lunes, enero 25, 2016

Zumo de naranja, zumo de limón

Estoy sentando en mi pequeña habitación que ahora se ha convertido en mi hogar, que ahora se ha convertido en mi mundo.
Desde la ventana puedo ver el mar, hoy está tranquilo, como decía hace años "como un plato", las aguas son tan azules que a veces se convierten en un verde turquesa.
Sobe mi mesa tengo un sobre y un folio en blanco, mis manos huesudas se aferran a una pluma que mojo en un un líquido amarillo, escribo pero la tinta es invisible, sólo posible de ver si acercas el papel a la luz de una vela.

"Han pasado años, muchos años desde que viera este mar una y otra vez, desde pequeño hasta más de casi la mitad de vida, un mar que fue mi hermano.
Ahora parece que veo a aquel niño pegado a la orilla de pie a la espera de que un pececillo fuera arrastrado por una ola para que con la mano en una velocidad endiablada lo empujara a la arena.
Luego llegaron los guiños, las primeras costuras en el corazón.
Añoré un tiempo ese mar, hasta que volví a él, puntualmente, en paseos por la arena, en una casa que no era mi casa.
Siempre pensé que encontraba a las personas, o ellas me encontraban a mi, en un momento difícil de su vida, hasta que ese momento acababa y entonces la persona simplemente desaparecía de mi vida, como si yo hubiera acabado una misión, como si yo solo hubiera sido un vehículo donde subir hasta la siguiente parada, bajarse y no volver.
Porque la vida la exprimes y a veces te da zumo de naranja, pero otras, muchas, zumo de limón.

El mismo zumo de limón con el que escribo esta carta porque sé que tú sabes como podrás leerla, por que sé que tu sabes, lo que nos gustaban los misterios.

Recuerdo, en especial un tiempo oscuro, donde en este país la locura tomó asiento, donde una gente con mentiras y promesas  de las que te llenan los oidos aún sabiendo que es mentira tomaron el poder,  donde gente que yo queria lo creyó para más tarde darse cuenta que ya era tarde, tarde para creer, tarde para tener esperanza, y todo aquello por lo que lucharon les fue sustraido todo en nombre de una palabra "podemos".
Recuerdo lo tozudo, lo cabezota y lo bruto que aquello me ponía, pero fue un tiempo en el que para mi, perder los papeles era demasiado sencillo, donde descubrí que conmigo habitaba un lado oscuro que nunca quise reconocer pero que aparecía.
Recuerdo que nunca llegué a aceptar que una persona estaba enferma y que posiblemente la mayoría de sus actos se debían a ello, y yo que aún pensaba en lo que había sido y en lo que se había convertido, dejaba salir a ese lado oscuro... oscuro como la noche.
Porque la vida la exprimes y a veces te da zumo de naranja, pero otras, muchas zumo de limón.

Ahora me cuesta recordar aquellos tiempos, y si estoy en esta habitación pequeña de alquiler, es por que no quiero ser esa persona, ni una carga.  Y aunque me cuesta ya recordar, sigo viendo aquella sonrisa, con aquel acento, pese a que tambien tuvo su tiempo de oscuridad, nunca dejó de sonreir, tuvo en su vida mucho, mucho zumo de limón, más del que se merecía, pero dentro de esa oscuridad un día llego la luz, al principio pequeña luego en todo su esplendor, y hoy puedo decir que yo estaba allí, y yo lo ví. Luego el tiempo, ese que no deberia exisitir, trajo sus profecias.

No guardo rencor a esta vida más de lo que ella puede guardarme, intenté exprimarla lo que pude, a veces me regalo su zumo de naranja, otras, las más sólo conseguí su zumo de limón.

Te escribo esto porque no voy a esperar que la parca venga a buscarme,  una vez alguien sabio dijo que es mejor morir de pie que vivir arrodillado, yo  he  vivido todo lo que tenía que vivir, y aunque se queda en el tintero más letras, más palabras y más hechos de los que yo quisiera, ya no es tiempo de escribirlos, de leerlos, de llevarlos a cabo.
¡Cuantas veces me he visto reflejado en ti!
 Espero que encuentres las mismas personas con las que yo me crucé en mi vida,  a unas, quizás nunca supe valorarlas, a otras, quizás, les hice daño sin haberlo querido como hubo otras que me lo hicieron a mi, pero la vida es asi, ya sabes la exprimes y te da... sí,  a veces zumo de naranja, otras zumo de limón, ójala para ti sea más naranja que limón.

