lunes, diciembre 19, 2011

Feliz Navidad

Se metió en su cama solo, una noche más dejó el móvil al lado aún a sabiendas que nadie llamaría, intentó alejar los problemas que le agobiaban, trabajo, relaciones, familia, y cuando el agotamiento le abatió, se quedó dormido.

Una luz blanca, inmensa llenaba la habitación cuando abrió los ojos, su móvil no dejaba de zumbar, 4 llamadas perdidas y 8 mensajes, buscó en su interior y encontró una paz como nunca antes había sentido, una gran sonrisa se dibujó en su cara, cuando miró el calendario había una fecha marcada en rojo era el dÍa de NAVIDAD.

feliz navidad y el deseo que el 2012 sea mucho mejor que este maldito año de crisis se va.


viernes, noviembre 18, 2011

Corazón de cristal




Aquella chica era única.
Aunque nadie lo supiera, aunque si la vieras pasar pensases que no tenía nada de especial.
Y sin embargo era única, por que único era su corazón.
Tenía el corazón de cristal.
Cuando sus padres se enteraron de tal suceso, temieron que aquel corazón fuera tan frágil
que se rompiera, y entre comida y comida le daban cristal.
El corazón se fortaleció tanto que ni una punta de diamante sería capaz de arañarlo.
Sólo pequeñas muescas aparecieron en el cuando la vida le golpeó  como sólo la vida sabe hacerlo.

Un día alguien robó aquel corazón, y ella se dejó.
Se dejó cuando noto el calor de sus caricias en el frío cristal, cuando vio el reflejo en el  de su mirada,
cuando sintió por primera vez como aquel corazón se empañaba de felicidad.

Pero no se dio cuenta de que poco a poco fue resbalando, hasta que se deslizó en el vacío y se estrelló contra el.
El corazón se hizo mil añicos.
Y sólo estaba ella para recoger sus pedazos.

Aquel corazón ya no volvió a ser el mismo, ella  lo pegó como pudo, quedaron huecos allí donde no encontró los trozos,
las aristas que antes era suaves ahora cortaban,  y el reflejo se convirtió en  una amalgama de imágenes inconexas.

Escondió su corazón de las miradas ajenas, y se dedicó a ver la vida pasar.

Una tarde mientras tomaba un té, un chico se sentó a su lado, sacó una pequeña agenda un lápiz y se puso a escribir.
Ella lo veía con curiosidad, cuando sus miradas se encontraron sintió que un dedo rozaba el borde de su corazón de cristal
produciendo un música silenciosa. Pensó que era sólo una ilusión, aunque estaba segura que aquella cara la había visto antes.

Días después volvió a encontrárselo en el bar. Él le sonrió cuando ella se sentó a su lado, ella volvió sentir una caricia en el borde 
de su corazón, un roce que producía música.
Así fue como dejó que aquel chico acariciara los bordes de su corazón produciendo una música que nunca antes había escuchado.

Nunca supo que aquel chico era el mismo que había visto un día en los soportales de una plaza, sentado, acariciando los bordes
de unos vasos de cristal de los cuales se desprendía una bella melodía.

viernes, noviembre 11, 2011

Carta

Querida hermana:
Perdona por escribirte a ti, pero no quería que mamá sufriera más de lo que ya sufre por mi ausencia. Estoy en una trinchera en algún lugar perdido de este país. Aún me pregunto que estoy haciendo aquí y cómo he llegado a esto. Nadie sabe lo que es, hasta que lo vives.
Tengo miedo, no a morir, creo que he asumido que no volveré, no llores por favor, quizás sea mejor así, o quien sabe, pero tengo miedo a que si vuelvo ya no sea el mismo, que mi mirada se convierta en esa que he visto tanto por aquí, una mirada vacía, sin vida, que esto llegue a convertirse en un motivo para seguir vivo, que no sepa vivir sin estar aquí.
Te echo de menos, echo de menos aquellos días donde nos reíamos por cualquier cosa, mientras papá estaba al acecho, regañándonos por todo.
Aquí las sonrisas suelen ser nerviosas, o sonríes al caer el día por que no te ha tocado a ti esa bala, o ese mortero.
Nos intentan asustar con el infierno, pero yo ya estoy en el, intento cerrar los ojos y no ver cuerpos despedazados, niños y mujeres mutilados. Al principio no miraba, ahora se ha convertido en una rutina que me produce náuseas. He visto cosas que no creerías, nosotros que nos llamamos civilizados. He visto matar por placer, jugar a ser Dios y decidir quién debe morir y quien se salva. He visto partidas nocturnas sólo por vengar la muerte de un compañero, sin importar quién o quienes iban a morir. He visto al hombre convertirse en el peor de los depredadores. Y ellos no son diferentes a nosotros, matan y disfrutan con ello, aunque sea gente de su mismo pueblo. Niños envueltos en explosivos, niñas que se acercan a nuestro convoy y bajo su ropa cuelgan granadas.
La razón de la sin razón.
Pienso en cómo podré vivir de nuevo allí después de estar aquí. Creo que se me ha olvidado perdonar.
Y dentro de toda esta inmundicia, como si fuera de un campo lleno de barro, también crecen flores. He visto correr entre la metralla para poder coger a un herido y sacarle del fuego de las metralletas. He visto jugarse la vida por personas que no conoces, y quizás nunca más vuelvas a ver. He visto caer heridos a compañeros por llevar un poco de consuelo a esta gente, sin saber si detrás de ellos pueden encontrar la muerte.
Sí, aquí convive el infierno con el cielo, lo peor de cada uno de nosotros con la mayor de las generosidades.
Suenan los cañones, no muy lejos de aquí arde otra ciudad, y los gritos y el olor a carne quemada te empapa la ropa y los sentidos hasta que los embota.
Ya no soy el mismo, aquel al que llamabas cuando tenías algún problema.
Tengo miedo, miedo a que me mires y no veas dentro de mí al que despediste no hace mucho.
Perdóname por contarte esto, pero necesito decírselo a alguien, necesito que si un día vuelvo, me abraces aunque no sea el mismo.
Y ahora he de irme, salimos de patrulla.
No, no llores, no te preocupes, no quiero morir aquí.
Te quiero, tu hermano

jueves, noviembre 10, 2011

Encargo mortal

Sobre la mesa tenía una carpeta abierta, un dossier, datos y una fotografía de primer plano tamaño din A4.
Tomó la fotografía entre sus manos y sus ojos destilaron un odio atroz, podría haberlo atravesado literalmente
con la mirada.

-"Tienes la horas contadas, ya no me joderás más...".- Escupió cada palabra a la cara de aquella foto.

La puerta se abrió y apareció su mujer, entrada en años, aunque aún conservaba su buena figura y el estilo del que
aquel hombre se enamoró perdidamente.

- "Ya tenemos las fotos de estudio de la familia, te las dejo sobre el escritorio, los invitados están esperándote, deja eso y ven"

Dejó las fotos al lado de la carpeta y salieron de su despacho.
Instantes después entró la sirvienta, con la mala fortuna que cuando limpió el escritorio se le cayeron las fotos y la carpeta.
Con las prisas por no enfadar al señor, metió entre las fotos aquel primer plano tamaño din A4 y en el dossier una de las fotos de estudio.

Aquella tarde, aquel hombre entró en su despacho, cogió a toda prisa el dossier y llamo a uno de sus ayudantes.

- "Entrégaselo a quien ya sabes, este problema debe quedar resuelto cuanto antes".
- "Si jefe"- Contestó.

Un días después, al salir de su casa en dirección a su despacho en la planta 15 del rascacielos de la ciudad, un disparo certero entre los ojos acabó con su vida.

Nadie supo el por qué, sólo su esposa cuando vio las fotos de estudio de la familia se extraño de encontrar entre ellas la una imagen tamaño din A4 de un desconocido.

jueves, noviembre 03, 2011

Electricidad

Hacía días que aquella bombilla se encendía y se apagaba a su antojo.
Bajó a la ferretería y compró una de bajo consumo.
"Mierda, con el bajo consumo, 24 euros me ha costado la maldita bombilla"- pensaba mientras la hacia bailar dando giros sobre el casquillo.

Dio al interruptor,y este tras soltar unas chispas, dejó la casa a oscuras.
- Vaya, esto si que me va a costar más, claro que ti tuviera a un chico a mi lado, no habría problemas, yo soy una tuerce-botas para estas cosas.

Suspira mientras recuerda el cortacircuito que tiene en su corazón,cuando la dejaron fue como un apagón, y ya nadie había logrado volver a iluminarla.
Un pequeña lágrima cruzó su mejilla, con el torso de la mano la borró como si aquel gesto fuera poner en off un interruptor.

