sábado, diciembre 24, 2022

Llevamos...

 Llevamos demasiado tiempo diciendo...

Se pasará

Ya vendrán tiempos mejores

El año que viene será mejor

Confía en el destino

Ojala se cumplan todos tus sueños

Dejándolo todo de un día para otro

Las cosas que no decimos

Palabras sin sentido

Excusas tras excusas

Que no nos decimos nada


Llevamos tanto tiempo diciendo...

Que se nos ha parado el corazón

Que se nos han acabado las palabras que revoloteaban en tu corazón

Que la esperanzas se fueron por la ventana


pero ahora miro a tu ojos y quiero gritarte "TODO VA A IR BIEN"

Un match

Una foto
Una foto y una descripción

Un match

Estaban uno frente al otro,  conociéndose como realmente se han de conocer dos personas cara a cara.
Después de aquella cena, regada con sonrisas y miradas pícaras, ella le dijo "hay dos opciones,  opción A subes a mi casa a tomar una copa, opción B llamamos a un Uber y nos despedimos"

La cama, con aquel edredón blanco, sábanas blancas y paredes blancas, fueron escenario de la batalla de dos cuerpos, ansiosos por besarse, por recorrer la piel con la yema de los dedos, con la punta de la lengua,  ella lo cabalgó como si estuviera en la fiesta del asturcon, él beso y lamió cada rincón de ella, hasta penetrarla, ella gritó y el gimió, él grito y ella gimió,  hasta caer rendidos.

Cuando él abrió los ojos, con las primeras luces del día, ella le miraba sonriendo... y le dijo

"Quizás no te lo creas, pero lo que me ha encantado es que te quedaras a dormir"

sábado, octubre 08, 2022

Adios verano, adios

 El verano pasó como se va una brisa al abrir una ventana.

Y no sólo se llevó el calor, sino también los miércoles que no eran miércoles día del espectador, y los cuentos en sábanas blancas, y los churros y las porras de mañanas de domingo inteminables, y cafés en viejos cafés...


Y ahora el otoño parece más gris, más apagado,, más frío... más triste.


martes, julio 05, 2022

Sillas voladoras

Recuerdo aquel viejo que no era tan viejo, pero que sus palabras, siempre tan sabias, le hacían parecer que había vivido mil vidas, que tendría cientos de años en casa surco de su piel.


Recuerdo aquel atardecer, cuando aún el asfalto de Madrid ardía, y las hojas del Retiro habían perdido su color verde, allí sentados en aquel viejo banco de madera, donde él solía contarme sus historias.

Recuerdo aquella historia como si me la estuviese contando ahora mismo...

"...cuando era pequeño, cuando llegaba el viento del sur trayendo el olor a salitre y ese frescor que se te anudaba en la piel, era cuando salía corriendo al descampado a las afueras de mi pueblo, y allí, unas casetas desperdigadas, dos o tres camiones y el grito de los hombres.
Montaban la feria, una feria que duraba solo una semana, una semana que yo esperaba y que se pasaba tan rápido que apenas me daba cuenta.


y ¿sabes? me encantaba montar en las sillas voladoras, a mis padres siempre se lo oculté, quizás por aquella historia de una tía que sufrió un accidente al caerse de la silla, y perdió su riñón.


Guardaba las pesetas en una caja de galletas debajo de mi cama, y cuando ya había anochecido y las luces de la feria brillaban como luciérnagas, cuando la música, las risas, las carreras, era todo lo que uno podía ver y escuchar, yo me ponía en la fila a la espera de subir a aquellas "sillas voladoras" y cuando montaba, cuando montaba extendía mis brazos y simplemente ... volaba...

Recuerdo ver las cosas girar a mi alrededor, y lograr detenerlas en un punto, yo giraba a toda velocidad pero mi alrededor iba despacio casi a cámara lenta y  entonces me dejaba llevar.

Ahora con el paso del tiempo recuerdo aquella atracción y la siento como si fuera la vida, en aquel momento todo pasaba despacio, y ahora si me sentase en esa silla mi alrededor sería solo una mancha borrosa circulando a toda velocidad, intentando detener cada instante, cada momento, como si existiera un botón de "pause", un "cámara lenta".

Cuando volvía casa, mi padre me miraba, fijamente y callado, el día ante de su "marcha", muchos años después, en su cama, me dijo "yo sabia donde ibas y que hacías, nunca se lo dije a tu madre, porque a ella le daba mucho miedo, pero cuando volvías veía el brillo en tus ojos, tu pelo revuelto... intenta no perderlo, intenta volver a ser ese niño de "las sillas voladoras", la vida nos devora lentamente y no nos damos cuenta de que a cada mordisco se nos lleva una ilusión una parte de nuestra infancia, y queremos correr y correr tan deprisa que todo a nuestro alrededor se vuelve desenfocado y borroso..."

