miércoles, agosto 31, 2005

Sueños son Parte 8

Empezó su cuento.

“.... en aquel pueblo vivía un pequeño que soñaba con volar, todos los del pueblo se reían de él, más él todas las mañanas iba hasta el acantilado a ver a los albatros y observaba sus giros y sus vuelos lo que hacia acrecentar en el la fe de que un día podría volar. Las risas de sus amigos y del resto de la tribu crecían con el tiempo, todas menos la del mas anciano. Hasta que un día le siguió hasta el acantilado y le vio saltar, y cuando parecía que iba a estrellarse contra las rocas los albatros revolotearon con él y se alejo del poblado volando para no volver nunca mas, y el viejo rió y rió a carcajada...”

Cuando acabó el relato se me quedó mirando, y entonces preguntó:

- ¿Quién de vosotros cree de verdad que el chico voló?

Nadie levantó la mano, pero la mía, como si tuviese vida, se alzó.

- Bien, veo que aún hay alguien que tiene fe en que los sueños se cumplen solo hay que perseguirlos, y por lo que veo el resto ha perdido ese trocito de niño que todos deberíamos guardar y que al crecer dejamos escapar.

La hora había pasado, algunos se acercaron a charlar con él, yo seguí sentada en mi mesa, mirando la taza de café y preguntándome por que habría levantado la mano, si yo misma era incapaz de vivir mis propios sueños.

Oí moverse la silla, alce la mirada y le vi.

- ¿Puedo sentarme?

Asentí con la cabeza. Sentí como mi pulso se aceleraba.

- Te vi en el coloquio, y me gustó lo que me dijiste, en el fondo creo que diste en el clavo, así me sentía.
- Bueno fue una intuición nada más, pero dime, ¿como es que eres cuenta cuentos y participas en ese coloquio?
- Quizás sea que todo va rodado, creo que lo que a uno le sucede, ya sea en hechos o en encuentros con personas no es por casualidad, hay un motivo encerrado, una enseñanza, creo que el universo, Dios o la Energía confluyen de tal manera que lo que sucede es para el crecimiento personal y para el resto que nos rodea. Por ejemplo, que yo ahora esté sentado aquí charlando contigo, y que te haya conocido no es pura casualidad, simplemente es un encuentro que tiene que pasar, sólo que por ahora no sé por que tiene que pasar.
- ¿de verdad crees eso? Y si simplemente soy alguien que entró aquí un día te escuchó y luego abro la puerta de ese café y ya no vuelvo mas.
- Entonces nuestro encuentro no será casual, pero significará que ninguno de los dos tenia nada que enseñar al otro, aunque creo que este no es el caso, llevas tres días viniendo, y el sábado fuiste al coloquio, además he visto un brillo en tu mirada, una forma de escuchar que va más allá del que se sienta pasivamente a oír un cuento, después de tanto tiempo leyendo mis historias, creo que he desarrollado un instinto, sé cuando alguien al escuchar mis historias le transforman, le sacuden el interior o de alguna manera hace que se cuestione su presente, a veces he llegado a identificarlo como una misión divina, pero eso solo es un juego de palabras, con las que también tapo mi necesidad de encontrar un día a alguien que esté en misión divina conmigo.

Me sentí abrumada, intimidada, pero a la vez y de alguna manera seducida. Su sinceridad, ese ir directo a expresar los sentimientos y su capacidad de ver lo que yo sentía me desarmaba por completo.

- En fin, tengo que marcharme, me encantaría volver a verte a ser posible lejos de este café, donde tú y yo podamos hablar, creo que tienes muchas cosas que contarme y que deseas que te las escuche.

Dejó un beso suave, solo un roce en mi mejilla y le vi alejarse.

lunes, agosto 29, 2005

Sueños son Parte 7

Se giró y me miró, sólo fue un momento pero sentí como calvaba su mirada en mi y esta entraba en mi cuerpo.

- Si, realmente así era, creo que en el fondo aunque me sentía a gusto en su compañía, sentía que de alguna manera me estaba traicionando a mi mismo era como si me dejase llevar por la vida por los acontecimientos sin hacer nada.

Me sorprendió su contestación, ¿no era eso lo mismo que yo llevaba sintiendo hace mucho tiempo? En algún punto de mi vida me resigné y me dejar llevar, podría decir que por el destino, pero era mas bien por la inercia de los acontecimientos.
El debate siguió, otros dieron su opinión pero yo ya no estaba allí, estaba en mis sueños cuando pensaba en que la vida seria una serie de acontecimientos de sorpresas que la rutina nunca me alcanzaría que tendría a alguien a mi lado capaz de sorprender cada día y a su vez él seria capaz de sorprenderme, que seriamos como un muelle, acción-reacción y sin embargo ahora me sentía como una pareja más, una del montón, nos queríamos, sí, pero no con esa pasión, ahora todo era dejarse llevar, y si el amor consistía en eso, unos meses de pasión desenfrenada, las mariposas en el estómago, hacer el amor cada día y en los sitios mas insospechados para luego todo decaer, como una fruta madura, dejando paso a un sentimiento sosegado, tranquilo y reposado, ¿era capaz de adaptarme a ello?, o aquel cuenta cuentos estaba encendiendo un fuego que aún era capaz de apagar pero que si lo dejaba un poco mas ya no habría vuelta atrás.¿cómo era posible aquellas parejas de ancianitos que llevaban mas de cincuenta años casados?.

De pronto sentí una mano en mi brazo.

- ¿Nos vamos? Parece que el debate ya se acabó.