Llamó al electricista de urgencias. Al poco rato sonó la puerta.

La sonrisa de aquel chico iluminó la entrada, para ella fue como una descarga eléctrica, como si alguien acaba de encender todas las luces, su
cuerpo vibró y en ese momento se le saltaron los plomos.

Con el tiempo, aquel chico tendió unos cables, subió el voltaje, y a ella nunca más se le apagó el corazón.

lunes, octubre 31, 2011

Halloween

Halloween

Todo era un juego ¿no?. Mierda, en que maldita hora quise hacerlo, pero no debo ponerme nervioso, seguro que esto tiene solución.
Lo extraño es que les vea les oigo pero no logro ponerme en contacto con ellos.
Están corriendo como locos, han llamado a la ambulancia, tranquilos, estoy aquí... ¿no me oís?
Ufsss me estoy agobiando, creía que sólo sería el efecto de lo que me he tomado, maldita la gracia, decían que sería unos instantes,
pero veo que no, mi amiga está llorando... ¿por qué? ¡¡¡Dios!!! dicen que estoy como muerto, ¡¡¡ que noooooo!!! que sigo vivo, sólo
que no puedo moverme ni decir nada... por favor tocarme no veis que aún estoy caliente, dejad pasar unos momentos veréis
que todo vuelve a ser normal.

Es extraño, pero siento la presencia de alguien aquí, ha pasado corriendo detrás mio. A ver... es como una sombra, me está asustando.
Este lugar no es la sala donde estaba.

- "No, no es la sala"
- ¿Quien ha dicho eso? ¿quien está ahí?
- Jajajaja ¿quien? aquí somos muchos, quizás nos vayas conociendo, yo vine a darte la bienvenida.
- La bienvenida, pero si yo no quiero bienvenidas a ningún lado, yo voy a volver con mis amigos, seguro que esto es todo
un efecto de lo que he tomado...
- Jajajaja dí lo que quieras, pero ahora estas en el terreno de los no vivos y los no muertos, venga ven conmigo te enseñare esto.
- Y una mierda, yo contigo no voy a ningún lado.
- Como quieras, mas tarde o mas temprano me buscaras...

Quiero cerrar los ojos, esto no puede estar sucediendo, seguro que se me pasará, voy a mirar a la habitación, si ahí están mis amigos,
me zarandean, pero no logro sentir nada.
Han llegado los del Samur, me están inyectando algo, agggg que asco ese tio haciendome el boca a boca, joder no lo podia hacer la tia que tienes al lado
coño han sacado el desfibrilador, ahora si que la van a liar, me van a dejar frito... Mira como se apartan, 3, 2, 1 fuera... !zas¡ pues nada que no he sentido nada
y sigo aqui, esto se está poniendo feo.

Nooo, no digas eso, párate, mírame, joder amigos haced algo, decidle lo que he tomado seguro que de esa manera puedan saber que me pasa.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO !!!!!!

Hora de la muerte 03.28, 31.11.2011.
No lo escribas, amigosss dejad de llorar, por Dios, haced algo.

Mierda me han tapado y me están moviendo.
Vuelvo a oir su voz, pero esta vez siento que no viene solo, creo ver junto a él unos niños, no juegan no rien, sólo siento que me miran
profundamente.

- No tienes solución, venimos a por ti. te tenemos que llevar.
- dejadme, ¡¡¡dejadmeeee!!!

Los niños me han cogido de los brazos están tirando de mi, ya casi no oigo a mis amigos, se van alejando,

- dejadme, he de volver, sé que me van a regresar.

Veo una niña delante de mi, no sonrie su mirada es... su mirada está muerta, y me señala una camino oscuro donde oigo
ruidos que se acercan.

Si pudiera gritar, si pudiera llorar... esto no puede ser cierto, no puede ser verdad ¡¡¡¡ Diosss haz que despierte de una puta vez.

Siento frío, ya no están los niños, hay un olor extraño, un olor.. huele a medicinas, no , espera es , si eso es formol.
Es una sala fría con esa luz que dan los fluorescentes, igual que lo he visto en las películas, debe ser donde guardan los
cadaveres del hospital, si... ahí hay alguien sentado con el camisón típico, y una señora dando vueltas por la mesa...
creo que están, están muertos... como yo.. pero yo no lo estoy, o si, Dios me voy a volver loco, ellos no me ven pero yo puedo verlos
ahora caminan juntos, parece que los están llamando si, veo.... veo el tunel y se van, ¡¡¡esperadddd!!! no puedo quedarme solo aquí...

Se han ido, pero prefiero estar solo a que vuelvan los niños, me dan miedo, si no estoy vivo pero tampoco estoy muerto donde me llevarían,
prefiero no pensarlo

Y ahora que caigo, mis padres, cuando se enteren que dolor, cuanto lo siento por ellos, que estúpido he sido.

Han vuelto los niños, intento huir pero aparecen detrás y delante de mi, ya que mas da, cogedme llevadme, aunque me muero de miedo.. ¿me muero
de miedo? que ironía, ya estoy muerto o al menos casi...

Me arrastran, esto está oscuro no veo ni siento nada, parece que me han soltado, y caigo al menos tengo la sensación de que estoy cayendo...

- Joder tio que susto nos has dado, de pronto te has desmayado y aquí nos tienes a todos acojonados, y eso que no has llegado a tomar nada.
- ¿Qué? ¿Estoy aquí? .. ¿de verdad?
- Si aquí estas, has debido tener una bajada de tensión mientras preparábamos las cosas para el juego... ya sabes...
- El que no sabe nada eres tú, aquí nadie va a tomar nada de eso, y nadie va a jugar a nada.
- Pero... no seas coñazo, ¿por qué?
- Quieres que te lo cuente ¿de verdad?

Y empecé a contar lo que había vivido, tras el cristal tuve la sensación de que los niños me sonreían.

viernes, octubre 21, 2011

Regalar la vida

Abrió la puerta, la pequeña estaba metida en la cama, esperándola.
- Mami, mami, ¿vienes a leerme un cuento?
Ella anduvo despacio, aun le dolían los puntos de la operación, pero eso no le borraba la sonrisa de la boca.
- Si, ya voy, hoy te contaré un cuento diferente.
- Me da igual, echaba de menos que no vinieras a contarme un cuento antes de dormir.
- Bueno, ya sabes que he estado enferma, y ahí va la historia que te voy a contar.
- Pero que sean de princesas, mami, ya sabes que a a mi son los que me gustan.
- Vale, serán de princesas.

" Érase que se era una princesa, que vivía en un gran castillo, con sus padres, los reyes.
Tenía el pelo negro y unos grandes ojos negros que brillaban en la oscuridad. La gente del reino
quería la princesa, por que era buena y generosa con ellos, y por que siempre sonreía.
Un día, los ojos de la princesa empezaron a perder brillo, ya no sonreía tanto, y enfermó.
Llegaron médicos de lejanos países, sabios de oriente, curanderos de la India, y todos llegaron
a la misma conclusión, la princesa estaba muy enferma y necesitaba una operación para reemplazarle
un órgano de su cuerpo que no funcionaba bien.
Algunos médicos no tuvieron el valor de afrontar la operación por si la princesa moría, además necesitaban
que alguien donase el órgano para poder cambiárselo a la princesa.
En el pueblo corrió la voz de la gravedad de la princesa, y como era tan buena, varias personas se acercaron
al castillo y se ofrecieron voluntarios. Un viejo médico árabe, el más sabio de los sabios, realizó la operación.
Al poco tiempo la princesa sanó, hubo una gran fiesta en el pueblo, a la que acudieron los reyes y príncipes
cercanos.
Uno de ellos quedó prendado de la belleza de la princesa, de sus ojos negros y su linda sonrisa.
Se casaron y fueron muy muy felices. La persona que donó su órgano vivió para siempre colmada de la felicidad
de haber dado la vida a la princesa y de los regalos de los reyes.
Y este cuento se acabó"

- Mami, mami, ¿es eso lo que te ha pasado a ti? ¿te han puesto algo de otra persona para curarte?
- Si hija si, gracias a la generosidad de alguien hoy puedo contarte esta historia, ale, venga a dormir. Mukas dulces sueños, peque.