Yo paré alguna vez aquella silla, y ahora cuando siento que las alas de murciélago se extienden en la noche y la oscuridad se acerca, quiero decírtelo a ti, siéntate en esa silla, pero no dejes que todo corra, páralo en la medida que sea posible y alarga cada momento, cada instante, por que de la misma manera que los feriantes tras una semana se van, los momentos, la vida, al final levanta el campamento para no volver"




lunes, abril 04, 2022

Asteroide

 Hacía un frío de mil demonios, entrado ya Abril parecía más que Noviembre había vuelto a recorrer el asfalto de Madrid.

Me abrigué y salí, un cielo raso y azul cubría la bóveda de la ciudad, de un color que sólo se puede ver en esta ciudad, anduve por una de las zonas mas chic de Madrid, calle Goya, Serrano, Velaquez, cruce la famosa plaza de Colón y me encamino para pasear por lo bulevares.

Las terrazas ahora vestidas con una especie de pirámide de fuego calienta los cafés tardíos y las primeras copas de la tarde.
Es sorprendente cuando paseas sin prisa fijarte en los detalles que te brinda una ciudad tan cosmopolita, chicos de varias nacionalidades con sus motos y bicis a la puerta de un restaurante a la espera de que salgan a darles el encargo de alguna app para montar y salir "zumbao" a su destino. 
Chicas jóvenes desafiando las bajas temperaturas, tops y mini faldas  cercadas por unas botas que trepan mas allá de sus rodillas, maquillaje a gogo y móvil en la mano, imposible no exponer lo que harán esa tarde a sus suscriptores, vidas colgadas en el balcón de la curiosidad.

Es entonces cuando, en un banco  reconozco a mi viejito, sentado con su viejo abrigo, levanta la vista y me ve, se echa a un lado indicándome que me siente a su lado.

- Lo creas o no, te estaba esperando - me dice, con esa mirada que podría hablar sin que él moviera los labios.
- No lo dudo . le respondo, mientras me acomodo como me es posible a su lado.
- Tengo una historia que contarte...
- Y yo tengo una historia que escuchar

Con su voz pausada, empieza...

"Hace mucho, pero mucho tiempo cuando yo era una chaval y vivía aún en mi pueblo llegó un hombre con una furgoneta destartalada pero llena de cajas. Yo me acerqué, más por curiosidad que por el afán de ayudarme, pero al verme, me preguntó si querría ganarme unas pesetillas acarreando algunas cajas.

Y como nunca vienen mal, ahí estaba yo, con mis brazos como dos palillos sosteniendo las cajas y recorriendo el empedrado, más pendiente de que no se me cayeran que de el tortazo que podría darrme.
Cuando fui a coger una,  aquel hombre se adelantó y me dijo "esa no la cojas son cosas muy frágiles y no me perdonaría que se rompieran".
Luego me explicó que le encantaban las estrellas y que en esa caja iba su más preciado tesoro uno de los mejores telescopios que había por aquella época.

Me aficioné a subir a su casa, incluso algunas noches me escapaba por la ventana, subía a una especie de torreón que había fabricado aquel hombre y me dejaba ver las estrellas.
Un día, mientras volvía del colegio me lo encontré en la plaza, estaba eufórico...

- Tienes que venir esta noche,  te voy a enseñar lo que no me deja dormir las ultimas semanas...

No quiso contarme más, y aquella noche con una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja y con alguna lágrima asomando a sus ojos me enseñó un asteroide, era algo pequeño, pero aquel hombre me lo describió como una belleza tal que cualquiera diría que se había enamorado de esa roca que surcaba el universo.

Pasaron semanas, a veces había días que no lo veía y otros casi no quería soltarme.
Hasta que una noche de verano, cuando el asteroide iba a pasar muy cerca de nuestra orbita,  encontré el torreón iluminado...

- Hoy es la noche,  vamos a verlo en todo su esplendor... tan cerca...

Y dejo caer esas dos últimas palabras con todo el amor que puede guardar un primer beso.

Y el asteroide brilló y se acercó tanto, que la gravedad de la Tierra lo atrajo para sí, entró en la atmosfera y se diluyó en una explosión, la explosión más hermosa que jamás he visto."