Ahora he de irme, voy a dejar mi ropa, colocada  y ordenada como hacía siempre frente a ese mar, de aguas azules tan azules que se dirian que son verde esmeralda, y me iré con ellas de la misma manera que cuando tenía seis meses me bañaron en ellas por primera vez.

Espero que puedas leer esta carta, y no te olvides de exprimir cada segundo de la vida."

Meto la carta en el sobre, y cierro la puerta.

La arena esta caliente para ser el tiempo que es, me desnudo, mi cuerpo dista mucho de aquel que fue una vez, y camino hacia el mar, siento como me abre sus brazos, y me abraza, por fin me entrego a el  aunque sea la última vez, y cuando pruebo su sabor me sabe a.... zumo de naranja.

jueves, enero 14, 2016

Estrellas

Bajamos a la playa, el sol intentaba sumergirse entre las aguas dejando tras de si una amalgama de colores naranjas.

Nos sentamos en la arena aún caliente, miré a mi pequeño, parecía divertirle los resplandores de los últimos rayos de sol que saltaban de ola en ola.
De pronto percibió una luz brillante en el cielo, mira papá una estrella, yo sabía que no era una estrella sino un planeta, Venus, "sí le dije, enseguida irán apareciendo más"

Y así fue, en cuanto el sol se ocultó tras el horizonte, el cielo se oscureció cuajandose de estrellas.

- ¡Qué bonito, papi!
- ¿Es hermoso, verdad?  esto en nuestra ciudad no se puede ver...

Nos quedamos callados, yo le veía como contaba las estrellas y sentí envidia, envidia de su candidez, de todo lo que le quedaba por descubrir, de su alma tranquila y limpia.

Pasó una estrella fugaz, dejando tras de sí una estela de luz.

- Ale ¿que es eso?
- Es una estrella fugaz, una estrella que ha decidido iniciar su viaje y se va, a veces deja una estela para que la recordemos otras veces simplemente se va y no la volvemos a ver.
- A mi me gustan las estrellas fugaces, parecen un avión que va muy rápido por el cielo.
- Si... - le dije, mientras observaba como la estrella fugaz desaparecía, pensé que en el mundo hay dos clases de personas, las que te dicen que son tus amigos  pero que luego desaparecen como una estrella fugaz sin dejar siquiera una estela, y las que no dicen nada pero cuando las necesitas están ahí,  como las estrellas en el cielo de una noche de verano.

Abracé  a mi peque, y nos quedamos mirando la belleza de un cielo cuajado de estrellas.

La Cita (Final)

"Si has llegado hasta aquí ya no puedes echarte atrás, en la caja hay un camison de seda, póntelo, sin ropa interior, luego apaga la luz, la habitación ha de permanecer totalmente a oscuras, si percibo algo de luz, no entraré. tienes diez minutos..."

Tuve miedo, era entregarme de una manera que nunca antes había hecho, y sin embargo algo había en mi que me empijaba a hacerlo.
Me desnudé y me puse el camisón de seda, que no como pasa en las películas, me quedaba algo grande.
Apagué la luz, temblaba.
Pasaron unos minutos que se me hicieron eternos, de pronto oí un leve crujido de una puerta que se abre, no entra ninguna luz, por lo que adivino que él ya estaba dentro de la habitación, en el lavabo.
Siento que está muy cerca, y mi cuerpo vuelve a temblar.

Una mano se posa en mi hombro, y le oigo susurrar "soy yo, no temas, es sólo un juego que te gustará"

Desliza su mano por el tirante y lo baja por mi hombro, con suavidad me pone de pie, y me besa, primero suavemente luego abre su boca y su lengia se introduce en la mia, me besa apasionadamente, pega su cuerpo
al mio. ¡¡Está desnudo!! y eso me excita aún mas.
Su piel es suave, acaricio su espalda y su pecho mis dedos juegan con el vello, mientras separo un poco las piernas y noto como su sexo está reaccionado a nuestro beso.

Acaricio su cara, intendo descifrar como es su rostro, pero no llego a imaginarlo, él me acaricia sus manos recorren mi  cuerpo sin quitarme aún el camisón, su boca baja por mi cuello se detiene y lo mordisquea suavemente, me produce escalofrio y siento un ardor en mi interior como hacía tiempo no recordaba.

Baja su boca y por encima del camison me besa los pechos, atrapa con sus labios mis pezones y los lame. Sus manos se han introducido por debajo de la prenda, y se agarran literalmente a mi culo, empujandome hacia él.

