los gritos, pero incomprensiblemente el alcalde les ordeno callarse,
- Dejadle hablar veamos lo que tiene que decirnos.

- He visto que el pueblo está protegido por unas laderas si logramos conducirles hasta alli donde el camino se estrecha podriamos cerrarles la salida, unos cuantos situados en la cima de las laderas y otros ocultos tras ellas, se tendria que construir unas empalizadas moviles para que cuando entren en ese cuello de botella cerrarles, y una vez alli y desde la cima dejariamos caer piedras flechas todas las armas que podais improvisar incluso zarzas ardiendo….

-
La idea parecio que tenia su sentido por que los gritos empezaron a tornarse en optimismo.

- Y como haremos para llevarles hasta alli?

- Yo ire a donde estan los ladrones dire que pase por el pueblo y que oi que estaban trasladando todo detrás de las laderas, les dire que por esa informacion quiero parte del botin….

- Y como podemos confiar en ti? No te conocemos de nada y si fueras uno de ellos?

- No puedo demostrar nada solo os pido que me mireis que mireis a mis ojos y confieis en mi.

-
No les quedaba otra opción asi que asintieron y el hombre empezó a organizar los grupos de trabajo, pasados dos dias parecia estar todo tan organizado que decidió marchar hacia el campamento de los ladrones.

- Os doy dos dias mas, no puedo retrasar el ataque cuando llegue a su campamento intentare convencerles para que sea pasado mañana al alba asi ellos tendran el sol de cara y les sera mas dificil ver lo que esta pasando.

lunes, octubre 03, 2005

El arcoris (Parte 2 de 5)

- Hombre que tal le va el dia? - le preguntó uno
- Bien, me dirijo a aquellas montañas
- Ummm muy lejos no? Le replico el segundo
- Si pero no tengo prisa se que algun dia llegare
- Y que va hacer alli? Pregunto de nuevo el primero

Dudó si decir la verdad y al final contestó:
- Voy a ver a unos parientes, si quereis podemos tomar un poco de vino.
-
Y se sentaron al borde del camino, estaba abriendo la bolsa cuando sintio un fuerte golpe en la cabeza y todo se tornó oscuro……..

El frio de la noche y una lluvia penetrante le despertó, al principio no sabia donde se encontraba miro a su alrededor pero era tal la oscuridad que no podia distinguir nada, palpo a su alrededor y encontro su bolsa VACIA¡¡¡ le habian robado, él que habia ofrecido lo que tenia y habia sido robado por incauto, se prometio a si mismo no volver a confiar mas en desconocidos.
Le dolia la cabeza, no tenia comida ni dinero, y pensó en regresar a su casa, a la proteccion del hogar donde no recibiria mas daño, pero le vino a la mente las imágenes de los caballeros armados el brillo de las espadas y del valor y pensó, voy a renunciar a la primera de cambio?? Y levantandose cogio dos piedras hizo un fuego y paso alli la noche.

A la mañana siguiente, aun dolorido comenzo a andar de nuevo, debia haber otro pueblo no muy lejos, al caer la tarde llego a una nueva aldea, habia comido unas hierbas durante el camino y se sentia cansado.
A la entrada de la aldea habia algunos habitantes que le miraron extrañados, el noto como le clavaban sus miradas, se sentia extraño y deseaba salir del pueblo lo antes posible pero necesitaba descansar, se acerco a una especie de meson que habia en la plaza principal y hablo con el posadero.

- Buenas tardes. Me dirijo al final de las montañas y anoche fui robado en el camino, si pudiera darme algo de cenar yo podria limpiarle el meson a cambio.
- Al tabernero le parecio buena idea al fin y al cabo el meson era grande y el trabajo que deberia hacer el hombre recompensaba con creces lo que le daria de cenar.

Ya entrada la noche y tras trabajar duro, el tabernero le indico que podria dormir en la cuadra de al lado, no seria como una cama pero la paja podria confortarle del cansancio del dia.
Al entrar en el establo se dirigio al fondo, habia algunos caballos, junto un poco de paja y alfalfa y se compuso una cama como pudo. Al principio no podia dormir y se sento a hablar a los caballos.

- ay amigos he abandonado mi hogar, he dejado mis tierras en busca del arco iris, y aquí me teneis herido, muerto de frio, he hecho bien? Deberia volver y olvidarlo todo?.
-
Los caballos le miraron extrañados de oir una voz humana, pero siguieron impasibles, el hombre se recosto y cerro los ojos, aquella noche tuvo una de sus peores pesadillas, soñaba que llegaba al final del arco iris pero cuanto mas corria hacia a él mas le parecia no llegar y alli donde debia terminar estaban los dos hombres riendose de el…

Sobresaltado se desperto sudoroso e inquieto, le entro miedo y penso en volver a la seguridad de su casa, pero cuando salio del establo y vio la luz del sol todos sus temores se disiparon y se dijo: lo voy a conseguir
Asi que se dirigió a la plaza del pueblo congregó alli a algunas personas y empezo a contar historias de paises lejanos de aventuras y de amores, al finalizar sus cuentos le aplaudieron y le tiraron algunas monedas.

-Puedo seguir mi viaje- pensó.

Compro algo de comida, guardó algunas monedas y siguio rumbo a las montañas, estaba cayendo la tarde cuando de nuevo se asomó el arco iris, como queriendole decir que habia tomado la decision correcta ,una sonrisa se dibujó en su cara y de nuevo empezó a soñar…. Si ya llevo tres dias me queda menos- pensó. Y apretó el paso y fijó su mirada en las montañas…cayó la noche pronto, se empezaba a notar que los dias eran mas cortos y que estaba refrescando, el otoño llamaba a las puertas y se presagiaba cambio de tiempo.

domingo, octubre 02, 2005

El hombre que salió a buscar el arco iris (1 de 5)

La historia del hombre que salio a buscar el arco iris….

