lunes, diciembre 22, 2008

Feliz tiempo de navidad y 2009


...

No pares...
Y él seguia deslizando sus dedos sobre el piano mientras ella lo miraba.
No pares, por favor...
La lluvia golpeaba los cristales, y el frío de la noche llamaba a su puerta.
No pares...
Mientras, la música navegaba en el aire.
No pares, por favor...
Acercándose le besaba su cuello, y sus dedos seguían bailando entre las teclas.
No pares, le decía.Con el miedo de que aquello acabara.
Y él dejó de tocar el piano.
Y tomándola, la beso,y dijo: “No parare nunca más.”

...

jueves, diciembre 11, 2008

Es tiempo

Amanecía.
En algunas casas las luces prendian tras los cristales, y el color rojo de las flores de pascua despertaban de su letargo.

Su cristal se empañaba con el vaho de su aliento. Dibujó un pequeño sol, y recordó cuanto echaba de menos el verano.

Navidad. Otro año más.

Miró a su alrededor, había decorado un poco la habitación, unos angelitos colgando de una lámpara de cáñamo, y unas luces de la tienda del chino.

Sintió frío. Encendió la cafetera y dejó que su aroma lo inundara todo, aquel olor le trajo recuerdos de otros tiempos. Donde las risas, los abrazos y los besos habían dibujado una navidad diferente, llena de figuras de un belén gigante sobre el adoquinado de una ciudad antigua.
Un invierno que duró lo que tardó en llegar la primavera, pero esta, aquella vez, traía la esperanza de un futuro.

Y ahora todo aquello le parecía tan lejano.

Decidió darse una ducha caliente, dejó caer el agua sobre su piel, mientras sus manos le iban recorriendo, cerró los ojos y añoró aquellos abrazos, aquel suave roce de unos labios sobre los suyos, preludio de una pasión contenida durante tiempo, ejerció una leve presión sobre su sexo, deseando que evocara el peso de su cuerpo sobre el suyo, cuando él descendia lentamente recorriendo con la boca su cuello, aquellos mordiscos en el lobulo de su oreja que tanto le gustaban, las risas entremezcladas con las caricias, sentir la proximidad de su boca sobre su sexo y como él retrasaba ese momento. para que luego ella rodeara con sus piernas su cintura, abriéndole el camino, arqueando su cintura, mientrás él, se deslizaba dentro de ella, mordiendo sus labios, en un baile frénetico ... y luego, apoyar la cabeza sobre su hombro sentirse acompañada en un abrazo que la llevaba a un sueño donde mañana sería un día distinto, donde no habría monotonía, donde alguien la esperaría, ya sea en un café, en un sms, o tras la puerta de su casa.

Cerró el grifo de la ducha mientras de sus ojos se desprendian unas lágrimas, volvió a sentir el frío de aquel invierno, pero ahora venía acompañado de otro frío, el que te cala hasta el alma, el frío de la soledad.

Decidió que aquella víspera de nochebuena no la pasaria sola, no estaba acostumbrada a ligar al primero que se le pusiese a tiro, pero aquella noche quería dormir acompañada, y dejarse llevar simplemente por una noche de sexo sin compromiso.

Se vistió y salió a la calle, decidió pasar la mañana viendo escaparates, tenía tiempo, estaba decidida y nada le echaría atrás.

Se probó varios modelos, anduvo calle abajo y arriba, entre mareas de gente con su afan consumista, en algún momento se había perdido el verdadero sentido de aquellas fiestas.

Entró en un buffet y se sirvió una ensalada, pensó en todo el año que ya terminaba, cómo se habia ido desarrollando su vida, lejos de aquello que cuando era joven soñaba, una familia, unos niños corriendo por el salón, y alguien a quien esperar.

Sin embargo la vida le había deparado otras sorpresas, unos cuantos desengaños, y mucha lucha, no era que se quejase de ello, al fin y al cabo había disfrutado de sus buenos momentos, pero el presente pesaba y el silencio de cada dia era una losa pesada.

Levantó la mirada y sus ojos se cruzaron con los de un chico que la miraba fijamente, él la sonrio y ella bajo sus ojos, ¿era posble que estuviera coqueteando?, le encantaba ese juego y entró en el.
Un cruze de piernas, miradas perdidas, una imperceptible sonrisa. Sintió un vacio en el estómago, ¿sería capaz de terminar lo que estaba empezando? o sólo se quedaría en un juego más.

Miró como él se levantó, se acercó a la caja y pagó, pensó que ahí acababa todo y volvió a concentrarse en su ensalada, cuando una mano rozó su hombro.

- ¿Puedo sentarme?

Dudó un instante, el tiempo que sus ojos se posaron en los suyos.
Luego todo fué rodado, un café, un paseo, una invitación a cenar, el deseo de no sentirse esa noche sola, y un momento de duda, cuando él la acompaña al portal y ella le invita a pasar, una eternidad vestida en segundos, los que tarda él en cogerla de la cintura y entrar al portal.


Ella se pone cómoda, sirve dos copas, y elige una música tranquila, él la espera en el sofá abre sus brazos y ella se cobija en ellos.
Cierra los ojos, y por un momento desea que todo fuera así, ".. mañana se habrá ido.." como un tren de mercancias ese pensamiento cruza su mente y ella intenta frenarlo, descarrilarlo.

Mañana no existe.

Se gira y acerca los labios a los de él, sólo un roce un suave roce. Le toma de la mano y ella lo lleva a la cama, despacio acaricia su pelo y vuelve a rozar los labios de él. Siente el calor de su beso, pero en él sólo hay ternura. Le mira a los ojos, y él asiente, ella lo abraza, mientras él vuelve a recoger su cabeza sobre su pecho.

Nadie dice nada, pero el silencio es tan diferente al que ella sentía ayer.
De pronto él rompe ese silencio, y sus palabras se enredan en su pelo, descendiendo sobre su piel, tapandola con un calor nunca antes sentido.

Y sus ojos se cierran lentamente, y se pierde en el abrazo de él, como lo hacen las olas en la arena.

Despierta, él ya no está, aún siente el calor de las sábanas y sonrie, quizás fué mejor así, ahora sentiría el vacio que suele dejar una noche de sexo por sexo, -piensa-, e intenta recoger entre los pliegues de la cama sus últimos sueños, aún queda en el aire una sensación extraña, una sensación de que algo va a cambiar, lo percibe.

Va a la cocina y sobre su taza de café, una nota.

".. recuerdo cuando era pequeño, el frió de las calles, las luces de la ciudad, esa sensación en el estómago de que es un tiempo mágico, de villancios, de reyes magos y papa noel, de sopresas inesperadas, anoche fuiste mi sorpresa inesperada. Espero que te sirva para creer que a pesar de todolo que te ha pasado, este es un tiempo mágico..."

Ella toma la nota, abre su libro preferido y la guarda entre las páginas, "quien sabe, quizás tenga razón y vuelva a creer.."

Mira de nuevo por la ventana, y sobre el vaho se redibuja el sol, sonrie, es hora de ir a la oficina, la fiesta de nochebuena, no debo faltar, al menos, se dice, no pasaré todo el día sola.

Y llega.
Y la gente sonrie.
Sonrisas de navidad...
A veces solo se necesita una excusa.

Una compañera se acerca.

- Hola, con eso de tus vacaciones te perdiste la presentación del nuevo compañero.

Se lo presenta, acaba de llegar a la ciudad, y no conoce a nadie.
Allí los dos solos pasan la fiesta, mientras algunos cantan villancicos, mientras se oyen saltar los tapones de las botellas de champan.

Cae la tarde, y ella le pregunta donde cenara.
Una habitación solitaria de hotel, ¿y tu?...

Ella mira a través de la ventana de ese pequeño restaurante, es nochebuena y sobre el asfalto caen los primeros copos de nieve, alguien pasa despacio delante de la cristalera, envuelto en un abrigo blanco, con una llamativa bufanda y un gorro al estilo ruso.

Ve sus ojos y él la sonrie.
Reconoce esa sonrisa, la misma que la pasada noche veló sus sueños.

Alguien roza su mano, y ella mira a su nuevo compañero de trabajo, quien sabe, quizás todavía esté a tiempo de creer.

miércoles, diciembre 03, 2008

un cuento...

El estruendo rasgó la noche.

Mientras en el camino las piedras caían, en el pueblo algunos se habían despertado, otros
seguían durmiendo ajenos a todo aquello.

Pero con las primeras luces del alba, todo el pueblo fué consciente de la gravedad de los hechos.
El derrumbe habia taponado la única vía de salida del poblado, las rocas habia formado un miro infranqueable, sólo un pequeño hueco daba salida al otro lado del camino.

Aquello suponia, rodear la montaña, un viaje que ahora en lo más crudo del invierno acarreaba muchos peligros.
Y aún así, si alguien pudiera paar tendría que atravesar todo el bosque para llegar hasta el pueblo mas cercano en busca de ayuda.

Evaluaron lo que tardarían en quitar las inmensas rocas del camino, demasiado tiempo, aquel año no había sido generoso con las cosechas y dependian de los viajes que hacían para traer víveres.

Aquella tarde el alcalde convocó una reunión de urgencia, no podían demorarse, la ayuda tardaría en llegar pues el proximo viaje estaba previsto para tres días despues, mientras tanto nadie allí afuera pensarían que estaban aislados.
Empezaron las discrepancias, unos que deberian esperar, otros que racionando los alimentos y si todo el pueblo cooperaba podrían despejar el camino, y como última opción alguien podría pasar por el hueco atravesar el bosque y traer ayuda, era arriesgado pero era la solución más rápida.
Llegaron al acuerdo de empezar a despejar el camino, mientras alguien iba en busca de ayuda, sólo había una pega, quien sería el voluntario, dado la estrechez del hueco un adulto no cabría, tendrían que enviar a uno de los chicos.

Y de nuevo surgió la discusión, las madres se negaban a dejar ir a sus pequeños, temian que no lograsen atravesar el bosque, incluso hubo alguna voz señalando a una pequeña chica, - ella, ella si que podrá, está todo el dia perdida por mla montaña, hace su vida, es fuerte e independiente, seguro que no le teme a nada"

Aquello que en principio fué solo un murmullo, acabó convirtiendose en un grito, - "¡¡ella, ella !!"-. Todos se giraron cuando la pequeña chica avanzó hacia el alcalde, estela miró de arriba abajo evaluando si sería capaz de llevar a buen termino la misión, dejar en manos de aquella chica el futuro del pueblo era complicado, más aún cuando él tenia un hijo de la misma edad que la chica, pero la mirada de su mujer no dejó duda alguna, aquella pequeña era la solución a sus males.

Nadie salió a defenderla, ni siquiera una voz para proponer otra idea, aquella chica estaba sola en el pueblo, y la fama de ser dura y segura de sí misma la precedía.

La decisión fué tomada por unaminidad, al amanecer siguiente la chica partiria con una carta del alcalde pidiendo ayuda, no podría llevarse mucho equipaje pues no pasaría por el hueco, tendría que valerse por si misma.

Esa noche, en aquella pequeña casa la joven lloró, no era tan fuerte ni tan segura como el pueblo creía, ella era como todos los demás con sus miedos con la inseguridad de saber si hacia bien o mal, quizas nunca lo habia demostrado así, por que la vida se habia mostrado dura con ella, se había llevado lo que mas quería y ella había tenido que aprender a salir adelante sin contar con nadie, con su propio esfuerzo, pero aún asi, ella se sentía frágil.

Al día siguiente todos fueron a despedirla, nunca antes había recibido tantas atenciones ni tantos abrazos, en el fondo pensó lo egoista que se vuelve la gente y con qué facilidad te alaban si creen que nunca más vas a volver.

Y mientras se introducía en el hueco entre las grandes piedras, una lágrima corria por su mejilla.
Siguió sorteando las piedras, a veces tenía que ir a gatas y de vez en cuando se paraba cuando un leve crujido le recordaba que podía haber otro derrumbe. Se sintió muy sola, pero una voz muy familiar voló entre los huecos de las piedras, como si el viento le llevara esas palabras... - "confái en ti, aunque no nos veas, estamos a tu lado, nunca estaras sola...."-. Miró a su alrededor, a sabiendas de que allí no podria haber nadie, y se sintió reconfortada, no estaba sola, cogió fuerzas y siguió entre las rocas.

Un aire frío acarició sus mejillas, por fin llegaba al final del derrumbe, salió de entre las piedras con algunos arañazos en sus rodillas, pero con una gran sonrisa, lo había conseguido.