Me está excitando, y gimo levemente, no dice nada, me empuja suavemente a la cama y caigo boca arriba, siento su peso sobre mi, se mueve para colocarse encima y siento su miembro duro sobre mi estómago.
Vuelve a besarme con ganas, con prisas, devorandome la boca, esta vez se entretiene en morderme los labios, la lengua, en besarme despacio para luego acelerar, y yo empiezo a desear que me penetre, abro mis piernas y agarro su cintura, muevo mi pelvis y con el roce me excito aún más.

"Aún no" le oigo decir, me levanta el camisón y por fin me lo quita, su boca desciende por mi estómago hasta llegar a mi sexo, noto el calor de su aliento, y siento como lo besa muy despacio, hasta que su lengua, húmeda, me roza pego un pequeño brinco con ese contacto y se me escapa un gemido, él lejos de parar acelera sus besos, su lengua juega con mis labios, roza succiona y da pequeños golpecitos en mi clítoris, me está volviendo loca, y siento que mis piernas empiezan a temblar, un cosquilleo interior avanza, como el agua ante una presa que han abierto se precipita en mi interior y me corro sujentando su cabeza contra mi sexo.
Tanto tiempo reprimido.

Él ha suavizado sus besos pero sigue acariciandomelo con la boca, mientras sus manos acarician mis pechos, baja una y sus dedos mojados juegan con la entrada de mi sexo, me vuelvo a excitar, y él lo sabe, los introduce despacio, sabe lo que hace,  y a pesar de que acabo de llegar al orgasmo, me vuelve a poner.
Pero quiero devolverle el palcer que me ha dado, y busco ansiosa con mis manos su pene, esta erguido duro, y el pega un respingo cuando lo atrapo y lo agarro "como me gusta" le digo, y siento que el sonrie.
Le empujo de tal manera que queda  debajo de mi, deslizo mi lengua por sus pezones mientras mi mano sube y baja en su miembro, él se deja hacer, yo sigo hasta que logro tenerlo a la altura de mi boca, juego con el y siento como disfruta. Siempre me ha gustado el poder que da tenrlo en mi mano, en mi boca, me encanta sentirlo duro, y sé que lo hago muy bien.

Cuando creo que no aguanta más me subo y le monto, ufff que sensación sentir como va entrando como me roza mi interior, como le tengo atrapado, él me agarra de las caderas y yo empiezo a moverme, "¡¡cómo lo echaba de menos!!", pienso.
Cambiamos de posición varias veces, una vez me ponia a cuatro patas, y me lo hacia desde atras acariciandome los pezones, otras de lado, me encantó cuando se puso encima y sentia somo se erguia y me besaba mientras me penetraba.

Perdí la noción del tiempo, no se cuanto estuvimos haciendo el amor, auqnue a veces tuve la sensación que era más follar, y otras cuando el me acariciaba el pelo y la cara, sentia que me estaba haciendo el amor, aún sin conocernos. Llegue a tener tres orgasmos más, y por fin el llego al suyo encima de mi cuerpo mojándome mis pechos el cuerpo, mi boca.

No hablamos mucho, tendidos en la cama, seguimos acariciándonos hasta volver a excitarnos y empezar de nuevo. Nos duchamos jutos a oscuras fue otra nueva sensación, me encantó arrodillarme y volver a comerle despacio, y como me lo hizo contra la pared de la ducha.

el tiempo pasó demasiado rápido, él se vistió despacio, me dijo que la habitación estaba pagada con el desayuno que lo traerían a la habitación, que me quedara, se acercó y volvió a besarme, yo intente agarrarle para que se quedara, pero no fue posible.

Abrió la puerta despacio para que la luz no hiciera que pudiera reconocerle, y antes de irse me dijo " Me conoces, me has visto antes, yo tambien te conozco a ti de hace tiempo, estamos mas cerca de lo que creer..."

Me quedé helada, salté de la cama para buscarle, pero él ya no estaba en el pasillo.

Ha pasado una semana, hemos seguido charlando por el chat, y quizás haya otra cita, pero ahora cuando camino por la calles de mi barrio miro a los chicos esperando averiguar si alguno de ellos es ÉL.

lunes, enero 11, 2016

La cita (1ª parte)

Tenía el corazón roto, a veces te das tanto que no sabes cuanto queda de ti, y  cuando quieres darte cuenta de lo inútil  que es seguir, estás simplemente vacía.
Pasé un tiempo entre soledades y la oscuridad de mis cuatro paredes. como si aquel tiempo de luto pudiera coserme por dentro,  hasta que un día decidí que era el momento de ir despertando, de que la vida se me iba en un soplo y que no merecía la pena dejarme por que alguien me hubiera dejado con todo el desprecio del mundo.

