viernes, febrero 25, 2011

Una historia en París




Otro relato para www.relatosconjuntos.blogspot.com

Sir Eduard Gallard había heredado de su padre, el titulo, una inmensa fortuna pero no la inteligencia de aquel. Era lo suficientemente listo como para poner al frente del negocio familiar a alguien competente y lo necesariamente estúpido como para llevar a la bancarota a la familia.
Por lo que opto viajar, conocer mundo y supervisar las cuentas sin entrometerse demasiado.

Era un hombre alto y apuesto, coronado por una gran mata de pelo negro, que siempre llevaba cortado pulcramente. Vestía según los dicatdos de la moda, pero siempre se guardaba de que se ajustara a su personalidad. Había disfrutado de mujeres de alta arcunía, tanto como de otras a las que muchos llamarían plebeyas, sin embargo en ninguna halló más que placer carnal y poco más.

Había recorrido casi la totalidad de Europa, la India y parte de los Estados Unidos, pero ahora que el siglo estaba agonizando iba a hacer caso a las recomendaciones de visitar la ciudad de la luz.

Nada más llegar quedó impresionado con la Torre Eiffel, Les invalides, La catedral de Notredame. Una de sus primeras noches, dirigió sus pasos a la zona de los cabarets y del Moulin Rouge, allí quedó maravillado con los carteles de un tal Lautrec, y sin poder resistir la tentación entró en uno de ellos.

Fué recibido por una mujer entrada en años, mas bien oronda, cuya cara reflejaba el paso del tiempo, un tiempo que debió ser duro dado las arrugras que cruzaban su rostro, pensó él. Sus ojos dos pequeños círculos marrones, estaban pintados de un azul intenso que contrastaba con el rojo de sus labios y la palidez de su piel.
Amablemente le llevó a una sala amplia, con grandes columnas que recordaban a la época dorada del imperio romano y unos grandes sillones rojos. Le indicó que se sentara en un butacón, que resultaba más cómodo de lo que a simple vista parecía.

La madame dió una palmada y tras unas cortinas fueron apareciendo hermosas chicas, cuyos vestidos dejaban entrever sus generosos pechos, algunas de ellas llevaban medias negras con zapatos de gran tacon, otras vestian ligeras telas que insinuaban sus figuras. Formaron pequeños grupos y fueron a sentarse en los sofas. Alguien apareció detras de él, se agachó y sus senos casi le rozaron la mejilla, le ofreció una copa de champán y desapareció. La mujer le susurro que podía elegir a cualquiera de ellas, y en pocas palabras le informó de las habitaciones que se hallaban en el piso superior.

Él le escuchó atento, le agradeció su amabilidad, y le dijo que ya le avisaría. Bebió un poco más de champan, depositó la copa en la mesita cercana y observó a las chicas. Sintió que el deseo iba apoderandose de él, cuando su mirada se posó en una de ellas. Su aspecto era frágil, como un cervatillo perdido que sabe que pronto será presa de los lobos. La miró detenidamente, el pelo castaño que caía gracilmente sobre sus hombros desnudos, sus manos juntas en su regazo, sus piernas largas y desnudas, su piel tostada que jugaba a ocultarse bajo la tela de un vestido blanco. ella levantó la mirada para encontrarse con la de él, avergonzada por ese gesto cerró los ojos y volvió a mirar habia el suelo. A sir Eduard aquello le enterneció sobre manera, por primera vez en su vida se sentia tentado y a la vez perturbado por los sentimientos que aquella chica despertaba en él.
Llamó a la madame, esta presta se acercó, él le dijo algo al oido, ella sonrió y se marchó.

Al poco tiempo el salón se fué llenando de hombres, todos de alta posición, políticos, empresarios... la sala se llenó de humo y risas a la misma velocidad que las chicas empezaron a coquetear con aquellos hombres que se les acercaban.