Gritó con todos sus pulmones, -"He pasado, estoy al otro lado"- pero nadie contestó, al otro lado de las rocas nadie quedaba ya, todos habian vuelto cabizbajos al pueblo, unos con la desesperanza como abrigo, otros con una manto de culpabilidad por haber mandado a una pequeña a una misión de mayores.

La pequeña miró al frente, el haber pasado las rocas le habia insuflado un valor que antes no había sentido, el bosque la estaba esperando, sin embargo ella salió a su encuentro corriendo, dejando atrás sus miedos, ahora verían de lo que ella era capaz de hacer.

Y corrió.
Y corrió.

Tanto que no miraba sus pasos, y así entro en el bosque, hasta que una rama se interpuso en su camino, ella iba tan lanzada que cuando quiso esquivarla fué demasiado tarde, y cayó de bruces contra el suelo.

Permació tumbada allí en el suelo un rato, se sintió como una tonta por dejarse llevar, como si ella fuera invencible, se sentó sobre una piedra y pensó en su vida, en aquellos altibajos, en lo duro que habia sido representar el papel de chica madura y fuerte, siempre la dejaba agotada sin fuerzas, ahora estaba allí sola a la entrada del bosque, no tenía que interpretar nada, solo sentir.

- " eh tú la de ahí abajo, ¡¡ no ves que por ir a toda prisa sin mirar te has pegado un tortazo de aupa !! , jaja mira que los humanos os creeis listos pero luego sois de un torpe."

Miró hacia arriba y vió a una lechuza que con sus grandes ojos la miraban.

- Pero ¿cómo es que te entiendo?, ¿cómo es que puedes hablarme?
- Bueno, es fácil al principio todos podemos entendernos pero los hombres abandonaron esa cualidad cuando se creyeron superiores al resto de los animales, tú eres especial quizás por que no crees en esa superioridad, quizás por que esto sólo sea un sueño.
- No puede ser un sueño, esto es real, dime buho...
- Lechuza, soy una lechuza...
- Perdona, dime, es fácil salir del bosque.
- Bueno yo no tengo problemas je je , aunque nunca he salido mas alla de los lindes del bosque, dicen que a veces es peligroso sobre todo por la noche, claro que desde estas ramas todo es más fácil.
- Pues si que me estas dando ánimos...
- Pensé que querrias oir la verdad.

La joven miró al cielo, este se oscurecía rapidamente, los días allí en invierno era muy cortos, y empezó a tener miedo, debía seguir su camino, ahora ya no correría iría mas pendiente.

- Veo que has aprendido una lección. - le dijo la lechuza.
- Vaya y me puedes decir ¿cual es?
- La gente cree que por estar seguros de uno mismo todo esta hecho, pero a veces es bueno tener cierta inseguridad, por que te hace estar más precavido, aprender de tus errores y seguir avanzando, no digo que sea bueno ser inseguro, pero es peor ser un prepotente creer que se puede con todo. Ahora recorreras el camino con mas detalle, observando cada resquicio seguro que eso te hará estar mas segura.
- ¿Y si me acompañas?, tambien asi estaría mas segura y si quieres podré compartir la comida que llevo en la mochila.

A la lechuza le pareció una buena idea, de hecho hacia años que no entablaba un diálogo con un humano.

Y asi se fueron adentrando más y más en el bosque. La joven le contó a la lechuza el motivo de su viaje, y esta se quedo admirada de la valentía de la pequeña.

- Muchos no habrían llegado ni a la mitad del camino que tu has recorrido, y más contando el egoismo de tu pueblo.
- Si no lo hubiera hecho, ellos lo pasarían mal, además no tengo nada que perder. En el fondo quizás solo sea un reto conmigo misma, quizás alguna vez pueda oirme decir que lo hago bien, y lo más importante es que me lo crea.

Un crujido de hojas cortó la charla, la lechuza voló a la rama mas alta del abeto y se tapó los ojos con sus alas.
La pequeña se quedó unos instantes paralizada, - no tengo miedo soy fuerte soy fuerte-, se decía, pero sus piernas no la obedecieron y salió corriendo , saltó sobre unas setas y oyó unos grititos.

- Cuidado que nos pisas, corre hacia ese hueco de los árboles y escóndete allí.

Casi podía oirse el corazon de la chica, sus ojos miraban hacia la oscuridad cuando vió pasar la figura de un gran lobo.

- Menos mal que he corrido a esconderme si llego a seguir, el lobo me habría devorado.

En eso pensaba cuando sintió que alguien tiraba de sus calcetines.

- Oye, oye no nos vas a pedir perdón, un poco más y acabas con nosotros.

Aquellos gnomos no paraban de saltar unos sobre otros.

- Uyss perdonad, salí tan deprisa que ni me fijé.- les dijo la chica.
- Está bien, estas perdonada, menos mal que corriste por que sino, ese lobo tenía muy mala pinta.
- Sí, a veces es bueno tener miedo, aunque haya gente que se ria de los miedosos, un poco de miedo es bueno por que nos hace estar alerta ante situaciones dificiles y nos vuelve mas inteligentes.- dijo otro de los gnomos.
- Nunca me había parado a pensarlo de esa manera, quizas el no tener miedo nos hace ser mas incautos y confundimos valentia con irresponsabilidad.

La lechuza bajó de la rama.

- Hey, estas aquí.
- Valiente ayuda que tengo contigo, anda que me avisaste.
- Bueno yo la verdad es que...
- No pasa nada, has visto tengo unos nuevos amigos estos gnomos.

Allí pasó la noche entre los cuentos y las travesuras de los gnomos, y las ocurrencias de la lechuza.
Cuando el día empezó a clarear, salió del hueco del árbol.

- He de seguir mi camino, pero si os apetece acompañarme...
- Sii siii- gritaron de contentos los gnomos.
- Vamos - dijo la lechuza - si nos damos prisa al atardecer estaremos saliendo del bosque.

Caminaron toda la mañana, hasta que llegaron a un claro del bosque, y la pequeña sacó la poca comida que llevaba y la compartió con sus nuevos amigos.

De pronto, sin que ninguno de ellos se diera cuenta, el lobo apareció y de un saltó se puso enfrente de la chica.
La lechuza voló, los gnomos se tapararon con unas margaritas.

Los ojos del lobo miraban fijamente a la chica, ella no se movió, por un segundo pensó que todo estaba acabado.
Así que se sentó y le dijo:

- Lobo haz lo que tengas que hacer, no puedo ofrecer resitencia eres mas fuerte que yo.

El lobo avanzó hacia ella, despacio abrio sus fauces y enseño sus terribles dientes.
La pequeña sonrió.

- ¿Porqué sonries?, estoy a punto de comerte.
- Por que sé que no lo harás, por que en el fondo eres como yo, tienes que demostrar a los habitantes del bosque que eres fiero y temible, quizas asi te ganes su respeto, pero en el fondo no eres así, deseas ser amigo de ellos jugar con ellos. sólo que cuando te acercas ellos desaparecen y tu has asumido que ese debe ser tu papel, el de un temible lobo.

El lobo se paró en seco, la miró, y alzó una pata. la chica la acaricó despacio.

- Es la primera vez que alguien no me huye.
- Es la primera vez que acaricio la pata a un lobo.

Y la lechuza regresó, y los gnomos dejaron su escondite.
Y todos juntos comieron lo que la chica llevaba en su mochila.

- Lobo ¿ me acompañaras al final del bosque?
Y el lobo se puso a dar brincos de alegría.

Terminaron de comer y la acompañaron hasta el final del bosque, desde allí ella se despidió estaba cerca del otro pueblo y no podía quedarse más con ellos.

- ¿Volveras?- le gritaron todos
- Volveré, por sois mis amigos y a los amigos nunca se les abandona.

La pequeña corrió el camino que quedaba hasta llegar al pueblo, allí le mostró al alcalde la carta y todos se dispusieron a partir a la mañana siguiente sin más demora.

Una familia acogió a la pequeña en su casa, tenían una hija de su edad, y la pequeña se pasó la noche contando sus aventuras en el bosque.

Al día siguiente todos partieron, habían avisado a un grupo de mineros y estos trajeron dinamita, llegaron al derrumbe y lo volaron.

Aquella explosión alertó al pueblo, que raudos se echaron a la calle, corrieron hacia el camino y se encontraron con los demás.

Todos fueron abrazos y sonrisas, lágrimas de felicidad. Cogieron a la pequeña y la lanzaron al aire muchas veces.

Ella reía.

Esa noche hubo una gran fiesta en su honor, y cuando todos volvieron a sus casas, y los del otro pueblo se prestaba a volver, se le acercó la familia, la hija la tomó de la mano.

- Vente.

La pequeña se quedo quieta, de sus ojos cayeron dos lágrimas.

- Gracias, pero este es mi lugar, esta es mi casa, pasaré a verte y a jugar contigo, pero he de quedarme.

Y así aquella pequeña siguió en el pueblo, visitando a la hija, y de paso a sus nuevos amigos.

La lechuza miró desde lejos las luces de la casa de la pequeña, subida en el lomo del lobo.

- A veces no es bueno dejarse llevar por lo que los demas ven de ti, no hay nada de malo en demostar que uno flaquea, que no es tan fuerte, que también necesita de los demás y de su cariño, ¿verdad, lobo?

Y el lobo aulló.

lunes, noviembre 17, 2008

Recuerdos

Un domingo mas amanecía sobre Madrid, Noviembre frío.
El cielo se vistió de azul y salí temprano para disfrutar del Rastro cuando solo los madrugadores cruzan sus calles.
Cajas y armazones aun sin montar, las primeras voces reclamando la atención,
- ¿cuanto vale? - no te vayas reina, que te lo rebajo un poco mas-
y yo cierro un poco mas mi abrigo para guardar el calor, y no dejar que la soledad de mi paseo llegue a cruzar umbrales prohibidos.

Y cruzo Cascorro hasta la plaza Mayor donde ya han instalado las luces de Navidad, prisas por correr contra el tiempo, sensacion de que otro año mas se escapa de entre los dedos, como el agua que se pierde entre las rejas de una alcantarilla.

Allí en un soportal veo una figura conocida, con un lento caminar, y me acerco, y es él, y me pongo a su lado y le miro.

- Hola.

El gira lentamente la cabeza y suelta un escueto "hola".
Me quedo parado, no esperaba esa reacción fría como la mañana, y por unos segundos busco en su mirada un por qué.
- ¿le pasa algo?
Y él me mira detenidamente, sopesando la contestación, hasta que por fin me agarra del brazo, y siento que esta a punto de caersele el mundo encima.

Nos sentamos al abrigo de un bar que huele a cerveza y calamares.

- No sé si debo, y si quiere, pero me gustaria saber que le pasa.
- Bueno, creo que ya tenemos algo de confianza entre tú y yo,... estoy perdiendo la memoria.
- Venga no se preocupe por eso fíjese en mi, no me acuerdo ni cosas de ayer ni de fechas , no vea los problemas que he tenido con eso , no creo que sea nada grave.
- No, no, no me preocupa el no acordarme de las cosas, a mi edad es un peaje más que pagas, sólo que ya no recuerdo su cara, sus gestos y es como si la perdiera del todo, ¿comprendes? cierro los ojos y su cara aparece borrosa no hay facciones ni el brillo de su sonrisa.

Ss ojos vibraron húmedos, y me sentí estremecer, su pena era tan tangible.

- Ummm, si me deja hacer alguna cosa quizas...
- No puedes hacer nada, la vida es asi, no te preocupes.
- Me permite algo, ¿por favor podría confiar en mi?
- Bueno, confio, no creo que tenga nada que perder.
- Pues salgamos de aquí, y no me ponga un pero ni me diga que no, sólo déjese llevar, vamos...

Y así los dos caminamos despacio, tranquilamente, él no me preguntó nada, ni siquiera cuando entramos en El Corte Inglés, pero cuando nos dirigmos a la zona de perfumeria, y llame a la dependienta me miró extrañado.

- No se preocupe, y sígame el juego.
- Buenos días, desean algún perfume en especial?
- La verdad es que tenemos que hacer un regalo y no tenemos mucha idea, queremos un perfume con un suave y sutil aroma que no embriague.

La dependienta sonrió y miro al viejito, que rápidamente capto mi idea. Llegó con varias fragancias.

-Si hace el favor. - le dije a la dependienta- muestreselas a él.

Una a una fué mostrando las fragancias, hasta que llegó a L´EAU D´ISSEY MIYAKE, el viejecito, inspiro y cerró los ojos, se quedó inmovil por un momento, me acerqué a la dependienta y le dije:

- Por favor envuelvame esta, y cóbremela.

