Acabado.
Así se sentía, como si todo hubiera acabado.
Como si alguien en su ventana hubiera colgado el cartel de 'The End'
Como si alguien hubiera cerrado la puerta con él dentro y hubiera tirado la llave por el sumidero.
Donde las sonrisas se encierran en cajas precintadas con silencios
Donde los besos están sellados.
Donde los abrazos se han disuelto como azucarillos en el café.
Donde las ilusiones se han marchitado como las margaritas en agosto.
Iba caminando bajo el sol de agosto.
Iba a un parque donde los árboles se mecen con el viento.
Iba con sus sueños atados al hilo de una cometa, por si, por fin pudiera echarlos a volar.
Y llegó.
Y vio.
Y vio aquel árbol, un árbol que lo llamaba.
Miró a un lado y a otro, suponiendo que no era a él a quien llamaba aquel árbol, más sólo estaba él.
Se acercó, como lo hace un pajarillo cuando le ofreces una miga de pan.
Despacio y con miedo.
- Hola.
- Hola, ¿ me has llamado a mi?
- Si, a ti, ¿no eres tu ese chico que ibas mirando al suelo, dando pataditas a las piedras y arrastrando una cuerda?
- Si, soy yo
- ¿Y que llevas en esa cuerda?
- Una cometa
- ¿Una cometa?
- Si, he pegado mis sueños a ella pero no logro que vuele, no hay viento.
- Ummm ¿viento? no hace falta viento para hacer volar los sueños
- Los míos si, tiene que ser un viento fuerte que logre levantarlos del suelo, algunas veces casi lo he conseguido pero siempre vuelve la cometa a caer a tierra.
De aquel árbol bajó una niña, me miró con sus ojos oscuros y su pelo cobrizo, cogió la cuerda y echó a correr entre risas.
Juro que no había nada de viento y sin embargo la cometa traqueteó, y se elevó al cielo azul. como nunca lo había hecho antes.
- ¿ves? no hace falta viento, sólo que lo desees.
El alzó la mirada, la cometa giraba y giraba y de ella llovían sus sueños.
Abrió los ojos, estaba en su cama.
Todo había sido un sueño.
¿había sido un sueño?... por que sobre su almohada encontró las hojas de aquel árbol.