Sir Eduard seguía impasible en su asiento observando como los grupos y parejas que se habían formado subían por las escaleras camino a las habitaciones. Todas menos una, aquella a la que él seguía mirando. Al poco rato, se levantó, se acercó a la madame depositó en su mano unos billetes y se marchó.

Aquello se convirtió en una especie de ritual, sir Eduard llegaba al cabaret, y pasaba las noches observado a la joven, las chicas desaparecian y ella se quedaba sentada en el sofá a la espera, hasta que él se marchaba y la señora entraba en la sala para decirle a la chica que podia irse a su dormitorio.

Sir Eduard retrasó su viaje, hasta que llegó un cablegrama requiriendo su presencia en Londres.
Aquella sería su última noche.
Entró en el cabaret, se sentó en el sillón, y le trajeron una copa de champan. Esa noche no esperó al final, cuano la sala estaba llena se acercó a la madame y le entregó un fajo de billetes.

- Es mi última noche en París, aqui le dejo una carta con mis instrucciones, mi dirección y este dinero que espero sea suficiente.
- Lo es, señor, pero si me permite, puedo hacerle una pregunta.
- Adelante - contestó sir Eduard.
- Llevo muchos años regentando este cabaret, y he visto de todo créame, parejas fornicando, trios, orgias salvajes, hombres de la iglesia que moralizaban en el exterior para luego dejar su sotana en la puerta y aqui dentro ser de lo más libidinoso, pero nunca me encontré con un caso como el suyo, alguien que pagara por estar, sólo por estar.
- En eso se equivova, mi encantadora señora, yo he hecho el amor cada noche con ella, en su mirada, en su suave piel en su cuerpo que desnudaba cada día lentamente imaginando sus pechos y el calor de su sexo. Cada noche diferente, cada noche en mi mente.
- Y no le hubiera gustado poseerla, sentirla en sus brazos...
- No, siéndole sincero, era la primera vez que sentia un deseo abrazado a un sentimiento, quizas si hubiera yacido con ella, la magia se habría perdido, habría pasado a ser una más de sus chicas, una más... y así ,aún puedo guardar el recuerdo.

La madame no pudo aguantar las lágrimas, le dió la mano a sir Eduard y se despidió de él.

Pasaron meses, un gris otoño cayó sobre Londes, la lluvia pertinaz llevaba días empapando las calles. Sir Eduard había envejecido en aquellos meses, los que
le conocían no llegaban a reconocerle, había perdido la ilusión, ya no pensaba en su siguiente viaje, como las calles su alma estaba empapada de nostalgia.

El primer domingo de noviembre alguien llamó a la puerta de su mansión , el mayordomo se acercó a Sir Eduard.

- Señor, hay una persona que pregunta por usted.
- Charles, no tengo hoy ninguna cita y no me apetece ver a nadie, dígale que no me encuentro en casa
- Perdone señor, pero se niega a irse si no le recibe.

Malhumorado, sir Eduard camina hacia el vestíbulo, abre la puerta y....

miércoles, febrero 09, 2011

Relatos conjuntos

Relatos conjuntos propone a partir de una foto, escribir un relato.
La foto es esta:



Foto: Feliz Corchado


Y este el relato:

Centro correccional del norte de carabanchel para mujeres (Madrid- España)
Celda 37.
Preso femenino C.R. número 2678

La celda es pequeña, una cama metálica de bordes redondeados, una mesa sobre la que se halla una cesta de mimbre, y un inodoro.
en la pared pegada con cello, la fotografía de un camino en un bosque nevado y pelado.

.... tres días antes...

Unas manos preparan la comida.

-"Hoy no podré llevarla yo, ¿podrías acercarle la comida a la abuelita?.
-"Si mamá, no te preocupes.

Mete en la cestita la comida, unos pastelitos y un tarrito de miel.

-"Si vas por el bosque, no se te olvide ir preparada, ya sabes lo peligroso que puede ser."
- "Si, mamá, no te preocupes, papá me enseñó como defenderme".