Él seguia con los ojos cerrados, no quise interrumpirle, sabía que en esos momentos estaba en otro lugar.
Cuando se recobró, no dijo nada, pero su mirada lo decia todo.

- Bueno ahora vamos a ir al café del que tanto me ha hablado.

Paré un taxi, y fuimos a un cafe por la ronda de segovia, chiquito, con ese olor peculiar del café recien molido.
Entramos y pedimos dos café, pero cuando se iba a ir el camarero, él le llamo y pidió otro largo de café con una nube de leche, y un sobrecito de azucar moreno.

Dispuso el cafe frente a una silla vacia.

Yo me acerqué a él, y le pregunté:

- Ahora dígame cual era la música que le gustaba, aquella que bien podría llamarla su canción.
- Pero no te reiras de este pobre anciano ¿verdad?
- NO claro que no, le sorprenderia lo que escucho.
- Pues un bolero antiguo, quizás no lo conozcas auque fué famoso en su tiempo "Reloj no marques las horas"

Saqué mi ipod giré la rueda y alli estaba Luis Miguel, y un recuerdo cruzó mi mente, le coloque como pude los cascos y le di al play.

Con los primeros acordes él me miro y sonrió, luego cerró los ojos, ví como sus dedos se movian despacio sobre la mesa de mármol, incluso sentí que movia los pies como si estuviera bailando, podría jurar que por un momento los vi bailando en aquel café, pegados, mirandose a los ojos sin decir nada, con una vida por delante.

Acabó la canción, se quitó los cascos, y de entre sus labios se deslizó un "gracias" suave y aterciopelado, que trepó por mi pecho y se introdujo entre los pliegues de mi corazón.

Tomamos el café en silencio, no habia nada que decir, sabía que él saboreaba sus recuerdos, y yo los mios.

Nos costó decidir que debíamos irnos, caminamos despacio subiendo de nuevo hasta la Plaza Mayor, le acompañé un poco más justo hasta el edificio de la Puerta del Sol dónde un día esperando ya a nadie, sólo a mis recuerdos, le conocí.

Saqué el perfume envuelto y se lo dí.

- A veces cerramos los ojos y sólo hay una figura borrosa, pero no mire la imagen mire en su corazón, en aquellos sentimientos, en aquel olor, aquella canción, aquellas palabras, aquellas baldosas de aquella calle o aquel café, todos tenemos alguno, perdido entre los sueños.

Y sin más me abrazó.

Quiso darme las gracias de nuevo, pero le interrumpí.

- No diga nada, dejemoslo en que es nuestro secreto, ahora disfrute de ello, y como siempre, espero verle pronto, cuidese.
- Cuidate tu también y sí, te estaré esperando por aqui.

Bajé por la calle Atocha, con las manos en los bolsillos, pero en aquel momento no estaba en Atocha, estaba lejos de alli. escuchando otras voces, oyendo unas sonrisas, con el suave roce de unos recuerdos...

martes, noviembre 04, 2008

La niña y la flor

La niña...

Se despertó. el día la esperaba con un montón de segundos de segundos para que ella los invirtiera,
a veces la inversion daba sus beneficios, otras simplemente se perdian.

Abrió la ventana y de pronto la vió. Allí semi escondida entre las ramas del árbol asomaba una flor,
una extraña flor que se abria paso entre las ramitas.

La niña se quedó mirando a la flor, abrió la ventana y le dijo:

"buenos dias flor ¡¡¡¡ yo vivo aqui y espero que ahora que te he visto podamos ser amigas"

La flor...

Se desperto. Allí estaba un día más, pero no sabia donde se encontraba, miró a su alrededor
y se sintió extraña, rodeada de ramitas, en un lugar ajeno, cuando bajó la mirada vió entre
la hierba flores de todo tipo, margaritas, amapolas, claveles.

Oyó un ruido extraño y luego una voz que le deseaba buenos dias.

Al menos,- pensó - quizas tenga una amiga.


La niña...

Cada día la niña se levantaba abría la ventana y saludaba a la flor, cuando volvía a casa,
le contaba cómo le había ido el día lo que había hecho, y sus secretos.

Para ella se estaba convirtiendo en algo mas que una amiga, ya se que ¿una flor, una amiga? pero bueno,
hay quien tiene como amigo su diario, y además esto es un cuento... y volviendo a el, la niña tenia en
la flor su confidente, y aunque muchas veces pensó en cogerla para resguardarla de los pájaros o del frío
nunca se atrevió a salir y subir al árbol a por ella.

La flor...

Se sentía sola, alli en el árbol, y como única compañía tenía a aquella niña que le contaba sus cosas, sus ilusiones
sus sueños, y temores. Esperaba el momento de oir la ventana abrirse y entonces ella abria sus pétalos
intentando con su fragancia alegrar a la niña, intentado que la tocara con sus manos, incluso, pènsó algunas
veces que ojala fuera a por ella y se la llevara del árbol, sobre todo cuando llegaban los pájaros a los que
tenía un miedo horrible, o por la noche cuando se sentía tan sola que de sus pétalos salian gotas de agua,
algunos la llamaban rocio, pero ella sabía que eran sus lágrimas.

La niña...

pasaba el tiempo y la niña sentia que la flor habia crecido dentro de ella, la necesitaba, deseaba muchas veces
que llegase la hora de llegar a casa y poder verla, sentia las ganas de tenerla entre sus manos, tocarla,
poder cuidarla, más no se atrevía, cuando al pie del árbol intentaba subir un miedo atroz se apoderaba de ella,
¿y si me caigo? ¿y si al cogerla le hago daño o no crece en la maceta?
Asi todos los dias se volvía a casa a verla desde su ventana.

La flor...

Esperaba y esperaba más el momento de sentir que la niña estaba alli a su lado nunca llegaba. Las noches
se hacian mas largas y mas frias, y la flor sabia que no duraria mucho, que cualquier noche...

.......

Y el tiempo pasó, el inviernó llegó. La flor empezó a sentir el frio, mas y mas, cerraba sus pétalos y se decía
que al día siguiente la niña la llevaría con ella, pero nunca llegaba.

Un día la niña abrió la ventana, y la flor no estaba en el árbol, miró y miró, pero no la encontraba, salió al jardín y al dar la vuelta al
árbol la encontró marchita en el suelo.
La subio a casa y entre lágrimas la guardó en su libro mas preciado.

Hoy cuando ya los años han pasado aún conserva ese libro y entre sus páginas reposa una flor seca, que aún hace llorar a
aquella niña.

lunes, octubre 27, 2008

La estación

La ciudad despertaba, si es que acaso,una noche de sábado la había dejado dormir.
En las aceras recuerdos de la gente que dejan sus cuatro paredes,
para hacer colas interminables, para encontrarse, para buscar, para perdeerse, para olvidar, para vivir.

Y yo paseo en esta mañana de domingo, bajo un intenso manto azul, disfrutando de las primeras horas de este domingo, de sus calles desiertas, olor a churros y café.

Paso por el café Jamaica, de la Puerta del Sol, e instintivamente echo la mirada dentro, siluetas transparentes,ligadas al tiempo se miran. Y tras ellos, una mirada y una sonrisa.

Le reconozco y sonrio a la vez, mientras siento una paz interior.
Me acerco y él se levanta despacio, voy a darle la mano pero extiende sus brazos y me acoge, cierro los ojos y lo primero que recuerdo es a mi madre, el calor de sus abrazos.

Nos separamos, y me invita a sentarme, pido un café con leche templada, y dejo mi mochila. Me mira despacio, como si intentara mirar mas adentro. Me ruborizo.

- ¡Cuanto tiempo!, ¿Cómo le ha ido en todo este tiempo? - le pregunto.
- Bien he llegado hace dos dias, de la casa que aún conservo en el pueblo, suelo ir todos los años, una especie de encuentro
con el pasado, ya sabes... Al caer la tarde sacas la silla a la calle y alli charlas con los vecinos, con la gente que pasa, conversaciones
sobre la proxima vendimia, los precios del gasoleo, como el pueblo poco a poco se va muriendo, los jóvenes ya no van alli.
- Si, es una pena, la ciudad nos engulle a todos, tarde o temprano, y los que hemos vivido siempre aquí añoramos esa tranquilidad del pueblo.
- ¿ Y tus vacaciones? , ¿más tranquilo?
- La verdad es que bien, no me puedo quejar, siempre queda ese gustillo de un viaje de aventura, de perderse y probar cosas nuevas, pero no me puedo quejar.
- Quizás el proximo año, ¿no?, de alguna manera tus palabras, esa sensación de aunque todo vaya bien, haya un gusto de insatisfacción, como si siempre faltase algo me ha recordado...
- ¿Un cuento?
- No, jajaja, esta vez creo que no, aunque podrias tomartelo como si lo fuera, ¿tienes tiempo?
- Si, todo el tiempo del mundo - me recosté en la silla de madera, dí un ligero sorbo al café, y me dispuse, a escucharle una vez más.
- Te cuento, entonces, a la vuelta del pueblo, esta vez viene en tren, no sé por qué, pero queria viajar en el ave por primera vez, y lo que más me sorprendió...
- A la velocidad que va, y uno ni la siente... - le interrumpí.

- Jajaja, no, que va, no me vas a creer, pero me sorprendió la estación de Atocha, el jardín con esos aspersores, una charca repleta de tortugas, asi que me senté allí a ver la gente pasar, unos con prisas cargados de maletas con la ilusion de emprender viaje, otros con la pena del regreso a sus espaldas, luego me pareció ver a alguien disfrazado de cura, quizás lo fuera, pero la sotana le quedaba corta y su moreno era de playa, por un momento imaginé que iría disfrazado, quien sabe alguna apuesta, alguna sorpresa...

Por un momento cerré los ojos, y sentí todas esas personas que se quedan anclados en alguna estación, van en su tren de la vida, y de vez en cuando se bajan en una estación, intentando que esta sea su ultima parada, y a pesar de todo, de los esfuerzos, de dejar allí las maletas, llega un día que se dan cuenta de que no es su estación, y que han de emprender de nuevo el viaje. No se dan cuenta de que es mas doloroso, al final uno coge cariño a las estaciones, se acostumbra a sus bancos, y cuando ha de reemprender la marcha, siempre queda algun jiron de piel y corazón. Quizás les sean necesarias esas paradas, quien sabe, dicen que todo tiene un motivo y un por qué, pero creo que es un tipo de gente, a la que le da miedo que el viaje no acabe nunca, a pesar de que la estación definitiva pudiera estar más cerca de lo que ellos creen.

Le miré, en el fondo era fácil reconocer que llevaba razón. Y continuó...

- Esa tarde ví trenes pasar, casi sin detenerse y tras sus cristales, caras cansadas, ojos tristes, apagados, pero aun guardando un lejano brillo, para el momento de llegar. Y ví en esa gente aquellos, que nunca bajan del tren, que el miedo les atenaza, miedo a sentir de nuevo el suelo bajo sus pies, el saber que, por fín, han llegado, aunque no sea el punto final, sino sólo un principio, y por eso sólo miran tras la ventana, estación tras estación, sin atreverse a lanzar las maletas a saltar del tren aun en marcha, convirtiendose en sombras de un tren que nunca acabará su viaje.
Pero créeme, siempre hay una estación esperándonos, siempre, y aunque a veces parezca que nadie estará allí para ayudarnos con nuestras maletas, al final la estación no está vacía.


Se detuvo, tomó la taza y la acercó a sus labios, mientras sus palabras caian dentro de mi como cae la noche apagando el día.

- Y bien, - me dijo - supongo que tu si conoces la estación, ¿no?, sino es asi te recomiendo que vayas, sin prisas, sientate una tarde, y observa a la gente, en ellos puedes encontrar muchas respuestas.

No dije nada, que podía decir a todo aquello, apuré lo que me quedaba de café, que se había quedado frío.

- Anda, no te quedes aqui más rato, sigue con tu paseo, aprovecha aun la hora, ya sabes dentro de nada esto se llenará de gente y sera imposible.

Tomé la mochila y le miré, no me quería ir, pero de alguna manera deseaba estar solo, y seguir mi paseo.

- ¿Nos volveremos a ver? - le pregunté mientras le daba la mano.
- Claro, en cualquier calle, en cualquier café o quien sabe en alguna estación cuando te bajes del tren...

lunes, octubre 20, 2008

Zumo de limón

Cogio sus recuerdos y una cerilla, los prendió, una llama
se levantó crepitando entre azules y naranjas.

El humo olía a azahar y melancolía.

Y en su alma llovia zumo de limón.

Con las cenizas dibujó besos en el aire, trazó líneas curvas de un cuerpo recorrido,
moldeó las lágrimas con sus sueños e ilusiones, y con el resto pintó una sonrisa.