Hace tiempo en un remoto lugar, muy lejos de aquí, tan lejos que se tardaban años en llegar a ese lugar, vivia un hombre solo en una gran casa con su propio campo que cultivaba para alimentarse, no se sentia muy solo por que tenia a sus perros a su bosque por el que paseaba y daba de comer a ciervos y pajaritos, y la mayor parte del dia lo pasaba entre cultivando y leyendo. Tenia una gran biblioteca que habia ido adquiriendo poco a poco en un pueblo cercano cuando iba a vender todo lo que habia recolectado.. al atardecer a la luz de las velas leia y leia libro tras libro, desde los viajes de Marco Polo hasta alguno de suspense, pero sus preferidos eran los de aventuras se imaginaba a el recorriendo caminos peligrosos peleandose con bandidos y al final rescatando a la princesa atrapada en el castillo del malvado… Lo que mas le intrigaba era aquello que leia en los libros, la fuerza del amor, el que hubiera gente capaz de dar toda la vida por amor, él nunca habia sentido nada asi, había amado a sus padres pero un amor asi nunca lo habia sentido.

Siguio trabajando su campo, yendo al bosque a ver a sus amigos los pajaros, a hablar con el rio, y con los arboles, le encantaba sentarse alli respirar profundo y sentir su inmensa soledad y alli sentado oyendo el agua correr, le contaba a los peces que salian a por las migas de pan las historias que habia leido, aquella en la que un valiente caballero habia luchado contra un dragon de dos cabezas, que habia resultado mal herido pero habia dado muerte al dragon y asi destruido el hechizo de la malvada bruja y al final habia llegado al castillo y habia encontrado a su amada.
El hombre suspiraba cada vez que imaginaba la escena, luchando por amor , y se imaginaba a el, aunque solo sabia que eran sueños y que nunca los podria realizar por que en realidad los dragones no existen y menos las princesas….

El tiempo paso y llegaron las primeras lluvias que anunciaban el otoño, por las noches las tormentas empezaban a ser mas continuas lo que hacia que el hombre se refugiara en casa antes y siguiera leyendo, habia comprado mas libros y eso le entusiasmaba. Uno era sobre magia, la piedra filosofal y alquimia, decia que al final del arco iris habia un gran tesoro donde se encontraba la piedra filosofal que convertia en oro las piedras y el metal, y nuestro hombre sintio un cosquilleo en su interior ¿y si fuera verdad? Él habia visto el arco iris algunos dias y no parecia que estuviera tan lejos el final del mismo. A la mañana siguiente cuando partio para el campo una suave lluvia caia pero a lo lejos las nubes empezaron a hacer un huequecito y unos rayitos de sol aparecieron.

Y tras ellos empezo a crearse un arco iris, primero vio el amarillo luego el naranja., el azul….. ohhh dios pensó esta apareciendo ante mi y estaba tan cerca…. Soltó la azada volvio a la casa cogio sus cartera la lleno de comida y tomo el dinero que tenia en la alacena guardado y partio hacia el arco iris, sus pasos eran firmes y rapidos, pensaba: al caer la tarde ya habre llegado, apunto en una hoja mas o menos donde terminaba el arco iris, entre dos montañas, y acelero el paso. Cuando cayó la tarde, no habia llegado y empezó a ver que aquello estaba mas lejos de lo que el creia, pero no se entristecio, si no he llegado hoy llegare mañana. Y echo sus bartulos al suelo, montó la tienda, encendio una hoguera y se dispuso a cenar, habia cogido el libro de alquimia y otro de historias y antes de caer dormido leyó un rato.
Despuntaba el alba, cuando se despertó, recogió todo y siguió su camino… el sol calentaba cuando las primeras casas de una aldea aparecieron ante sus ojos, este es un buen lugar para tomar fuerzas y comer-pensó.

Se sentó en la plaza del pueblo y empezo a comer, al momento se acercaron unos niños curiosos por ver al forastero, a él le encantaban los niños, le recordaban a sus pajaros y ciervos, y empezo a contarles alguna de las historias que habia leido, los niños reian con ellas, eran historias de valientes de guerreros que luchaban por liberar a sus pueblos del tirano y los niños se sobresaltaban cuando aparecia el mago y hechizaba a los soldados y aplaudian cuando el caballero hacia huir a los malvados. Cuando acabó la historia oyó el tintineo de unas monedas, sin darse cuenta se habian acercado varias personas mayores que se habian sentado a oirle contar la historia… Ël no rechazó el dinero por que sabia que su camino podria ser largo y a lo mejor necesitaba esa ayuda, recogió las monedas, saludó y retomó su camino…

Empezó a pensar en el tiempo que había perdido el solo en su casa y lo que le habia gustado las risas de los niños y las caritas de asombro y como se asustaban,, en eso iba pensando cuando no se dio cuenta que dos personas le cerraban el camino.

(Publicación diaria de lunes a viernes)