La niña, que ya es una mocita, coge su caperuza roja, la cestita y camina cantando alegre hacia el bosque.

El frío invierno ha dejado restos de nieve sobre el camino, y ha desnudado a los árboles de su vestimenta.
La niña silba contenta, tiene ganas de ver a su abuelita, mientras con su smartphone entra en el facebook y escribe en su muro lo que ha hecho en le día.

Tras un árbol acecha un lobo, el cambio climático y al desertización le han hecho bajar de la montaña y buscar comida cerca del pueblo.
Ha olido a la niña, la comida y los pastelitos, sigiloso se acerca a la chica, que con su caperuza roja es visible desde kilómetros.

El lobo salta y bloquea el camino, avanza lentamente enseñando sus fauces.
Por el susto la chica suelta de golpe su teléfono, este cae y se hace añicos.
Da unos pasos hacía atrás mietras el lobo mira alrededor, evalua por donde ella puede echarse a correr, es todo un estratega.
Sin embargo la chica no parece asustada, pero si muy cabreada.

- "Maldita sea, me gasté todos los puntos de Movistar en ese móvil y tú perro de mierda me lo has destrozado"

Es lo que tiene la ESO, que a su edad no sabe distinguir un perro de un lobo.
Revuelve en su cestita, nota el frío metálico de lo que hay bajo los pastelitos.
Lo saca.
Y apunta a la cabeza del lobo.
Este se queda extrañado, esperaba que la chica saliera corriendo y asi su presa sería más fácil, le suenan las tripas, y no se amilana, avanza.

- "Jeje, menos mal que mi padre es guardia civil, ya sabes maldito perro, en estos tiempos una chica ha de ir preparada"

Aounta y dispara.
El lobo cae fulminado.

Una hora y media después, aparece el samur, y la policia local.
Dos horas despues, en el pueblo está todo el equipo de "Salvame", una tal Belen Esteban entrevista a la chica, parece que lleva toda la vida delante de las cámaras.

Como la situación económica del país es un desastre, la hazaña de la chica a la que ahora llaman Caperucita Roja, sale en portada en todos los periódicos mediaticos, "El País", "Público", incluso en el telediario de "La Sexta", más un especial de "Callejeros" en Cuatro. Sin embargo en Intereconomía la noticia pasa desapercibida y hablan del caso "Faisan" y las metiraas de Rubalcaba.

La madre se frota las manos pensando en ir de plató en plató, quien sabe si mi hija acabará de tertuliana con Ana rRosa se dice, ya se ve en un chalet a las afueras de Madrid posando para la revista "Cosmopolitan" al lado de "la Lomana", pero negras nubes se ciernen sobre Caperucita Roja.

Un becario de Green Peace ha visto "La sexta", tiene que hacer algo o sino su precario sueldo se reducirá a la nada y está harto de aguantar las largos colas del Inem y los cursos de jardineria oriental para interiores en los que le inscriben, por lo que entra en la Wikipedia y ve que el lobo que la chica ha matado es una especie en extinción.
Suenan todas las alarmas en los grupos ecologistas, IU avída de votos presenta una querella, insta a que el gobierno actue. En la Puerta del Sol se manifiestan los Verdes.

Al día siguiente "Publico" lanza una editorial donde acusan al padre, que para más inri es de la guardía civil, de educación perniciosa a su hija por el uso de armas, de abandono de sus obligaciones, ya que la chica faltó al insituto para llevar la comida a la abuela, y ademas y lo peor, de estar afiliado al PP.
Ni que decir tiene que el padre es despedido sin honores de la guardía civil por orden expresa de "la Chacón".
La chica es detenida, y acusada de maltrato a los animales y de matar una especie protegida y es ingresada en el Centro correccional del norte de carabanchel para mujeres (Madrid- España). Todo ello televisado en directo.

Su madre tiene que poner la casa en venta para poder pagar la fianza que ha establecido el Fiscal del Estado, sobre la que pesan dos hipotecas.