Mientras en su alma llovía zumo de limón.

lunes, octubre 13, 2008

Salir

Bajó la persiana, la oscuridad era como una manta en invierno, le daba el calor suficiente como para llegar a pensar que todo era un espejismo, un mal sueño del que al final siempre te despiertas.

Pero no era un sueño.

Y se dejó llevar, acurrucada en su cama, hecha un ovillo, deseando que un susurro le dijera: "no te preocupes todo va a ir bien, todo irá bien", pero no lo había.

Afuera, el sol era una bola fría y distante, y el cielo había perdido su color como si de tanto lavarlo hubiera desteñido.

Para ella el tiempo era un simple goteo, unas vias de un tren en linea recta sin parada ni final.

Un telefono sonó, como lo hacen las campanas de Santa María del Mar, tañendo en dia de difuntos.

Y tirarón de ella.

Dejó detras de su puerta la soledad colgada del armario.

Salío a la calle, donde la vida germinaba al calor del atardecer, entre risas e ilusiones de sabado por la noche.

Entraron en un bar, y alli entre cerveza y cerveza ahogó sus penas, que se diluyeron como azucarillos.

Una mirada que se esconde, otra que la busca, y así le vió, mirandola sin recato, entrando en un juego del pilla pilla, como dos niños que entran en un laberinto con el deseo de encontrarse en cualquier esquina.

Y así, jugando al escondite inglés con sus ojos, deja pasar la noche, caminando en el filo del vacío, sin lanzarse, por que sabe que no habrá red con la que protegerse.

Él se va, dejando tras de si una sonrisa y un guiño, que ella atrapa al vuelo entre los pliegues de su falda.

La noche muere en las aceras, y ella regresa a casa, con el ego atado al hilo de una cometa, con el peso en los bolsillos de aquel que sabe que no hay nadie que te espera, que no habra nadie a quien esperar.

viernes, octubre 03, 2008

Una hoja de papel

Un día más amanecía.
Y la rutina se desperezaba bajo las sábanas.

Una ducha, un café, y muchas horas por delante de un trabajo que se había vuelto tedioso.
Aún tenía tiempo, se sentó, tomó un bolígrafo, papel y escribió:

"A ti:

Hola, hoy me levanté sintiendo el frió y el vacio en mis sábanas, en mis brazos y en mi pecho, son dias que amaneces mas gris sin las pinceladas de tu sonrisa y tu mirada.
Me encanta enredar mis dedos en tus cabellos cuando aún no estas despierto del todo, acercar mis labios a los tuyos y susurrar en ellos un buenos días.

Deslizar las yemas de mis dedos por tu espalda como si de un eslalon gigante se tratase, surcando cada pliegue, saltando por tus curvas.

Me gusta enredar mis piernas en las tuyas, y sentir como con ellas me abrazas mi cintura, cual hiedra que se aferra a las paredes para no soltarse jamás.

Y quedarme mirando el brillo de tus ojos, sintiendome girasol, girando con ellos en busca del sol.
Deseo sentir la suavidad de tu piel, que me recuerda la de los bebes empapados en su Nenuco.

Y caminar descalza a la cocina mientras te preparo el café y adivino tu figura mirandome, esperando el momento para abrazarme por detrás, y sentir la humedad de tu boca en mi cuello.

Poder abrazarme con tu olor en mi piel, vestirme con tu sonrisa, esa de niño pícaro y travieso, esa que sabes que me vuelve loca, y me provoca, me provoca perderme en mis instintos.

Y miro el reloj y es hora de irme al trabajo, y te doy un abrazo que es como el que recibe la arena blanca de las olas, y no me quiero ir, y me quedo en instantes fugaces que desearía intemporales.

Y me voy, y sé, y siento, y quiero, y deseo, y sueño ... "

Deja el boligrafo sobre la mesa, y dobla la hoja de papel, y abre el cajón de su mesilla, y alli entre otras hojas de papel dobladas, deja esta última, y sonrie y cierra el cajón, y toma su bolso y sale a la calle, y el dia no es tan gris, tiene las pinceladas de color de esa hoja de papel.

viernes, septiembre 26, 2008

Miedo

Tengo miedo a olvidar que voy olvidando.

Miedo a reinventarme cada dia y olvidar un poco lo que fuí,
calles, lugares, olores empiezan a desvanecerse entre la arena del reloj del tiempo, se entierran alli sin ninguna losa, sin epitafio, sin señal alguna que indique que pasaron y siento miedo.

Miedo a empezar a olvidar que estoy olvidando.

viernes, septiembre 19, 2008

Arco Iris

El sol acariciaba la ventana, corriendo sus rayitos por el cristal como si de una pista de patinaje se tratara.
El café caía lentamente llenando la estancia con su aroma, ella apoyaba sus manos contra la pared de la ducha, el agua se deslizaba por su piel.

Salió con la toalla enrollada a su cuerpo, se sacudió el pelo, y llenó su taza, en la calle la gente como conejos saliendo de su madriguera apuraban el paso al son de las manecillas del reloj.

Bebió un poco, y dejó que su vista se perdiera en la acera.

Empezaba otro otoño, miró a su alrededor, qué pocas cosas habían cambiado, cada año promesas, sueños, la ilusión de que algún día el silencio y el eco de las paredes se rompieran por risas, por gemidos, poder cerrar los ojos bajo un cálido abrazo y dejarse llevar.

Sus ojos saludaron a esos recuerdos, como sólo ellos sabian hacerlo, dejando escapar un rio sobre sus mejillas.

Se acercó a su cómoda y abrió el cajón, alli entre encajes y seda, vió un grupo de cartas, todas con la misma dirección, todas sin enviar, como si hubiera llenado los frascos con palabras, los hubiera cerrado, y olvidado en la alacena.

Las acarició, y los recuerdos se enredaron en sus dedos.

Sintió la caricia de la soledad abrazar de nuevo su corazón, como el invierno se lanza sobre la piel nada más salir de la cama.

Y en aquel cajón encontró su diario, un libro de viaje de pastas negras, donde vertía sus sentimientos.

Lo abrió al azar, y empezó a leer...

" Me siento triste, la lluvía golpea los cristales, la noche se hace dueña del dia y apaga mis fuerzas como si soplara la luz de las velas. Recuerdo los días así cuando dejaba de ser una niña y mi madre resistiendose a aceptarlo, aún venía a taparme a mi cama, se sentaba a mi lado y con el torso de su mano acariciaba mi mejilla, y siempre, siempre que me veía triste me contaba:
"Los días de lluvia nos traen la nostalgia envuelta en sus gotas, y uno cierra los ojos y recuerda esos días de cielo azul donde el sol como si fuera una enorme sonrisa nos viste de pies a la cabeza, pero recuerda mi niña, que para ver lo más hermoso que el cielo te puede regalar, para ver el arco iris como un puente a un mundo mágico, el sol necesita de la lluvia, y la lluvia necesita que el sol juege con sus lágrimas, para que de ellas, se extienda ese puente de color, quizas te sientas triste, pero cierra los ojos y dentro de esa tristeza verás que el sol saldrá de nuevo y sobre ti se dibujara un hermoso arco iris."

Y ella acaricia la página de su diario como si con ello pudiera acariciar a su madre, y entre sus labios florece un pequeño susurro: "si, mama, el arco iris se dibujara.. un día"

Entonces un rayo de sol logra atravesar la ventana y corre raudo hasta su mejilla y atraviesa sus lagrimas estallando en colores, y sobre el espejo se pinta un pequeño y diminuto arco iris.

viernes, septiembre 12, 2008

Tiempo

El calor pierde la batalla contra el tiempo y el alba,
dejando las sábanas llenas de escarcha.

Risas que se desvanecen entre las manecillas de un reloj,
y se estrellan contra la pared, astillandose en ecos perdidos.

Desayunos fríos, un café solitario y con prisas, a pesar que
nadie espera.

Tardes que agonizan lentamente, en una rueda que se repite
día a día, y que muere cuando los párpados echan el cierre.

Silencio que estalla en los oidos, palabras mudas, mordazas del alma.

Aún quedan los platos fríos, en cenas que nunca llegaron, mientras
el microondas calienta los sueños.

Pasos que huyen sobre baldosas de un calendario que desprende sus
hojas como los árboles en otoño.

La puerta se cierra, y la sombra se proyecta en espejos que vieron
imágenes que se pierden en el olvido.

Mañana traerá su luz el alba y con ella se iran estos versos de oscuridad.

miércoles, septiembre 03, 2008

El Rey y la Bruja

Hace mucho, mucho tiempo... ¿o no hace tanto?
Vivía un rey en un solitario castillo.
En su reino había pueblos, caballeros, guerreros, doncellas, pajes, y como no, una malévola bruja que ansiaba el poder del rey.

A los ojos del rey, la bruja era una poderosa alquimista que le ayudaba a sobre llevar el peso de su vida, con sus conjuros y su compañía,
Pero la bruja pasaba más tiempo en su cueva con los brebajes, los rabos de lagartija, ojos de murciélago, polvo de cuerno de unicornio y agua de luna, que con el rey. Por eso a veces el rey, en su solitario castillo deambulaba de un lado a otro, dejando sus quehaceres al margen, tal era la dependencia que tenía de la bruja.

Sin embargo cuando se asomaba a la almena y veia aquellos inmensos campos, en atardeceres dorados, suspiraba por los tiempos en los que él montado en un hermoso corcel se perdía en aventuras. Unas persiguiendo a dragones, otras llegando a remotos países.
Cuando esto pasaba, un cuervo, servil lacayo de la bruja, volaba raudo a decirselo a su ama, la cual corría al castillo, para que así el rey volviera a estar bajo su poder.

Un día, la bruja pensó que perdía mucho tiempo cada vez que tenía que "ensoñar" al rey, asi que abrió su gran libro de conjuros, y en él encontró la solución.
Creó unas gafas con las que el rey solo vería los colores que la bruja quisiera, de esa manera cuando el rey se asomara a su almena ella podría cambiar los atardeceres dorados, por una gama de grises y el rey nunca añoraria más la vida fuera de aquel castillo.

Pero la bruja cometió un desliz, engreida en que ella era todo poderosa, creó unas gafas que el rey no vería, pero se olvidó de que los demás si podrían verla.

Asi llegó a palacio y cuando el rey dormía placidamente, la bruja le puso las gafas.

Desde ese día la bruja controlaba al rey, cuando este se ponía un poco nostalgico, las gafas cambiaban los colores, e incluso con el tiempo la bruja las perfeccionó de tal manera que llegaba a cambiar lo que el rey podía ver, le cambió la realidad.

Nadie en el reino se atrevió a decirle nada al rey, pues este siempre lo negaba, llegó a ser tal su cabezoneria que en el reino decian que el rey habia perdido la razón.

Y llegaron las fiestas al reino y al castillo llegaron caravanas de gente, se instaló un mercado, donde trovadores cantaban hazañas de Oriente, osos enormes retozaban con perros simulando cruentas luchas, malabaristas y payasos ponian una sonrisa en los niños, y cara de asombro en los mayores.
La bruja enrojecía de cólera y envida, pues el rey esos días no se acordaba de ella, y entonces las gafas se pusieron a funcionar y todo aquello que hacía soñar al rey, cambiaba.

Las fiestas tenían su punto álgido en un torneo y una gran cena donde acudia todo el pueblo, el rey la presidía, regadas del vino de la región la gente bailaba, reía, se contaban historias de lejanos lugares, viajes misteriosos, por un dia la felicidad parecia que habitaba entre todos.
Sin embargo ese año el rey no mostraba esa felicidad, veía las cosas segun las gafas de la bruja, esta, para que el rey no viera que tras los muros del castillo hay una vida, pintaba de gris toda la fiesta.

Entonces un niño salió de entre la multitud y se acercó al rey.

- Rey, por que si todo el mundo está feliz, tú estas ahi sentado, sin disfrutar de la fiesta, ¿no te hacen reir los payasos? acaso, ¿los malabaristas no te sorprenden?, ¿será que estas cansado de esas historias de lugares lejanos donde habitan los trolls, y los dragones echan fuego por la boca?

- Yo no veo nada de eso, solo siento el frío de la noche, la soledad que se cierne fuera del castillo, la gente que bebe y come y habla, donde dices que estan los payasos, y los malabaristas, que me hablas de cuentos de paises lejanos..??

De pronto sin que nadie pudiera evitarlo el niño alzó su mano y cogió las gafas del rey, y ante los ojos del rey apareció un mundo nuevo, y vió a los malabaristas y se rió con los payasos, y vió en su corazón las historias de aquellos paises lejanos.