Efectivamente la gente se estaba levantado, vi al cuenta cuentos hablando con el moderador, recogí mi bolso y salimos del salón, un instante antes giré la cabeza y vi que el cuentacuentos me miraba, parecía que se despedía de mi.
Ya en el coche, hablamos sobre el coloquio, estaban animados les había gustado y las opiniones eran encontradas, nos tomamos la última copa en casa.
Me sentí embriagada por el alcohol y cuando nos fuimos a la cama, la excitación aumentó, él también se sentía excitado, apagó la luz de la mesilla y me besó, noté las prisas en su piel, sus manos acariciaron mi pelo y se deslizaron por mis pechos, su boca buscaba la mía y sentí el sabor del whisky en mi lengua. Deslizo su boca y se entregó a besar mis pechos, el camisón se deslizó hasta mis tobillos mientras el terminaba de quitarse los pantalones del pijama, deslizo su boca por mi estomago mientras yo acariciaba su sexo con mis manos, estaba preparado. Hicimos el amor, no duró mucho, él estaba muy excitado, en cuanto entró en mi, sintió el calor de mi sexo y empezaron los primeros vaivenes alcanzó el orgasmo. Me volvió a besar, y como una excusa me dijo – “espera tu no has llegado aún”- No importaba mi mente no estaba en ese lugar, aún resonaban las preguntas, las dudas. Le besé dulcemente, el se giró, y se durmió con su brazo rodeando mi pecho.

Yo no podía dormir, no era el hecho de no haber alcanzado el orgasmo, no era la primera vez ni la última, aunque él había hecho otras noches que lo alcanzara, pero para mi el sexo también estaba en la mente y esa noche mi mente no estaba precisamente para tener sexo. No me podía quitar de la cabeza la imagen del cuenta cuentos y sus palabras, le veía llorando al lado del cuerpo desnudo de una mujer, ella preguntándose que habría hecho mal y él sintiéndose el hombre mas solitario del mundo, esa imagen me conmovió y sentí una ternura por él como no la había sentido en mucho tiempo.
Aquella noche tuve una pesadilla, era el centro del coloquio, pero los que participaban eran antiguos compañeros de colegio, antiguos amigos de la infancia que no paraban de preguntarme que había hecho con mi vida, donde estaba, donde había llegado y si en el fondo me sentía feliz, yo intentaba justificarme, tengo trabajo, gano dinero, soy independiente, tengo a una persona que me quiere y al que quiero, y sin embargo había algo dentro de mi que les daba la razón. Me desperté preguntándoles cual era la solución, si ellos pudieran responderme.

Odiaba los domingos, y aquel no era distinto, todo lo contrario, pasé el día pensando si iría el martes al café, si en el fondo me arriesgaría a verle de nuevo.

Y llegó el martes, y entré en el café y me senté y me miró y le miré.

viernes, agosto 26, 2005

Abres o cierras

Un rectángulo.
Una ventana abierta.
Abres los ojos.
Y ves un cielo gris, una tierra yerma, árboles sin hojas, un paisaje desolado.
Cierras los ojos.
Y ves un cielo azul, nubes como esponjas, un mar verde-esmeralda, un camino de arena.
Abres los ojos.
Cierras los ojos.
Abres los ojos.
Cierras los ojos.
Y ahora cuando ya no sabes si los tienes abiertos o cerrados, ¿que decidiste ver?

Sueños son Parte 6

El tema estaba derivando, lo que había empezado con el poder, estaba acabando en sexo, quizás lo más buscado y lo más deseado.

- estoy de acuerdo en parte, pero ¿que me tienes que decir de aquellas personas que buscan el sexo fuera de su pareja o de aquellas personas que practican otras variaciones, ya sean tríos o intercambios de pareja?.

Había sido mi pareja la que había entrado en escena, había entablado un debate con el cuenta cuentos y yo le miraba sorprendida, nunca esperaba que mi pareja participase de aquel coloquio, y ahora estaban allí mi pareja y el cuenta cuentos que había logrado despertar en mi una curiosidad dormida.

- Buena reflexión, creo que cada uno vive su sexualidad a su manera, y es del todo respetable que el sexo sea en pareja en trío o una orgía, eso no es lo importante ya que cada cual puede disfrutar de su cuerpo mientras haya respeto como le venga en gana, para mi la cuestión es... por que el hombre o la mujer buscan desesperadamente a la otra persona, por que surge el sexo esporádico sin amor, por que hay tanta gente necesitada de otra? Simplemente por que nos da terror la soledad, por que en el fondo necesitamos a alguien al lado, y el poder viene de ahí, de esa lucha por no estar solos. Del miedo a estarlo, y la gente quiere ese poder para demostrar que no esta solo. A veces la gente confunde la lucha contra la soledad con la lucha por ser admirado por tener mas sexo por ser más rico todo con el mismo fin, no estar solo.
- Estoy de acuerdo, pero que pasa cuando uno ya no esta solo, digamos que ha encontrado el amor, se ha casado y sin embargo como decía la otra persona busca el sexo o el amor fuera de su pareja.
- Sigo pensando que es cuestión de soledad, veamos una pregunta para todos, ¿cuántos de aquí se han sentido solos en un lugar repleto de gente? O para ir mas allá ¿cuántos se han sentido solos estando con su pareja?

Era dura la pregunta, pensé, incluso por un momento estuve tentada de contestarle que yo era una de esas personas, pero miré a mi pareja y pensé en el posible daño que podría hacerle, aunque me asalto la pregunta de si él contestaría lo mismo que yo.

- Yo me he sentido así.- contestó una chica joven – Ahora estoy divorciada pero muchas noches después de hacer el amor, me sentía vacía y la persona mas sola del mundo, el sexo había sido fantástico y lo había disfrutado, sin embargo, no podía quitarme la sensación de estar sola
- No es una sensación única. Mucha gente se siente así, sólo que no tiene el valor de decirlo, yo por ejemplo recuerdo que en una relación que tuve lloraba amargamente después de hacer el amor, como tú, me sentía muy, muy solo.

Aquella franqueza nos asombró a todos, hubo un instante de silencio, nadie se atrevía a decir nada, hasta que yo le dije.