viernes, septiembre 30, 2005

Cuento ... final

Aquel amanecer el día se levanto gris, presagiaba tormenta, y algo en tu pecho te hizo temer lo peor, cuando te acercaste al puerto pudiste ver a la gente arremolinándose en la calle como si te estuvieran esperando. Al estar a la altura de ellos, te rodearon, el silencio pesaba como una losa, nadie te decía nada, solo sus miradas que se clavaban como esquirlas, bajaste la mirada, no te sentías culpable de nada y sin embargo no podías mantenerla ante tanta presión. Al final alguien te gritó:” Sabemos que has estado con ella toda la semana, si al final el informe impide que abran la conservera perderemos mucho dinero, hemos empezado a vender nuestros terrenos y ahora no queremos que tu nos lo estropees.”
Algo se quebró dentro de ti, como un árbol que cae ante el ultimo hachazo del leñador, tus amigos, tus vecinos te habían vuelto la espalda, y aquel sentimiento de soledad y de amargura fue invadientote, hasta atenazarte la garganta, hasta cubrir tus ojos de lagrimas, hasta hacerte correr, y mientras corrías hasta tu barco, podías oir los gritos:”Huye, cobarde, te quedaras aquí solo, al final nada podrá detener la construcción de la conservera, imbecil loco, sigue creyendo en tu mundo de fantasías...”
Y ahora que aun resonaban los gritos, caías en tu sillón de tu camarote, mientras la noche como invitada silenciosa era testigo de tu navegar solitario.
Abriste los ojos y pensaste en ella, te habías ido y no le habías dicho ni siquiera un adiós, ni un beso ni una despedida.
Y volviste a sentir aquella inmensa soledad, ese ansia de ser abrazado como un niño, esa mirada que entraba en ti, esa nostalgia de un beso, del roce de unos labios, de una pasión desenfrenada.
A las tres semanas cuando ya la comida había desaparecido de la alacena, regresaste, enfilaste rumbo al puerto. Lo primero que viste fueron unos camiones y grúas, al final la conservera se estaba construyendo. Atracaste el barco, nadie salió a recibirte, nadie había echado en falta tu ausencia, te resignaste ¿por qué aquella vez iba a ser diferente? Pesadamente descendiste por el camino que llevaba a tu casa con la mirada perdida en la mar, con el corazón perdido en el recuerdo de ella. Los siguientes días los pasaste trasladando las pocas cosas que tenias de tu casa al barco, habían vendido el terreno, allí construirían un parking. Al tercer día de tu vuelta, cuando ya vivías en el barco, fue cuando sonó la campana, fue cuando me volviste a ver, fue cuando te vi llorar por primera vez, y corrí a besarte ante tu sorpresa, y sentí el palpitar de tu corazón en mi pecho.
Desde que te fuiste, había esperado tu regreso, volví a entregar y defender el informe pero la votación en el consistorio fue negativa, se argumentaron los puestos de trabajo y la riqueza que se crearía para la zona.
El resto ya lo sabes, aquella misma noche hicimos el amor y volviste a llorar entre mis brazos. Al amanecer enganchamos tu barco al camión y nos fuimos de allí sin mirar atrás, con toda una vida por delante.
Y ahora te miro, ahí dulcemente dormido mientras escribo, tu historia, mi historia.. te quiero.

jueves, septiembre 29, 2005

Un cuento ... Parte 1

Tenias la cara aplastada contra aquel cristal circular que era la ventana de tu camarote, que era aquel camarote de tu barco, que era tu barco el que era tu mundo.
Todo estaba oscuro, la noche había cubierto, un día mas, como si hubiese vestido de luto la luz del sol, tus ojos intentaban ver mas allá y solo podían percibir el pequeño brillo de las estrellas y el reflejo de la luz del palo mayor sobre las aguas. Estabas solo, te sentías solo, pero eso era algo que siempre habías hecho, no recordabas desde cuando, quizás desde siempre. Te hacías echo a la mar solo y volvías a los dos o tres días, unas veces tu rostro reflejaba el llanto de aquellos días, otros solo era el cansancio.
Cuando volvías, atracabas el barco al amanecer, descendías lentamente y te encerrabas en tu casa hasta el atardecer, luego con paso firme te dirigías a la taberna abrigado por una amplia sonrisa y allí volcabas todo tu interior, reías, charlabas... la gente te quería.
Seguías intentando observar algo a través de aquella ventana, podías oír el zumbido del motor rompiendo las olas, mientras te dirigías a ninguna parte, tus ojos buscaban y buscaban, los cerraste lentamente y te dejaste caer en el sillón, por tu mente fugaces imágenes del pasado pasaban. Recordabas aquel día que te levantaste, cerraste la puerta y dejando las llaves a la señora del hostal del pueblo, le diiste: “Cuide mi casa, algún día volveré”. Te alejaste del pueblo, de su mar y te perdiste en el camino hacia la ciudad. Al principio todo te pareció grande y maravilloso, aquellas luces que iluminaban las calles, esos majestuosos edificios de cristal que se alzaban hasta casi rozar las nubes, te embriagaron y como el alcohol te sumieron en un estado de euforia. Pasabas los días recorriendo las calles, observándolo todo y por primera vez sentiste que habías encontrado lo que tu corazón siempre te había estado demandando.
Siguieron los días, los meses y los años, poco a poco aquel sentimiento se fue cubriendo con un velo de nostalgia y de tristeza.
Habías hecho amigos, si, pero te sentías vacío, habías encontrado el amor, si, pero sentías que este moría en cada amanecer de igual manera que tu ser se iba con cada caída de sol. Y tu sonrisa se fue apagando, aunque se disfrazara de día, tu sabías que al caer la noche tu disfraz quedaría colgado en el perchero hasta el día siguiente, que volverías a vestirte con el.
Así hasta que una mañana, sin decir nada volviste a aparecer por el pueblo, recogiste las llaves con un simple “He vuelto” y retomaste tu vida. Nunca fue lo mismo, seguís siendo aquella persona sonriente que irradiaba un halo de enigmático misterio entre feliz y risueño, sin embargo el que se paraba a mirarte al fondo de los ojos podía ver un lago de añoranza quieto y tranquilo.
Volviste a la mar, salías en tu barco por la mañana, temprano saludando a tus compañeros de faena y al caer la tarde volvías cargado con la pesca de la jornada, a veces vendías toda la mercancía y entonces te emborrachabas en la taberna invitando a todo el mundo, cuando el resto de las embarcaciones volvían mas vacías que tu, les decías donde estaban los bancos de peces, otras, repartías tu pesca entre los demás, quedándote solo con lo suficiente para ti. Tú eras así, y a pesar de que mucha gente intentaba hacerte ver que perdías el tiempo actuando de esa manera, que tu barco envejecía como tu sin cuidarte, simplemente te encogías de hombros y reías.
Un atardecer, al amarrar el barco al puerto viste una figura desconocida en el rompeolas, las calles se encontraban vacías y cuando descargaste los cajones en la lonja nadie se acerco a tomarlos y pesarlos. Fuiste al centro de reunión y al llegar pudiste oír gritos, abucheos, protestas y aplausos. Entraste, el ambiente cargado de humo empaño tus ojos. Todos callaron al verte llegar, pausadamente te dirigiste a la tribuna, te sentaste, no dijiste nada, no preguntaste nada, hasta que alguien se levanto y dirigiéndose a ti te dijo: “ Van a construir una fabrica conservera, es el final de nosotros quieren comprar los terrenos, casa por casa” No pestañeaste, no te inmutaste, con tu tranquilidad habitual te levantaste y dijiste “Y que? Si todos permanecemos aquí nada podrán hacer, hemos vivido desde siempre, nuestros abuelos y sus abuelos ya pescaban aquí, si todos somos uno al final tendrán que marcharse”.
La gente asintió, y por fin en el ambiente se dibujo una sonrisa. Fuisteis a la taberna y allí tácitamente todos brindaron contigo jurando resistir hasta el fin. Cuando esa noche volviste a casa rompiste a llorar, sabias que era el principio del fin, y lloraste desconsoladamente como un niño.
A la mañana siguiente un poso de resaca en tus ojos delataba la larga noche que habías sufrido, recordabas los últimos tiempos en la ciudad y parecía que ahora estos volvían a por ti.
Sonó el timbre de la puerta, abriste y apareció ante ti como si de algo mágico se tratase, aquella mirada te desnudo, atravesándote como un cuchillo atraviesa la mantequilla. Se presentó, era del Consejo de Medio Ambiente y estaba allí para elaborar un informe sobre el impacto medio ambiental de la construcción de la conservera. Le habían dicho que tu eras la persona indicada para mostrarle las playas y la mar.
Pasaste una semana junto ella, la ilustrabas sobre las aves que anidaban en los riscos principalmente Albatros y al atardecer salías a la mar. Poco a poco un brillo empezó a reflejase en tus ojos, te estabas enamorando de nuevo y el temor anidó en ti, el temor a verla marchar, y no dijiste nada y no hiciste nada y callaste, solo te limitabas a sumergirte en su mirada, a buscar un roce, el mínimo contacto. Y por las noches cuando yacías en la cama tu mente volaba a sus brazos y te imaginabas entre ellos, como si fueran un puerto que acogiera tu barco, un abrazo que lo cubriera todo, que te inundara de besos y así hasta que los parpados caían por el peso del sueño. .....