La bruja viéndose al descubierto, huyó en su cobardía y nunca más volvio al reino.

Y el rey, desde ese dia, supo que tras las murallas de su castillo sigue habiendo un mundo a la espera de descubrir.

martes, septiembre 02, 2008

El Guerrero

Ascendió por la ladera, desde allí podia ver el valle al atardecer, cuando el sol teñía todo de rojizo, como si envidiara a los campos inundados de sangre de mis enemigos y de mis compañeros.

Podía oir el bramido de la batalla, choque de escudos, cuerpos contra cuerpos, gritos de ánimo, y sollozos de angustia.

Miró al cielo y creyó ver en el, la sonrisa de los dioses, divirtiéndose ante el espectáculo que los mortales, sin ser consciente de ello, les estaban ofreciendo.

Se quitó la armadura, preso de una rabia contenida, y con toda la ira floreciendo de sus labios les gritó:

"Es esto lo que quereis? decidme, es esto? ver el sufrimiento, y el dolor?, pues aquí me teneis, si mi muerte puede satisfacer vuestros deseos ,tomadla, y dejad que esto termine ya.

Tomó su espada teñida en sangre y se lanzó a la carrera, los pocos valientes que salieron a su paso se encontraron con la muerte antes de lo imaginado, cercenó la cabeza del primero, y girando sobre si mismo hundió su espada en el estómago del segundo, fué avanzando viendo la mirada sorprendida de aquellos que osaban lanzarse a medir sus fuerzas.

Y sintió el dolor de la muerte pasar a su lado, y por un breve instante recordó el dolor que él habia provocado, ojos llorando su ausencia, y su traición, intentó borrar ese recuerdo, por que sabía, que si allí seguían abrirían la puerta a otros recuerdos.

Se concentró en el fragor de la batalla, el sol avergonzado se escondía mientras el cielo se cujaba de estrellas y el campo anegado de cuerpos narraba lo cruenta que era la batalla.

Pocos enemigos quedaban ya, el sabor de la victoria, de una paz deseada besó sus labios, cuando un compañero gritó: "victoria", él se giró, bajó su espada, y sintió quepor fin habia llegado la hora, que su hogar estaba cerca, que todo había acabado.


Nunca supo de donde vino esa flecha, sólo sintió una punzada que le atravesó el pecho, cerró los ojos un instante, mientras caia de rodillas, no quería morir asi, abrió de nuevo los ojos y ante él, el cielo estrellado brillaba de forma especial, sintió frio y soledad, quizas era como debía acabar, y en el fondo supo que volvía a su casa, mientras las estrellas se iban apagando.

Todo se tornó oscuro.
Y sólo sintió paz.

miércoles, agosto 27, 2008

Recuerdos

- No, no no y no. No quiero ir.

Corrió a su habitación, se dejó caer sobre la cama, y rompìó a llorar.
era inevitable, llegaba Semana Santa y sus padres la llevarían otra vez al pueblo, otra semana aburrida de procesiones, televisión, y paseos, odiaba aquel pueblo, ¿por que no la dejaban quedarse en Madrid, en su Madrid, algunas de sus amigas se quedaban y ya habían planificado una semana genial.

Pero que hacer cuando se tienen 16 años, y con patalear no basta, asi que un año más se vió metida en el coche en dirección a aquel pueblo.

De un año para otro, había cambiado, a las afueras estaban construyendo chalets, ella los miró extrañada ¿pero es que a alguien se le puede ocurrir venir aqui de vacaciones? Si esto es como enterrarse en vida.

Los primeros dias de la semana pasaron como ella suponia, paseos con sus padres, tediosas tardes pegadas a la tele, y alguna procesión de los pueblos de al lado, menos mal que entre el diario y el movil, las noches se hacian mas llevaderas. Maldecia su suerte, sus amigas ya habian ido a dos discotecas y al parecer habian conocido a unos chicos "monísimos" y con coche, y ella alli tirada en el culo del mundo, viendo pasos y capirotes. A punto estuvo de estrellar el movil contra la pared.

El miercoles santo se notó que las vacaciones reales empezaban, el pueblo cobró vida, y llegó mas gente. Esa tarde sentada en la plaza con su libro, vió llegar a una familia, no se fijó mucho, "una más" se dijo, pero de pronto oyó al padre llamar a su hijo

- Vamos Carlos, lleva tu el coche a ver si asi te animas un poco.

Ella miró hacia el coche, alli estaba Carlos, un chico de unos 18 años moreno, pelo largo, con sus vaqueros rotos, por un instante sus miradas se cruzaron, el levantó la mano y la saludo, ella no supo que hacer, se quedó mirando como entraba en el auto, arrancaba y se iba.

Aquella noche, no se quedó en casa, salió a dar un paseo, su objetivo era volverle a ver, quien sabe ¿y si se hubiera quedado en casa? pero ella no podría quedarse con la duda.

Y lo vió sentado junto a la fuente, con una psp en las manos.
Se acercó.

- Hola
- Ah hola.. tú eres la chica de esta mañana no?
- Si, y tu eres nuevo en el pueblo?
- Si, no queria venir pero me suspendieron dos y eso es como un castigo
- Vaya ya tenemos algo en comun, para mi, estar aqui es como ...un castigo.

Y asi con una charla tan poco trascendental, en una noche cualquiera, aquellos dos chicos se conocieron, sin saber que compartirian los mejores dias de su vida.

Compartieron sus paseos, alguna que otra procesión, los juegos de la psp, charlas de instituto, música, y sus cascos, y la noche del viernes santo mientras los tambores rasgaban el silencio, unos labios rozaron otros labios, una manos acarició una espalda mientras otra mano se adueñaba de una nuca.

El primer beso de amor, una descarga que nace en lo mas profundo y esquia por la piel, se introduce por cada poro, surfea en las entrañas y escala el corazón.

No hay tiempo para pensar, solo sentir, que mas da que la semana corra presa del tiempo, para que el domingo de resurrección, un amor muera atrapado en la distancia.

Y sobre el capó de un coche los adios se cruzan con un "te escribiré", los besos con las lagrimas, el sabor de la sal con el sabor de la boca, el amor, con el desamor... y una cara surcada de lagrimas se despide tras el cristal.

Luego llegaron las cartas, las promesas, el tiempo vuela, el año que viene, si mis padres me dejan iré a verte, una felicitación por Navidad, un "que la vida te vista de suerte", y el tiempo que se abre entre cada carta, como una grieta entre las montañas.. y la vida sigue su camino, y alli en un pasado que a veces se convierte en presente queda Carlos, y el primer amor.


Ahora ella lee su diario, ha pasado tanto tiempo, dos decadas, y siente en sus labios el calor de aquel beso, aquella sensacion, la cancion de fondo en el coche "too much love will kill you", y se siente morir un poco, por aquel amor, por los sueños que se quedaron en eso, sólo en sueños, por que a veces se vuela una vez, pero volver no significa volar otra vez.

Y en el cajón guarda de nuevo su diario.
Alguien espera en el salón y la cena aún no está lista.

lunes, agosto 25, 2008

25 Agosto...

Hoy simplemente no es un buen día...

Pero llego otra vez aquí, aunque hace mas de dos semanas que "aterricé" en Madrid.

Las vacaciones ya estan en el olvido.

Para mi, el final de Agosto supone empezar un nuevo año, vuelta al horario normal y emprender de nuevo el camino...

Pero antes, un recuerdo para las vacaciones, que este año se dividieron en dos.

La primera parte fuí a Florencia, y en el aeropuerto descargué y dejé el peso sobrante de mi maleta, me llevé la ilusión de volver allí, la suave brisa envuelta entre las camisas de dejarme ir, de dejarme llevar, de disfrutar de cada momento... y así fué.

La segunda parte volví a la playa, allí donde he pasado mi vida, y como la cancion: "... a veces no se debería volver a donde uno fué feliz..."

De la arena surgieron los fantasmas enterrados, en las olas llegaron aquellas botellas con los mensajes escritos de ilusiones y sueños, que nadie recogió.

Paseos por la playa donde veo caras del pasado, no me reconocen, antes cercanas y ahora a años luz, bebes correteando,parejas, sabor a sal que ya no tiene el mismo gusto.
Y me siento, cansado, tan lejos de todo, por que el futuro fue un sueño que tuve cerca, y como humo se desvaneció.

Pero miro a mi lado y veo una sonrisa que crece mas deprisa de lo que me gustaria y siento que la vida es un ciclo, y en esa sonrisa me veo,como cuando hace años alguien me lanzaba sobre las olas, cuando alguien aunque se mostrase lejano, me cogiera de la mano y jugase conmigo.

Esa sonrisa que es mi motor.

Aun quedan las estrellas desde esa terraza, aunque cada vez se ven menos con la contaminación luminica y aquello ya no es lo que yo recordaba.

Aunque los recuerdos perduren para siempre.

Vuelvo a mi Madrid, a sus calles semi desiertas, donde sobre el asfalto quedan esparcidos gran parte de lo que una vez soñé.

Dicen que me gusta ir de victima, que me recreo en ello, no lo sé, quizas haya algo de razon en ello, o quizas no, quizas sea solo un eterno solitario insatisfecho, o quizas sea el destino que me lleva a veces a rozar las estrellas con la punta de los dedos.

Quien sabe, pero en mi mochila quedan dias de vino y rosas, de golpes de felicidad, de sonrisas, de recuerdos, de calor, y tambien llevo vasos de cristal llenos de lagrimas, y de vacios y soledades, de noches frias, de palabras que se quedaron sin decir, de palabras que no regresaron. Y a pesar de que pueda parecer un eterno nostalgico, de vez en cuando sonrio a la vida y ella me sonrie, y saboreo esas burbujas de felicidad, y soy un viejo loco con sus locuras que rie como un niño, aunque haya gente que no lo entienda.

Y a las puertas de un nuevo septiembre se abre otro camino, donde me encontraré con mi viejito, con este espacio en blanco, con nuevos sueños e ilusiones, con atardeceres de color ambarmarina, donde madrid extiende sus brazos para arroparme de nuevo.

Con un camino que se irá haciendo poco a poco, día a día... quien sabe...

PD. Gracias a todos por seguir estando ahí.

martes, julio 22, 2008

Vacaciones...

Otro año...
y voy cerrando persianas, entornando puertas, desenchufando cables,
descolgando ropa y metiendola en la maleta

y de la maleta saco recuerdos, lágrimas, sueños e ilusiones rotas, y los cuelgo del perchero.

Busco entre los cajones alguna sonrisa, alguna foto, y la guardo en la maleta..

En la penumbra me siento ... otro año... que ha pasado como los trenes que ves desde la carretera rápidos, sin parar, dejándome varado en otra estación.
Un año de cambios, donde en el camino se quedó mi piel y mi corazon a jirones, un año donde descubres que gracias a la gente que te quiere, no abandonas todo, un año donde hubo más lágrimas que sonrisas, un año en el que he escrito otro capítulo más que no se cierra sino que continua, aunque muchos crean que la vida consta de capítulos que empiezan y acaban, no es asi, lo bonito de un libro es saber que los capitulos conforman el libro entero.


Bueno, mis maletas me esperan, cierro la puerta de mi caja de cerillas, y siento que parte de mi se queda entre las paredes, en el armario, en los espejos, a la espera de que regrese, que será más pronto de lo que yo quisiera.

Gracias a todos los que pasais por aquí, a los que me dejais unas letras que son para mi como rayos de sol en inverno, gracias a los que pasan por aqui se detienen leen y aunque no dejan nada algo se llevan. Y gracias a todos aquellos me ayudaron a salir, a seguir, sin preguntar sin decir nada, tendiendome la mano para continuar escribiendo ese libor que algunos llaman vida.

Gracias. Nos vemos en unos dias

Felices vacaciones ¡¡¡¡


********* HAY DIAS **************

Hay dias que uno siente que su caja de cerillas huele a soledad, y la sombra de los recuerdos a veces asoma su cara de dolor debajo de las sabanas.


Hay dias que uno siente que la soledad le viste, y que lo que hay alrededor son solo tiritas que no tapan las heridas.
Hay dias que uno siente que las cicatrices nunca dejan de sangrar.

Hay dias que una sonrisa, una palabra es el mejor bálsamo.
Hay dias que cerrar los ojos es un sueño, y hay dias que abrirlos se convierte en pesadilla.

Hay dias que el vacio de la cama es el abismo mas profundo.
Dias que aún volcando el café en el azucarero este sigue sabiendo amargo.

Hay días donde aquellos oasis de felicidad se vuelven borrosos y lejanos.
Hay días que uno construiria un puente de madera que empezase al pie de la cama y no terminara nunca.