A todo esto, nadie sabe aún que la abuelita ha fallecido de inanición, pronto sera una nueva noticia sobre el abandono que sufren los ancianos por parte de sus familiares.
....

Mientras la presa número 2678 C.R. (Caperucita Roja) mira la foto del camino, allí donde aparecio ese maldito perro (ya sabeís la ESO tiene estas cosas) y no se cansa de gritar:

- "Soy inocente, no he hecho nada, salvo matar un perro rabioso que queria comerme....."

No escribo..

Hoy no voy a escribir nada mio, la frasca de mis letras se encuentra vacía, y la alacena dodne guardo mis frascas de lágrimas y sonrisas están llenas y cerradas.
Hoy aólo quiero mirar por la ventana, ver el cielo azul de Madrid de un dia de febrero y dejarme llevar por lo que bulle en mi cabeza, por loque se mece dentro de ella con la música ... y con una canción.

esas canciones que nos acompañan en la vida y que forman parte de nuestra banda sonora..

La vida, o mi vida , no la entenderia nunca sin la musica ,sin canciones, sin es banda sonora que nos va llenando, que se cose a los sentimientos y a las vivencias. Una cancion para un baile, una cancion para cuando te han roto el corazon, una cancion para cuando el sol entra de llenos de nuevo, una cancion para un encuentro, una cancion para una despedida. asi se van formando bandas sonoras, que luego uno recuerda y revive.



Esta es una de ellas...


http://www.youtube.com/watch?v=mHeHJs6V70o



No escojas sólo una parte,
tómame como me doy,
entero y tal como soy,
no vayas a equivocarte.

Soy sinceramente tuyo,
pero no quiero, mi amor,
ir por tu vida de visita,
vestido para la ocasión.
Preferiría con el tiempo
reconocerme sin rubor.

Cuéntale a tu corazón
que existe siempre una razón
escondida en cada gesto.
Del derecho y del revés
uno sólo es lo que es
y anda siempre con lo puesto.

Nunca es triste la verdad,
lo que no tiene es remedio.

Y no es prudente ir camuflado
eternamente por ahí
ni por estar junto a ti
ni para ir a ningún lado.

No me pidas que no piense
en voz alta por mi bien,
ni que me suba a un taburete
si quieres, probaré a crecer.
Es insufrible ver que lloras
y yo no tengo nada que hacer.

Cuéntale a tu corazón
que existe siempre una razón
escondida en cada gesto.
Del derecho y del revés,
uno sólo es lo que es
y anda siempre con lo puesto.

Nunca es triste la verdad
lo que no tiene es remedio.

miércoles, febrero 02, 2011

Sueños

Un día mas, como el anterior, como el siguiente.
Después del paseo desde el metro a casa, esta se encuentra vacía y fría.
Empieza el ritual diario, el correo en el ordenador, preparar algo de cena, leer un poco ver la tele.
la cama pese al edredón nórdico está helada, cuando me meto, me hago un ovillo, pongo el temporizador del televisor, me quito las gafas, y cierro los ojos.
Espero que esta noche el mundo de los sueños me esté esperando.
¡Qué rápido ha pasado la noche! El día despunta, y me convierto de nuevo en un autómata, hago las cosas como si siguiera un guión, ducha, desayuno, metro, transbordo.
Hoy hace más frío que de costumbre en el andén del metro ligero, hay poca gente lo que me hace mirar el reloj por si acaso voy tarde, no, es la misma hora de siempre.
La luces iluminan el fondo del tunel, el tren llega, abre sus puertas y vomita gente.
Ocupo la misma esquina de todos los días, subo el volumen de mi ipod, Van Morrison canta "Someone like you", cierro los ojos y dejo que me invada la canción.
De repente el tren frena bruscamente, miro entre los asientos y me quedo paralizado, un chico con la camisa ensangrentada avanza hacia mi, tras de sí ha dejado tres cuerpos abiertos a cuchilladas, me mira fijamente, no pudo moverme no puedo gritar, parece si el resto de los psajeros no los viera, ahora ha cogido a una chica por detras, su mano en la frente empuja el cuello hacia el exterior, sin dejar de mirarme, sonrie mientras con el cuchillo dibuja un llinea alrededor de su cuello. Rapidamente esta se torna roja y fluye la sangre, la chica cae hacia delante sin ningún ruido.
Ahora nadie nos sepera, está a 2 metros de mi, no puedo gritar, ¡por Dios! siento mis piernas como dos bloques de hormigón clavados al suelo...

