viernes, agosto 28, 2015

Someday, somewhere

Se sentó sobre la yerba, cerca de lo que simulaba un riachuelo, sobre el flotaba un pato que la miró un instante y como si leyera su pensamiento introdujo la cabeza debajo del agua, no como ella hubiera hecho, el pato simplemente buscaba algo de comer, ella simplemente hubiera querido desaparecer.

Sintió de nuevo que una mano apretaba su corazón hasta casi hacerlo estallar en su pecho.
Miró el último mensaje en su móvil y aunque era el último de él, ya hacia tiempo que lo había recibido.
Pensó en todas aquellas personas que habían pasado por su vida y al final se habían ido, con algunas aún tenia un minimo contacto, y todas ellas tenían un denominador en común, su vida habiía continuado, habían avanzado y en la medida de lo que ella sabía eran felices, y sin embargo su vida habia quedado parada, varada al borde del camino.

El pato miró como de sus ojos caían unas lágrimas que mojaban la yerba, ella lo miró y de su boca se desprendieron unas palabras  "somewhere, someday", el pato la miró de nuevo, ignoró aquellas palabras y siguió su camino, flotando sobre las aguas.

"Si solamente hubiera esperado, si solamente hubiera querido, si solamente hubiera... " se dijo, "mi vida está llena de si solamente"  pensó.

Miró al cielo, una nube juguetona perseguía a un sol de verano, un verano que si nadie se lo hubiera dicho nunca habría pensado que lo estaba viviendo, "en algún lugar hay un mar, en algún lugar hay una playa, en algún lugar hay una sonrisa, en algún lugar hay una mirada, y una caricia y un abrazo y quizás un te quiero...  en algún lugar que nunca es mi lugar"

A pesar de que sabía donde estaba, se sintió más perdida que nunca, todo a su alrededor le pareció extraño, la vida le habia desnudado, primero arrebatándole su amor propio, su autoestima, el día en que con una carta la habían despedido. La vida y ella misma habían despellejado su corazón, como el que pela una naranja y va arrancando la cáscara, dejando al descubierto un corazon recosido demasiadas veces.

Sus ojos volvieron a lanzarse a una piscina llena de lágrimas,  a su alrededor bailaban los fantasmas que siempre la acompañaban, aquellos que alguna vez amó y la amarón, pero que nunca, sin saber porqué, se quedaron.
"Soy yo" - se dijo, y recordó las palabras qee pendían de hilos en su dormitorio, "quieres que te quieran pero solo dejas que te abracen, nunca ves lo que tienes y te quedas en lo que falta", nunca había aprendido de ello por más que lo había intentado.

Intentó borrar aquellos pensamientos, pero sabía que cuando lo hacía lo único que sucedía era que corrían a esconderse, en cualquier rincón perdido de su cabeza, para cuando ella estuviera descuidada volver a asaltarla.

Sonrió cuando pensó en las veces que había podido acariciar las nubes entre sus dedos.
Sin embargo nunca había podido atraparlas.

Miró el riachuelo, ya casi no podia ver al pato, el agua pintaba en verde, solitaria, en silencio.
Se levantó, a pesar de que se hubiera quedado allí toda una vida.

Anduvo hacia el puente de madera y cuando lo alcanzó, se giró, quiso gritar al riachuelo, al pato, al mundo "Someday, somewhere..." pero le dió vergüenza y en vez de ello, sólo susurró:

 "Someday, somewhere, There's a place for us,  a time and a place for us"

A veces

A veces llegas tarde y ya no queda nadie
A veces callas y no dices nada, cuando es el momento de decirlo todo
A veces no ves lo que tienes delante, ni siquiera abriendo los ojos
A veces la verdad es tan obvia que no te das cuenta de ello
A veces el miedo al miedo solo genera más miedo
y vivir con miedo impide vivir

A veces todo se vuelve oscuro, se desnudan los sueños perecen las ilusiones
A veces sólo a veces todo se junta y llega el caos.

Y dejas colgados del techo los besos que a veces no diste
Y cuelgas las palabras que a veces no supiste decir
Y envuelves en lazos todos  "lo siento" que a veces callaste
Y encierras en cajas de cristas todos los recuerdos que a veces, muchas veces, saltan a jugar con tu corazón.