Hay dias que uno abre el armario y desea vestirse de suerte y caminar en el presente.

Hay dias que uno viaja envuelto en una lágrima.
Hay dias que al llegar de nuevo aqui miro mi pared blanca y solo veo un paredon.

Hay dias que caminaria sobre las vias de un tren, vias que seguirian una linea recta sin fin, sin llegar nunca.
Hay dias que siento que no pertenezco a este mundo, que no encuentro mi lugar.

Hay dias que no se quien soy, ni a donde voy.
Hay dias que siento que un dia dejé mi hogar y por mucho que intento volver me perdí en el camino.

Hay dias que los arrancaria del calendario y hay dias que no deberian pasar nunca.
Hay dias que quiero coger el bote de pintura, y pintar esquinas, paredes y fachadas, esas que forman mi vida.

Hay dias que pueden dar paso a dias diferentes.
Y hay dias que la gente me los hace diferentes, y quizas por ello puedo soportar los otros días.

viernes, julio 11, 2008

Un castillo de arena

Cogió su pala, su cubo, y en él metió todas sus ilusiones.
Caminó hacia la playa despacito, sabiendo que el mar no se iria, que la arena estaba alli.

Buscó un lugar, donde la arena mojada tenia la consistencia suficiente para ir creando un castillo.

Vació su cubo, el que estaba lleno de ilusiones y estas se desparramaron por la arena, sacó su pala y escarbó.

Primero construyó un foso, no muy profundo, y luego las cuatro torres, separadas lo suficiente para dar espacio al castillo, las unió con un muro alto, y sobre el foso puso un puente que daba a la puerta principal.

en el centro del castillo, levanto una montañita de arena, plana por encima, coronada por una hoja de palmera.

Ya era mediodía, cuando terminó el castillo, estaba cansado. pero sonrió al verlo, lo habia hecho él, con sus manos con todo su esfuerzo, venciendo el miedo a no lograrlo, y allí estaba, el foso, las almenas, los muros, la hoja de palmera.

Y sonrió.
Y su sonrisa se transformó en una risa amplia y limpia.
Y dentro de él, su corazón vibró.

"por fin" - se dijo.

Entonces, una ola, no muy grande, no muy pequeña, avanzó, con su espuma abriendose paso, entró en el foso, y abrazó el puente, mordio el muro y trepó por las almenas, arrinconó la montaña del centro y en un ultimo suspiro antes de retirarse, se llevó la hoja de palmera.

el niño se quedó mirando como la ola se llevaba los granitos de arena, sin enfado, solo con esa cara de sorpresa, cuando no lo esperas.

y se preguntó

- ¿Por que ola vienes asi y te llevas lo que hice?
- ¿Por que castillo, si te hice fuerte no aguantaste la ola?
- ¿Recordara la arena, que un dia fué castillo, que mi cubo y mi pala le dieron forma?

Recogió su cubo, limpió la pala en el agua de mar, y volvió a su casa.

Con el cubo vacio.
Con la pala limpia.
Con una lagrima asomando por sus ojos.

Y cuando abrió la puerta y la tarde caia sobre el asfalto, se dijo:

- "Mañana, llenare mi cubo de ilusiones, meteré en el mi pala, y haré un castillo en la arena."

miércoles, julio 02, 2008

Hay.

Cae la tarde, y el sol apaga sus ultimas brasas sobre el asfalto de esta ciudad, donde la gente aguarda, paciente, para echarse a la calle y disfrutar
de este tiempo intentado dejar tras la puerta sus problemas, las falsas esperanzas, desnudándose del dia trabajado y vistiendose con una sonrisa, y los pocos euros que van quedando para tomar esa cerveza en cualquier terraza.

Sobre mi piel aun corren las ultimas gotas de la ducha resistiéndose a ser devoradas por el calor.
Más allá un vaso de limón y cerveza pinta le vaso de un dorado otoñal.

Todo permanece en oscuridad, rota solo por el reflejo de la pantalla del monitor.

Imagino mientras tanto cientos de catálogos de viajes, miradas que se estrellan en escaparates de agencias de viajes, donde se abren ventanas a playas doradas, a mundos soñados al alcance de la mano, de la mano que pueda pagarlos.

Y cierro los ojos, sobre mi pecho palpitan los dias corriendo a galope sobre las manecillas enloquecidas de un reloj que ora va hacia atrás, ora avanza lentamente.


Y siento...


Hay un frio vacio en la cama que me aterra y me espera, hay una distancia entre la primavera y el invierno que parece cada vez mas creciente, hay recuerdos esparcidos como cristales rotos en el suelo.

Hay piedras en mis zapatos, hay lágrimas que afloran, llevandose sonrisas no dibujadas.

Hay amaneceres que no llegan nunca a la espera de que el sueño aparezca y no acabe, hay tardes que empiezan y terminan sin apenas respirar, hay dias que te cogen y engullen atandote con cuerdas de monotonia.

Hay ilusiones tras los espejos, hay una cama llena de escarcha, hay sueños colgados de la lampara que no se encienden nunca.

Hay miradas ocultas y abrazos perdidos, hay besos robados que vuelan como mariposas, hay esperanzas que bañan corazones, hay cansancio en mi piel, hay peso en mi alma, hay sitios donde ya no se puede regresar.

Hay ecos de risas lejanas y hay susurros de te quieros pintados en el aire.

Hay volutas de humo, que echan el telon a noches de sexo y amor.

Hay madrugadas sin fin, y hay dias que se deslizan como hoja de afeitar por el borde del corazón.

Hay puertos donde nadie te espera y hay barcos surcando mares en busca de puerto.

Hay una vida que muere, y un muerto que vive.

Hay sueños que dan alas, y hay realidades que cortan el vuelo.

Hay una luz de una vela iluminando una cena solitaria una noche mas.

Hay en algun lugar un chica en una parcela corriendo tras sueños de margaritas y hay una chica superando una guerra con el brillo de la victoria en sus ojos.

Hay en algun lugar una chica acariciando su estómago donde la luz de una nueva estrella brilla y hay una chica soltando su jaula de oro, corriendo sobre la hierba mojada.



Hay en algun lugar una chica mirando a su hijo mientras la vida sonrie a su paso..



Y hay una soledad aferrada a una caja de cerillas.

lunes, junio 30, 2008

Caminos

Recuerdo cuando con unos veinte años, nos reuniamos las amigas y yo, y gritábamos hasta dejarnos la garganta "nos comeremos el mundo". Hoy cuando ya pasé la barrera de los treinta, siento que la vida me ha devorado.
No es aquello que soñé, quizas por que yo soy así, y me encanta ir a contracorriente, a veces la vida, según nos cuentan, es un camino salpicado de paradas: estudios, novio, boda, casa, hijos.
Y yo no paré en algunas de ellas, y cuando aparezco en una reunión, aun siento esas miradas, "llegó la solitaria, otra vez sin pareja".

Y siento el frió de las sábanas, la ausencia de ese abrazo, alguien a quien esperar, y que me espere... recuerdos....

Hoy salgo con las amigas, es el día que sus chicos "les dan libre", intentaré que no hablen de crios, de coladas, de cocina, necesito un baile, dejar que la cabeza bucee un rato en el alcohol.

Entramos en un garito y mi mirada se cruza con un chico de pelo negro, nos vemos y ese instante se queda suspendido en el tiempo. Paso parte de la noche buscándolo, y él me busca a mi, miradas, cruces, hasta que se decide y se acerca.
Tiene una sonrisa encantadora, y su voz acuna mis miedos adormeciendolos del todo.

Mis amigas me miran incitandome a irme con él, pero aun mi cabeza centrifuga. Noto su mano sobre la mia, y sus ojos desnudando el último vestigio de sensatez.

Lo llevo a mi casa, allí abro una botella de vino, y lentamente a la luz de las velas veo sus ojos brillar, me besa dulcemente, y mi respiración se agita, se separa un poco de mi, y pausadamente me habla.

- Quizás te haya encontrado, quizás me hayas encontrado tú a mi, pero no quiero saber nada, no quiero preguntas, sólo tengo la certeza de que me iré, y ahora no quiero pensar en ello.

La puerta se cerró tras él, los miedos salieron de su fosa, sin lápida ya que los tapase.

Fuí feliz, no hubo preguntas, no hicieron falta, me regaló su sonrisa, sus miradas, sus palabras, sus silencios, sus caricias, su apoyo, sus fuerzas, disfruté viendole dormir, sintiendome querida de nuevo, sintiendome mujer, sin importarme el mañana, o las diferencias, me dejé deslizar por el fin de semana, por ese tiempo que pasa tan breve, pero que me caló el alma.
Me dejé caer en sus brazos, sin tener que pensar ¿es él, el hombre de mi vida?, por que la vida es en este instante, aqui y ahora, y es, en ese momento, cuando él, era el hombre de mi vida.

Que en ese tiempo me has dado el conocimiento de saber como soy, siendo tambien tú, me has devuelto el creer de nuevo en mi, el sentir las aguas tranquilas bajo mis pies, el que las diferencias nos ayudan a crecer y no a alejar.

Me has enseñado a querer de nuevo.

Volví a la cama, aquella que aún olía a él, él, que tomaba su rumbo,y yo el mio, con la esperanza de que ese rumbo nos llevara de nuevo a encontrarnos.

viernes, junio 20, 2008

El arco iris

Subió las más altas montañas,
cruzó los mas áridos desiertos.
navegó por los mares más embravecidos,

y al final el arco iris estaba allí, parecía que se podia tocar, pero nunca lo lograba.

Cansado se sentó y tapando su cara se echó a llorar.

Se acercó un anciano y viendolo cansado y triste, se sentó y le dijo:

"A veces se persiguen sueños que no son más que quimeras, mira dentro de ti, mira esas montañas, los paisajes que desde alli pudiste ver pero no hiciste, mira la belleza de las dunas que solo cruzaste, pero no disfrutaste, mira el azul turquesa del mar, ese mismo por el que navegaste pero no miraste, alli, alli se encuentran los colores del arco iris"

Y sin más el viejo se fué.

miércoles, junio 11, 2008

Funambulista

Miraba el suelo, y sus pies.
Sus pies y el suelo.

Detrás de él, habia un gran camino recorrido, unas veces recto, otras lleno de curvas, subidas y bajadas.

Sin embargo, el camino ya no tenía emoción, el suelo era siempre el mismo, y sus pies tenian la cadencia de un reloj, tic, tac, un paso y luego otro.

En el suelo se estampaban sus sueños.

Miró al cielo.
Y lo sintió cercano y nuevo.

Una mañana ascendió, y desde la azotea del edificio mas alto de la ciudad tendió un cable.
Y se subió a él.

Sintió miedo, y vertigo, y su corazón palpitó de nuevo.

Miró hacia el suelo.
Sus pies y el suelo.

Pero estos ya no estaban pegados a el, ahora se suspendian en un cable, y la vida no se paró, como él, se suspendió del vacio, en equilibrio.


Recorrió lentamente el cable, dejando que las sensaciones le invadieran, miedo, libertad jugaban al pilla pilla en su piel.
Cuando llegó al otro extremo, sus ojos lloraban, y se prometió, no volver a pisar nunca mas el suelo.

Tendió cables, unos largos otros finos, entre corazones, entre miradas y dejaba que sus sentimientos se deslizasen en equilibrios eternos.
Tendió cables entre sus recuerdos y los que tendrían que vivir.

Y lentamente se convirtió en un funambulista, el funambulista de la vida.

Un día mientras recorría el cable, se posó sobre el un albatros, y se quedó allí, mirandole fijamente, y él miro al albatros.

El tiempo se detuvo.
El albatros le miraba.
Él miraba al albatros.

Y lo comprendió todo, cuando el alabtros se dejó caer del cable, y extendió sus alas.

Él buscaba caerse, que el equilibrio un dia le guiñase un ojo, y tropezase con él, y caer.
Quizás ese sea el fin último de todo funambulista, vivir en el alambre, con la sensacion de que un dia tropezaras y caeras, en una pirueta ultima y mortal.

Y todos recordaran a aquel funambulista que un dia dejó el suelo y vivió colgado de un cable, su vida y un cable..

viernes, mayo 16, 2008

Tiempos

Yacía en la cama.
En su cara se notaba como la enfermedad habia vencido.
Un tumor cerebral.
Ella que odiaba los médicos, al final uno había pronunciado la palabra fatídica.

Pero estaba en su casa, no queria quimio ni hospitales.
A pesar de ser demasiado joven para morir, quizas demasiado vieja para vivir.