- Quizás no estabas realmente enamorado de ella y lo que te producía esa tristeza era la sensación de que traicionabas tus sueños y los de ella.

miércoles, agosto 24, 2005

Sueños son .. Parte 5

Cenamos, y nuestra conversación giró a los temas de siempre, el trabajo, los niños, deporte, ellos algo de informática, nosotras cotilleamos sobre los programas de la televisión, si aquel famoso tenía un hijo secreto, si la ultima entrevista estaba pagada y sería cierto lo de su presunto amante... ahora aquello me sonaba a vacío, deseaba que empezase el coloquio.
Los chicos se pidieron una copa, le miré y le dije, no bebas mucho, recuerda que tenemos un coloquio por delante, él me miró e ignoró mi comentario, no había desprecio en su actitud, yo sabía que él era así y que haría caso omiso a mi consejo.

Después de dos copas más, apareció en el salón él que debía ser el moderador.

- Por favor los que estén interesados en participar en el coloquio, pueden bajar al salón, pueden llevarse sus copas y está permitido fumar. Gracias.

Nos miramos, esperando a que alguno se levantase, yo lo hice y los demás me siguieron. Bajamos al salón, era un sitio muy acogedor, unos sofás unos sillones dispuestos de manera que pudiéramos vernos todos los asistentes, como el cuenta cuentos me dijo, el aforo era limitado, no habría mas de 15 personas, agradecí la indicación de que reservase asiento.

El moderador volvió a dirigirse a todos.

- Buenas noches, a algunos ya les conozco, otros son nuevos, para ellos haré una breve introducción, para empezar nadie está obligado a quedarse y en cualquier momento puede abandonar el coloquio, eso si sí deciden quedarse solo les ruego que participen en el mismo, libérense de sus prejuicios y de sus miedos a hablar en público, y háganlo como si se dirigiesen a sus amigos, muestren sus opiniones y respeten las de los demás. Pueden beber, para ello hagan una indicación al barman que está al fondo, creo que no me queda más por decir, no hace falta que nos presentemos así evitamos también que alguien pueda sentirse incomodo. El tema del coloquio lo dejo a su elección, yo me limitaré a dar la palabra, a moderar y como no a participar también. ¿Alguien desea proponer un tema?

Hubo un breve silencio, yo miré a mi alrededor, con la esperanza de encontrarme con el cuenta cuentos, en el fondo pensé que ese era uno de los motivos por los que estaba allí, pero no le vi.

- Bien, es normal que nadie quiera dar el primer paso, ¿qué les parece si hablamos para empezar de que cree cada uno que es lo mas importante en la vida, ¿qué es lo que mueve el mundo?

Alguien habló, seguramente no era la primera vez que estaba allí.
- el poder, sin duda alguna, desde siempre el hombre se ha movido para conquistar el poder, ha luchado, ha matado, para conseguir ser poderoso.
- Bien, es un buen principio, pero el poder es muy amplio, poder para que, y como conseguir el poder, ¿alguno de aquí siente que tiene poder?.
Respondió el moderador.
- Bueno el dinero da poder, y el poder da la satisfacción de saber que eres admirado, envidiado.
- Estoy de acuerdo pero yo te haría una pregunta, ¿cuál es el motivo final del poder?, por que hay gente capaz de hacer cosas impensables con tal de tener poder.

El debate había empezado y la gente se desperezaba de sus temores y participaba.

- Bueno yo creo que detrás de un hombre poderoso hay una mujer que lo controla.

Algunas risas al comentario. El moderador apuntó:

- esta bien, es tu opinión, pero no crees que también la mujer desea tener poder, y que de alguna manera lo ejerce como esposa, y desde la liberación de la mujer accediendo a puestos de relevancia que antes le eran inaccesibles.

De pronto desde el fondo una voz que yo conocía, le contestó.

- El poder no es mas que una manera más de intentar encontrar el amor, ya sea por admiración de los demás, ya sea por el poder del dinero para comprar ese amor, en definitiva todo con tal de no sentirse solos, de vencer el terrible miedo que todos tenemos a la soledad.

Era el cuenta cuentos, estaba allí, yo sentí una ligera sensación de nervios y de alegría, ¿era a él al que estaba esperando ver? ¿había venido allí, trayendo a mi marido, y a mis amigos con la excusa del coloquio solo por que no podía esperar al martes?

- Bueno hay gente que quiere el poder para tener sexo.- Le contestaron.
- Si, en efecto, pero no es mas cierto que el sexo es una comunicación entre dos personas que se encuentran. Por lo tanto es una manera de aliviar esa soledad, ya sea por que haces el amor con la persona a la que amas, ya sea por que practicas el sexo libremente y por tanto es mas un escape a no sentirse solo, de hecho quien no ha practicado el sexo solo.

martes, agosto 23, 2005

Los errores nos eligen...

para bien o para mal...

Yo creo que si lo sabemos ver, es para bien, por que de los errores se aprende, por que los que cometemos errores somos personas que hemos arriesgado, que vamos por la vida saltando de charco en charco ( aunque a veces caigamos en él y nos empape). Y cuando nos eligen será por que nos sirve para aprender para llenar nuestras alforjas de diferentes experiencias con las que tomar fuerzas para saltar al próximo charco.

Si, estoy convencido los errores nos eligen para bien que duda cabe... solo hay que ver el lado positivo de las cosas.

lunes, agosto 22, 2005

Te echo de menos... I miss you


Son sólo unas palabras pero creo que me quedo con ellas como las que mas me llegan las que como dardos se me clavan.
Por que echar de menos a alguien supone que esa persona ha dejado huella, que cuando no está queda un hueco, un vacio que ninguna otra persona puede llenar, y sólo uno se da cuenta de ello justamente cuando no está y es ahí cuando florecen en nuestra boca: "te echo de menos", "te extraño".... i miss you.