Y a veces sonries, y a veces lloras y a veces maldices, y a veces tienes esperanza
Porque a veces, sólo a veces, recuerdas que hay que seguir viviendo.

miércoles, agosto 19, 2015

Sin latidos

Como de si un uniforme se tratara, me coloco la mochila, el ipod los cascos siempre en aleatorio, y salgo a las calles de Madrid.

Tengo ya elegida una ruta que me lleva hasta el retiro un parque que abre sus fauces a la altura de la casa árabe y me engulle en sus tripas.
Llevo días que lo recorro despacio, sabiendo que quizás sean mis últimos paseos en muchos meses, y como si de un extranjero más se tratase me fijo en cada esquina en cada rincón, descubirendo nuevos lugares.
Y a la par todos son recuerdos, recuerdos de cuando hace ya casi otra vida lo recorría a primeras horas de la mañana para ir a trabajar en un año que fue mágico, e inolvidable, y entonces como si de un resorte se tratase saltan todas las cajas de recuerdos, ¡cuantas veces he recorrido el retiro con personas que algunas siguen en mi vida otras se fueron.. sin más!. sentarse y disfrutar de una charla de una mirada de una compañia, conocer a alguien tomando una cerveza bajo la sombra de sus árboles.

Hoy el retiro me acompaña en un verano cargado de soledad y de nostalgia, de abandono, puede que quizas de esperanza,  y como las hojas caen en otoño y  vuelven por primavera, quizas sea el momento que yo abandone mis paseos , mi parque del retiro las calles de Madrid... buscaré a mi viejito, buscaré una mirada dulce, una mirada que me arropa, y sé que no será fácil, y sé que voy a dejar atrás algo más que la piel y el alma, se queda  una parte de mi, perdida en una cajita de cerillas, perdida en mis fantasmas que se esconden en un armario, dejaré colgadas mis sonrisas, mis lágrimas, mis ilusiones y mis sueños.

No sabes como voy a echarte de menos, ya lo hago, mi cajita de cerillas, mi hogar mi refugio, mi cueva, tu has visto como he crecido, he amado y he fracasado, has visto crecer a un peque que ya no es tan peque , nocheviejas solitarias y noches de velas manteles blancos y .. sueños... sueños que se me deslizaron entre los dedos para estrellarse contra el suelo.

Ahora entiendo un poco más el título de este blog, por que desde que salí de mi caja de cerillas, soy solo un armazon de huesos y articulaciones un ser sinlatidos.

echo de menos bailar como un locoa oscuras en el corazon de esa caja de cerillas, echo de menos cuando abria la puerta y detras había una sonrisa a la espera de ser abrazada, echo de menos subir las escaleras empujando una maleta, echo de menos su pequeña bañera que llenaba algunas veces,  y su cocina aquella que casi no cabian dos personas, pero que me encantaba cocinar para alguien mientras me miraban.

echo de menos a  Nico si es que alguna vez existió.

martes, agosto 18, 2015

Perdi, perdido

Miró al espejo.

- Me perdí.
- ¿Te perdiste?
- Sí
- ¿cuando?
- Cuando la puerta se cerró sin decir adios, me perdí.
   Cuando se cruzaron esas miradas que podían atravesar la piel y alma cargadas de odio, me perdí.
   Cuando todas esas películas recreaban el amor como una historia sin fin, me perdí.
   Cuando tras una enfermedad. murió, en su funeral me perdí
   Tras la sonrisa de una niña pequeña, me perdí.
   Con mis silencios, mis miedos, mi coraza, me perdí.
   Y cuando  me perdí, siempre siempre la perdía
- ¿Y que harás?
- Creo que tengo que perderme para encontrarme.
- Eso es una incongruencia
- He de perderme para encontrar lo que perdí, simplemente a veces cuando te pierdes de ti mismo vuelves a encontrarte, cuando has dejado de ser, y has perdido lo que eras, que mejor que volver a perderse para encontrar lo que quizas una vez uno fue.
- Lo que uno fue se pierde, como cuando pierdes a alguien, ya nada vuelve a ser igual
- Si, creo que llevas razón, nada vuelve a ser igual, pero puede ser diferente.
- Diferente, perderse, encontrarse...
- Me da que es una conversación que ya hemos tenido tu y yo
- Sí, es asi, quizas diferente,  pero en el fondo igual.
- Es por eso que no me he encontrado
- Es por eso que has de perderte
- Quiero perderme para encontrar todo lo que perdí
- Pero puede que haya cosas que ya no encuentres
- Me bastará si al final encuentro un trocito de mi
- ¿Bastará?
- Sí, bastara para empezar de nuevo.
- Te deseo toda la suerte del mundo
- No te me pierdas, te echo de menos
- Siempre estaré aquí, al menos soy tu reflejo
- A veces ni siquiera se si mi reflejo soy yo
- Lo soy, siempre...
- Bien, he de irme, no te me pierdas ¿vale?
- No me perderé, si me prometes que tú tampoco al menos te perderás de mi.
- Prometido.