El viejito se para y me mira, en mis ojos ve el deseo de que termine la historia.

- Pero... ¿que pasó? no puede terminar asi...
- Aquel hombre me regaló el telescopio, recogió sus cajas y se marchó del pueblo, nunca más le volví a ver, aunque siempre he pensado que se fue a otro lugar, que compraría el mejor telescopio del momento y que buscaría alguna estrella, otro asteroide, o quizás una nueva galaxia...

Mi viejito se levantó, "es hora de irme, espero verte de nuevo", y le ví alejándose camino de la Plaza de San Bernardo.

Cuando volvía a casa, pensé en esa historia, en esas personas que las vemos, que las queremos y que se nos acercan, se acercan y cuando creemos que ya están tan cerca como para no irse nunca más... estallan


domingo, abril 03, 2022

Y me decía

 Y me decía...
"no soy lo que tú esperas..."
pero yo moría por esperarla

 Y me decía...
"búscate a alguien que te de más."
pero yo ya tenía todo de ella

 Y me decía...
"somos tan distintos"
pero yo amaba nuestras diferencias

 Y me decía...
"tú eres agua, yo soy aceite"
pero yo contestaba, tú eres el yin de mi yan

Hasta que un día decidió no decir nada más... y como en las viejas películas hizo "fade out"

domingo, marzo 27, 2022

Saldo bancario

Recorro las calles del viejo Madrid.
Estrechas.
Con olor a tabaco de liar y humedad.
Balcones que se asoman unos contra otros, viejas sillas de madera frente a los portales, como en los pueblos de nuestra piel de toro.

Chicas de raza gitana maquilladas hasta el exceso bajan sonriendo, domingo de rastro en Madrid.
Algarabía de gritos, saludos,  café con churros y porras, y algún rezagado con su lata de Mahou.

Cruzo calles con nombres curiosos, calle del Ventorrillo, calle de Mira el Sol, o de la Huerta del Bayo, paso por la calle Laurel...

Y entro.
Entro en el banco, donde me esperan.
Un señor, con su traje color crema y una corbata azul que destaca por su falta de armonía, me recibe.
Me acompaña a un reducido despacho, y me indica que me siente.

La silla es de un verde aterciopelado, y sobre su mesa se apilan carpetas y folios sueltos, una calculadora antigua, y una bola de las de nieve sirve de sujeta papeles.

Abre un sobre, y me entrega una hoja.
- Su saldo actual - me dice.

Miro la hora y lo primero que percibo es la cantidad de números rojos en negrita.
El epígrafe dice "Saldo actual de la cuenta del Sr. Nicolás Carrera Peña"
En un pulcro excel se detalla el balance de mi cuenta.

"Saldo de abrazos ..... - 85%
  Saldo de besos    ....  - 78%
  Balance de "te quieros susurrados" ...  -114%..."

Sigo descendiendo por las columnas, absorto, y cuando termino de leerlo levanto la vista, y encuentro, una mirada  inquisitoria, a la par que algo compasiva.

- ¿Está Usted de acuerdo? - me pregunta, y su voz me resulta algo aspera.
- Sí... - asiento, y de mis labios se cae una disculpa - hice lo que pude, lo que sabía..."

De nuevo me tiende un papel, este es de un grosor mayor,  de un gramaje que denota calidad, sobre el, con el mismo color rojo pero esta vez en letras muy grandes y flanqueado por dos líneas gruesas, tres palabras.

" EJECUCIÓN DE DESAHUCIO"

Le miro y sin ningún sentimiento aparente, y adelantándose a mis palabras, me suelta:

- Ya no hay vuelta atrás.

Sin decir nada más, me levanto de la silla verde aterciopelada,  y me acompaña a una pequeña sala, donde un tubo fluorescente baña de una luz verdosa la estancia.
Hay una especia de estanterías, con cubos de metacrilato que dejan ver su contenido., y en su esquina superior izquierda un nombre.

El señor del traje color crema y su horrenda corbata azul, me entrega uno de estos cubos, veo en esa esquina superior izquierda inscrito mi nombre.

 - Tengo que hacer efectivo el desahucio - me dice.

Y sin más, acerca sus manos a mi pecho y sin ninguna contemplación, como si llevara haciéndolo toda la vida... 

...me arranca el corazón.


Lo mete en el cubo de metacrilato y lo deja en la estantería.

- Hemos terminado, Sr. Carrera, si no le importa le acompaño hasta la puerta.

Cuando saldo del banco alzo la vista.... y en Madrid empieza a llover.





viernes, marzo 25, 2022

Venció

 Y al final venció.

