jueves, febrero 15, 2007

Plantilla

A veces uno tiene que seguir, no vale pararse, al fin y al cabo la vida continua, nada se para, y mañana amanecerá de nuevo….

Buscando en el google una carta para mis amigos, una plantilla para expresar lo que ahora siento, me encontré con esto y ¡ale! Corta y pega :


Sentía miedo.
Vertigo.
Un paso más y no habría nada bajo mis pies.
Vacío.
Desconocido.

Pero debía seguir avanzando, paso a paso, un camino por recorrer, aún a sabiendas de que atrás dejaba grandes cosas, de igual manera que un globo aerostático tiene que soltar lastre para elevarse y volar, yo iba a dejar parte de mi… y lanzarme.

Me había pasado la mañana llorando, si como una tonta, como un bebé, pero me sentía fragil, la sensación del pajarillo que por primera vez salta del nido extiende las alas y va a volar, pero y ¿ si mis alas no son lo suficientemente fuertes?.

Hacía unos meses había dejado mi casa, independizarme por fin, vivir sola, fue duro, aquellas noches frías despierta oyendo el mínimo ruido, sabiendo que nadia habia en la habitación de al lado. Sensaciones que te muerden el corazón.

Pero tenía que hacerlo, cortar el cordón umbilical, lanzarme y volar, y me costó, pero volé, y la sensación de independencia y libertad me embriagó.

Lo necesitaba.
Como la risa de mi hermana, como el abrazo de mi madre.

Y ahora, un paso más, un vuelo más lejano, un nuevo ciclo, una nueva vida, con mis miedos como equipaje, con los nervios a flor de piel, con el suave empuje de las palabras de apoyo. “Haces bien”,” Es tu futuro, y saldrás adelante” “A por ellos, te lo mereces y es lo que deseabas”…. Sí, así es, pero yo sólo siento ese vacio en el estómago que da vértigo, esa sensación agridulce que me empuja a irme, a aceptar el reto, esa fuerza interior que me dice que soy capaz, que voy a poder con ello, y en esas sensaciones queda el poso amargo de lo que atrás se queda, mi casa, mi primera casa, mis amigos, mis salidas de los jueves, mis lágrimas y mis risas, mis triunfos y mis fracaso… y allá voy yo con ese bagaje que no es poco.

Algo se queda atrás, si, pero no es pasar página, es avanzar, no renuncio a mi pasado, me lo llevo conmigo guardado en mi cajita, mi cajita de los deseos, de mis sueños, donde guardo los abrazos de mi madre y las risas de mi hermana, donde guardo los besos robados, y los dados.

Todo ello viene conmigo, como de igual manera yo volveré a ellos, por que mi vuelo no es un adios, me voy como una vez lo hizo aquel pajarillo al principio del invierno, y cuando el verano despuntaba volvió como un gran pájaro con sus alas desplegadas y fuertes.

Y así volveré yo, porque en el fondo aquí me quedo en vosotros en cada pedacito de todos los que habeis pasado por mi vida…. Gracias. Os quiero.


Bueno ahora sólo me hace falta personalizarla, coger mis direcciones de e-mail y mandarla……

miércoles, febrero 14, 2007

Injusticia


A veces surgen injusticias que te mueven el interior, y creo que esta es una de ellas, desde aquí lucharemos para que se resuelva lo antes posible. Toda unión será válida.

"Este es el Blog de Belen Tellez. Una chica de 21 años que está en la cárcel junto a su compañera Jesica Almada, injustamente, tras ser engañadas por su manager cuando viajaban a España para trabajar como modelos"

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Trenes

Olía a rancio, a humedad, a viejo, a historias ya pasadas, incrustadas en aquella estación, que por mucho que intentaran remodelarla, su alma seguiria tan vieja como mi mirada.

El sonido peculiar de la estación era apagado por el fragor de mis pensamientos, aquella estación era casi mi hogar, llegada de trenes que paran para más tarde irse… unas veces para seguir su viaje otras por que era el destino final.

No habia logrado aprender la capacidad de ver cuanto tiempo estaría el tren en la estación, ni si quieras si partiria, pero si sabia que no hay viaje solo de ida, que todos los viajes son de llegada y de regreso. Ningún tren es para siempre, y aunque me había costado dolor y lágrimas entenderlo, ahora los veía de diferente manera, intentaba disfrutar de su llegada sin pensar en el momento que el revisor lanzaria su frase. “Todos al tren” y lentamente recorreria las vias hasta desaparecer.

Hasta aquel tiempo había visto muchos trenes llegar a aquella estación, rápidos, modernos, antiguos, añejos, pero nunca me hacia a la idea de su partida. Algunos de ellos volverian a parar aquí de nuevo, otros no regresarían jamás.

Y yo allí de nuevo en aquella nuvea/vieja estación, con mis manos en el bolsillo, viendo el último tren.

Vibraba.
Encendía las luces.
Limpio, brillante, con el motor deseando tragarse las vias y recorrer su viaje.

Y yo le miraba.

Las puertas se cierran.
Los párpados caen. Yo también cierro los ojos.

Siento el crepitar del suelo, el acelerar del motor, el brio y la fogosidad de su marcha.

Me giro, meto mis manos en los bolsillo y como un niño pequeño, doy una patada a un billete viejo y arrugado.

Y mientras el tren , lentamente va dejando la estación….