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Mañana la 2 y última parte.

miércoles, septiembre 28, 2005

Hoy




Intuyo que habrá mas noches oscuras, negras como el abismo más profundo del océano,
Sé que días de cielo azul, se vuelven grises y lluviosos, caminos que se empinan y se vuelven pedregosos.

A veces me siento como esos viejos boxeadores que han caído a la lona, una , dos tres veces, y ya ninguna fuerza puede lograr que suban de nuevo los guantes, y bajan los brazos, a la espera de la campana.

Y sin embargo, de alguna extraña manera, hay otro asalto, otro ring, otra lona, y te calzas los guantes y vuelves al combate.


Recuerdos de amaneceres, de sábanas calientes, de olor a café recién hecho.

lunes, septiembre 26, 2005

Y alli estaba entre los riscos...

Y alli entre riscos estaba otra vez, otro dia, otra mañana más. Jugueteaba con las rocas iba y venia, las rodeaba y las gotas de mar salado en su romper contra aquellas paredes subian trepaban por mi y volvían a caer en su union con el mar otra vez, una y mil veces más.

Y me cansaba de estar haciendo siempre lo mismo, el sol me calentaba y me hacia ascender y entonces mi predilección era irme a por los albatros y gaviotas, ellos desplegaban sus alas y se dejaban llevar por mi, alli suspendidos en el aire me sentia poderoso, los sostenia los elevaba y luego ellos se dejaban caer en un picado impresionante sobre el mar para atrapar a algun pececillo, pero al cabo de un rato esto tambien me aburria...

Queria algo mas, sabia de mis posibilidades y tenia tanto que dar, tanto que entregar que aquello me parecian banalidades. Cosas de niños....

Me fui hacia Eolo, le pedi algo mas, algo que pudiera satisfacer mis ansias por sentir, por dar, pero me contesto que no estaba en su mano, que las cosas son y a veces vienen y a veces se van.

Y volvi a mis riscos y volvi a mi playa, mas cuando ya caia la tarde vi aparecer un barco con su vela desplegada, rompiendo la mar con el viento a su favor, y quise ser ese viento que llevaba ese barco y no aire entre riscos...

Pero a veces el viento es traicionero, como lo es Eolo, y el barco dio un viraje inesperado, ví como intentaba arriar la vela, pero ya era demasiado tarde, se dirigia a toda velocidad contra los riscos. Salí de mi cobijo y sople y sople intentado alejar aquella frágil barca en manos del gran viento, pero fue imposible y presencie impasible como se fundia contra las rocas como la mar abrazaba cada pedacito de aquella barquita y lo devoraba.

Enfurecido le pregunte a Eolo ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? Pero él solo hizo un gesto como si asi fueran las cosas... y me llené de rabia, y me llené de venganza y de ira, y me fui tornando en viento y me fui tornando en huracán y la rabia contenida y el odio guardado de tanto tiempo se conviertió en una fuerza descomunal y entré en la tierra y arrasé campos y valles, y pasé por montañas y alla por donde iba todos me temian, mas con el paso del tiempo, me dí cuenta de lo inútil de mi acción y todo lo que en mi era furia se convirtió en melancolia y todo lo que en mi era rabia se convirtió en añoranza y me volví tormenta y lloré y mis lagrimas fueron lluvia que regó campos secos campos yermos, e intenté con ello si acaso paliar tanta ira tanta venganza.