Y dejó tras si un vacío y una tristeza insondable.

martes, marzo 22, 2022

Busco

 Busco en la alacena, la frasca de las letras, aquella que vaciábamos para escribir tus poemas.
 Busco el aroma de tu te para encontrar en el, el sabor de tus besos
 Busco en los armarios esos miércoles escondidos
 Busco, mientras paseo por el parque del Retiro, todos los bancos donde no nos sentamos.
 Busco en el olor a café, aquellas mañanas de sábanas enredadas y cinco minutos más.

 Busco en el silencio de la noche, el susurro de tu sonrisa.
 Busco en la oscuridad más profunda de mi alma, el brillo de tus ojos.

Busco.

Busco el sonido de un timbre, de una puerta que quizás nunca más se abrirá.
Busco el sabor amargo de una cerveza, mientras tranquilo, espero que llegues de la cocina.

Busco

Busco, por las calles de mi Madrid, un portal por donde saldrás mientras yo espero que me esperes.
Busco, café tras café volver a encontrarte donde solía encontrarte.

Busco.
Busco con la esperanza de que me encuentres.

domingo, marzo 13, 2022

Un corazón en un cajón

 Y llegó el 2022...

Sueños y esperanzas...

Ilusiones y proyectos...

Pero el destino, la vida o lo que fuera trajo una pandemia, una Filomena, un gobierno de mentirosos y asesinos, y ... UNA GUERRA 

y en su pequeño país ese que todos tenemos tras una puerta llegó el frió invierno, un espacio vacío, una escarcha en las sábanas...

Y dicen que cuando le ven por la calle va con un hueco en su pecho... Por que dicen, que se deja el corazón en un cajón, para que así, no se lo vuelvan a quitar.




sábado, marzo 12, 2022

Perdido

 Hola mi viejo allá donde quiera que estés, te recuerdo más de lo que imaginas...

Las letras se perdieron escaleras abajo y los cuadros se derriten como lo hacen las velas encendidas.

Hay veces que uno pierde la cuenta de las veces que se equivocó, donde y cuando 

miércoles, febrero 23, 2022

Hoy

Hoy me gustaría llorar hasta llenar la arena de una playa y convertirla en mar.

Hoy me gustaría ver una película de amor de esas que te rompen el corazón y luego te lo pegan con cola

Hoy me gustaría abrazar aquellas sábanas que cobijaron esos cuerpos que ame

Hoy me gustaría acurrucarme en unos brazos como lo hacen los polluelos en su nido

Hoy me gustaría volver a ver tu mirada, esa, que a la vez podía cubrirme como una manta o dejarme totalmente desnudo

Hoy me gustaría volver atrás y cambiar tantas cosas que probablemente no sé por dónde empezaría

Hoy me gusta decir todo aquello que no dije, besar todo lo que no bese y ser valiente donde no lo fui

Hoy me gustaría que no fuera hoy.

martes, febrero 01, 2022

RECUERDOS II (LEED ANTES RECUERDOS)

La miro.
Me mira.

Ha cogido mi mano, y dentro de mi busco cualquier atisbo que pueda decirme... quien es ella... ¿quien ..?

Su mirada es suave, dulce, y su sonrisa... su sonrisa se desliza como lo haría un esquiador en la nieve virgen, zinzageante.

Se acerca a mi, y de repente... de repente su olor rasga una cortina blanca  y se hace la luz, la veo...

Está sentada en un banco de una catedral, su brazo extendido sobre el alargado banco vacío, y yo.. yo y mi cámara, mi cámara y yo, apunto hacia ella, que esboza una sonrisa, es su sonrisa la que suele poner cuando me  a regañar, por que ella me regaña dulcemente, como lo haría una madre a su pequeño cuando hace alguna trastada, por que no le gusta que la fotografíen, porque sabe que me encanta fotografiarla, esa es la labor de un fotógrafo... coleccionar recuerdos.

Y de repente todo se oscurece, con una espesa niebla, desaparece.


Y la miro.
Y me mira.

No se quien es, solo veo su mirada que es suave y dulce, y una sonrisa que se desliza como lo haría un esquiador en la nieve virgen, zizageante.

Recuerdos

 Estoy sentada frente a él.
Le tomo la mano, sigo sintiendo el mismo tacto que hace años, como la primera vez que su mano se posó en la mía, como lo hacen los copos de nieve sobre la hierba.
Ahora está mas huesuda sus pequeños dedos que tantas veces jugaron en mi pelo, son casi dos líneas, finas y rugosas.