Cuando entornaba la puerta oyó a su pequeña decir:


- Gracias, a quien sea por haberle dado a mi mami lo que necesitaba para curarse, cuando sea mayor yo también lo haré, para que
ninguna mami esté malita"

PD.: Yo ya soy donante de órganos, ¿a que esperas para serlo tú también?

miércoles, octubre 19, 2011

Cuando entró la arropó en sus brazos, dulcemente depositó un beso en sus labios.
Ella sonrió.
-" Entra, debes estar muy cansada, deja ahí los libros"
Lentamente la desnuda.
- Te he preparado un baño con agua caliente y espuma, mientras voy a hacer la cena y te llevo una copa de vino
Se siente feliz, ella está allí como a él le gusta, cierra los ojos y suspira.
- ¿Ya has terminado? que pronto, puedes quedarte más rato, relájate, cenamos, vemos la serie, y nos metemos tu y yo en la cama.
Vuelve a besarle abrazándola como si quisiera que no se fuera nunca.
Detrás de un cristal opaco, dos hombres observa la escena.
- ¿es siempre así?
- Sí, así es cada noche.
- ¿Y la medicación no surte efecto?
- Creo que para este tipo de enfermedad no hay cura posible.
Y miran a la habitación de un blanco inmaculado, sin un solo mueble, con las paredes acolchadas, donde un loco
abraza a alguien que no existe.

viernes, octubre 14, 2011

Su madre se había vuelto a casar.
Su padrastro le pegaba un día si y otro también.
La violencia se convirtió en su forma de vida. A los 19 mató por primera vez.
Le llamaba el "asesino del tren".

A ella la violaron un día que volvía del colegio.
Brutalmente, sin compasión.
En cuanto creció utilizó su sensualidad para vengarse de los hombres.
La llamaban la "asesina del sexo".

Aquella noche, en el último vagón de las 23.45 con dirección a Aranjuez, sólo habían dos pasajeros.
Ella se le insinuó con un cruce de piernas.
Él la miró mientras acariciaba el frío metal de su bolsillo.

A las 3:54 de la madrugada el servicio de limpiezas encontró en el último vagón
dos
cuerpos inertes en un gran charco de sangre.

jueves, octubre 13, 2011

La sombra

Corría.
Huía de aquella sombra que le atrapaba.
Y cuanto más corría, la sombra más se alargaba y le atrapaba.
Así que nunca dejó de correr.
La sombra nunca dejó de atraparle.

Tonto de él, si se hubiera parado, habría visto que la Tierra seguía girando y con ella la sombra, y nunca le hubiera atrapado.

miércoles, octubre 05, 2011

Cine

Sentía que llevaba una vida mediocre, con un trabajo mediocre y unos compañeros mediocres.
Sus amigos se habían ido desvaneciendo como lo hace la nieve con la llegada de la primavera.
Al final su mundo y sus sentimientos se redujeron a una pequeña pantalla donde, sentado desde su butaca,
con un vaso de agua sobre la pequeña mesita y apagadas las luces, encendía su vida.

Bastaba simplemente con apretar una tecla, y empezar a vivir.
Ponía una película, seleccionaba una escena y mientras el protagonista hablaba él también lo hacía:

"No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño,
debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir
sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos".

Cuando echaba de menos sentir el calor de alguien a su lado, cambiaba la cinta, volvía a apretar el botón... y se enamoraba:

- "Nací cuando ella me besó, morí el día que me abandonó, y viví el tiempo que me amó".

- "Todos queremos que nos encuentren.. lo difícil es dejarlo cuanto lo encontramos."

- "No quiero necesitarte...porque no puedo tenerte"

Otras simplemente quería ser alguien diferente, entonces... volvía a apretar el botón:

- "He visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar
en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhauser... todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas
en la lluvia. ¡ Es tiempo de morir!"

- "Hueles eso, ¿lo hueles, muchacho? es napalm. Nada en el mubndo huele así. ¡Qué delicia oler naplam por la mañana!. Un día bombardeamos una colina y
cuando todo acabó, subí. No encontramos un solo cadáver de esos chinos de mierda ¡Qué pestazo a gasolina quemada! Aquella colina olía a... victoria."

Y el resto de las veces, se dejaba llevar por el azar:

- "Ahora puedo decirte que tomé la decisión correcta, sin embargo no hay un día que pase sin arrepentirme de no haber tomado una opción diferente".

- "¡Tú no lo entiendes! Yo tenía clase. Podría haber sido un luchador. Podría haber sido alguien, en lugar de un vagabundo, que es lo que soy."

- "Hay momentos en los que un hombre tiene que luchar, y hay momentos en los que debe aceptar que ha perdido su destino, que el barco ha zarpado, que sólo un iluso seguiría insistiendo. Lo cierto es que yo siempre fuí un iluso"

- "— Creo que hay dos clases de gente en el mundo, los que se marchan y los que se quedan. ¿No es cierto?
— No, yo no lo creo.
— ¿Pues que crees tu?
— Pues que hay dos clases de gente, los que van a alguna parte y los que no van a ninguna. Eso sí que es cierto.
— No estoy de acuerdo Ben.
— Porque no sabes de que demonios estoy hablando.
“Soy un ex ciudadano de ninguna parte. A veces echo de menos mi hogar.” "

Y siempre, todas las veces, cuando apagaba el televisor se decía:

- "¿de que estas hecho? Del material del que están hechos los sueños."

Y al acostarse:

- "Al fin y al cabo, mañana será otro día."

Hasta que un día al apretar el botón la tele no se encendió, se levantó toco todo lo que podía tocar y alguna cosas más, y nada, entonces
se sentó en su butacón, se bebió de un trago el vaso de agua y recordado el final de una de sus películas preferidas se dijo: "es tiempo de morir".


final alternativo

Hasta que un día al apretar el botón la tele no se encendió, se levantó toco todo lo que podía tocar y alguna cosas más, y nada, entonces
se sentó en su butacón, se bebió de un trago el vaso de agua, tiró el mando del televisor y salió a la calle, en ese preciso momento
empezó a proyectarse la película de su vida.

Nota.- Propongo un juego, si quieres, ¿serías capaz de decirme de que película es cada frase que él protagonista vio?.
Escríbeme.

miércoles, septiembre 28, 2011

In Memoriam

- He de irme
- ¿ya?
- Si. He pasado toda tu vida contigo.
- Aún así me parece muy poco tiempo.
- Nada es eterno, lo sabes.
- ... sí, lo sé, pero... todo pasa tan deprisa.. que tengo la extraña sensación de que te pierdo...
- No hay nada que puedas hacer.
- Me dejas como regalo los recuerdos y también cicatrices que nunca dejarán de sangrar.
- Quise que fueran otros, pero el hombre propone y la vida dispone.

Se miraron en silencio.

"El tiempo no se puede atrapar, ni el tiempo, ni los sueños"- pensó.

- Nos volveremos a ver.
- Nos volveremos a querer por nunca dejamos de hacerlo.

Se fue, en silencio, un silencio que lo llenó todo.



IN MEMORIAM

martes, septiembre 27, 2011

El hombre que tenía una imaginación desbordante y lo que hizo con ella



Decían de él que tenía una imaginación desbordante.
Él siempre lo dudó, tenía imaginación, sí, pero como todo el mundo.

Le gustaba imaginar que el asfalto se convertía en arena fina y blanca, donde podía ir descalzo.
Le encantaba imaginar que su almohada era la suave piel de su chica y cada mañana se despertaba acariciándola.
Le enamoraba imaginar cenas de manteles blancos velas y música de fondo, mientras en su copa de vino se reflejaba la sonrisa de unos ojos enamorados.

Pero cuando abría los ojos, cuando dejaba de imaginar, la vida real se le hacía cada vez más cuesta arriba.
El asfalto quemaba bajo sus pies, la almohada le provocaba dolor de cervicales, y sobre su mesa había un plato solamente para cenar.

Poco a poco la imaginación fue ganando terreno, mas minutos, mas tiempo al día en el que imaginaba un trabajo donde el ir no era un esfuerzo sino un placer,
unos compañeros que ademas eran amigos y que al terminar el día se hacía en el bar con unas cañas y unas risas.
Imaginaba que con sólo extender los brazos y saltar podría volar sobre los tejados de su Madrid, que las nubes son dulces de algodón, y el cielo azul un tapiz
con el que pintar el sol y las estrellas.

Pero abre los ojos y el trabajo es un sitio monótono y aburrido donde la gente va a su "bola" sin importar nada más, volar se quedó en eso en un sueño de niño, ahora
los pies están clavado al suelo ¡, el cielo de Madrid esta cubierto por una capa marrón de contaminación.

Tan duro era volver a la vida, que cada vez le costaba mas, volviéndose un extraño, una sombra que vagaba por las calles.