viernes, agosto 14, 2015

Historias del viejito - Un nuevo sueño

La tarde se habia cubierto de nubes, esas típicas tarde de Agosto, donde el sol despues de estar colgado todo el dia de un cielo azul,  decide vestirse con las nubes, como si  invitara a cubrir toda la boveda de gris, trayendo olor a lluvia y tormenta.

Necesitaba salir, volver a recorrer las calles de Madrid, las mismas que año tras años me han acompañado, recorrer el retiro, perderme entre sus árboles inspirar profundamente la paz que transmiten  y con ello dejar que mi centrifugadora se detenga, pare,  y se desenchufe.

Vuelvo a la Puerta del Sol hoy llena de extranjeros, de Mickey Mouse y superhéroes que reclaman unas monedas por dejarse hacer una foto. Le busco con la mirada, pero no le encuentro. Pienso en sus últimas palabras " siempre que me busques estaré a tu lado, y me doy la vuelta, y le veo, y me sonríe y le sonrío.

- Estas aquí. - le digo.
- Te lo dije, yo no falto a mi palabra, te noto cansado. - me dice mientras me  mira a los ojos.
- Si, no puedo ocultárselo, pero no es un cansancio físico es algo más algo interior que no consigo quitármelo de encima.
- Ese es un pensamiento que acabas de anclar en tu mente, pero si pensarás lo contrario, que puedes y que estás en ello seguro que cuando no te des cuenta ya no lo tendrás.
- Me siento viejo, me siento derrotado como un viejo boxeador que han vuelto a tirar a la lona y ya no le quedan fuerzas para levantarse.
- Seguramente has visto muchos combates de boxeo por que siempre tiendes a comparar la vida con una pelea, la vida si es una pelea pero no tiene que se en un cuadrilatero ni siquiera con guantes, pero ya que te gustan las comparaciones, en el cuadrilatero hay unas cuerdas que lo rodean, y que yo sepa no esta penalizado agarrarse a ellas para volver a ponerse de pie ¿no?
- Si es cierto, pero..,
- Ays tus peros, siempre estas poniendo algún palo a la rueda...
- Ya ... quizás es que en el fonodo soy así... no lo sé,  puede que siempre haya sido así y no lo quiera ver.
- Hay tiempo para cambiar, tiempo para ser otro.
- Tiempo para cambiar... tiempo para empezar de nuevo...
- ¿Lo dices por algo?
- Creo que  debo empezar de cero, que debo crear una nueva historia en mi vida, un nuevo capítulo. o un nuevo libro, nuevos sueños... pero no se si me atrevo.
- ¿ Quieres oir una historia?
- Claro me encantan sus historias.



Nos sentamos,  y empieza a  contarme.