Y volvi a mi lugar donde tan protegido me sentia, y Eolo me llamo y me dijo: “Ves? Las cosas son, a veces puedes hacer que cambien, y a veces sólo dejarlas estar” – “Pero yo sé que tengo tanto dentro, tanto que me desborda, que pide salir....” – “Entonces, busca tu camino...”

Y un atardecer cuando revoloteaba con las gaviotas y con los albatros, la vi aparecer en la playa, con la mirada perdida en la mar, con su imagen blanca, con su imagen solitaria . Y deje gaviotas y albatros y me introduje en el mar, y me convertí en brisa llevando conmigo olor a salitre, llevando conmigo mil historias del mar, y me enrede en su pelo y acaricié su rostro y jugué en sus vestidos, y pude ver que esto le gustó, por el brillo de sus ojos por la inmensidad de su sonrisa, y fue feliz y fui feliz, llevando olor a mar, historias de la mar....

Y así de esa manera, cada atardecer vuelo por la playa, llevando conmigo ese olor, esas historias, y revoloteo y me hundo y me precipito y me pierdo y vuelvo y soy, soy lo que siempre quise ser,........ brisa marina.

Miedos II parte

- A envejecer.
- A que se borren mis recuerdos.
- A no decir no.
- A sentirme lejos.
- A que las metas que me puse sólo sean una tela de araña.
- A mi mismo.
- A la soledad.
- A llorar.
- A perder la ilusión.

domingo, septiembre 25, 2005

Domingo tarde



Cae la tarde, las luces se apagan y es otro domingo, ¿por que los domingos por la tarde suelen ser tan lapidarios? es como si de pronto uno se despertase de un corto sueño, y de bruces te diera la realidad en la cara. Y aún así queda una vaga esperanza, las luces caeran de nuevo y el sueño nos envolverá hasta dejarnos dormir, y en ese viaje, quizas encontremos otros mundo.

PD: despertador mañana por favor suena más tarde, déjame en ese sueño, que aún no quiero despertar.

martes, septiembre 20, 2005

Sueños son ... el final.




Para todos aquellos que aún a sabiendas que mañana es el dia del final del cuento, un regalo .... aqui lo teneis quizas no os guste pero......


De pronto, me ví delante de su puerta, llamando, se tomó un tiempo para abrir, y cuando lo hizo, no vi en su mirada ningún reflejo de sorpresa, era como si me estuviera esperando.
- Hola. Me dijo
- Hola. Le conteste.

Vi una sonrisa en sus ojos. Mientras me indicaba que pasase. Recogió mi abrigo y me acomodé en el sofá.

- ¿por qué tengo la sensación de que nunca llegare a sorprenderte?
- Si que lo haces. Pero intento no esperar nada, así cuando las cosas llegan son mas alegres con una capacidad de ilusionarte mayor, no puedes caer en la vana esperanza de esperar por que si no llega puedes desesperarte. No sabría que vendrías, pero te esperaba.

Sus palabras volvían a abrazarme, a acunarme alejándome de todo el mundo exterior, me narcotizaban.

- ¿No vas a preguntarme por que he venido?
- No, no lo haré, tendrás tus razones, para estar aquí e imagino que me las vas a contar, espera y pongo algo de beber, que quieres
- Ponme un güisqui con hielo, por favor.

Sirvió dos copas, puso una suave música de fondo y se acomodó a mi lado, su rodilla rozaba levemente mi brazo, quizás el no lo sintiera, pero a mi me llenaba de calor.

- ¿Cómo haces para que me sea tan fácil abrirme a ti? No me había pasado con nadie.
- Es fácil, más de lo que la gente cree sólo hay que saber escuchar y yo ahora te escucho.
- Voy a dejar a mi marido.

Esta vez pude percibir un rastro de sorpresa en su rostro, esperé que me lo reprochara pero en cambio:

- ¿Estas segura de ello, lo sabe él?

- No, aún no se lo he dicho, temo hacerle daño, pero nuestra vida en común ha tocado a su fin, pienso que es lo mejor para los dos, él se merece ser feliz, recobrar lo que era antes y yo buscar mi lugar.

Tomó mi mano, suavemente, acariciándola.

- ¿ De verdad crees que no hay solución ?
- No, no la hay. Al menos yo ya lo siento así, le quiero por que es el hombre con el que he vivido muchas cosas bellas, pero la ilusión la he perdido, y no creo que ya fuera capaz de recuperarla, es tiempo de pensar en mi, y buscarme.
- Si es así, hazlo, no lo dejes, háblalo, espero que él comprenda lo que sucede entre los dos.

La imagen de mi marido, mirándome sorprendido por mi decisión, me llenó, le vi desangelado y me eché a llorar.
Él me abrazó. Cerré los ojos mientras le sentía pegado a mi, su calor, giré mi cabeza buscando su boca, la encontré cálida y le besé con furia con rabia contenida, mientras él me devolvía el beso.
Mis manos acariciaban su espalda mi pecho notaba la agitación de su respiración, cuando sentí que lentamente se apartaba de mi,
Abrí los ojos y me encontré con los suyos mirándome fijamente, húmedos.