Le miro.
Me mira.

Su mirada no era vacía pero no encontré la luz que siempre tuvieron, ahora era como un diminuto brillo, como el de las velas de té que parece que pueden apagarse en cualquier momento.

De mis labios cayeron dos palabras amarradas -"Soy yo"-  le digo, esperando que al oírlas el brillo, ese de las velitas de té, se encienda.
Sin embargo se queda quieto mirándome,  como lo hacen las personas que se te cruzan en la calle, como si no existieras, como si no te vieran.

Recordé aquella tarde, dentro de esa catedral, cuando era la primera vez que te la enseñaba, tu sacaste tu cámara de fotos, tu inseparable cámara de fotos, como una segunda piel, y la recorriste como lo hacen los ojos de los niños a la tarta de cumpleaños.
Estaba en el banco mirándote y te giraste, fruncí el ceño, sabes que no me gusta que me fotografíes pero... también se que nunca me haces caso.

Ese recuerdo... ¿lo tendrás tú? ¿Estará escondido?, oculto en alguna neurona que ahora sucumbe a la oscuridad del olvido, de esta maldita enfermedad.

Los recuerdos se cubren de niebla, y van desapareciendo poco a poco, hasta convertirse en una mancha lechosa, blanca, que algunos llaman olvido.

Tu mano se escapa de la mía, y en un requiebro asciende hasta mi mejilla y la acaricia.

Abres los labios y un "te quiero" revolotea en el aire.

- "Estas aquí ". me dice. "me gusta verte, así inesperadamente, como cuando te esperaba a la salida del metro en la Puerta del Sol, cuando, como siempre, nunca llegabas puntual, como, casi siempre, yo te fruncía el ceño..."

Y entonces todo se apaga, la niebla surge de lo más profundo y la claridad desaparece, y él vuelve a sumergirse en un mundo inalcanzable, en un fundido a negro.

Y le miro.
Y me mira.

Recuerdos.

sábado, enero 01, 2022

2021

 Te has ido.

Mutis por el foro, como hacen los actores al final de la función, pero tú no saldrás a recibir aplausos, ni te inclinaras en señal de reverencia.

Te has ido.

Y aún no sé siquiera, si has dejado algo que merezca la  pena, o sin embargo con el paso del tiempo llegaré a recordarte.

Sólo se que te has ido, en silencio, como lo haces siempre desde hace tanto tiempo que ya no recuerdo cuando empezaste a hacerlo de esa manera.

Te has vestido con mascarilla que oculta sonrisas, mientras seguías dibujando miradas de miedo, te has vestido de rabia y confrontación, te vestiste de blanco dejando sobre Madrid, tu nombre escrito en la calle sobre la nieve, como si de esa forma nunca te olvidáramos,

Te vestiste de luz y calor, más yo te vi igual bajo tu ropa.

Me trajiste fotos, y personas que desfilaron delante de mi objetivo, sets y shootings, libros impresos, y escenarios de un cuadrilátero vacío de boxeadores.

Moda en la calle Gran Vía, y destellos de flashes.

Conservé, a pesar de ser, esos rincones donde como islas, uno llega a ser feliz.

Paseos por Madrid, cafés y algún cine,  olor a madera de viejos bares ahora todos con terrazas donde se vive sobre las aceras.

Cerraste los viajes, aquellos que tanto añoro y echo de menos, refugiado en un mundo de pixels en pantalla gigante donde leones y océanos me trasportan a otros lugares soñados.

Y en tu estancia, en esas noches de radio, desnudo mis sueños para que se alojen bajo las sábanas conmigo, y con las primeras luces del alba les susurre una y otra vez, una y otra vez, "no te vayas, quédate conmigo cinco minutos más".

Hay ronroneos y fantasmas que recorren mi pasillo, hay recuerdos que se escapan del armario cada vez que sin querer o queriendo los abro, quizás para quitarme el frio de encima.

Hay... hay un chiquillo que ya no lo es, hay... hay un hombre que es un chiquillo, y que sin saberlo y sin decírselo lo es todo y todo lo es.

Te has ido, y me siento más viejo y mas cansado, no llegaste a abrir las cajas de deseos que tras unas luces parpadeantes te dejamos, y lo único que me diste fue la distancia de la sangre.

Es hora de decirte adios, que te vaya bonito, nunca más regresaras, y ahora abro las puertas y ventanas, extiendo mis brazos y dejo unas nuevas cajas de deseo... bienvenido 2022, adios 2021