- "Hace mucho, mucho tiempo, cuando yo era un chico que aun no sabia atarse las botas, en el pueblo donde vivía hubo una primavera muy dura de heladas y fuertes lluvias, las cosechas quedaron muertas en la tierra,  fue un duro golpe para todos.
Recuerdo a mi padre venir con las manos agrietadas y ensangrentadas  al intentar  con la azada romper la tierra helada, aunque para aquellos imprevistos en el pueblo siempre habia una reserva, ese año  no llegaba para todos. Muchos tuvieron que partir a la ciudad.
Era un martes cuando madres y padres llevaron a sus hijos mayores a la estación, recuerdo el silencio que hubo al regresar,  nadie queria decir ni una palabra, no es como ahora que viajar es una aventura y que 300 km es aqui al lado, en aquellos tiempo ir a la ciudad era como cruzar el océano, y casi todos los que se fueron no sabían ni leer ni escribir, desde que tenían uso de razón habían ayudado a sus padres en el campo y no habían tenido tiempo para los estudios.
Se fueron todos menos mi hermano mayor, le entró miedo, él no se veía en la ciudad,  nunca había salido del pueblo, y ademas su novia estaba allí, no quería dejar nada de lo conocido por aventurarse en un mundo que él solo veía hostil e inseguro.
Al poco tiempo las familias de los que se habían ido empezaron a recibir un poco de dinero, unos trabajaban como ayudantes de albañil, otros simplemente hacían recados, o remendaban zapatos, de los que se fueron volvieron sólo dos al cabo de tres meses.
Mi padre en ese tiempo nunca le reprochó nada, pero en casa se respiraba un ambiente extraño, al poco tiempo la novia dejó a mi hermano, le llamó cobarde,  su propio hermano se habia ido  y si él no era capaz de ayudar a su familia,  ¿cómo iba a sacar a su futura familia si ella se casaba con él?
Una noche mi padre se fue con él al bar del pueblo,  volvieron muy tarde y borrachos,  mi madre casi los echa de la casa, al dia siguiente cuando hablé con mi hermano y le pregunté que le había dicho padre, sólo recordaba  unas palabras: "nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, una nueva historia o construir un nuevo sueño"

Al dia siguiente nos abandonó,  no sé a quien le dijo que  escribiera una nota, pero por la mañana sobre la mesa de la cocina habia un trozo de papel y sobre el unas letras: "Hay un tiempo para dejar que sucedan las cosas y un tiempo para hacer suceder las cosas".

No supimos de él en meses, yo pillé a mi madre llorando muchas de ellas,  pero se las arreglaba para que padre no la viera.
Un día llego el cartero con un sobre, no habia remite ni  ninguna carta dentro, sólo unos billetes, a partir de ahí cada dos meses llegaba la misma carta unas veces con algo más de dinero.
Pasado casi un año por Navidades, llego un paquete, habia algo de dinero y tambien comida y una botella de sidra. la sorpresa fue  que también había dentro un pequeño sobre.  Lo abrimos, padre se lo dió a madre por que ella sabía leer, la carta decía:
"Soy vuestro hijo,  perdonad el tiempo que os he hecho sufrir, pero me fui avergonzado de mi conducta, avergonzado de ver a padre con las manos cortadas y yo sin el valor de irme para ayudaros, ahora ya puedo escribiros, nunca podré agradecerte padre aquella noche que me llevaste al bar y en vez de regañarme, me trataste coomo un amigo, con todo el cariño del mundo y me ayudaste a tomar una decisión, nunca me obligaste a irme  y eso no lo olvidaré, pero aquellas palabras me hicieron ver que a veces la vida es lanzarse al vacío, que nada ni nadie puede asegurarte que todo vaya a ir bien, pero que uno debe construir sus propios sueños. He tenido suerte, después de varios trabajos, entré como recadero en un bufete de abogados, allí con esfuerzo empecé a aprender a leer y a escribir, y ahora estoy estudiando, ellos me pagan parte de mis estudios dicen que soy muy inteligente para mi edad y que puedo conseguirlo, yo voy paso a paso,  creando mi sueño. Me muero por veros, espero que sea pronto, os quiero."

Ni decir tengo que mi madre tuvo que parar de leer la carta varias veces,  y cuando acabó, mi padre no dijo nada, abrió la puerta de casa y se fue.
A mi no me cabe duda que salió para que no le vieramos llorar, lloró de orgullo por su hijo.
El dío de año nuevo llamaron a la puerta, era mi hermano, en el bufete le dieron unos dias libres para que visitara a la familia, montamos una gran fiesta, y recuerdo aquella navidad como una de las más felices de mi vida. Con el dinero que nos fue mandando, yo pude ir a la escuela... y bueno, parte de mi historia ya la conoces."

- No sé que decirte,  tus historias siempre son tan...
- No tienes nada que decir, sólo déjame decirte algo antes de que me vaya. "Nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, vivir una nueva historia o construir un nuevo sueño" y yo a eso le añado " hazlo pero hazlo desde lo profundo de tu corazón y poniendo toda tu vida en ello, si lo haces así seguro que todo saldrá como deseas"
- Lo haré - le dije,

Y él se levanto, sin decir nada, me abrazó, yo sabía que aquel abrazo no sería el último y que significaba que me deseaba suerte en mi nuevo camino, en mi nueva historia, en mi nuevo sueño.

jueves, agosto 13, 2015

Un viaje

Aquel verano no era ni de lejos lo que él habia supuesto, y mucho menos soñado.
Aquel verano con sus olas de calor se había convertido en un infierno.
Un infierno dificil de olvidar.