Si, realmente echo de menos a mucha gente.....

Sueños son Parte 4

Llegué a casa, aún él no había llegado, me puse cómoda, tome un trago, y saqué la tarjeta del bolso. Llamé. Reservé mesa para cuatro, el sábado por la noche, aunque él cuenta cuentos esa noche no era el moderador sentía curiosidad por el lugar.

Cuando él llegó, le conté lo de la reserva, le dije que había llamado a una pareja de amigos y que estaban conformes, simplemente me sonrió, “si eso te gusta, está bien, iremos”, no hubo un asomo de sorpresa, simplemente estaba bien, si así había de ser, que fuera.

Al cerrar los ojos esa noche, pensé en ello, la vida, nuestra vida había llegado a un punto en el que todo era un simple fluir, invariable, quizás algo de alegría o felicidad, pero dosificada de tal forma que no alterase nuestra existencia. Igual que los problemas o las tristezas, todos tenían un punto, el cual no debía traspasarse, un límite soportable, nuestra vida en común, había tenido altibajos como la todo el mundo, al menos yo así creía, y sin embargo esa noche me parecía que estaba todo sujeto a un corsé cerrado, quizás como la burbuja en la que la protagonista del cuento quiso vivir, no había dolor, no había riesgo, pero tampoco había la capacidad de lanzarse al vacío con la incertidumbre de que podías fallar o podías acertar pero sentir en la piel que estabas viva.
Lloré. No sabía si era por impotencia, o por que de alguna manera sentía que todo aquello, me arrastraba a vivir en una rendición a unos sueños que alguna vez tuve. Y sin embargo yo quería a la persona que dormía a mi lado, y yo había elegido libremente la vida que estaba viviendo, nada me obligaba a seguir allí pero esa era mi elección.

Pasó el viernes, y yo seguía viviendo más en el futuro que en el presente, pero ahora algo había cambiado, a veces me sorprendía pensando, meditando en la vida que llevaba, en la gente que me rodeaba, pensando que significaba la felicidad, que significado tenía la muerte.

Y llegó el sábado por la noche, nuestros amigos se mostraron sorprendidos ante la novedad de ir a un local donde el acto principal era un coloquio entre gente desconocida, también eso me dio que pensar, habíamos llegado a un punto, ya no sólo nosotros, sino creo que en general donde la palabra ha perdido su uso, si, hablamos charlamos, nos comunicamos pero realmente ¿escuchabamos?, ¿somos capaces de decir y de expresar lo que sentimos? Creo que no, alguna vez he entrado en un chat y he comprobado lo necesitada que está la gente de comunicarse y de que ser escuchada, quizás por eso nos resultaba tan extraño un restaurante-copas-coloquio.

El restaurante era un lugar tranquilo, la decoración acogedora, con las paredes de ladrillo visto combinadas con madera, se respiraba tranquilidad, había bastante gente, pero el nivel de ruido era bajo, cosa que me sorprendió, dado lo aficionados que somos en España a hablar en voz alta.

viernes, agosto 19, 2005

Soñar y volar Parte 3

Algunos de los oyentes, le miraron asombrados, no era un cuentacuentos al uso, chocaba con sus mentes, ellos estaban allí para tomar un café, olvidarse del exterior, escuchar una historia, matar el tiempo y volver, sin embargo todos los reunidos tomamos el lápiz y escribimos el tema del cuento. A los dos minutos él se levantó, tomó los papeles y después de leerlos, reanudó su charla.

“.... veo que la mayoría quiere un cuento de amor, aquí hay alguno que quiere un cuento de suspense, y otro un cuento erótico, bueno este último lo dejaremos para un horario mas acorde con el tema, en cuanto al de suspense, ¿no hay mas suspense que un amor no encontrado, que un corazón a la espera de otro, de una llamada de un abrazo o de un beso?. Veo, que como siempre el amor es el tema preferido para los cuentos, pero nadie ha puesto si quiere un final feliz, supongo que si, ya que si yo os contara una historia de amor sin ese final, probablemente no os volviera a ver, más creo que en el fondo, cuando alguien quiere escuchar un cuento de amor, es por que su cuento, su historia, no está completa y busca reflejarse en ella o en él, en un castillo en cuya almena está la princesa esperando a que llegue su príncipe en un corcel blanco, luche contra el dragón y luego la libere. Pero hoy no será así el cuento, el tema será como habéis querido, de amor, pero no habrá ni príncipes ni princesas, ni hadas ni citas, ni chico encuentra a chica, habrá corazones rotos y esperanzas....”

Y contó un cuento de alguien que amaba con el alma hasta que un día ese amor, se fue, se sintió traicionado y se juró no volver a enamorarse más, pero uno no puede ser dueño de su corazón y al cabo del tiempo volvió a enamorarse, aunque había creado una coraza a su alrededor, nunca más los sentimientos le causarían dolor, y ocultó su amor, sus sentimientos, viviendo en una burbuja....

Yo escuché el cuento atenta, dejando que cada palabra penetrase en mi mente, por que no era un cuento lo que aquel chico estaba contando, en el fondo, hablaba de la vida, de los miedos, de las esperanzas, de las ilusiones y de cómo, de alguna manera todos estábamos perdiendo la fe en vivir. Por un momento sentí que hablaba de mi.

Su hora había acabado tan rápido como me pareció la primera vez, pero no me quise levantar, cuando él paso a mi lado, me sorprendí a mi misma hablándole:

- perdona, ¿pero actúas en algún otro café?
- Hola, si, una noche a la semana hago un círculo abierto, no es como aquí, no hay cuentos o historias, digamos que es una especie de tertulia, ¿te interesaría venir?