- No puedo, no podemos, en este momento no, sentiría que me estoy aprovechando de tu situación, y no podría perdonarme jamás que llegaras a tener alguna duda de ello.
- Pero....
- Es mejor así, ardo en deseos de hacer el amor contigo, de abrazarte de besarte de sentir tu cuerpo junto al mío, de despertarme y ver que duermes a mi lado, pero eso ahora no puede ser. A veces creo que estoy maldito, hice cosas que nunca pensé que haría, hice daño quizás sin desearlo sin saberlo pero lo hice y ahora de una manera u otra se me niega el enamorarme, el volver a sentir, el disfrutar de un beso de ir de la mano de un abrazo, y esas cosas son pequeños dardos que van rasgándome el alma, lentamente a jirones, y me envuelvo en mis cuentos y mi mundo, intentado resolver todas mis dudas, en busca quizás de lo que nunca encontraré, ... y tú, tú tienes un camino por delante, unos sueños, unas ilusiones, quizás en algún cruce de caminos nos volvamos a encontrar y ese sea nuestro momento. Ahora debes marcharte... por favor.

Le miré, con toda la desolación que veía en él y a la vez con todo el amor que me estaba ofreciendo, le besé suavemente en los labios, cogí mi abrigo, y cuando salía le dije:

- Te buscaré en el café y hablaremos, esto no puede terminar aquí.

Salí al frió de la noche, el viento azotó mi cara, de alguna extraña manera agradecí no haber hecho el amor con él, quizás eso me hubiera impedido mirar a los ojos a mi marido.

....

Fue duro, hablarle a mi marido, para él su mundo se vino abajo, pero terminó comprendiendo que era la única solución , no podía retenerme y no nos merecíamos hacernos daño.

Volví al café a los pocos días, me senté y cuando llegó la hora del cuenta cuentos, apareció otra persona, lo busqué con la mirada y vi al camarero que me hacía una señal, me acerqué a la barra.

- ¿Esta usted esperando al anterior cuenta cuentos verdad?
- Si
- Creo que esto es para usted.

Era una pequeña hoja, doblada y arrugada tan destartalada como lo era él.
La abrí, me senté y leí:

A veces, solo a veces, un simple rayo de sol entre las nubes te ilumina la razón
A veces, solo a veces, la lluvia empapándote, arrastra las penas y se las lleva.
A veces, solo a veces, una sonrisa se dibuja y lo cambia todo
A veces solo a veces, una simple mirada te desnuda y te enamora
A veces y solo a veces, un simple detalle lo es todo

Y ese todo se convierte en rayo de sol
y ese todo se convierte en lluvia
en sonrisa,
en mirada,
y lo es y será y lo que fue volvió y fue todo.

Gracias por darme más de lo que te imaginas, recuerda, quizás un día en un cruce de caminos...

Lloré. Pero lo que él me había entregado no me lo arrebataría nadie.

- Señorita, perdone aquí ha dejado un CD también.

Lo tomé. Lo puse en mi disc-man, eran sus cuentos, narrados por él.



Dos días después, tomaba mi coche, hacia el norte en busca de un pueblo chiquito al lado del mar, me había despedido de mi trabajo, con el dinero que me dieron podría empezar de nuevo, y mientras el aire daba en mi cara podía escucharle:

“Hoy te voy a contar la existencia de una estrella, una estrella donde iremos esta noche, sólo con cerrar los ojos, podrás ver a la Sra. Bacells, al farero, al águila que no esperara para llevarnos a una laguna donde podrás respirar bajo el agua, al puerto de los piratas donde vara su barco rodeado de sirenas, y quizás sólo quizás llegues a conocer a Ribory el gnomo que cuida el corazón de la estrella.....”


y fin.

Sueños son Final

Sólo recordaros a todos los que habéis seguido este relato que mañana, subiré el final.

Gracias a los que me leeis y a los que dejais aquí un poquito de vuestro tiempo poniendo algún comentario. Me anima a seguir.


Besitos y abrazos.

Un paseo desde el metro



Uno de los momentos mas esperados del día es cuando me bajo del metro en la estación de Tribunal, aprovechando los últimos coletazos del verano, es un lujo poder volver a casa andando desde allí.

Sale en mi la faceta mas voyeur, y con mis cascos me sumerjo en un mundo sonoro y visual.
Altos y bajos, guapas y menos guapas, camisetas y camisas, pantalones, faldas, pirsing,ombligos al aire, oscuros, pijos, blancos, negros, mulatos, sonrisas, móviles en la oreja, miradas, sueños e ilusiones, tiendas, discos dvds en el suelo, gentío todo ello en una calle, sólo en una, Fuencarral. Luego como si de un rio se tratase fluyo a la Gran Vía amplias avenidas, donde la riada de gente se diluye aún más, pero no por ello pierde su interés, al final cuando dejo atrás la Plaza mayor y ruedo cuesta abajo por la calle Embajadores, todo se queda en un recuerdo en un leve murmullo, aquí los chinos y sus tiendas abundan, pero ya el paseo se convierte en el deseo de llegar a casa, en el recuerdo de lo visto y sentido en ese trayecto que día a día se convierte en ilusión.

lunes, septiembre 19, 2005

Sueños son ¿final?

Y entonces.....


¿que crees que sucedió?, ¿que pasó cuando se abrió la puertam llegó a entrar, habló con él? ....