Renqueante por una herida en su pie, entró en el café,  con su mirada buscó una mesa libre alejada, como si en el fondo quisera esconderse y pasar desapercibido.
El café un viejo bar remodelado , había conservado ese aire antiguo y añejo de los cafés que se estilaban en los tiempo que las letras eran importantes, ahora los mails, los chats y el whatsapp habían asesinado al bolígrafo y al papel.

Se sentó y pidió un café con hielo, se quitó su mochila, aquella que parecia un anexo a su espalda, recogió los cascos, otro anexo más de su cuerpo del que a duras penas se deshacia cuando salía, porque la música era su eterna acompañante.

Miró a su alrededor, el café estaba casi lleno, el aire acondicionado invitaba a entrar en vez de quedarse en la terraza de verano que aparecia desnuda tras la gran cristalera de la entrada.
Algún lector de periódico apuraba su café, no muy lejos de su mesa se podía ver la luz reflejada de un portátil encendido, una novedad más en aquel café, el wifi gratuito.  Algunas parejas copaban el resto de las mesas, en ellas el fijó su mirada, si alguien le hubiera visto podría haber dicho que era una mirada cargada de añoranza, de nostalgia, incluso en un giro linguistico decorativo podría decirse que su mirada estaba vestida de envidia.

Sacó su cuaderno, un boligrafo cuya capucha aún conservaba las marcas de sus dientes. Esperó a que le trajeran el café, dió las gracias, y antes de ponerse a escribir volvió a mirar a su alrededor.

" Me gustaría escribir una historia de humor, donde no hayan carcajadas pero si una sonrisa que no se despega de los labios,  una historia de esas que no quieres que se acabe que sonries sin saber por que, y que cuando acaba  aún permanece en el aire  esa sensación, la dulce sensación de una sonrisa.
O por el contrario me gustaría escribir una historia de pasión y lujuria, de sexo y desenfreno, donde no hay espacio para pensar solo para sentir, como si se abriera un paréntesis en la vida donde se puede permitir de todo y las fantasias se convierten en realidad... hasta que ese paréntesis se cierra.

Sin embargo cuando inento hacerlo el papel se vuelve negro y el bolígrafo se niega a escribir. Ellos saben que acabo de volver de un viaje,  un viaje que hago de vez en cuando, no muy a menudo, pero que siempre está presente esperándome, no hace falta maletas, no hace falta avión, ni coche, solo basta con hacerse con un poco de valor y emprender el camino. Quizás no todos podamos hacer ese viaje,  no lo sé, pero no lo creo.

El viaje, un viaje a  un edificio pequeño en un rincón de algún lugar que llamamos corazón. Es un rincon pequeño,  con unas pocas, muy pocas habitaciones, pero todas ellas amplias, llenas de luz. Cuando llego las puertas siempre estan cerradas, a veces solo acaricio la madera de esas puertas y siento en mis dedos, en la palma de mi mano, todo el tiempo que pasamos juntos, puedo sentir aún las caricias y rozar las palabras que detrás de esa puerta aún flotan si sabes abrir el arcón donde están guardadas. Por que detras de esas puertas están las personas que una vez habitaron en mi corazón, no son muchas, al reves  alguien podría decir que ¡¡ son tan pocas !! y sin embargo no habria excavadora en el mundo que pudiera derribar este rincón.
A veces no soy capaz de abrir la puerta, por que sé que nunca cierro bien el arcón donde guardo los recuerdos, las letras las voces las caricias las imágenes que con el tiempo se van haciendo cada vez mas borrosas pero  que extrañamente ganan en intensidad al sentirlas.
Cuando, por fin, me atrevo a abrir la puerta, hay una estancia amplia y blanca, de grandes cristaleras que dan a la playa, una playa que está siempre vacía, pero a la que suelo bajar con algunas cajitas de cristal, me gusta hacerlo a la luz de la luna cuando está llena y se refleja en las aguas. pongo las cajitas en línea y voy abriendo una a una, no todas son iguales y en cada habitación son diferentes.
Me gusta abrir las cajitas que me llevan a rincones, a lugares conocidos,  a mis paseos por Madrid  a calles recorridas de la mano, con miradas y sonrisas, a mesas de mármol con un cafe caliente en frias mañanas, a horizontes de edificios que se ven en la lejania cuando aun el sol perezoso lucha por levantarse.
Me gusta las cajitas de las que salta un fantasma que baila delante del espejo de mi cama, que deshace la escarcha del lado de mi cama que permanece siempre vacio, a la espera.
Me encanta cuando el fantasma me sonrie aún y puedo ver sus ojos, y  yo me convierto en otro fantasma que pone manteles blancos y enciende velas, y busca entre sus cd's  a veces a maxwell otras a Teddy Pendergrass otras  a  Bruce Springsteen.
De juegos en un puff de color rojo,
Me gusta cuando de la cajita sale una proyección que se dibuja en la arena y puedo verte durmiendo a mi lado mientras yo despierto te observo.