Me incorporo sudando, sólo el reflejo verde de los números del despertador iluminan mi cama, las 05:13, un sueño un maldito sueño, - "mierda"- suelto mientras voy a por un vaso de agua.
Tardo en conciliar el sueño. El resto de la noche no vuelvo a soñar.

Ha pasado otro día, y aqui estoy a punto de apagar la tele y meterme en la cama, aún recuerdo el sueño de ayer, ¡que leches sueño, una maldita pesadilla!!
Me encuentro en el anden, hoy también hay poca gente y mucho frío, entro las puertas se cierran miro al fondo del vagón y allí está él, me sonrie, saca el cuchillo... y empieza...
Las 05:13, mi corazon parece que va a salir por mi boca disparado, otra vez la misma pesadilla. Ya no puedo volver a dormir.

........

Han pasado varios días, y cada noche se repite lo mismo, no he sido capaz de contárselo a nadie, se reirían de mi, He cogido unas pastillas de dormir, no aguanto de pie.
Me tomo una entera, me meto en la cama y mis ojos se cierran al instante.

Suena el despertador, bien parece que las pastillas han hecho su efecto, he dormido del tirón, pero aún así tengo sueño. Me ducho tranquilo, desayuno mi café con dos madalenas, y empiezo mi viaje diario.
El metro va lleno hoy, cuando hago el transbordo al metro ligero hay menos gente, asientos vacios, son dos paradas, pero me siento, los párpados se me cierran.
Un fuerte frenazo me despierta, se ha parado en medio del tunel, tranquilo me digo, en nada se reanudará la marcha, veo un extraño reflejo, cuando mi vista busca ese brillo se da de bruces con su sonrisa, allí está él, con la camisa ensangrentada, mirrándome fijamente, mientras atraviesa con su cuchillo el híhado de un hombre que iba leyendo el periodico.
Tiemblo, un ruido llama mi atención y...

He abierto los ojos, la apertura de las puertas me ha despertado, me queda una estación para llegar. Sudo. Me pongo de pie para no volver a quedarme dormido. Algo tengo que hacer...
La parada donde me bajo está cerca, pero el tren va cada vez mas despacio, hasta que se para totalmente, estoy despierto, vamos una pesadilla es sólo eso una pesadilla. No quiero mirar al final del vagón, pero miro... miro... y... está alli, ¿cómo...?, no es posible, estoy despierto, me digo, pero él avanza hacia mi, sonriendo, nadie grita, nadie se mueve cuando clava su cuchillo en el estómago de un chico y con un rapido movimiento ascendente le deja sin vida. Ahora esta cerca, mas cerca de mi.
Lo tengo enfrente me sonrie, -"sólo será un momento"- me dice, noto frío en el estomago. ahora él se aleja, voy perdiendo fuerzas, no me tengo en pie...

Las 05:13, vuelvo a mirar, sí estoy en casa, entonces no era real, era otro sueño, me siento mojado, debe ser el sudor me digo, enciendo una luz y me miro las manos y... estan ensangrentadas, pero ... ¿de donde?, cuando corro el edredón ecuentro la respuesta, mi pijama está lleno de sangre y siento un frío que me invade más y más, voy perdiendo fuerza, me recuesto en la cama y mis ojos se cierran.

Lo último que veo es la hora en el despertador.
Las 05:15.