Hasta que ya no pudo más, un día se acercó a una clínica, ingresó y tras una operación, le extirparon la imaginación.

No volvió a ver mas nubes como algodón de azúcar, ni playas sobre el asfalto, no volvío a imaginar las curvas de una piel que eran su almohada, ni que si lo
intentara con todas sus fuerzas podría volar.

Dicen de él que tenía una imaginación desbordante... hasta que se operó, y que luego fue uno más entre tantos millones de seres que viven cada día.

viernes, septiembre 16, 2011

Anden 2

Llega un día más a la estación.
A la misma hora.
Cuando el tren empieza a abrir sus puertas.
Y allí sentado, ve los abrazos, los besos, los holas y los hasta pronto.
Le encanta ver como la gente espera a la gente, y gente es esperada por gente.

A él ya nadie le espera, él ya no tiene a nadie a quien esperar.

Y todos los días, con ese paso cansado que da la edad, llega a la estación, a la misma hora.
Todos los días espera a que el tren se vaya y entonces él también se va.

Hasta que un día, allí donde él se sienta hay alguien esperándole, un ser de una luz increíble que le tiende una mano.
En el banco del andén 2, él coge esa mano.

- "Te estaba esperando, para que no vuelvas a esperar más" - le dice.

Y en aquel banco,del andén 2, él cierra los ojos.

martes, septiembre 13, 2011

Cosas

Sobre una libreta llena de garabatos, líneas escritas y tachones, se podía leer su vida.
En una caja, cubierta de polvo, un montón de cd's . La banda sonora de sus sentimientos, ilusiones y esperanzas.
En la alacena un montón de botellas, frascas, y vasijas.

Una botella llena de agua de mar, con un cartel pegado que dice: "Sueños de peces, cánticos de pescadores, fantasías de sirenas".

Otra botella con una neblina en su interior: " Nubes de verano, cuidado en caso de agitar provoca tormentas".

Una vasija llena de letras: "Palabras recogidas de las cartas que nunca llegué a mandar".

Otra vasija transparente: "Colección de besos, Abrir con cuidado, vuelan si se les deja libres".

Una frasca llena de líquido: "Lágrimas, no mezclar".

Otra frasca llena de vino.:"Dulce líquido rojo, envuelve en niebla el corazón cuando está triste, dibuja sonrisas pintadas en el aire".

.. y así toda la alacena llena.

jueves, septiembre 08, 2011

El baúl

Después de mucho tiempo, de un arduo trabajo, logró recogerlo todo.
 Las viejas cartas de tinta corrida, las fotos amarillas, los dibujos, recogió de su cerebro todas aquellas imágenes ya borrosas por el tiempo, tapó con un aerosol los olores que aún impregnaban su sábana, y envolvió esta en una bolsa, grabó todas la canciones en un cd, y selló la cajita.
 Todo lo metió en un baúl, más con las prisas se olvidó de cerrarlo...
 Hay noches que salen, y se ponen a bailar en el salón, él se despierta y tras la puerta ve como danzan, dando vueltas una y otra vez, hasta que cansados, vuelven al baúl, y él regresa a su cama pensando: " mañana cerraré el baúl."

lunes, septiembre 05, 2011

Me cuesta tanto olvidarte.

Estoy sentado frente a ti. Siento como se humedecen mis ojos recordándote como te conocí, la primera vez que iluminaste mi vida, aquella tarde de principios de otoño.
Me cuesta tanto olvidarte.
Junto a ti, viví momentos inolvidables, volví a reír como un niño, me transportaste a mundos que ni siquiera llegué un día a imaginar, y contigo lloré , lloré hasta casi secar mis ojos.
Me cuesta tanto olvidarte.
Y aunque fui yo quién decidió que ya no más, que aquella tarde sería la última, que no habría segundas partes, me cuesta tanto olvidarte que aquí estoy frente a ti,
quisiera abrazarte, besarte, recuerdo las noches de insomnio cómo me acompañabas, hasta que volvía a caer dormido, tu y yo, los dos solos en mi pequeña habitación, donde no existía nada más, nadie mas.
Me cuesta tanto olvidarte, tanto me cuesta olvidarte,aunque me juré que no habria segundas partes, otra vez me siento frente a ti. Y te vuelvo a enchufar mi querida televisión

miércoles, agosto 24, 2011

Viajar

Tomó un botecito de la estanteria del baño.
Era un gel de ducha del hotel NH Krasnapolsky de Amsterdam. Cerró los ojos y vió sus canales, las bicicletas, el barrio rojo.
No lo abrió, lo dejó con sumo cuidado cerca de los demas botecitos.
Una colección de champús y gel de baño de diferentes hoteles de todo el mundo.

Pero él no había viajado nunca, le aterraba salir, aquella colección era regalo de sus amigos, de aquellos lugares que habían visitado.

Una mañana recibió una carta del ayuntamiento, debía dejar su casa durante 4 días por las obras que se iba a realizar en la estructura del edificio, sería
alojado en un hotel de su ciudad.
Hizo la maleta y junto con sus vecinos, los llevaron al hotel.

Al entrar en el baño vió dos botes como los que tenía en su casa. Le embargó una extraña emoción.
Se desnudo, entró en la ducha y abrió uno de los botes.

Por un breve instante sintió que viajaba, en su propio viaje, su viaje, sin que nadie se lo regalase.
Su viaje duró el breve instante que resbaló con el gel en la ducha y se partió el cuello.

viernes, julio 29, 2011

Adios Bye chiao... pero i'll be back

Qué sí, qué sí, que me voy de vacaciones echo el cierre otro año más, con las alforjas cargadas de 365 días con sus sonrisas y sus lágrimas, con sus sueños, y esperanzas, para dentro de 3 semanas abrir de nuevo el telón.

Y me voy a descubrir las tierras otomanas, a palpar, oler y disfrutar de Turquía.

Nos vemos.. en nada.

Y un regalito que me inspiró para mi anterior relato:

Pictures of you

La luz de la mañana entra en la habitación.
Abro el cajón de la cómoda.
En el lado derecho se amontonan unas hojas de papel, algunas escritas otras impresas.
Son tus cartas.
En el lado izquierdo están tus fotos.
Las tomo entre mis manos, y siento como si la vida entera se deslizase entre mis dedos.
Por que tengo tus fotos.

Se deslizan una a una, y me fijo en su mirada, está apoyada contra un árbol con sus pantalones blancos y una chaquetilla blanca, su cabeza ladeada y su eterna sonrisa.
Me mira desde la foto con esos ojos que jugaban a bailar sobre océanos turquesa.
Simplemente son tus fotos.

Veo aquella que abrazados miran al objetivo, detenido el tiempo en un click, con el mundo parado, esperando, sosteniendo una luz que inunda, que lo baña todo.
El tiempo corre sobre el papel fotográfico, y surgen arrugas, cae el peso de los años como lo hacen las hojas en el otoño.
Figuras que desaparecen de las fotos, figuras que se añaden, y crecen.
Nunca rompiste las fotos, nunca lo hiciste, por que son simplemente tus fotos.

Deslizo mis dedos sobre ellas, y aun puedo atrapar los recuerdos que encierran.
Sólo son pequeñas fotos, pero son tus fotos.

Una voz me grita desde el pasillo.

- "¿Has preparado ya la caja?"

Y yo guardo tus fotos, junto con las cartas y el resto de tus cosas.
La precinto, mientras miro la cama vacía y recién hecha.

Ahora entregaré la caja, aunque me haya quedado con una foto en mi bolsillo, una de tus fotos.
Aunque sea un simple enfermero de este geriátrico, siempre tendré esta foto, esta foto tuya.
Una de tus fotos.

martes, julio 26, 2011

El regalo

Eran paupérrimos, y eso es quedarse corto.
Un pequeña estancia de apenas 20 metros cuadrados, para cuatro personas.
La abuela, los padres y aquel niño pequeño de ojos negros como el carbón.
El padre salía todas las mañanas en busca de un trabajo, desde que habían cerrado la mina, aquella región iba agonizando lentamente, y con ella sus habitantes.
A veces tenía suerte y cuando paraba el camión que recogía a unos pocos para llevarlos a una obra, o al campo, lo elegían. Ese día se sentía hombre, volvía a
casa con unas monedas, revolvía el pelo a su hijo, besaba a su mujer y se permitía sonreír.

Aquel pequeño siempre preguntaba:
- Papá, ¿me enseñaras algún día el mar?
Y el le contaba como era ese mar, la brisa junto a la playa, el placer de andar descalzo en la arena. Los ojos del niño brillaban.