Y abro otra cajita y salen olores a incienso a tu perfume a ciudades lejanas tan lejanas que me parecen solo un sueño que una vez ¿viví o simplemente soñé?.
Hay cajitas con olor a mar, a paseos por la playa,  a maletas que suben una escalera que lleva a un tiempo que vuela, vuela y ya no regresa.

Pero todo tiene un precio, poder abrir las cajitas tiene su precio, por que para volver a cerrarlas o al menos a dejarlas entre abiertas se necesita dejar un trocito de corazón, se necesita dejar unas lágrimas.

Cuando vuelvo a cerrar la puerta y sigo mi viaje, siempre llego  a dos habitaciones que nunca se terminaron,  que empezaron a construirse  y quedaron inacabadas. Me da miedo entrar en ellas, un miedo que se aferra al cuello que te agarra las entrañas hasta axfisiarte, ese mismo miedo que impidió terminar la habitación, ese que te sella la boca con costuras, y  que te grapa los ojos para que no veas,  el mismo que para regocijarse en tu dolor te  susurra una y otra vez, una y otra vez, " y si... y si  hubieras tenido el valor, y si no te hubieras lanzado... y si...". ese susurro se convierte en eco, un eco que aún cuando termina mi viaje sigue conmigo.

Siempre antes de volver de mi viaje, me siento fuera  a ver ese rincón, y siento como cada espacio me amó, me quiso, unos más otros menos,  y me preguntó si yo supe amarles de la misma manera, si supe devolver aunque fuera en una milesima de parte todo lo que me dieron, y siempre me llega la misma respuesta "no",  no supe amar de la misma manera, no supe darme de la misma manera, no supe deshacerme de esa coraza que es el miedo y que lo unico que ha conseguido es que todo esté ahora en cajitas de cristal, guardado en un rincón de mi corazón, un corazón que ya esta viejo y demasiado roto."

Suelta el bolígrafo, los hielos se han diluido y el café solo es un agua marrón, tras los cristales de las gafas un lago amenza con desbordarse, bajo su pecho aquel rincon le zarandea como si fuera un muñeco de trapo, solo y simplemente un mucho de trapo.

Si pudiera escribir una historia de humor, o simplemente una historia de pasión y lujuria  que haga olvidar todo.

Olvidar todo.

miércoles, agosto 05, 2015

Una historia

Eran amigos.
Eran más que amigos.
Había entre ellos una conexión más allá del sexo, más alla de la amistad, más allá incluso de lo que muchos hubieran llamado pareja.

Pero no eran pareja.
Ni siquiera eran novios.

Cuando ellos buscaban una definición les gustaba llamarse "amigos especiales".
Se habían conocido una tarde, de esas que sabes que no va a pasar nada, y sin embargo  hay algo que sucede y te cambia la vida para siempre.

Ya hacía años  de aquello, y aunque vivían en ciudades separadas estaban mucho más cerca que si hubieran sido vecinos. "Hablaban" todos los dias, horas y horas chateando por el ordenador, pasaron buenos tiempo y celebraron cada logro de cada uno, también hubo momentos tristes, enfermedades, problemas, que compartían  aunque fuera en interminables charlas escritas.