Vi en su mirada una ausencia total de aquellos que cuando una mujer les aborda creen que en el fondo buscan una cita, él simplemente me miraba como una persona que busca información, sus ojos sonreían, pero era por el placer que le causaba que sus cuentos habían llegado por lo menos a causar la suficiente curiosidad como para saber que no tendría que esperar hasta el martes siguiente.

- Si quieres te dejo una tarjeta, y te pasas, pero llama antes, el aforo es muy limitado y algunas noches se llena.

Me tendió la tarjeta, la tomé, sonreí y se despidió con una sonrisa.
Miré la tarjeta, era un centro coloquio, donde podías cenar, tomar una copa y luego se entablaba un diálogo entre los asistentes todos regidos por un moderador que se iba turnando. Imaginé que él seria el moderador de algunas noches. La guardé en mi bolso, salí y volví a mi vida, no sin antes sentir dentro de mi el cuento de aquella persona que decidió vivir en una burbuja.

miércoles, agosto 17, 2005

Sueños son Parte 2

...
Siguió con el cuento, y en mi mente la imagen de aquel mundo, de sus dos lunas, de su gente, de su forma de ver las cosas, de sus vidas y de sus sentimientos, me transportaron también a mi. Y en aquella hora, un soplo de aire nuevo entró en mi ser, de alguna manera me sentía como un preso que después de cavar un largo túnel veía la luz y escapaba por él.

Pero la luz se apagó nada más abrir la puerta del café, y salir a la calle, me paré y vi el letrero en la entrada.

“Martes y jueves cuenta cuentos a las 19.00 horas”

Caminé con la sensaciones del cuento y de su voz aún palpitando, ¿y si existiera un mundo así, un lugar donde refugiarte, donde todo pudiera resultar diferente?
Llegué a casa y allí estabas tú y mi mundo, ese con quien mucha gente dice que sueña, me besaste ligeramente, automáticamente.

- ¿qué tal te ha ido?
- Bien, un día más, algo cansada, ¿quieres que prepare la cena?
- Deja, ya preparé yo algo, siéntate va a empezar el telediario luego cenamos.
.......

Apagué la luz de la mesilla y cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, busqué la ventana, el resquicio que dejaba ver el exterior y pensé en el cuenta cuentos y en su estrella y con esos pensamientos me dormí.

Pasé el miércoles, deseando que llegara el jueves. Y el jueves deseando que llegaran las 7 de la tarde. Por un momento me vi viviendo mas el futuro que el presente, aunque me preguntaba si alguna vez había dejado de hacerlo.
De pequeña quería tener mas años para salir con las amigas, luego llegar a ser joven para tener mas libertad, luego soñaba con ir a la universidad, luego.. luego.... luego me vi dejándome llevar, terminar los estudios, encontrar un trabajo, un novio, romper, asentarme conocer a otra persona y dejar de luchar.

¿En que momento uno olvida los sueños y se deja vencer?

Entré en el café, esta vez en el rincón no había más de tres personas, era pronto. Él llegó, miró a su alrededor y se sentó.
Sonrió.
Yo le sonreí.
Dieron las 7, sacó dos o tres hojas, miró a su alrededor, tosió ligeramente y empezó.

“... el martes os conté una historia de una estrella, de un lugar donde una persona se alejaba de un mundo que él simplemente había elegido, nada ni nadie le había obligado a vivir, y sin embargo eran esas noches de viaje las que le hacían vivir un día más con la esperanza de volver. Los cuentos son soplos, ráfagas de esperanza para el que los vive y para el que los cuenta, son como gotas de lluvia en una tarde de verano sofocante, pueden que nos refresquen, y que luego se evaporen, esos son los cuentos que pasan ligeramente sobre nuestros sentidos, luego están los cuentos que penetran, nos hacen pensar y cuando uno menos se lo espera aparecen en nuestra retina, o nuestra cabeza e incluso en nuestro corazón, y esos son los cuentos que estoy aquí para daros, pero no como un lector ante un oyente pasivo, busco corazones, mentes y almas activos, que sepan percibir que un cuento es algo vivo que nace y crece dentro de cada uno, transformándose con las vivencias que se le aportan. La estrella era un mundo para cada uno que la visitaba, hoy esa estrella será otro mundo, pues el tema del cuento es de vuestra elección, en cada mesa hay un papel, sé que al principio es duro decir en voz alta que cuento quiere escuchar, así que hoy, me lo escribiréis en un papel, y el martes que viene, será en voz alta...”

.......

martes, agosto 16, 2005

Sueños son ... Parte 1

Hoy voy a emepzar con un nuevo estilo, tengo una historia larga que os voy a ir dejando por capítulos, todos los lunes miercoles y viernes pondré uno nuevo, como ayer fué fiesta pondré hoy uno, espero que os animeis a decirme que os parece como va , el cuento aún no lo tengo acabado por lo que si alguien se anima a darme pistas de como dirigirlo ... genial.

Ahi va:

Caía la tarde bajo el plomizo cielo otoñal de Madrid. El asfalto reflejaba el andar rápido de la gente por la lluvia caída. Y yo, mientras tanto, con mi mirada perdida, seguía pensando.
Acababa de salir del trabajo, debían ser cerca de las 7 de la tarde, y envuelta en mis pensamientos vagaba hacia la estación de metro más cercana.
¿era realmente lo que había deseado de pequeña? ¿Llevaba la vida que un día soñé o simplemente en un punto de mi camino dejé caer los brazos y simplemente me abandoné al transcurso de los acontecimientos? Decididamente pensaba que no era lo que había soñado que sería mi vida. Ahora todo se reducía a levantarme, ir al trabajo, el cual no me proporcionaba mas que un buen sueldo con el que vivir, y volver a casa, un par de “holas”, un beso, un “como te ha ido el día”, y caer en el sofá frente al televisor encendido. Quizás habría gente que me envidiaría, una buena casa, un coche, un trabajo, y un compañero, pero sin embargo algo dentro de mi se removía llevándome a una honda tristeza, a una desesperación en la que los días no eran mas que momentos repetidos, una y otra vez, hasta llegar al fin de semana donde volvían a repetirse, monótonas secuencias de momentos ya vividos.
¿Dónde estaba aquella persona amante de la aventura, aquella persona para la que la vida era un instante fugaz capaz de sorprender e ilusionar a cada momento?
Levanté la mirada y vi un café, entré, era un café chiquito, acogedor, con mesas de mármol redondas y sillas de madera, al final del mismo se abría un espacio, quizás antiguamente sirviera de pequeño almacén y allí, en una especie de altillo se erigía una silla y un atril. En él, un chico quizás de treinta y tantos, de aspecto algo desaliñado y con las gafas caídas, leía. A su alrededor seis o siete personas escuchaban atentas, algunas daban un lento sorbo al café sin perder de vista al cuentacuentos.
Decidí sentarme cerca y escucharle, tenía toda la tarde por delante, y el ambiente era acogedor. Pedí un café cargado y caliente, dejé mi bolso en la silla y me dediqué por un momento a observar. Sin escucharle.
Llevaba un jersey negro de cuello alto, y pantalones de cuadros, sus gafas plateadas caían ligeramente sobre su nariz, el pelo negro salpicado de canas y una voz suave, profunda.
La gente que lo escuchaba era diversa, quizás alguno como yo, había entrado a refugiarse de la tarde desapacible, otros sin embargo parecían que estaban allí oyéndole desde siempre.
El camarero me trajo el café, sentí su calor deslizándose por mi garganta y me dejé llevar por las palabras del cuentacuentos.

“... aquella noche, tras cerrar los ojos, se abrió la ventana, aquella que podía llevarle a su mundo, un mundo quieto y distante. Como en un ritual, se asomó a la ventana, y saltó, hacia fuera, sintió la noche en su cara y empezó su viaje. La estrella no estaba lejana, y allí le esperaban, sabía el camino, lo que encontraría, y como cada noche viviría y sentiría cosas que aquí en su mundo ni de lejos soñaría y como cada amanecer volvería, con la esperanza de que a la siguiente noche, se asomaría a la ventana, y saltaría hacia fuera.....”

viernes, agosto 12, 2005

Soledades

Hay veces que el camino se vuelve seco y pedregoso, cuando quizas un solo abrazo una simple mirada puedan cambiarlo en un camino de verde y arena.

Sales, afuera hace frio, el aire casi corta la piel a tiras, y puedes sentir como la soledad muerde la carne hasta hacerla sangrar, pero cierras los ojos y ves en una sonrisa todo el calor, una playa de aguas cristalinas.

Las luces se apagan lentamente, como si a cada paso q uno diera ,fuera oscureciendose el camino, todo se torna en noche oscura y sombria, mas si logras sentir, veras como las luces vuelven a prender en el alma.

A veces uno se siente como una piedra envuelta de aguas, isla solitaria, lejana, cuyas arenas intentan llegar al continente, continente que se aleja poco a poco dejando la isla varada en su soledad. Oh mar alza tus olas tapa la isla, devórala hasta cubrirla con tus aguas, aguas de remanso y paz.

Sólo las lagrimas q corren camino abajo saben llevarse los sentimientos, los arrastran envueltos en papel de regalo, para que una sonrisa los trague.

Y aquella estrella que brilla pese a su fulgor sabe cuan lejos se siente de las demas, millones de años luz las separa y aun asi su brillo marca el camino, camino que se hace desierto.

Quizas una vez coleccioné nubes de verano, espuma de olas de mar, besos nunca entregados, te quieros perdidos en unos labios que nunca se atrevieron a decirlo, y con ellos haga un equipaje, ligero para mi viaje.


Viaje a un sol lejano y perdido, tan lejano que nunca logré alcanzarlo.

martes, agosto 09, 2005

Aquel verano




Me temblaban las manos.
El tiempo inexorable había hecho mella en mi cuerpo, dolía, pero era un dolor asumible, sabía que era así, y lo aceptaba, ¿cómo no iba a aceptarlo? al fin y al cabo había tenido una vida que cualquiera hubiera envidiado.
Cogí el libro, compañeros de mis días, al abrirlo una foto cayó de él. La cogí, estaba ya amarillenta y envejecida, como a mi, el paso del tiempo también la había marcado.
Me detuve a observarla, no era la primera vez que lo hacia, pero siempre descubría cosas nuevas.
El cielo limpio y azul, como era aquel verano, ese verano en el que nos conocimos, parecía como si el cielo con su azul intenso se alegrara de cobijarnos. Al fondo las montañas aquellas que tanto amabas, que tantas veces fuimos a recorrerlas dando grandes paseos, mientras me pedías que te fuera contando todo lo que veía, sintiendo como te agarrabas a mi brazo, el calor de tu piel en mi piel.

Empecé a recordar, mis ojos se cerraron y las imágenes volvieron a mi, como si no hubiera pasado tantos años.