Su mujer los oía desde la cocina, alguna vez no podía contener las lágrimas, sabía que aquel sueño, sólo era un sueño.

Se acercaba el cumpleaños del niño, la abuela sacó dos monedas que guardaba desde hacía tiempo. En la vasija de cristal quedaban sólo unas pocas.

- "No podemos gastarnos el dinero, lo estamos guardando para poder llevar al pequeño a la escuela, no quiero que se pudra aquí como yo"- dijo el padre, mientras sentia que la pena le atravesaba el pecho. Su mujer sabiendo cómo se sentía le agarró las manos, apretándolas con todo el cariño del mundo.

- "Haces lo que puedes, que es más de lo que muchos habrían hecho, decidiste quedarte aquí en el pueblo por nosotras, no sufras, encontraremos un regalo para nuestro hijo, sin tener que gastar los ahorros".

Al día siguiente, la mujer bajó al pueblo con la ropa que cosía y que con ello ganaba alguna moneda más. Entregó la ropa, lavada planchada y cosida, en la casa del alcalde, uno de los pocos que podía permitirse ciertos lujos.

Mientras caminaba de vuelta con las manos metidas en los bolsillos, sus dedos jugaban con las monedas, recordaba cuando en otro tiempo, su marido la llevaba a las fiestas del pueblo. Ella se ponía su mejor vestido, y en la explanada de la plaza, un viejo proyector lanzaba sobre una tela blanca, imágenes de blanco y negro.
Allí sentados, ella intentaba robarle un beso, y él avergonzado le pedía que parase, el hermano de ella a escasos metros los miraba y él sentía vergüenza, sin embargo se aferraba a su mano, abrazándola deseando retener ese momento.

Envuelta en sus pensamientos, casi se da de bruces con un carromato que entraba en el pueblo.

- "Señora, ¿desea vasijas de cristal?, tengo sartenes pulidas, afilo cuchillos, tijeras, de todo un poco..."

De pronto, a la mujer se le iluminó la cara.
Se acercó al carromato, y ofreciéndole una moneda, le dijo lo que quería a cambio.

A la mañana siguiente, el día del cumpleaños del niño, la mujer habla con su marido.

- "Todo está solucionado, espera y verás"

En cuanto el niño saltó de la cama, corrió hacia sus padres.
Estos le abrazaron, su abuela se acercó, le besó y le entregó una nueva camisa que había cosido con telas viejas.
El chico miró su nueva camisa y salto al cuello de su abuela llenándola de besos. Se gira y mira a sus padres.

- "No me importan los regalos, lo que me gusta es que estemos todos juntos".

De pronto unas campanillas llegan desde el exterior. Todos corren hacia la puerta...

Cuando la abren, sus ojos no dan crédito.

Sobre una carreta decorada con hojas que asemejan algas, aparece un persona regordeta, con una corona en su cabeza, el torso desnudo y un tridente.

El ser baja del carromato con algo en la mano.
Se acerca al niño y le tiende una botella.

Su voz es profunda.

- En esta botella está encerrado mi mar, como puedes ver, en el fondo esta la arena de las profundidades donde vivo, el agua es agua de mar, y el resto está lleno de brisa marina. No la abras nunca, pues la brisa volará hacia la costa, el agua se evaporara para volver al mar en gotas de lluvia, y la arena se secara convirtiéndose en polvo.
Un día llegaras a una playa y podrás devolver mi regalo allá de donde lo traje.

Y diciendo esto volvió a su carromato y se marchó.

El niño no creía lo que había visto, acercó la botella a su corazón, y gritó:

- "Es el mejor regalo de mi vida"

La madre se giró hacia su marido guiñándole un ojo a la vez que veía como unas lagrimas recorrían su rostro.

viernes, julio 15, 2011

Arco iris

Desde pequeño siempre tuve una obsesión, cuando en las tardes de primavera o en aquellas tardes de otoño que el dorado lo impregnaba todo, cuando mi madre nos leía un cuento, y desde la ventana veíamos los rayos de sol jugar "al que te pillo" con las gotas de lluvia.
Allí aparecía.
Era el arco iris. era mi obsesión.

Yo miraba desde una esquina a otra de la ventana esperando ver donde acababa u donde empezaba.
A veces lo creía ver entre dos edificios, otras lo imaginaba muriendo en las aguas del mar, de un azul tan intenso que se diría que era verde esmeralda.

Y crecí con la promesa de encontrar ese final. Crucé montañas, anduve desiertos, paseé por verdes valles que me llevaron a tierras lejanas e inhóspitas.
Hable con viejos que me aseguraron que nunca vería algo de semejante belleza, otros sólo me miraban y me llamaban loco.

Pero nunca desistí, nunca me rendí.

Y por fin, hoy llego hasta donde parece que muere el arco iris, o quizás sea donde nazca, nunca podría decir ni lo uno, ni lo otro, y cuando mi mano está a punto
de acariciarlo, cuando mi búsqueda torna a su fin...

Deja de llover, los rayos del sol dejan de jugar "al que te pillo" con las gotas de agua, y el arco iris se desvanece entre mis dedos.

Entonces, y sólo entonces, me doy cuenta de que el arco iris sólo es el reflejo de los rayos del sol cuando atrapan en su juego a las gotas de lluvia.

martes, julio 12, 2011

El Billete de tren

Saqué mi billete.
El anden ese día me parecía mas brillante, incluso la gente de mi alrededor aparecía con un extraño fulgor que les envolvía.
El tren llegó y subí en el.
Casi no me he sentado cuando pasa el revisor y me pide el billete, busco en mi bolsillo y se lo entrego. Este después de mirarlo detenidamente, me dice que he
de abandonar el tren, con este billete no puedo viajar.
Intento preguntar el por qué, pero para el tren y me desaloja a toda prisa.
-"No podemos perder tiempo, el tren no debería detenerse"

Me veo de nuevo en el anden, me acerco a la maquina expendedora y vuelvo a sacar el billete.
Llega el tren y subo.
Aparece el revisor y nada más ver mi billete, me indica que no es el billete correcto y que debo abandonar el tren.

Sin darme tiempo a nada, me veo de nuevo en el anden.

Y procedo a hacer la misma operación, saco el billete y espero al tren.
Esta vez cuando llega el revisor le pregunto:

- ¿Cual es el billete que necesita?
- Señor, el billete de ida, señor.

Le entrego mi billete.

- Señor este billete no es válido, es un billete de ida y vuelta, y en este tren sólo se admiten billetes de ida.

Entonces miro la pantalla y veo que el destino de mi tren es "viaje al más allá".

lunes, julio 04, 2011

Siempre desee

Siempre desee conocer el Oriente Próximo.
Siempre desee conocer el exotismo de aquellas tierras.
Siempre desee ver las mezquitas, y sus barrios, sus mercados y sus calles.
Siempre desee ver la danza del vientre.

Por eso cuando aquella chica llego a mi lado, en el mercado y se desabrochó la túnica que llevaba...

siempre desee no haber estado allí en ese momento.
En el momento en que ella explosionó la dinamita que llevaba adosada en su vientre.

lunes, junio 27, 2011

El tren (Final)

....

Estoy nervioso como un chaval, cuando llego a la entrada de la disco, la veo con su gurpo de amigos, está radiante con una minifalda
que yo podria llamar cinturón, una camiseta negra que deja sus hombros al descubierto y unos zapatos de tacón alto, finos. Una autentica provocación a la ley de la gravedad.
Desde la distancia la miro, y me embarga esa sensación que lleva cargadala duda "¿pero que coño hago aquí?".
De pronto ella se percata de mi presencia, pero sigue hablando con sus amigos, me mira y sonrie, como si hubiera comenzado un juego, se insinua en la distancia.
Y yo entro en su juego, me dejo llevar por el, intento parecer indiferente, como si esperase a que ella de el paso, pero me rindo, y cuando voy a acercarme al grupo, viene corriendo hacia mi.
Deposita un suave beso en mis labios, me toma de la mano, y me lleva con ellos. Hace las presentaciones, sonrie, y yo aprieto su mano, rogando que no me suelte, que no me deje a solas con ellos.

Entramos en la disco, la musica casi impide hablar, cosa que sinceramente agradezco, y van cayendo uno, dos, tres cubatas. He contestado como he podido a las preguntas de sus amigos, en que trabajas, como la he conocido , quien soy, alguno que imagino está detrás de ella, me ha preguntado si tengo me he enrollado ya con ella.
No lo había pensado pero en el fondo lo deseaba.