Me conecté a un chat, y tras varios asaltos del tipo "que ropa interior llevas", "no sabes lo que te haria, ningún tio te ha hecho lo que voy a hacerte", sin ni siquiera saber mi nombre, cuando iba a cerrar la sesión se ma abrió una ventanita con un simple "Hola, ¿cómo estas?"

Pasé mas de dos horas hablando con él, al principio costaba sacarle las palabras, e incluso me pareció algo borde su actitud, sin embargo no pronmunció la palabra sexo en las dos horas y eso me animó a seguir charlando con él.
Se sucedieron los días, y las conversaciones se hicieron algo mas intimas, mas personales, e incluso hubo un leve juego de coqueteo.
Sentía que la mujer que llevaba dentro volvía  salir reclamando el espacio que le había negado, y volvía con mas ganas que antes, con toda la sensualidad que había reprimido en ese tiempo de duelo. Asi que una tarde de domingo,  introduje en nuestra conversación pinceladas eróticas, él antes de mostrarse tímido me siguió el juego y aquella tarde cuando cerré el portátil, me fui a la ducha y tuve uno de los mejores orgasmos de los últimos meses.

Tenía claro que no queria una relación, aún no estaba preparada para que alguien jugara con mis sentimientos, pero mi cuerpo deseaba unas manos, unos labios sentir el calor de una piel en mi piel, así que llevaba las conversaciones a jugar cada vez un poco mas, hasta que...

Hasta que se lanzó y me propuso un juego. Nos nos habíamos mandado ninguna foto, algún mensaje de voz, alguna descripción y poco más, entonces él me dijo:

- ¿Te gusta jugar?, juguemos
- ¿Qué propones? - conteste con algo de incertidumbre.
-  Qudemos en un bar, en mesas separadas, sin conocernos asi miraras y yo mirare quien puedes ser, despues de un cuarto de hora ve al camarero, el tendrá un sobre con la llave de una habitación de un hotel cercano, irás a la habitación y alli tendras otra carta, ¿te atreves?

Sentí miedo, sin conocerle... pero a la vez me desperto un morbo y un deseo irrefrenable "si" le contesté.

Llegué al bar, estaba llenos de gente, intenté descubrir quien podría ser, la mayoria de los chicos no me atrían fisicamente, alguno que sí estaba ocupado, y por el momento  pensé que me había tomado el pelo, que simplemente se había burlado de mi, sin embargo le pregunté al camarero si tenía un sobre. El camarero miró tras de la barra y con una sonrisa me entregó un sobre cerrado de color crema.

Salí a la calle, lo abrí apresuradamente, dentro había una tarjeta, la llave de una habitación y la dirección del hotel.
Dude unos instantes si ir, pero me pudo más esa sensación de volver a sentirme mujer, deseada, mi cuerpo volvía a arder, sentía un cosquilleo en mi sexo que me resulto muy agradable.

Entré en el hotel, miré el numero de la habitación por enésima vez, y cuando llegué a la puerta mis manos temblaban. era una habitación amplia, con una cama de matrimonio, sobre ella había una nota y una caja.
Cogí la nota y leí.

"Si has llegado hasta aquí ya no puedes echarte atrás, en la caja hay un camison de seda, póntelo, sin ropa interior, luego apaga la luz, la habitación ha de permanecer totalmente a oscuras, si percibo algo de luz, no entraré. tienes diez minutos..."

Continuará

lunes, enero 04, 2016

Cuentos por teléfono 9 - La cena

Cae la tarde bajo un cielo gris plomizo.
Afuera hace frío, el frío del invierno, ese que invita a que alguien te abrigue el corazón.
Ese que invita a abrir la caja de las viejas fotos, a desenlazar las cartas olvidadas, a releer los chats y los e-mails que aún se guardan.

Suena el teléfono.