Aún no está escrito el final pero quiero saber tu opinión y como te gustaría que fuera este, anímate y escríbemelo.

viernes, septiembre 16, 2005

Sueños son parte 14

- Voy a dejarle.
- ¿de que me estas hablando?
- Voy a dejar a mi marido, mi vida no funciona
- ¿Pero que me estas diciendo, te has vuelto loca? ¿Te engaña?
- No, no es nada de eso, sólo que me he dado cuenta que no me gusta mi vida, siento como me deslizo por una pendiente y creo que es hora de frenar la caída, de levantarme y mirar al frente.
- No digas tonterías, debe ser alguna depresión, ya sabes este tiempo lluvioso nos entristece a todos, ¿algún problema en el trabajo? ¿habéis discutido? Sabes que todo pasa, un mal día lo tiene cualquiera.
- Quisiera que me comprendieras, pero no voy a luchar por ello, he venido a contarte lo que me sucede, puedes entenderlo o no, pero la decisión está tomada, no quiero hacerle daño y sé que más tarde o mas temprano me iría y cuanto mas deje pasar el tiempo peor sería para los dos.
- ¿Cómo se llama él? Por que ahora no me irás a decir que no le dejas por otro.
- Si, es cierto pero no lo dejo por otra persona, simplemente conocí a alguien que me ha abierto los ojos, me ha hecho volver a sentir que la vida no la vive nadie por ti.
- Pero tú estas loca, tirar tus años de matrimonio, por una locura, ¿qué piensas que a veces yo no me siento igual? Pero eso pasa y luego la vida continua, anda déjate de locuras, tómate unas vacaciones con tu marido y verás que todo vuelve a su cauce.

Por un instante odié a mi hermana con toda mi alma, como si ello pudiera borrar toda la sensación de abandono que sentía. La miré y en el fondo me compadecí de ella, ahora veía su vida de otra forma, no iba a juzgarla pero sentí lo lejos que estábamos la una de la otra.


- Déjalo estar así, sólo quería que lo supieras, ahora por favor me gustaría quedarme sola.

Y mi hermana se fue mirándome totalmente sorprendida sin saber que hacer sin saber que decir. Mientras ella desaparecía por el asfalto mojado por la lluvia, descubrí un atisbo de sonrisa en mi cara, empezaba a sentirme más ligera y ese sólo era el primer paso.

Miré a mi alrededor, un hombre leyendo el periódico, dos mujeres charlando, y tres parejas, las observé detenidamente y me hundí en mis hipótesis, me gustaba imaginar la historia de las personas según las veía, una afición que había ejercitado en el metro.
Una de las parejas, se besaban con pasión, denotaban que no llevaban mucho tiempo juntos, las miradas se clavaban el uno en el otro las manos, esa sensación de que no hay nada alrededor de ellos simplemente su mundo. Me hizo recordar, otros tiempos que ahora añoraba. Y sentí la necesidad de volver a verle, de oírle, de sentirle cerca.

De pronto, me ví delante de su puerta, llamando, se tomó un tiempo para abrir, y cuando lo hizo, no vi en su mirada ningún reflejo de sorpresa, era como si me estuviera esperando.

miércoles, septiembre 14, 2005

Sueños Son Parte 13

Lloré por mi, lloré por él, lloré por mi vida.
Y lo hice calladamente, sin que nadie pudiese percatarse de ello, como lloran las personas que se sienten solas, que aún tienen una esperanza.

Mientras seguía hablando, mis ojos se perdieron en él, aquella imagen algo desaliñada, con sus pelos despeinados, con sus gafas caídas, con su voz que dejaba caer las palabras lentamente, aquella imagen que despedía seguridad, a mi me hacía sentir insegura sabiendo que era solo una manera mas de ocultar su interior.

No esperé a que terminara, no me sentía con fuerzas de tenerle a mi lado, salí del café y antes de cruzar la puerta vi su mirada, asentía, no había en ella sorpresa o decepción, sólo conformidad con lo que hacía.

Me alejé paseando, llovía, una fina lluvia mojaba mi cabeza, pero no me importaba, quería sentirla cayendo sobre mi, quiera tener la sensación de volver a ser niña y correr bajo la lluvia saltando en los charcos. Mi paseo me llevó hasta la plaza mayor, la gente corría a los soportales y su imagen me transportó a cualquier plaza mayor de cualquier otra ciudad, cuando uno está viajando, cuando uno observa todos los detalles para impregnarse de ellos, y siente un brazo que te rodea, y sientes una mirada que te dice - ¿Te gusta este lugar?- Y sientes sus labios en los tuyos. Así me sentía yo en esos momentos, mirando la lluvia caer, con el cielo gris sobre mi Madrid, sobre mi corazón.

Dejé pasar dos semanas, el tiempo todo lo cura, me decía a mi misma, y me perdí entre lecturas, en mi trabajo, en reuniones con amigos tan superficiales que terminaba la noche vomitando.

Una noche, en casa, frente al televisor, él me dijo:

- Cariño, te veo distante, lejana desde hace unos días, estas y no estas, no sé que es lo que te ocurre pero me gustaría hablar de ello.

Me cogió de sorpresa, sabía que me había encerrado en mi misma, pero no estaba preparada para afrontar una conversación así, directamente con él.

- Estoy cansada, el trabajo, el otoño, ya sabes como me afecta
la lluvia, me deprime.

El me miró y calló, sabía que no le había dicho la verdad, y eso me hacía sentir mal, pero ¿cómo explicarle que la vida que llevábamos me estaba asfixiando lentamente, que me sentía en una jaula de oro, un pájaro sin alas? Seguramente le dolería, su mundo se vendría abajo, el mío ya lo estaba.
Quizás todo se había mantenido como un castillo de naipes, algo ficticio que yo, ni quería, ni deseaba ver, y ahora un ligero soplo, una brisa había tirado aquella estructura.

¿Qué hacer? ¿Qué camino tomar?

Y recurrí a la solución más fácil, llamé a mi hermana y quedé con ella en un café, no le dije el motivo de nuestra cita, ella tampoco se sorprendió, me sentía algo extraña y esperaba que como hermana mayor fuera corriendo a contarle lo que me sucedía.