Ella se acerca, se pone a mi lado y dice.

- Ya está bien de acapararlo, dejadmelo un rato para mi sola.

Me arrastra a la pista, y bailamos, levanta los brazos se gira dándome la espalda y se pega a mi moviendo su cuerpo, ella ve en mi cara la excitacion y sonrie, sabe lo que está haciendo y disfruta con ello, se pone frente a mi desafiante, y acepto su desafio, la cojo de las caderas y la atraigo hacia mi, hay un instante en que parece que nos retamos, deslizo mis labios sobre los suyos y ella contesta a mi beso, abre la boca, muerde mis labios y su lengua juega con la mia.
Nos besamos, sin importarnos la gente que tenemos alrededor, ella se aparta y como si no hubiese pasado nada sigue bailando, tomo aire, e intento calmarme, me está volviendo loco.

La noche pasa, mi cabeza da vueltas, y no las produce el alcohol, salimos a la calle y empiezan las despedidas, cuando quiero darme cuenta nos hemos quedado solos.

La abrazo y vuelvo a besarla.

- Sera mejor que te lleve a casa, esto se me está escapando de las manos.
- ¿Y...?
- Sara, no lo entiendes, no quiero enamorarme de ti, y sé que sería muy fácil hacerlo...
- Me gustas Javi, me gustas mucho, me da igual que seas mucho mayor que yo, yo no pienso en el mañana pienso en el ahora, y quiero que me lleves a tu casa.
¿Quién podía resistirse a aquello? ¿Tú? No te lo crees, no, si la hubieras visto.

Hicimos el amor, al principio fué una guerra, ella llevada por su impetú eran todo prisas como si la noche fuera a apagarse como una vela. La siguiente traté de calmarla dejar a un lado las prisas, recreándonos en las caricias en los besos, descubriendo cada rincón de la piel.

Era media mañana cuando amanecí, ella dormía a mi lado, estuve un rato mirándola, reprimiendo mis ganas de besarla, pero no, no lo hice.
Puse a hacer café, y me voy a la ducha.
Dejo que el agua caliente corra por mi piel, cuando siento que otro cuerpo se funde con el mio, cierro los ojos y y las sensaciones se apoderan de mi.

El tiempo pasa, parece mentira pero corre mas de lo que me gustaría, con sus contradicciones, ella quiere discotecas y copas, yo quiero películas y abrazos, ella quiere sexo rápido, yo quiero degustar el sexo en pequeño bocaditos, ella quiere correr a por el futuro, yo quiero atrapar el presente sin pensar en más. Y sin embargo siento como la sangre corre por mis venas acelerada cuando ella está allí, me ahogo cuando sólo oigo el eco de mi voz contra las paredes, me siento solo si el único reflejo que veo en el espejo es el de mi cara, peri rejuvenezco a su lado,y salto grito bailo río hasta que estallan mis pulmones.
Puedo salir a la calle a correr en mitad de la noche, reir sin parar en el ascensor lleno de gente cuando recuerdo sus cosas, o dejar una reunión sólo para ir a comer un bocadillo sentados en el parque.

Quizás por que siempre he estado esperando.... esperando a alguien como tú.

Y sin embargo, a pesar de todo, un frío recorre mi espalda, un sabor amargo, la oscuridad de que llegará el día en que todo esto acabará, que quedará un recuerdo, que la vida se tomara su justa venganza hoy te doy mañana te lo quito.

Llega un tiempo en que nos vamos viendo menos, "son los exámenes, tengo mucho que estudiar" - me dice. Pero yo sé que no es eso, la vida sigue y como los ríos cada cual debe ir por su cauce.

Un día voy a buscarla a la universidad, la veo salir, con aquella sonrisa del cercanías, alguien se acerca en moto y para delante de ella, le ofrece un casco y un beso, ella toma los dos. Cuando gira la cabeza para ponerse el casco, me ve.

Se queda quieta un momento, yo le sonrío y asiento, ella sonríe también, me lanza un silencioso beso y desaparece subida en la moto.
Me vuelvo y recuerdo aquella cita de Paul Bowles:

"Como no sabemos cuando vamos a morir, llegamos a creer que la vida es un pozo inagotable, sin embargo, todo sucede sólo un número de veces y no demasiadas.
¿En cuántas ocasiones te vendrá a la memoria aquella tarde de tu infancia?, una tarde que ha marcado el resto de tu existencia, una tarde tan importante que ni siquiera pudes concebir tu vida sin ella. Quizás cuatro o cinco veces, quizás ni siquiera eso. ¿Y cuántas veces más contemplarás la luna llena?. Quizás veinte y sin embargo, todo parece ilimitado".


Ya no volví a saber de ella, y sin embargo algunas veces aún sonrío la recuerdo.

miércoles, junio 22, 2011

El tren (Parte 1)

Son las 7 de la mañana.
El tren va cargado.
Su mercancía, seres humanos.
Personas que se cruzan cada mañana, cruzan sus pasos, cruzan sus miradas, y sin embargo no cruzan ni una palabra.
Yo soy un autómata que me intrego en esa manada, cada mañana, de cada dia, de cada semana.
Llega el tren, me acerco al vagón las puertas se abren y escupen a la gente al anden. Subo e intento colocarme en el espacio suficiente para que pueda sacar mi libro y leer un poco.

En las dos siguientes paradas, el tren se vacía un poco, y suben algunos estudiantes camino de la universidad.
Entierro mi mirada en las páginas de mi libro, a veces me cuesta concentrarme en lo que estoy leyendo, mi mente vuela a otros lugares, no para de pensar, de girar como una rueda de molino en un bucle infinito.

Siento que alguien me observa, levanto la vista y me encuentro con dos ojos que me miran fijamente, chisporrotean de vida, y en su cara se dibuja una sonrisa. Dudo que se dirija a mi y bajo los ojos, sin embargo ya no puedo concentrarme en la lectura y la miro detenidamente, no superará los 19 años, luce unos vaqueros, unas sandalias y una camiseta de tirantes ajustada.

Es mi parada, paso a su lado, y cuando bajo vuelvo la vista, me mira y vuelve a sonreir, como si quisera empaquetar su sonrisa con un lazo y entregarmela.

El día pasa tedioso, entre código y silencio, de vez en cuando alguien suelta un chascarrillo, o una corta conversación subida de tono que alegra la mañana.

Llega la tarde, salida en tropel, autobús, tren y un paseo hasta casa...
hasta el día siguiente.

Como las manecillas de un reloj, hago el mismo recorrido, el mismo tren, el mismo vagón, y si es posible la misma esquina.

Hoy va más lleno, se abren las puertas, se vacia y se recarga. el espacio se reduce y nos apretamos mas, siento un golpe en el brazo que casi hace que se me caiga el libro.

- Perdona.- me dicen.

Levanto la vista y es ella.

- No te preocupes, no pasa nada.- E intento volver a mi lectura.
-¿Que lees?
Cierro el libro y la miro, su pelo negro cae sobre sus hombros, su rostro refleja las ganas de vivir el impulso que dan los años, con desparpajo me coge el libro de las manos.
- Es de aventuras fantásticas, guerreros, criaturas maléficas..."
- Que interesante, algo asi como "El señor de los anillos"?
- Si, mas o menos.

Llega mi parada, y me bajo, antes de que las puertas se cierren me dice:
- Me llamo Sara, espero verte mañana ¿vale?

Y alli como si un rayo me hubiera atravesado, permanezco de pie mientra el tren recorre la estación y se pierde camino de la sierra de Madrid.
Ese día es diferente, estoy abstraido, y no puedo quitar su imagen de mi mente. ¡Qué fácil es proyectar las ilusiones sobre una pared blanca, donde ves la película tal como quieres! Sólo que siempre hay alguien que enciende la luz antes del final.

Una ilusión es como una bombilla, si sabes encenderla puedes borrar de un soplo la oscuridad.

Estoy en el tren, y cuando llego a la parada bajo el libro, las puertas se abren como el telón de un teatro y espero la aparición de los actores, pero cuando se cierran, alguien ha colgado el cartel de "no hay función".

Me siento triste, abro el libro, un soldado esta a punto de luchar contra una arña gigante en las tierras del sur, al borde del mar de la desesperación.