- Hola, feliz año - su voz se desliza apagada como si sus palabras estuvieran cansadas.
- Hola ¡¡ feliz año !!, ¿cómo te fue la última noche?
- Casi prefiero no hablar de ello, sólo decirte que me fui a dormir antes de las campanadas
- Vaya lo siento
- Hoy necesito un cuento tuyo, uno como el que leí una vez de un chico que acompañaba a su chica a una boda y le quería gastar una broma, creo... que se hizo pasar por chico de compañía por que las amigas de su chica siempre le decían que porqué iba sola... me gustó mucho, me reí y me hizo sentir que me hubiera gustado tener un chico así a mi lado. ¿Podrías  contarme un cuento así? Aunque sea sólo para creer que  tendré a alguien parecido a mi lado... alguna vez
- Me lo pones difícil, lo que leíste, lo escribí hace mucho, mucho tiempo y... bueno déjame que piense, quizás tenga una historia para ti.
- Sabía que la tendrías...
- Ahí vamos

"Estaba en el coche, como siempre ella no era puntual, nunca acaba de acostumbrarse, no es que sea un fanático del orden, pero le gusta llegar a los sitios a su hora y más si habían quedado con sus padres, la primera vez que les presentaba a su chica. Ya hacía dos años que estaba con ella, y a pesar de la insistencia de sus padres en que la presentara, él no quería, no sé el motivo, pero algo en su interior le decía que no era una buena idea...

Ufsss, ya voy tarde - se dice ella - pero no doy con la ropa, seguro que él me pone alguna pega. 


Mientras se quita el tanga  y saca un culotte del cajón que deja sobre la cama.
El pantalón fuera, mejor esta falda que no es lo suficientemente larga para que me haga una mojigata, ni lo suficientemente corta para escandalizarles.


Le suena el móvil, es él, está nervioso, ella corre al baño, se da el último retoque, se coloca la falda y sale a toda prisa.

- Vamos muy ajustados de tiempo - le dice él  antes de que ella apague su voz con un beso.
- Estas preciosa
- Si, si  y nerviosa, espero que tus padres tengan más paciencia que tú y no sean tan quisquillosos, además no me has dicho donde vamos...
- Bueno, lo sabrás en su  momento...
- Siempre con tus juegos que me ponen de los nervios
- Lo sé, pero es que mis padres tiene una costumbre siempre por estas fechas, se conocieron en uno y desde hace años siempre van a celebrarlo " de manera especial"
- No me ha gustado  el tono  de esa manera espacial
- Ja ja ja ya lo verás, seguro que te diviertes.

Conduce deprisa, aún así llegan algo tarde,  sus padres y sus hermanas con sus novios están en la puerta.
Ella le mira con un gesto que lo dice todo "¿vamos a cenar aquí?".

Están frente a un restaurante típico americano, él se acerca y le susurra al oido, "mis padres se conocieron en un viaje de la universidad en Estados Unidos en un bar  country". Sonrie, se encoge de hombros, y agarrándola de la mano se acerca donde están todos.

La cena ha sido relajada, no le han preguntado mucho y sus hermanas se han mostrado muy amables, tirando algún capote cuando la madre de él ha estado algo curiosa. Aún así siente un cosquilleo en el estómago, él tiene ese brillo especial en los ojos de que hay algo que no ha contado.

- Bueno vamos al  bar anexo, nos esperan unas cervezas y el duelo - dice el padre.
- ¿El duelo? - pregunta ella.
- Si, si, es ya una tradición familiar, hay un toro mecánico y nos jugamos quien paga las copas, chicas contra chicos, contamos los tiempos y los que mas aguanten ganan.

Ella se acerca a su chico, y casi rogandole le dice:

- ¿de verdad que me vas a hacer subir ahí? sabes lo vergonzosa que soy
- Lo siento bebe, pero es la tradición.
- Ufsss no sé si podré, voy al lavabo, ahora vuelvo.

Cuando regresa, su frente esta perlada  de gotas de sudor.

- ¿Te encuentras bien? - le dice él - estas temblando.
- No te vas a creer lo que me ha pasado, con las prisas no me he puesto ropa interior
- Ummmm que excitante, me lo podrías haber dicho antes, que morbo...
- No seas tonto, y piensa... si subo al potro y me caigo con esta falda puedo enseñar...
- ¡¡Dios!! es verdad
- Tienes que hacer algo, ¿no sabes de algun chino por aqui?
- ¿Ahora, y en Navidades?
- Mira peque, o haces algo o nos vamos,
- Esta bien, está bien.

Él se excusa y sale del restaurante, por suerte hay un chino no muy lejos de alli.
Cuando vuelve, todos le están esperand,o es su turno de montar al toro mécanico y luego empiezan las chicas.