Al lado de su cama unos ojos naufragaban.

La puerta se abrió, recortandose una silueta que le pareció familiar, a pesar del tiempo.

Se acercó a ella.
A pesar de las arrugas, reconoció su cara.

Ella miró a la esquina de la habitación, donde unos ojos seguían naufragando.

- ¿Podrás dejarnos solos?

Salió de la habitación.

- .. Cómo... ¿Cómo has podido encontrarme?, saber que estoy mu...
- Nunca te perdí la pista, a pesar de que llegó un momento que callé, dejé de escribir, de llamarte, pero nunca dejé de saber de ti.
- Hay tantas cosas de las que hablar...
- Ya no merece la pena... ahora lo importante es que te cuides, saldrás de esta...
- Tú y yo sabemos que no, y la verdad es que no me importa, aunque tarde he comprendido que la vida se compone de momentos, quizás perdí muchos, quizas el miedo me ha hecho perderme tantas cosas, tambien te perdí a ti, si supieras las veces que quise volver a saber de ti, pero temí que me reprocharas..
- El miedo sólo anticipa las cosas, anticipa un futuro que sólo existe en nuestros pensamientos, y ni esos son reales.

Tendió la mano, y se la tomó, aún noto el calor de ella, temblaba ligeramente y de los ojos de aquella figura se asomaron unas lágrimas. No quería que ella le viera llorar, se giró y vió un equipo de música.

- ¿puedo?
- si claro, ¿no te suena?

Como no iba a sonarle, sonrió, introdujo un cd, y dió al play. La música inundó la habitación.

- Sabía que aún harias alguna de las tuyas, pero bueno déjalo recuerdo una vez que lo cantabas

Y la figura se hundió en los recuerdos.

- Tengo que irme
- Lo sé, pero tengo una cosa para ti, en el tercer cajón, abre una caja y cogelas.

Abrió el tercer cajón y tomó una caja, la destapó despacio.
En una cinta un grupo de cartas.

- Son todas las que te escribí pero no me atreví a mandartelas, espero que algun día...
- No digas nada, no hace falta.

La figura acercó sus labios a los de ella y la beso tiernamente.

- ¿Volveras?
- Si claro, ahora si volveré.

Cuando cerró la puerta tras de sí, sabía que nunca más la volvería a ver con vida.

Leyó las cartas, todas, una tras otra, una, diez, cien veces... hasta que se las aprendió de memoria.
Y un día cogió las cartas, el cinta y se fué al mar.

Alli las prendió fuego y dejó que el viento se llevará las cenizas.

Y mientras sus ojos se anegaban, una sonrisa se dibujó en su cara.

Déjate ...

Dejó la puerta abierta, como la luna deja paso a la tibia luz del alba que rasga la cortina de la noche.

Y ella entró.
Se quedo quieta frente a él.
Como las olas frente a la orilla.
Un instante.

Tan solo un momento.
El momento que tardó en depositar sus labios sobre los suyos.

Y se abrieron.
Como la rosa lo hace en primavera.

Y regaló, como decia aquella canción, un premio nobel a su boca.

El quiso detener el tiempo, donde el presente fuera sólo presente.
Ella tomó sus manos, las entrelazó a las suyas y le susurró, como susurra el viento de otoño a los árboles.

"En este viaje, dejate llevar..."

jueves, mayo 08, 2008

Su libro de viaje

Removia en sus cajones.
Aún no había dejado de llorar. Se habia ido. Tal y como él quiso, a su manera y para siempre.

Me resultaba duro pensar que ya no le volveria a ver mas. Ni a oir su voz, ahora sólo tenia sus escritos, y buscaba si libro de viaje, donde tenía su última historia.

Al final apareció en su mochila, la que siempre llevaba, tan caracteristica en él y en su forma de vestir.

Abrí el libro, dibujos, bocetos de una postal de navidad, haikus, cuentos, y alli en las ultimas páginas, la ultima historia, su ultima historia.

"... dejaba atras un camino de años, como se deja atrás el otoño, y llega el invierno, con su frio, con sus noches que caen cuando aun la tarde esta bailando en las calles, y tiene que recogerse a toda prisa.

Y asi un nuevo camino, con el pesar de todo lo que queda atras, con esa sombra de si quizas se pudo hacer algo más, con la esperanza de un camino nuevo, de seguir tras el arco iris. Paso a paso, con la mochila cargada de recuerdos y tambien de miedos.

En ese nuevo andar se armó de escudos y defensas, y se torno en un ser mas triste, mas nostalgico. Pero sin perder la esperanza de encontrar el arco iris, ese del que tanto habia oido hablar, del que arrebata el aliento, y para el corazon, Y comenzó su caminar, lento , tranquilo. Había tomado una decisión y nada le echaria atras, era su fin y su meta, aunque algunos le llamasen loco, aunque en su caminar le distrajeran, él sentia la necesidad de llegar, de encontrar.

Había noches que lloraba su soledad, esa de la que tanto habia disfrutado, ese calor de un beso esa palabra de animo. En un cielo cuajado de estrellas, él se perdía en ellas, con el deseo de ser una, alli, en esa inmensidad donde todo parece nada, donde nada lo es todo.

Y entre todas esas estrellas apareció una en su imaginación, una en la que perderse en noches de tormenta, en la que los sueños se convertian en campos de jazmines y las ilusiones en nubes de algodon de azucar, una estrella con sus dos lunas, y su pueblo pirata, una estrella... que era su estrella.

Cuantas noches habia volado a ella, cuantas...

Gente en el camino, unos de transito, otros de paso, y otros compañeros, en aquel camino encontró compañia, para aquellas noches solitarias, para aquellos amaneceres, para aquel transitar por desiertos y valles, pero al final le pudo su nostalgia, y su miedo y una vez mas se vió sólo, pensando si acaso él no estaria hecho para el amor, para enamorarse de nuevo.

Y a cada paso, a cada encuentro donde se daba un poco, dejaba parte de su corazon, parte de si, y sin saberlo, esas partes ya no volverian, solo recuerdos, huecos y pedazos de su vida, de ese rompecabezas al que siempre le faltaba una pieza.

Una sombra tras el, como si fuese la sombra de Peter Pan, el miedo, ese que traspasa las entrañas y llega al alma, el que paraliza, el que anticipa las cosas, que luego no son, el que cuando todo ya ha pasado se carcajea en su victoria mientras uno se agarra la cabeza, y piensa en lo que pudo ser y no fué.

Y en el fondo una amiga, negra como el carbon, a la espera siempre, de un abrazo del ultimo abrazo, como canto de sirenas a Homero, ella a veces me canta y a veces me tienta caer en sus brazos y dormir... dormir...

Sigo mi camino, oigo voces, amigos, apoyos a lo lejos, en un mundo paralelo, quizás si fuera otro, solo otro, sabria ser feliz con ello, sentirme querido, pero no lo soy, busco ese arco iris, ¿lejano y real?, quien sabe, yo lo veo en mis sueños, lo he visto alguna vez tras un dia de lluvia


Camino que sigues ahi, y aparece ante mi un campo de margaritas suave y tranquilo, y mis manos rozan sus petalos, margaritas de mirada rasgada y ojos pequeños, sonrisa franca, rocio de primavera, que llega y se va con los primeros calores de la mañana.

Pero nada es eterno y el campo de margaritas acaba, hay otro campo tras el, diferente donde me pierdo , y entonces mis miedos saltan de la mochila, y corren juegan al escondite conmigo, al pilla pilla, y me atrapan,
me atan con los hilos de el que no quiere volver a sufrir, a que le hagan daño, pero son hilos tramposos, vendas en los ojos.

Aquel campo me llenó de recuerdos, me llenó de mi niñez, de lo que una vez fuí, de lo que podria ser.
Y volví a reir, y entre sus hierbas la sonrisa se instalo de nuevo fugaz, como el vuelo de una mariposa.

Y lo que la vida a veces te da, con esa misma facilidad te lo arrebata, quizas aquel campo solo era una estacion de parada mas, quizás, o quizas no supe ver mas alla...

Puede que el arco iris no esté al final del camino, esté en esas pequeñas cosas, en esos campos, en esas manos, miradas, besos y abrazos, y uno se ciega y no lo ve, aunque esté mas cerca de lo que se piensa...

A veces lo mas facil es cerrar los ojos, y dejarse llevar por los canticos de esas sirenas, de las sirenas de Homero, sin sufrir sin hacer daño a nadie...


solo diciendo adios, hasta pronto, nos veremos... "


Y ahi acaba, no hay más paginas escritas. Cierro su libro con la goma.

de alguna manera él buscó lo que todos buscamos, pero quizas no tuvo suerte, o no tuvo valor, amaba la vida a su manera, unos dicen que de una manera intensa, otros que se perdió en sus sueños...

y que digo yo? bueno, yo creo que él sintió, y buscó y quiso, que se equivocó? si, quizas si, pero quien no se equivoca, sólo sé que el amaba la vida a su manera...

Dejarse llevar

La habitación olia a cerrado, el aire incluso pesaba, enrarecido de tanto tiempo, era como si alli, en aquella habitación se hubiesen condensado, las ilusiones los sueños los recuerdos, pasado y futuro, lo que fué con lo que hubiera sido, lo que ella deseaba, con lo que nunca pasó.

Abrió los ojos, y sintió el cansancio de las paredes, como cuadros colgados antiguos con esos marcos de madera que simplemente ya no se llevan,
miró a su alrededor, y por un momento se sintió extraña, ¿era ella? o era una extraña la que habitaba ya alli, pero si fuera asi, entonces... ¿en que se habia convertido?

Intentó llorar, pero de sus ojos no salió ni una lágrima, secos ya de tanto hacerlo...

- "No puede ser, asi no puedo seguir..."- se dijo.

Y abrió las ventanas.
Y entró un aire limpio y puro.
Y la habitación se lleno de luz, frescura.

Y abrió la puerta.
Y salió.

No habia calles ni asfalto, ni coches ni semáforos, pero había un campo verde nevado de margaritas, y corrió a través de el, dejando que sus manos acariciaran los petalos, hasta dejarse caer sobre aquella hierba que la abrazó como si la estuviera esperando desde hacía tiempo.

Miró el cielo, azul, de un azul que ella no recordaba, y dejo que aquella sensación le invadiera.

Y por un momento, por un leve parpadeo, se sintió enamorada, solo fue eso un leve parpadeo.
Pero fué suficiente para pensar...

"Hacia mucho mucho tiempo de aquello, de aquellos sentimientos, que se quedaron en el camino de la vida y ya nunca más volvieron, como si un inmenso oceano de olvido se lo hubiera tragado en sus fosas mas profundas.
Ella que siempre habia creido en el amor a primera vista, en esa sensación que te deja temblando las piernas, y vacio el estómago, mientras el corazón como corcel desbocado salta en el pecho. Esos sentimientos yacen en el fondo de ese mar inmenso que es el pasado, que es el olvido. Quizás fueran sólo amores de juventud, cuando el ardor y la vida es un proyecto que se sustenta en nubes de algodón, ahora con el paso del tiempo ella siente que aquello pasó, y que dejó otras formas, otros sentimientos, mas pausados, los que da el tiempo, el dia a dia, como el caminar, un paso y luego otro.
Aunque aquello fuera un peligro, ya ella lo habia vivido, por que cada paso es ir un poco más alla, sin saber que hay detras del siguiente, de como será, y si al final ...¿ sigue habiendo camino, hay mas pasos que recorrer?.
habia recorrido ese camino pero tras el no encontró el arco iris, no encontró esa playa de azul turquesa, solo la tranquilidad de un paseo en primavera, ¿le bastaba? no, por mas que sintiera que estaba bien, alli no se hallaba el arco iris, ni su mar azul-turquesa.
Pero ¿como saber si tras el camino se encuentra? si uno no emprende la marcha, no se arriesga, no camina, nunca podria saberlo, aun a riesgo de no encontrarlo, aun a riesgo de que aquello no exista nunca mas, y solo sean quimeras y cuentos de viejos.
Sólo un problema, ¿que pasa con el que acompaña en ese camino?, y si para él, el arco iris esta a lo largo del camino y no al final, y si cuando en ese caminar uno decide abandonar por que no hay mas camino por recorrer, es simplemente ¿justo?, quizas si, quizas no, ¿puede uno asumir el riesgo de los demas?, incluso ¿puede uno asumir su felicidad o su dolor?"

Una nube desplegó sus alas, jugo al escondite un momento con el sol, y se perdió. ella sonrió.

