miércoles, febrero 23, 2022

Hoy

Hoy me gustaría llorar hasta llenar la arena de una playa y convertirla en mar.

Hoy me gustaría ver una película de amor de esas que te rompen el corazón y luego te lo pegan con cola

Hoy me gustaría abrazar aquellas sábanas que cobijaron esos cuerpos que ame

Hoy me gustaría acurrucarme en unos brazos como lo hacen los polluelos en su nido

Hoy me gustaría volver a ver tu mirada, esa, que a la vez podía cubrirme como una manta o dejarme totalmente desnudo

Hoy me gustaría volver atrás y cambiar tantas cosas que probablemente no sé por dónde empezaría

Hoy me gusta decir todo aquello que no dije, besar todo lo que no bese y ser valiente donde no lo fui

Hoy me gustaría que no fuera hoy.

martes, febrero 01, 2022

RECUERDOS II (LEED ANTES RECUERDOS)

La miro.
Me mira.

Ha cogido mi mano, y dentro de mi busco cualquier atisbo que pueda decirme... quien es ella... ¿quien ..?

Su mirada es suave, dulce, y su sonrisa... su sonrisa se desliza como lo haría un esquiador en la nieve virgen, zinzageante.

Se acerca a mi, y de repente... de repente su olor rasga una cortina blanca  y se hace la luz, la veo...

Está sentada en un banco de una catedral, su brazo extendido sobre el alargado banco vacío, y yo.. yo y mi cámara, mi cámara y yo, apunto hacia ella, que esboza una sonrisa, es su sonrisa la que suele poner cuando me  a regañar, por que ella me regaña dulcemente, como lo haría una madre a su pequeño cuando hace alguna trastada, por que no le gusta que la fotografíen, porque sabe que me encanta fotografiarla, esa es la labor de un fotógrafo... coleccionar recuerdos.

Y de repente todo se oscurece, con una espesa niebla, desaparece.


Y la miro.
Y me mira.

No se quien es, solo veo su mirada que es suave y dulce, y una sonrisa que se desliza como lo haría un esquiador en la nieve virgen, zizageante.

Recuerdos

 Estoy sentada frente a él.
Le tomo la mano, sigo sintiendo el mismo tacto que hace años, como la primera vez que su mano se posó en la mía, como lo hacen los copos de nieve sobre la hierba.
Ahora está mas huesuda sus pequeños dedos que tantas veces jugaron en mi pelo, son casi dos líneas, finas y rugosas.

Le miro.
Me mira.

Su mirada no era vacía pero no encontré la luz que siempre tuvieron, ahora era como un diminuto brillo, como el de las velas de té que parece que pueden apagarse en cualquier momento.

De mis labios cayeron dos palabras amarradas -"Soy yo"-  le digo, esperando que al oírlas el brillo, ese de las velitas de té, se encienda.
Sin embargo se queda quieto mirándome,  como lo hacen las personas que se te cruzan en la calle, como si no existieras, como si no te vieran.

Recordé aquella tarde, dentro de esa catedral, cuando era la primera vez que te la enseñaba, tu sacaste tu cámara de fotos, tu inseparable cámara de fotos, como una segunda piel, y la recorriste como lo hacen los ojos de los niños a la tarta de cumpleaños.
Estaba en el banco mirándote y te giraste, fruncí el ceño, sabes que no me gusta que me fotografíes pero... también se que nunca me haces caso.

Ese recuerdo... ¿lo tendrás tú? ¿Estará escondido?, oculto en alguna neurona que ahora sucumbe a la oscuridad del olvido, de esta maldita enfermedad.

Los recuerdos se cubren de niebla, y van desapareciendo poco a poco, hasta convertirse en una mancha lechosa, blanca, que algunos llaman olvido.

Tu mano se escapa de la mía, y en un requiebro asciende hasta mi mejilla y la acaricia.

Abres los labios y un "te quiero" revolotea en el aire.

- "Estas aquí ". me dice. "me gusta verte, así inesperadamente, como cuando te esperaba a la salida del metro en la Puerta del Sol, cuando, como siempre, nunca llegabas puntual, como, casi siempre, yo te fruncía el ceño..."

Y entonces todo se apaga, la niebla surge de lo más profundo y la claridad desaparece, y él vuelve a sumergirse en un mundo inalcanzable, en un fundido a negro.

Y le miro.
Y me mira.

Recuerdos.