- ¿Has encontrado algo?
- No se si esto te va a gustar, pero es lo único que había. - y le enseña unos calzoncillos rojos con una trompa de elefante
- Pero eres tonto, ¿cómo me voy a poner eso?, no, no salto...

El padre oye la última frase, y se acerca.

- Lo siento pero hemos de montar todos al toro, es una tradición de la familia, y nos gustaría que formases parte de ella.

Ella baja la mirada, no es capaz de negarse y cuando el padre se retira coge el paquete

- Esta me la pagas, como me caiga, me muero

Cuando vuelve ya han montado los chicos,  da un buen trago al bourbon y allá va

- ¡¡ Vamos bebé!! Tú puedes, si aguantas 25 segundos habréis ganado.

Sus hermanas gritan y la animan, ella se agarra al asidero y se monta procurando no levantar mucho su falda, la trompa del elefante le roza y le produce un cierto gustillo.

El toro mecánico empieza a moverse, primero muy lentamente.

- Así no vale - dice el novio de una de sus hermanas - has de levantar un brazo y sostenerte con el otro.

Ella le mira y lo hubiera fulminado si no es por que el toro da una fuerte sacudida y ella está a punto de caerse.

- Vamos llevas 15 segundos - le animan las chicas
- Ya van 20 - le dice la madre, con algo de celos en su tono.
- Yupiiiii lo has logrado, ¡¡ hemos gando!! - le vuelven a gritar las hermanas

Ella se desconcentra, el toro cabecea y ella cae sobre la colchoneta con la falta por la cintura.

Hay un silencio que dura unos segundos, él corre a ayudarla, mientras ella acalorada por el esfuerzo y roja de la vergüenza agacha la cabeza.
Nadie dice nada en la mesa, las hermanas la abrazan festejando la victoria.
El padre se acerca y le dice:

- Entiendo que hayas tardado tanto tiempo en presentarnosla, pero deberías saber que lo que más nos importa es tu felicidad, ¡qué mas da! cada uno es como quiere ser - le dice mirandola a ella.
- ¿Cómo qué como quiere ser?, perdone pero no le entiendo - le contesta
- Bueno... estamos en el siglo veintiuno, si mi hijo decide tener una relación con un transexual, ¿quien soy yo para juzgaros?

Ella cierra la boca, la vuelve a abrir pero no le salen las palabras.
La familia esta pendiente, su chico balbucea

- Ella... jajaja ella... es ella... ¡¡es mujer!!
- Ya, ya, bueno si él, digo ella, se siente mujer me parece bien, pero lo de su ropa interior, ¡¡vaya trompa!!. En fin, hijo mio... si es eso lo que te gusta.
- Yo... es que me olvide... por favor, dí algo me muero de vergüenza.

De pronto todos rompen a reir, la madre la abraza, y cuando la suelta él se acerca y la besa

- Perdona bebé, cuando fuiste al lavabo les conté lo que te había pasado y ... bueno lo siento...
- ¿Cómo?  pero que ... - les dice.
- Vamos, lo sentimos, es que esta familia tiene un humor peculiar - dice el padre - por cierto eres increible como has aguantado sobre el toro...
- ¡¡ Cómo no iba a hacerlo !! Si llevaba la trompa de este maldito calzoncillo entre las piernas - contesta ella riendo.

- ¡¡ por nosotras!! - gritan a coro las hermanas.

Todos levantan sus vasos, él la mira como sólo ella sabe,  y en su mirada encuentra su perdón.
Le deposita un suave beso en los labios, mientras todo les vitorean.

La cena termina.


Ella está en la cama, él refunfuña...

- Pero bebe ¿de verdad que tengo que hacerlo?
- Más te vale si esta noche quieres dormir conmigo - le contesta mientras le suelta el calzoncillo con forma de elefante - vamos póntelo

Él se lo pone obediente.

- ¿No te vale con esto? - le dice
- ¡NO! - ella abre el balcón - vamos baja al bar y traete unas cervezas, pero ya sabes sólo con el calzoncillo, desde aquí te veo.
- Bebe... por favor...

La noche acaba entre las sábanas.
En el suelo hay cuatro latas de cerveza."
- ¡¡Guauu!! me ha encantado,
- Me alegro, a veces hay que saber lanzarse, saber reirse de uno mismo, sobre todo si lo haces por amor
- Si lo haces por amor...
- Si
- Gracias, creo que me voy a ir a dormir con las imágenes de tu cuento
- Sueña, sueña bonito, los sueños pueden convertirse en realidad.
- Ciao mi contador de historias
- Ciao, hasta la próxima.