Llegó un momento en que dieron el paso y se conocieron, con todo el miedo del mundo, cara a cara, pese a haberse visto en fotografías y saber cual era la voz  de cada uno, temblando se miraron a los ojos.

Un simple paso que confirmó que la magía virtual que había entre ellos tambien se había trasladado a su piel.
Fue la primera vez de muchas que quedaban, a veces él se desplaza, otras era ella la que iba a verle, y nunca en aquellos breves encuentros hubo tiempo para las dudas, se entregaban a disfrutar de las horas que podían estar juntos, y como dos niños no paraban de jugar, de reir, de sorprenderse que a pesar de las horas y horas que hablaban nunca había silencios incómodos.

Cada vez las despedidas era un poco más tristes, y cada vez el lazo que los unía se hacía más fuerte.

Con el paso de los años,  ella quería algo más, pedía algo más, él retenía sus sentimientos, se había acostumbrado a cerrar su corazón,  y cuando ella le preguntaba él contestaba "estamos muy lejos" "no es posible", incluso postergó sus citas por el miedo a que aquello se le fuera de las manos, a que esa relación especial se perdiera, sin saber que lo que hacía era ir perdiéndola.

Se acostumbraron a despertarse mutuamente, a dormirse con el ultimo brillo de la pantalla, a tenerse hora tras hora, día tras día.

Cuando quedaban, ella siempre preguntaba "como besaras cuando llegue" y él siempre contestaba "ya lo verás".

Y la vida pasaba, como si nada pudiera afectarles, como si aquello fuera a durar toda la vida, aunque en el fondo ellos sabían que no iba a ser así, que llegaría el momento en que habría que cruzar la línea,que habia  que decir "ven", "voy".

Ella quiso y se atrevió, el quisó y no se atrevió, ni siquiera fue capaz de decirle que en el fondo lo deseaba y que estaba dispuesto a trasladarse, no podia dejar que ella dejase su mundo por él, él que tenía miedo a fracasar de nuevo y a arrastrala a ella en su fracaso.

Y sucedió lo que tenía que suceder. En una tarde de las que parece que no va a pasar nada, pero lo que sucede te cambia la vida.

Ella conoció a alguien, y se lo dijo, él leyó sus palabras, y sólo supo decirle, "inténtalo, yo soy algo que está aquí y él es algo que está allí, alguien tangible".

No tardó en arrepentirse de aquello, en el mismo instante que sintió que la estaba perdiendo.
Y no supo que hacer, al principio pensó en desaparecer, pensaba que ella merecía ser felíz  y él no podía ser una sombra, ella le pedía que no lo hiciera, que no soportaria no tenerlo, que el tiempo diría, incluso cuando él le dejó claro que lo mejor era no tener contacto por un tiempo, que ella se decidiera, aparecía la lucecita verde del mensaje "le he dejado, no te vayas, no me merece la pena perderte".

Y él siguió.
Y él intentó que no pasara, le contó lo que sentía, el error que había cometido, lo ciego que había estado..

Fue entonces cuando como si el destino quisiera jugar una  mala pasada escuchó una canción:

Porque no te bese en el alma cuando aun podía
porque no te abrasé la vida cuando la tenía
Y yo que no me daba cuenta cuanto te dolía
y yo que no sabía el daño que me hacia
Como es que nunca me fije que ya no sonreías
y que antes de apagar la luz ya nada me decías
Que aquel amor se te escapo que había llegado el día
que ya no me sentías que ya ni te dolía
Me dedique a perderte y me ausente en momentos
que se han ido para siempre
Me dedique a no verte y me encerré en mi mundo
y no pudiste detenerme
Y me aleje mil veces y cuando regrese
te había perdido para siempre
y quise detenerte
Entonces descubrí
que ya mirabas diferente
me dedique a perderte

Porque no te llene de mí cuando aun había tiempo
porque no pude comprender lo que hasta ahora entiendo
Que fuiste todo para mí y que yo estaba ciego
te deje para luego este maldito tiempo
Me dedique a perderte "


Era tarde, a sus palabras ella sólo contestaba con un "lo siento" " si me lo hubieras dicho antes", y  él " si alguna vez lo dejas, si esa historia tiene final y yo sé que lo tiene, dímelo y veremos donde están nuestros corazones".