Aquel verano trabajaba en el puerto, cuando llegaba el ferry, allí estaba yo preparado para descargar los equipajes de los residentes del hotel. Los llevaba hasta el autobús, los colocaba en el maletero y guiaba a la gente hasta estar completamente seguro que no faltaba nadie. Esa mañana el sol apretaba, aún no había llegado el ferry y ya el calor se hacia notar. Me arremangué la camisa, aun recuerdo como iba vestido, aquella camisa azul, unos pantalones vaqueros gastados y unas sandalias cerradas.
Sentado a la espera de la llegada del barco, observaba las montañas, deseaba que llegara la tarde, era mi mejor momento, tomaba mi canoa y remaba río arriba hacia las montañas, disfrutando de la soledad, oyendo el rumor de las olas golpeando la canoa, perdiéndome en aquel paisaje aun virgen de turistas.
El zumbido del motor me despertó de mi ensoñación, levante la vista y allí estaba amarrado el ferry, los empleados se afanaban en colocar la pasarela, las aguas aquel día estaban mas azules que nunca, parecían rivalizar con el cielo.
Bajé las maletas, en un ritmo automático, cuando ya estaba todo preparado, me dirigí a las personas que debían ir al hotel, y fue en ese preciso momento en el que te vi.
Recuerdo la primera impresión y aun siento el calor que ella me provocó, tu camisa negra de tirantes, aquellos pantalones cortos blancos, las alpargatas, tu piel bronceada, tus gafas que protegían tus ojos y sobre todo tu sonrisa una sonrisa cálida que iluminaba, vi como te desplazabas había una gracia sutil en tus movimientos.
Intenté acercarme pero me fue imposible, me resigne y seguí con mi trabajo una vez todos dentro del autobús busque el sitio donde pudiera seguir observándote, habías llegado con tus padres y estos a tu lado te contaban como era el camino hacia el hotel.
Cuando llegamos, te perdí, mientras sacaba las maletas desapareciste entre la gente.

Aquella tarde, mientras remaba río arriba soñaba con tenerte en mi canoa, con poder compartir mis lugares secretos, y sentía nuevas sensaciones desconocidas en mi, a pesar de la brisa sudaba y mi respiración se agitaba cada vez que pensaba en ello.

Habían pasado dos días, desde la primera vez que te había visto y aunque todas las mañanas había ido al hotel, solo pude verte de lejos, siempre con tus padres, pero esa tarde que decidí dejar la canoa y volver a intentar encontrarte, lo conseguí. Estabas sentada en el jardín, con la mirada perdida, me detuve a lo lejos y te mire durante un rato, tu imagen no desentonaba con el jardín, diriase que pertenecías a el, que te integrabas en el, y sentí un rubor que me paralizo las piernas, en mi mente las dudas volaban pero también sabia que quizás seria mi única oportunidad para acercarme.
Lentamente , paso a paso, llegué hasta ti.
- Hola, buenas tardes
Diste un pequeño respingo, imagine que mi presencia te había sacado de tus pensamientos.
- Perdona, no quise asustarte.
- No te preocupes , solo que no esperaba a nadie.
- ¿Puedo sentarme aquí?
- Claro, siéntate, dime ¿cómo te llamas?
- si, perdona me llamo Eliah y trabajo para el hotel, recojo los equipajes y luego hago algunas reparaciones por la mañana, hasta que viene ferry.
- Me llamo Thalía, encantada
Y tendiendo la mano, la cogí, sentí la suavidad de tu piel y me fije en ellas, suaves y cuidadas, empecé a reparar en ti, la fragancia de tu colonia, en la forma en la que te habías recogido el pelo, en la línea de tu boca y de nuevo en aquellas gafas. No pregunté nada.
El silencio llenó los primeros segundos de nuestro encuentro, parecieron interminables, hasta que tu volviste a hablar.
- dime ,¿ hay algo que pueda hacer por aquí? ¿Algún lugar interesante que visitar?
- Si, el pueblo tiene una iglesia antigua muy hermosa, a pocos kilómetros de aquí hay un gran lago donde pasan el verano muchas aves, un poco mas lejos están las montañas desde allí hay grandes paisajes.
Por un leve instante sentí una ráfaga de tristeza en tu rostro.
Oí la voz de tu madre que te llamaba, y te levantaste despidiéndote de mi, antes de irte te pregunte si volvería a verte, y tu me contestaste: “¿Quién sabe?

Desde aquella mañana todo cambió para mi, anhelaba el amanecer, salir corriendo al hotel y buscarte, miraba en el restaurante, en el jardín, en la piscina pero no te encontraba, no podía preguntar en que habitación te hospedabas por que nos tenían prohibido relacionarnos con los huéspedes, sólo podía esperar.
Pasó un día que se me hizo eterno, ni siquiera esa tarde en la canoa pude apartar mis pensamientos de ti, solo soñaba con volver a verte, oír tu voz y sentirte cerca de mi.
Era la primera hora de la mañana, me había acercado a l restaurante a por un poco de agua cuando volví a verte, estabas sentada en una mesa, la taza de café humeante, un vaso de naranjada a tu lado. esta vez hice algo de ruido al acercarme y antes de llegar a ti me saludaste.
- Hola Eliah, que tal? esperaba volver a verte.
Me sorprendió que estando de espaldas me reconocieras, pero la calidez de tus palabras y el que me dijeras que esperabas volver a verme, lleno mi interior.
- Hola Talía, que tal estas?, hace una bonita mañana
- Si, debe hacerla, aunque aquí dentro uno no puede sentirla
- Hoy tengo la mañana libre, te apetece dar un paseo?
- No puedo, de verdad que lo siento, en otro momento ¿vale?
sentí que algo se caía dentro de mi, una punzada de dolor me recorrió.
- Bueno no te molesto mas, nos vemos, adiós.
Cuando me había alejado tres pasos de ella, me llamó.
- Espera, espera, no te vayas, he dicho que ahora no puedo,pero a mediodía si, mis padres tienen que ir al pueblo, yo no iré con ellos, te parece que quedemos aquí mismo?
- si, a mediodía estaré esperándote, gracias
- No faltes eh?
Como iba a faltar, en ese momento hubiera gritado, hubiera saltado, pero me contuve, salí y me fui hasta el río, allí esperé hasta el mediodía, hable con las aguas y con los patos, los nervios sacudían mi cuerpo como un muñeco, ella había aceptado, había dicho que si.
Cuando entré en el restaurante ella ya estaba allí, un vestido estampado ligero, y suave unas sandalias abiertas y el pelo suelto, me detuve contemplándola, era la belleza, me acerque y le dije:
- ¿Preparada?
- si, lo estoy, donde iremos?
- Tengo una sorpresa para ti, ya veras.
De pronto ella se agarro a mi brazo, y lo que suponía se hizo realidad.
- No te importa ¿verdad? será más fácil para mi si me guías.
- No claro que no.
La piel se me erizo por un instante, su olor me lleno y cerré los ojos dejándome inundar por esas sensaciones, dejándolas fluir por el cuerpo.