"La vida... un dia llueve a mares y truena, para que al siguiente amanezca con un sol esplendido,y yo aqui como una mota de polvo en este infinito universo, aun a pesar de mis años, no tengo ni la mas remota idea de metereologia, de eso que llaman vida. Quizas sea que simplemente hay que vivirla..."

Y se dejó llevar sin más...

lunes, abril 28, 2008

Miedo

Hoy ha hecho uno de eso dias que Madrid, renace, el sol se desviste de sus nubes, y el cielo enseña su camison azul, las calles llaman, las chicas vacian sus armarios, y la gente abandona sus guaridas.

Y subi en un paseo interminable hacia el rastro, me encanta ver las ventanas abiertas de par en par como si invitaran a miradas indiscretas, como si invitaran a que la vida se siente en la mesa.

En la plaza, tenderetes que huelen a marruecos, a la india, sandalo y cuero, collares, camisetas, plantas, brazaletes, y gente, gente de fuera mezclando lenguajes, miradas curiosas. ¿cuanto vale? lo piensas y sigues buscando...

Y sigo mi camino, me pierdo, ahora hacia la plaza Mayor y alli la venta cambia, ahora son sellos y monedas, preparativos para el dos de mayo, ...parate, quieto, y alguien inmortaliza la fachada con una sonrisa.

Me gusta el ambiente, la gente se sienta en la plaza, estatuas vivas, un tango, un vaquero, una bruja que cambian sueños por monedas.

Bajo hasta la Puerta del Sol y como un guiri más, me acerco al oso y el madroño y allí me lo encuentro, mi viejito, en sus arrugas se nota el paso por el hospital, su tez mas blanca de lo normal, pero en sus ojos se refleja esa alegria por la vida.

- Hola, ¡¡ cuanto me alegro de verle de nuevo por aqui!! ¿qué tal está?
. Bien ya me encuentro mejor, algo cansando aún pero disfrutando de este sol.
- Si, hace un dia precioso, ¿quiere que nos sentemos?
. Si sentemos nos por aqui, me gusta esta algarabia de la gente, parecen que salen de invernar, y bueno uno a pesar de ser viejo sigue admirando la belleza, y las mujeres nos muestran un poco mas de ellas.

Su sonrisa se vuelve algo pícara, y un brillo especial aparece en sus ojos.

- Y cuenteme que tal esta, ya no tendra que volver al hospital todo esta bien?
- Si,solo fué un pequeño susto, y alli uno se da cuenta del valor de la vida, y del peso del miedo.
- ¿del peso del miedo?
- Si, ese que nos impide vivir, allí en el hospital pude darme cuenta de que la gente no vive por que sienten miedo, a cada paso que dan, el miedo les atenaza. el miedo anticipa cosas que uno solo las tiene en su mente.
Miedo a perder el trabajo, y no disfrutas de los momentos que alli vives, miedo a no llegar a fin de mes, y no disfrutas de un pequeño capricho, miedo a perder a tu pareja, y anticipas todo lo malo, todo lo negativo y al final abandonas lo dejas, tiras la toalla, miedo a no levantar la mirada y ver que no hay que pensar en el futuro lejano ,quizas en mañana pero no mas alla, y entonces dejas de disfrutar de las cosas del presente anticipando las del futuro. Miedo de uno mismo, que solo atenaza y ata a esa persona que somos, y nos paraliza e inmoviliza.
Hoy no hacen falta cuentos, solo tienes mirar alrededor de ti, ¡cuantas personas viven en el miedo! y, o huyen o se paralizan, no ven que hay muchas mas cosas y prefieren aferrarse, anclarse, otros corren sin mirar atras, sin pelear, prefiriendo dejar todo sin pensar como si nada de ello hubiera existido.

Todas sus palabras iban cargadas de verdad, de esa verdad que cae por su propio peso. Le miré por unos instantes , y él siguió.

- Hay un miedo atroz a la muerte, y yo la espero, por que cuando uno llega a una edad, cuando los seres mas queridos te han ido abandonando sabes que mas tarde o mas temprano, llegara tu momento y te encontraras con ellos, sin miedo, es solo un transito una nueva sensación.
te contare el caso de un hombre, que un dia abrió la puerta al miedo, salía con una bella chica, diferente a él, y empezó a tener miedo, miedo,a que los sentimientos le vencieran y antes de que eso pasara el miedo anticípó las diferencias, anticipó problemas que solo existian en el propio miedo, y huyó de aquella situación sin mas, como quien pasa la pagina de un libro y ya no recuerda lo leido.
Y ese miedo anego los campos de la amistad, y tuvo miedo de perder a sus amigos y que esto le hiciera daño, que le conocieran mas alla. que se convirtiera en una persona vulnerable y el miedo anticipo la soledad, y al final se alejó y sus amigos fueron desapareciendo.
Y le entró miedo a que la muerte viniera a buscarle, y cerró ventanas por donde pudiera colarse, y cerró puertas por donde pudiera entrar, y el miedo anticipo la llegada de la muerte, que no lo tenía en su lista, pero tanto miedo le entró, que cuando pensó que la parca estaba buscandole, salió corriendo, cayó por las escaleras y se partió el cuello. Cuando la muerte lo recogió, mostró su sorpresa,
"no te tenia en mi lista hasta dentro de muchos años, pero el miedo vino hacia mi, tu solo te anticipaste"

Y sentí que yo tambien habia tenido miedo, miedo a no sentir, miedo a no aprender a lanzarme a vivir sin pensar si hay red o no.

Y cuando me despedí de mi entrañable viejo, llené mi mochila con una enseñanza mas. Me puse mi ipod, disfruté del calor ya del mediodía y bajé por la calle Huertas hasta Atocha, mientras dentro de mi conducía una excavadora que se llevase mis miedos bien lejos.

miércoles, abril 23, 2008

La casita de sus sueños

Hoy, os dejo una aportacion, la de un amigo, un hermano, un compañero, que ha estado a mi lado en mi camino oscuro. Un hermoso cuento... ojala amigo, que la vida te vista de suerte, y te vaya bonito, tanto como te lo mereces.

disfrutadlo

La casita de sus sueños

Había una vez un chico que vivía en una casita..sólo estaba él..y en su casita había varias habitaciones..cada una decorada e iluminada de una forma diferente..pero el muchacho acababa de llegar a ahí y a pesar de que le había costado muchísimo tiempo encontrar la casa de sus sueños, algo le hacía sentirse triste...el lugar de donde el venía era mucho más simple..tanto..que sintió que ya no le gustaba, se aburría.. Todo era siempre igual..aunque sólo conocía aquella casa y le tenía cierto aprecio, un día..tuvo que dejarla..en la que pensó que quizás..pintándola un poco.., arreglándola a su gusto, cambiaría algo..e incluso podría llegar a vivir siempre allí y cumplir sus sueños.. Pero la casa empezó a derrumbarse.. Y al muchacho le pareció que aquello ya no tenía remedio..así que.. Tuvo que guardar todos sus sueños en una cajita y empezar a alejarse.. Antes de que la casa se hundiera del todo y estuviera él dentro.. Cogió su cajita y empezó a caminar....

...en su camino no sabía bien a donde llegaría.. Pero no le importaba demasiado.. Tenía muy claro que quería encontrar un lugar donde vivir..donde pudiera abrir su cajita de sueños y decorar su nuevo hogar con ellos..un lugar del que no desear irse ya nunca más.. Y que, aunque surgieran grietas o pequeños defectos, siempre tendría la ilusión de ponerse manos a la obra y repararlos..camino durante mucho tiempo..meses..años..en el camino vio casitas..algunas realmente llamativas por fuera..pero al entrar..o simplemente mirar a través de las ventanas..no le gustaba nada lo que había dentro..algunas incluso..tenían cortinas o ventanas de madera y era imposible ver nada dentro.. Otras tenían un jardín muy bonito por fuera..o estaban decoradas con dibujos de vivos colores..demasiado llamativas..no es ese el tipo de casa que buscaba..y tampoco quería perder el tiempo en pintarla a su gusto..no quería cambiar nada..ni por fuera, ni por dentro..sólo deseaba encontrar un lugar para abrir su cajita y poner cada sueño en el lugar adecuado..

Tanto llegó a caminar..a buscar sin encontrar nada..que pensó con desesperación que lo mejor que podía hacer era Buscar un lugar alejado..de cualquier camino..lo más lejos posible..abrir un agujero en la tierra..y enterrar su cajita de sueños.. Volver al camino y en la primera casa que encontrara vacía..allí se quedaría a vivir..ya no le quedaban muchas fuerzas para caminar..y la ilusión iba desapareciendo..."quizás pida demasiado..." pensó..."quizás no exista lugar para dejar tantos sueños..o quizás yo no me merezca un lugar tan especial donde vivir...o simplemente..no exista"..ya cansado decidió dejarse llevar por sus propios pasos..olvidó su cajita de sueños..que llevaba cuidadosamente guardada a su espalda. Un día, ayudado a arreglar una casa, vio a lo lejos algo que brillaba, un brillo extraño, distinto, hermoso, reflejos, de mil colores..y..según se fue acercando..pudo ver que aquellos reflejos eran las ventanas de la casa más hermosa que había visto nunca. sencilla, pero preciosa..con su chimenea..el calor que se podía ver claramente a través de sus preciosas ventanas..sin cortinas..sin maderas..dentro..había luz..y se enamoró al instante de aquella casita sólo con mirar a través de sus ventanas..limpias, transparentes..

Lo que vio dentro le pareció maravilloso..había luz..una habitación con lumbre..pensó en aquel fuego que vio..tan cálido..y a la vez tan sugerente..en otra estancia pudo ver un mapa del mundo..fotos de viajes y aventuras..de montañas nevadas y naturaleza..no podía creer lo que estaba viendo..aquello esa simplemente perfecto.. también había otra habitación llena de juguetes! Cientos de ellos..y quiso entrar corriendo allí..le recordaba tanto al niño que llevaba dentro..en otra vio una biblioteca enorme con una pizarra..allí podría aprender mil cosas seguro! y saciar su curiosidad..y..apretando un poquito más la nariz contra el cristal..casi en lo más profundo de la casita..pudo ver..otra estancia con un caballete con un lienzo preparado..y un piano hermosísimo..

Todo aquello le pareció realmente emocionante..un sueño..quería entrar allí y disfrutar de aquellas cosas que había visto a través de las ventanas. No le costó mucho entrar allí..la puerta estaba abierta,y en una mesita al entrar había una cajita, como la suya..y una nota..dentro de la cajita encontró un llavero del que colgaban varias llaves cada una de una forma y color distintos.. Entro en aquella preciosa casita emocionado, lleno de ilusión..no podía creer la suerte que tenía..cuando ya pensaba que nunca encontraría un lugar como aquel.. Fueron pasando los días y el muchacho iba descubriendo cada día algo nuevo, fascinante, estimulante..divertido..dentro de aquellas habitaciones..le encantaba estar allí..realmente se sentía muy a gusto y cuando tenía que dejar la casa la echaba tanto de menos.. Y así..día a día, fue descubriendo un nuevo rincón, otro pequeño detalle de aquella casita. Y decidió que ya era momento de abrir su caja llena de sueños y comenzó a dejarlos cuidadosamente en cada habitación, eligiendo bien el lugar..

Cada habitación era apropiada para un sueño en concreto..parecían hechas y decoradas para ellos... Pero en su tarea de repartir sus sueños... Sucedió algo...

Llegó delante de una puerta y empezó a probar cada llave..una por una..pero ninguna abría aquella puerta..y así sucedió con otras..y el chico se sintió muy triste..quedaban sueños por dejar en aquella casa..pero ninguna llave abría..y no supo qué hacer..

Y siguen pasando los días..y el chico no se rinde..porque siente que es allí donde quiere quedarse..lo que siempre buscó..volvió a la caja donde encontró las llaves y la notita que olvidó leer..la abrió y en ella pudo leer..

"en esta cajita encontrarás las llaves de habitaciones que te servirán para conocerme mejor..cada día descubrirás algo nuevo.. Pero también encontrarás puertas donde no podrás entrar.. Al menos no por ahora.. Depende de cómo me cuides, de tu respeto y amor por cada detalle que hay aquí dentro..te entregaré pasado un tiempo las llaves de esas habitaciones cerradas por ahora.." y así pasan los días.. Y
Nunca se rindió..nunca cambió nada de aquella casita..y aunque no estaba seguro de conseguirlo o de sí algún día tendría que dejar la casa de sus sueños lucho..poco a poco..cuidando, respetando y amando aquella casita, fue consiguiendo las llaves que le faltaban..y, todavía hoy, sigue viviendo allí..descubriendo cosas nuevas cada día..ganándose una nueva llave..para dejar sus sueños..