Y me senté enfrente de ella, palabras sueltas mil veces dichas corrieron entre las dos, hasta que por fin me decidí.

lunes, septiembre 12, 2005

Sueños son Parte 12

Dejé pasar el fin de semana, bebí más de lo acostumbrado para que mi mente no diera mas vueltas de las necesarias, e intenté dormir el máximo tiempo posible, ¿estaba intentando fugarme de la realidad?, sinceramente, si.
Menos mal que llegó el lunes y me sumergí en el trabajo, la huida fácil, pero aquella noche, en la cama, oyendo como él dormía, pensaba en si ir de nuevo al café, ¿qué historia tendría para contar? ¿intentaría que quedásemos otra vez?. En el fondo, deseaba verle, y escucharle. Y me dormí con mi imagen en la mesa viendo como narraba una de sus historias....

A las siete de aquel martes dejé el trabajo decidida a ir al café, convencida que era dueña de mis actos, y que de igual manera que había decidido ir, podría dejarlo todo en cualquier momento.
Esa tarde el café estaba lleno, no había parado de llover en todo el día y la gente se refugiaba allí. Pensé que quizás aquello fuera una señal, que debería irme sin arriesgarme a jugar un juego del que quizás no era del todo consciente. Pero él me vio y me señaló una mesa reservada. Me senté, pedí mi café, y me dispuse a dejarme ir, a perderme en esa hora que se estaba convirtiendo en mi mundo paralelo.

Le miré a los ojos, me miró. Y su sonrisa sacudió mi corazón. Miré a mi alrededor por si alguien se había percatado de mi rubor y por un momento me sentí como una niña de quince años ante su primer amor.

Y empezó su cuento, y empecé a escucharle.

“...estaba sentado en la playa, era un día como otro cualquiera cuando ya el verano empezaba a acabar. septiembre alzaba sus manos atrapando esos últimos días, y fue entonces cuando le vi. Quizás había estado allí mas días, pero era ahora cuando repare en él, era un chiquillo de unos 5 o 6 añitos, llevaba una caja plateada entre sus manos, daba dos pasos, se detenía, miraba al mar, y se sentaba en la orilla removiendo la arena.
Miré a mi alrededor, parecía que nadie se percataba de su presencia, pero había algo en aquel niño que me atraía, le seguí observando.
Removía la arena como si estuviese buscando alguna cosa, al poco rato abría la caja y depositaba en ella lo que había encontrado. la cerraba, se quedaba mirando pensativo al mar, y se volvía a poner de pie, otros dos pasos y el mismo ritual.

Se me hizo tarde y a pesar de que me intrigaba que era lo que guardaba en su cajita, me marché con la esperanza de volvérmelo a encontrar.
Al día siguiente, nada más llegar a la playa, lo busqué con la mirada pero no estaba, resignado volví a tumbarme para aprovechar los últimos rayos de sol de mis vacaciones.
No tuve noción del tiempo que había pasado pero debía ser tarde, la playa estaba mas desierta que de costumbre, cuando a lo lejos, le vi.
Hacia lo mismo que el día anterior, esta vez me decidí a acercarme, me coloqué detrás de ely asi pude ver como removía la arena y entonces entre sus pequeños dedos apareció una concha tan pequeña que casi no la podía distinguir desde donde estaba, el chiquillo, la lavo quitándole cualquier rastro de arena, abrió su cajita y la guardó. Se quedó mirando el mar unos instantes y volvió a levantarse anduvo dos o tres pasos y se sentó de nuevo, la intriga me pudo y me senté a su lado.

Hola.- le dije.

El contestó a mi saludo, me miró fijamente y sonrió, en sus ojos vi la ternura e inocencia de aquel pequeño, su sonrisa era cálida no había atisbo ninguno de sorpresa o timidez, se diría que me estaba esperando.

Le vi limpiar otra concha y guardarla en la cajita, pero esta solo tenia unas cuantas, cuando si todos los días hacia lo mismo debería estar llena.

- Que haces? - le pregunté
- ¿No lo ve? .- Me dijo.
- Si, ya veo guardas esas conchitas que encuentras en tu caja
- ¿Es eso todo lo que ves?
- ¿Si, hay algo mas?
- Piensa, pero no pienses con tu cerebro piensa desde tu corazón
- No sé que me quieres decir.
- Quizás se te ha olvidado hacerlo, mira, recojo estas conchitas como recuerdo del día que estoy aquí, son el regalo del mar, lo mas hermoso que puedes tener, y eso puede quedarse en el olvido, entonces yo rebusco y rebusco lo que el mar me ofrece y algunos no ven, al limpiarlo de arena quiero reflejar que lo cuido que le presto atención que estoy con la concha y luego lo guardo en el lugar mas preciado para mi, en esta cajita, y allí se que cuando la vuelva abrir estarán. Al final del día devuelvo al mar todas las conchas, en señal de que nada nos pertenece, solo lo tenemos prestado. Y así empiezo el siguiente día hasta que me marche de la playa.
-
Le miré asombrado, y le pregunté:

- ¿Pero si tiras las conchas como te acordaras de ellas?

El me contestó

- ¿Acaso para sentir hay que ver?, ahora tengo que irme, adiós y buena suerte con tu mar.

Desapareció ante mis ojos, no sé por que pero sin quererlo unas lágrimas se deslizaron por mis mejillas, aquel chiquillo había resumido lo que debería ser la vida.

Ahora tumbado en mi cama en el final de mis días, lo recuerdo, recuerdo su mirada, su cálida sonrisa y parece que lo tengo junto a mi, miro en mi mesilla y allí está, me hice mi propia cajita, y al abrirla puedo ver las cosas tan maravillosas y felices que el mar me regaló, nunca me pertenecieron del todo, mas en ella, en esa cajita tienen todas un sitio guardado.

Quizás cuando cierre los ojos, pueda jugar con el niño a coger mas conchas, quizás hasta a chapotear con las olas del mar......”

Yo escuché como iba narrando la historia, y sentía que era él, el niño y el hombre, y dentro de mi, él avanzaba, inexorablemente sin resistencia alguna, como un grito de libertad que surge de las entrañas hasta la garganta.

Y lloré.