- "Hey chico sin nombre, ¿a que pensabas que ya no verias hoy?"·
- La verdad es que no, al no verte entrar...
- Que poca fe tienes, entramos por la otra puerta.- me dice señalando a un grupo de chicos y chicas que miran y cuchichean entre ellos.
- Bueno... como va el libro, por cierto ¿me debes algo, no?
La miro extrañado.
- Venga no pongas esa cara de asustado que no es nada malo, lo que me debes es tu nombre. - Y se echa a reir.
Siento que los nervios atenazan mi estómago como si fueran los mecánicos de un fórmula 1 apretando las tuercas de las ruedas.
- Me llamo Javier.
- Encanta, Javier, ¿puedo llamarte Javi?- y me planta dos besos, dejando una ligera fragancia a lavanda.
- Tus amigos no dejan de mirar para acá, deben estar esperándote.
- Pues que esperen, queria invitarte a la fiesta que hacemos este viernes...
- Pero estarás con tus amigos, no quiero que andes pendiente de otra persona, y bueno... ando perdido un poco de la nueva música, ya sabes la edad...
- Qué mas dará la edad, si te apetece aqui tienes la dirección, la hora y mi móvil.

Mi parada, se puso entre los dos.
- Vale, me lo pensare...
- No seas soso y anímate, te estaré esperando.

Ya delante del ordenador, aquellas palabras resonaban en mi cabeza "te estaré esperando". ¿debería ir?, me apetecia, sentía de nuevo la ilusión por lo desconocido, esa inyección de vitalidad, de ser capaz de cometer cualquier locura, de dejarse llevar, y sólo pensar en ello me producia una sensación de vértigo, esa dulce sensación.

Pero... donde voy?, que estoy pensando, vamos Javi, recapacita, es una locura, si, vale, una dulce locura, pero no llegará a ningún lado, y lo sabes, al final .... Al final Carpe Dime, me dije, cogí mi móvil, dí a nuevo mensaje y escribí: "Alli estaré, si sigues esperandome".

Continuará...

martes, junio 14, 2011

¿Si o no?

Antes de nada quiero decir que soy católico, no practicante. Disiento de tantas cosas de la Iglesia y de la mayoría que la conforman que quizás incluso
alguno diría que como puedo llamarme católico.

Y sin embargo lo que voy a hacer está en contra de todo lo que la doctrina católica dicta, pero no hay vuelta atrás, es lo mejor para mi y para los que me rodean.

La miro, y ella me mira y sonríe, pero sé que tras su sonrisa hay tristeza, aunque respeta mi decisión, cómo no hacerlo cuando sabe que lo que padezco es irreversible.
La habitación es cálida, aunque siento algo de frío. No voy a decir que no tengo miedo, si claro que lo tengo, quien no lo tendría, pero a la vez
me invade una paz un sosiego que no he tenido en estos últimos años. Es más fácil para mi, que para los que se quedan, pero no es un acto egoísta, sé
que cuando todo pase, cuando el tiempo haya devuelto todo a la normalidad, podrán verlo bajo otra perspectiva y muchos acabarán dándome la razón.

Es la hora, es el momento.
Alguien gira una pequeña manecilla, y gota a gota fluye por el tubo hasta mis venas.

Me relajo, empiezo a sentir sueño, miro a mi alrededor, y mis párpados ceden.
Ya no los volveré a abrir, nunca más.

lunes, mayo 30, 2011

Mensaje en una botella

Detrás de él había un pequeño pueblo de casas blancas, de gentes con el alma blanca.
Pensaba que por fin, quizás había encontrado su sitio.
Y sin embargo estaba allí, en la playa, sentando en la arena, viendo amanecer, con una botella en sus manos.
Había escrito toda la noche. Toda la noche había roto hoja tras hoja lo que había escrito.
Hasta que en una pequeña nota volcó sus deseos y sueños, la metió en la botella, puso un corcho y se dirigió a la playa.

"Sé que alguien lo leerá"- se dijo.
Se levantó y con todas sus fuerzas arrojó la botella al mar.
La corriente arrastró la botella mar adentro, cuando se perdió de vista, giró tras sus pasos y regresó.

No muy lejos de allí, en una playa cercana, una chica pasea, sueña con príncipes azules que le roben el corazón, cuando a lo lejos un brillo llama su atención, las olas, como si de una mano invisible se tratara, acercan la botella a sus pies.

Ella ve un papelito dentro, algo de agua ha entrado en la botella.
La abre, saca el papel esperando ver lo que hay escrito.
Su corazón palpita.
Pero el papel está en blanco, restos de tinta ilegible borrados por el agua de mar recorren la hoja.
Vuelve a introducir la nota en la botella, y cuando llega a casa la deja en la alacena.

Ella nunca supo lo que él había escrito, él nunca supo que nadie leería su nota

viernes, mayo 20, 2011

Reencuentro

El invierno azotaba aquel paraje, como si quisiera no perderse el espectáculo.
Estábamos a mediados de noviembre, a las puertas de Madrid, aquel año de 1936.
Me acurrucaba en mi nido de ametralladora, fumaba escondido, con mi fusil Mauser de 7,92 mm. al lado.
Aún me preguntaba que estaba haciendo allí. Ni siquiera tenía ideas políticas, un chaval no sabe de esas cosas.
Sin embargo había visto muchas más atrocidades que la mayoría de adultos, cómo soldados republicanos habían
entrado en la iglesia de mi pueblo, violado a las monjas y torturado, para después crucificarlo, al sacerdote.
No tardó mucho tiempo el otro bando de cobrarse venganza, aquello parecía una carrera para ver quien de los
dos bando podía ser más cruel.

Cuando mi pueblo pasó al bando nacional, me reclutaron, y ahora estoy a las puertas de Madrid.
En mi agujero tiemblo de miedo, al atardecer vemos pasar los aviones cargados con sus bombas incendiarias, desde aquí
se ven las columnas de fuego en el centro de la ciudad.
Ayer nos atacaron con piezas de artillería de 77 mm, tuve suerte, salté de mi agujero y me refugié entre los restos de un Tanque T-26
antes de que mi posición volara por los aires.
Tenemos noticias de Asensio, esta noche atacaremos, hemos de cruzar al otro lado del rio Manzanares, hay tropas de la columna catalana en la ciudad
universitaria.

A mi alrededor los árboles arrancados de cuajo por los morteros, alargan sus sombras como fantasmas que esperan a la carnicería que está por llegar,
se agacharan y con sus ramas recogerán los restos de los cuerpos destrozados por las balas. Quiero borrar esos pensamientos de mi cabeza, sólo deseo que
si me llega la hora sea una muerte rápida.
El sol huye y la noche cae, muchos caerán también y no volverán a ver un nuevo amanecer. Duermo un poco, un mano golpea mi hombro, se acerca el momento de lanzarse al ataque, unas cuantas bengalas alumbran el espacio entre las trincheras.
Gritos endemoniados, y nos lanzamos a la carrera, llevo mi mauser apuntando a todo lo que se mueve por delante, explosiones, balas silbando y los primeros gritos de dolor y muerte rompen la noche.
Corro, corro y corro, hasta que caigo en otro hoyo de protección. Es una locura no sé donde está la línea del frente, los obuses estallan a mi lado, arrancan los pocos árboles que se mantenían en pie. Todos son gritos, peticiones de auxilio tragadas en una oscuridad absoluta sólo rasgada por los estallidos.
En frente de mi oigo ruidos, mi corazón se acelera, estoy muerto de miedo, imagino el frio metálico de una bayoneta atravesar mi estómago, asomo la cabeza, disparo y un grito me dice que he acertado en el blanco.
Sólo oigo sus lamentos, me está destrozando los nervios, le grito que se calle, y él me contesta con suplicas de que le ayude, que no le deje allí tirado.
Salgo de mi nido de ametralladora, repto hacia él en la oscuridad, y tiro de su ropa.
Ya en el agujero le tapo la boca, y le susurro que un grito más y le vuelo la cabeza, no sería capaz de hacerlo, pero sé que el miedo es capaz de de todo.
Obedece, le palpo para asegurarme que no lleva ninguna arma, y noto mi palma mojada de su sangre, mi bala le ha atravesado el costado pero ha salido limpiamente, cojo unas tiras de tela y tapono su herida.