Ella le contestaba:
"si volvemos, sera para estar juntos si o si, me dara igual lo que me digas y todos los puntos negativos que le saques", "espero que no sea tarde cuando vuelva a ti, para estar juntos, porque sé que pasará"

Pero ella había tomado ya su decisión.

Él no pudo estar ahí, la tristeza y el dolor por haberla perdido por su propia estupidez pudo más.
Escribió sus últimas palabras "no puedo desearte que seas feliz, quiero ser egoista y pensar que de esa manera quizás haya alguna oportunidad, cuidate mucho te quiero... y si alguna vez... ya sabes.... estaré"

La luz verde del móvil se apagó.
La ventanita del chat se cerró.

Pasó el tiempo, alguna vez él recibia un feliz día junto a un beso, alguna vez él sólo le mandaba un beso.


Y una tarde, 
de las que parece que no va a pasar nada, pero lo que sucede te cambia la vida. la luz verde del móvil se encendió:

- Hola Emoji ¿estas ahí? - escribió ella.
- Emoji - contestó él como solía hacer.
- No, por favor, contéstame, quiero hablar contigo.
- Pero... sabes que...
- Sí lo sé, quedamos en que no hablaríamos más a no ser que... y lo he dejado, no podía olvidarte, quizás en aquellos momentos cuando todos, mis amigos, y tú incluido me dijisteís que lo intentara que fuera feliz... me dolió tanto que fueras tú el que lo dijera... él era un buen tipo, estaba bien con él, me divertía con él, pero él no eras tú, y lo que hacíamos siempre me recordaba a ti, pensaba" y si lo hubiera hecho contigo", pero luego mi cabezoneria me decía que tú me "empujaste a esto" que  nunca te decidiste a luchar a lanzarte a intentarlo, y cuando lo hiciste , yo estaba tan dolida... ahora quizás sea tarde, nos hemos hecho mucho daño los dos, yo sé que lo pasaste mal, muy mal, y que quizás ahora ya ese dolor, haya cicatrizado, puede que no tenga derecho a volver,  ni a escribirte de nuevo que"
espero que no sea tarde cuando vuelva a ti, para estar juntos, porque sé que pasará"..
.- Por favor no te culpes, yo fui el culpable de lo que pasó, yo te perdí...
- Y ahora... entonces...
- Ahora.. es cierto que sufrí, y no puedo decirte que tuvieras tú la culpa, yo me lo busqué,  he ido recuperando los trocitos de mi corazón roto, he ido buscando cómo perdonarme a mi mismo por ser tan ciego por ser tan estúpido y no haber visto lo que tenía delante... ahora... estoy tranquilo, no todo el tiempo, no, porque  guardé lo que sentía por ti junto con los recuerdos y mi culpa en un arcón en el fondo de mi corazón, y aún a veces se abre y sale la nostalgia, porque nunca supe cerrarlo de verdad.
- Lo siento, lo siento tanto, nunca quise, tú lo sabes... pero pasó...
- Yo también lo siento y no sabes cuanto.
- Entonces, es el final...
- Siempre hay un final, pero a veces el final no es un punto y aparte, a veces es sólo un punto y seguido, y esto lo es, si, lo es, es nuestro punto y seguido, no he podido olvidarte, y desde aquel día siempre he esperado este momento, no puedo prometerte que desde ya mismo todo sea como antes, no puedo prometerte que a veces las cosas no sean como eran antes... tan perfectas, pero puedo prometerte que me iré donde tu estes, que volveremos pero esta vez sin luces verdes y chats,  seré tangible y estaré a tu lado, y cuando tu creas, cuando creamos que estamos preparados, te diré "hemos vuelto para estar juntos si o si, me da igual lo que me digas y todos los puntos negativos que le saques,... por que esta vez no voy a dejarte escapar.
-
Tonto... estoy llorando.... te quiero tanto que...
-
Tanto que ni sé.

sábado, agosto 01, 2015

Aprendiendo Por Jorge Luís Borges

este blog son de mis cuentos de mis relatos que con más o menos acierto escribo, pero esta vez me atrevo a compartir un hermoso escrito de Borges, Por que hay momentos que lees esas cosas y te dices  ¡¡¡ PERO QUÉ RAZÓN TIENE Y CÓMO LO HA EXPRESADO!!


Aprendiendo
Por Jorge Luís Borges

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.
Pero desafortunadamente, solo con el tiempo...