Aquel día, solo fue el principio, le enseñe el lago, las montañas, bajamos al pueblo y recorrimos sus calles, entrábamos en las tiendas, y yo le iba describiendo cada cosa, cada color, el verde esmeralda de las aguas, el recorte de las montañas sobre el azul del cielo, ella me escuchaba y asentía, yo sabia que en su mente se dibujaba todo lo que yo estaba viendo.
Pasábamos tardes sentados a la orilla del lago, ella me decía como era su vida en la ciudad, como eran sus calles, como las percibías tus sueños tus anhelos, y yo los saboreaba, los vivía contigo.
Una tarde nos cogió por sorpresa una tormenta de verano, dando un paseo por el bosque, yo temí que te asustaras y sin embargo corriste bajo la lluvia dejándote mojar por ella, tu vestido se empapo, y vi la silueta de tu cuerpo dibujado en el, sentí de nuevo un calor en mi cuerpo, cuando nos sentamos bajo el árbol y te pegaste a mi, no pude reprimirme mas y te bese, sentí el calor de tus labios en los míos y cuando abriste tu boca, sentí la humedad de tus besos, tus manos recorriendo mi cuerpo, mis manos deslizándose en tus pechos. Y nos amamos, hicimos el amor, bajo aquel árbol intentando detener el tiempo entre nuestra piel.
Y el tiempo pasó, los días se iba acortando de igual manera que el tiempo que nos quedaba para estar juntos.
La ultima mañana fue en la que te saqué esta foto, el barco “General-Ousian” inmóvil, varado, a la espera de engullirte y alejarte de mi, las banderitas colocadas solo eran sinónimo de lagrimas, y tu de pie entre macetas de grandes flores rojas y rosas, con el sol reflejándose en tu cuerpo, tal como te vi llegar, el pelo recogido, las manos levemente suspendidas en la barandilla, un suave oleaje en el puerto, al fondo el rompeolas y marcando el fondo de la foto, las montañas, nuestras montañas, aquellas que nos vieron tantas veces pasear entre sus caminos, hasta la cabaña donde nos parábamos al calor de un fuego y hablábamos de nuestros sueños.
Solo fue un instante, un clic, y allí en aquel papel quedaba grabado todo un verano, el primer amor, ese que nunca se olvida.
Te acompañe hasta la pasarela, allí tus padres volvieron a mostrar el desagrado que le causaba mi presencia, siempre intentado protegerte, aun a sabiendas que yo nunca te haría daño. Me besaste, fue un suave roce de tus labios pero en ellos estaba encerrado el amor mas hermoso que nunca he sentido.
Y te vi alejarte, subir aquellas escaleras, desaparecer tragada por el barco, sin mirar atrás, sin inclinar la cabeza. Y contigo se fue parte de mi ser.

Pasaron años, décadas, salí con chicas incluso tuve sexo con algunas de ellas pero nunca volví a sentir lo que sentí contigo, y fue entonces, una mañana en la que sentado en el puerto te vi llegar, a pesar del tiempo, aun tenias esa imagen esa luz esa belleza de la que me enamoré.
Me acerqué a ti, y cuando aun estaba a dos pasos, te oí decir
- Hola Eliah, hoy si puedo quedar contigo, ¿me llevaras al lago? ¿iremos a las montañas?
- Si, iremos, pero esta vez no volverás a irte.
- No Eliah, esta vez si quieres, vengo a quedarme.

Salgo al jardín y te veo allí, sentada, no has cambiado mucho quizás tu cabello gris delata el paso del tiempo, pero tu imagen sigue siendo la misma que conocí.
Me siento a tu lado, acerco la foto a tu mano y me dices.
- Eliah me la describes, dime que ves en ella
Y yo empiezo esta historia, la historia de cómo te conocí.

Y todo lo bueno acaba...




Ya estoy de vuelta con algo más de color, con las pilas un poco más recargadas y con el vacio que provoca volver a la rutina... pero no nos quejaremos... al menos por el momento.

Para aquellos que me leen, estuve en la playa, en un lugar llamado Dehesa de Campoamor en Alicante casi en la frontera de Murcia. Allí he veraneado toda mi vida, he pasado mi juventud mis primeros amores las primeras borracheras los amigos, todo ellos forman un grato recuerdo de una parte de mi vida, y con ellos el mar, ese mar que me llama y me posee en el qye me encanta perderme en la noche viendo los puntos de luz de los barquitos de pesca perdidos en la oscuridad de la noche, donde me gustaria perderme con ellos.

Y llegan los sentimientos, dicen que en el lugar donde has sido feliz no has de volver, y quizas tenga razón la canción, allá tumbado en la playa se forma un cúmulo de sensaciones, ves caras envejecidas por el tiempo de antiguas amistades o conocidos, y ahora ajeno a aquellas personas que pasaron levemente los miro y los observo veo a sus hijos su transformación , y siento que ando a traspies en la vida, como un escalón detras de todo, quizas sea por que mi imagen no esté acorde con los años que tengo o mi espiritu pero algo me hace sentirme muy lejos de ellos, y aún así siento un poco de envidia de una estabilidad de una familia "permanente" pero la vida es aventura y ahí andamos enzarzados en la aventura a punto de abrir una nueva temporada, echado el telón abramoslo de nuevo"the show must go on" con nuevas ilusiones y fuerzas.

Besitos y a vivir...