Con el resplandor de una granada nuestras miradas se cruzan, veo el miedo en sus ojos, como seguramente el habrá visto el mio.
Nos cubre el silencio, hasta que de mi mochila saco un trozo de chocolate y se lo ofrezco.
Come.
Yo callo.
Entonces él empieza a decirme que es de un pueblo de Aragón, que sus padres se mudaron cuando él era pequeño a Madrid, que lo reclutaron a la fuerza, como a muchos otros de los dos bandos.
Yo le digo que soy también de pueblo, que como a él me dieron un fusil, me enseñaron a disparar y desfilar un poco, hasta ahora que he ido sobreviviendo.
Nos volvemos a callar.
Las primeras luces del alba dibujan nuestras figuras, es poco mayor que yo, pero está mucho mas delgado, y me mira, con esos ojos en los que puedo ver un pozo negro donde él baña sus temores, ¿me matara? ¿que será de mi?
Mete su mano en su chaqueta, y saca una foto, me la enseña, sus padres. Detrás casi ilegible una dirección calle Leganitos.
- Por favor cuando toméis Madrid, visita a mis padres, y diles cuanto les quiero que nunca les he olvidado.

Me coge del brazo y me casi echándose encima hace que se lo jure.

Y yo se lo juro, por que pienso que podría ser yo el que estuviera en su lugar.
Aparece un sargento, me da ordenes de unirme a unos cuantos soldados, vamos a pasar el rio Manzanares. Mira al prisionero, lo levanta y le señala a un grupo, no muy lejos de compañeros que también han sido capturados.

Cuando se va, a empujones, se gira y grita. "calle Leganitos", el sargento le golpea y cae al suelo, se levanta y se une al grupo de prisioneros.

Al final no entramos en Madrid hasta el 28 de Marzo, cuando por fin pude acercarme a la calle, el edificio era un amasijo de piedras e hierro. Intenté averiguar donde había ido su familia, pero nadie pudo decirme nada. Guardé la foto en la cartera y el tiempo pasó.
Los años pasaron.
Y con ellos la guerra quedó en un amargo y doloroso recuerdo.

Estamos en un siglo nuevo, he tenido una vida de la que sólo puedo quejarme de una cosa, ella me dejó antes, siempre quise ser yo el primero en morir y sin embargo ella partió antes que yo.
No hace mucho tiempo, llamaron a mi puerta, traían un certificado preguntando por Diego Carcelán Oriol, se habían equivocado, era el portal siguiente y sin embargo ese nombre...

Pasé varios días intentando recordar, hasta que una noche volvía a revivir el ataque a Madrid, el miedo y esa foto, la foto.
Me acerqué a su casa, y un anciano en silla de ruedas me abre la puerta.
Me mira y le miro, no digo nada pero le entrego una fotografía cuarteada.
Una lágrimas caen de sus ojos, y me invita a pasar.
Nos ponemos al día, me cuenta como fue trasladado a un campo de prisioneros cerca de Toledo, como al acabar la guerra buscó a sus padres, por suerte sobrevivieron, emigraron, y luego él volvió se casó, su mujer murió... la vida.
Yo le cuento que busqué a sus padres pero el edificio había sido bombardeado, que estuve semanas recorriendo aquellas calles en busca de alguien a quien entregar la foto, pero que al final la guardé para no olvidar nunca.

Ahora, por las mañanas le recojo temprano, vamos a la estación de Atocha, en ese pequeño jardín botánico, nos sentamos, y vemos a la gente pasar, unos con prisas por ir a su trabajo, otros cargados de maletas y esperanzas, abrazos y despedidas.
A veces recordamos aquellos viejos tiempos antes de que la guerra nos arrebatara parte de nuestra vida, sin embargo nunca hablamos de aquella noche en la que nos conocimos.

martes, mayo 10, 2011

Muda

La puerta se cerró.
Y tras ella quedó el silencio, el abandono y la soledad.

Se había ido, sin más, simplemente giró el pomo de la puerta y se fué.

Y allí quedó ella.
Y sus palabras, y su voz despegaron de sus labios y salieron volando para no volver.
Así dejó de hablar.


Pasó el tiempo, sus palabras crecían en su garganta pero morían en sus labios. Ningún sonido, ni un susurro.
Lo habían intentado todo, médicos, curanderos, hasta varias sesiones con un psicólogo de prestigio, pero su voz
seguía callada, y todos llegaban a un punto en común, el amor le quitó el habla, el amor se la devolverá.

Un día alguien llegó a su vida.
Intentó hacerse un hueco, poco a poco, sin importarle el silencio de ella.

Una tarde ella abrió la boca, al principio sólo fué un ligero aire, luego se tornó en un leve susurró hasta que que se formaron unas letras que vibraron en sus cuerda vocales.
Él se lleno de estupor, la miró perplejo y extrañado.

Había hablado , había pronunciado un nombre... pero no fué el suyo

viernes, abril 29, 2011

Pantone

Un manto se desliza despacio, cubriendolo todo, tapándome como lo haría una madre a su bebe.

Un manto de silencio.
Y las palabras van quedánse mudas, ya sólo suenan a silencio.

No pinto de colores las letras, ya no dibujo arco iris con las manos, como en las películas antiguas todo se tiñe de blanco y negro.

Sólo tus labios cuando sonrien abren la caja de acuarelas, colores pantone donde elegir: un magenta, un azul, un verde, un naranja...

Olvidando

Todo sucedió de un día para otro, o quizas se fue gestando como una semilla bajo tierra, que no se ve hasta que una mañana entre la arena aparece un tallo.

Sólo fué un: "no me acuerdo", "se me ha olvidado".

Luego las preguntas que se reptian cada cierto tiempo.

Más tarde ese tiempo se fué acortando.


Quien sabe que pasa por tu mente cuando piensas "me han robado" y buscas en un cajón y en otro y en otro, y cuando llego y te enseño que allí están las cosas que no encontrabas, esas mismas que dices "me las ha robado", callas y miras.

Y yo intento tener paciencia, y decirte: "no te preocupes, están aquí", aunque tus ojos lloren al comprender, sólo ese instante, que algo está pasando.


Un dia, abrirás la puerta y me mirarás, descubriré en tu mirada un brillo extraño, un brillo ajeno, y tus labios se abrirán para decir. "¿Quién eres?".

Sé que esas palabras se clavarán en mi piel como chinchetas, y por mucho que intente quitármelas estas se habrán pegado como esparadrapo, sin esquinas de donde tirar para arrancarlas.


Ya sólo me quedaran los recuerdos, esos mismos que en algún lugar escondido de tu mente tú también tienes, pero que ahora ya no llegas a encontrarlos.

jueves, abril 07, 2011

Un día más

Los tulipanes, aún envueltos, estaban sobre la mesa.
Un mantel de lino, dos copas de vino, aquellos platos guardados para ocasiones especiales despertaban de su letargo., bajo el brillo de la cuberteria.

Ella se estaba pintando, después de mucho tiempo había perdido la práctica, un poco de maquillaje, un ligero toque de sombra en los ojos, y los labios tal como a él le gustaban, con una pizca de color.
Llevaba puesto el vestido sugerente que tanto le gustaba a él, un escote generoso, la espalda al aire y lo suficientemente corto como para insinuar más que mostrar.
Recordó la primera vez que se lo puso, cuando entraron en su piso, y él deslizo sus manos por la espalda, cuando intentó quitárselo las urgencias se estrellaron con las estrechez del talle, los dos rompieron a reir. Luego tras un breve silencio se dejaron llevar por la pasión.

Ahogó una lágrima que insistentemente atacaba con jugar con el rimel.
Sacó la botella de vino del frigorífico, encendió las velas, puso la música.. su música, y se sentó.

Cerró los ojos.
Dió un largo trago a su copa de vino.
Y levantó el pequeño marco, donde la foto de el rostro de él parecía sonreirle.

- Hace un año, un año de tu... - aún le costaba decir la palabra - de tu muerte.

Quizás deberia empezar a superarlo, pero si lo hiciera, ¿no sería una forma de perderte?.

Se bebió dos copas más de vino, un acceso de rabia contenida le inundó el cuerpo. Agarró el bolso, y salió a la calle.

Entró en el primer bar que estaba lo suficientemente limpio, un lugar donde los yuppis desataban sus corbatas, y competían entre sí por la cantidad de tarjetas y las marca de las llaves del coche.

Desde la barra eligió al que más le gustaba, igual que el león elige al impala que servirá de cena.
Una ligera insinuación, dos cruces de piernas y se convirtió en un corderito.

Se lo folló.
Sin compasión.
Con todas las prisas del mundo, como si fuera el último deseo de un condenado en el corredor de la muerte.
Y cuando acabó, le lanzó la ropa y le abrió la puerta.

Quitó las sábanas de la cama y las echó a la lavadora, se tumbó en la cama y apagó las luces.

El silencio lo llenó todo.
No lloró.

El sueño fué apoderándose de sus párpados, que empezaron a cerrarse como los cierres de las tiendas.

Antes de dormir murmuró -" He sobrevivido, he sobrevivido un día más... sin ti."