miércoles, enero 21, 2015

Ayuda

Trabaja de interno en un famoso hospital de la ciudad, tras una larga noche de guardia, fui a la cafetería a tomar un café y despejarme un poco, en una mesa estaban reunidos varios médicos contando sus anécdotas de años.

Uno de ellos, el más joven carraspeó, puso un semblante serio y se dispuso a contar sus anécdotas. Yo me senté lo más cerca posible con la intención de oírle lo mejor posible.

- Tengo pocas anécdotas ya que llevo poco tiempo ejerciendo...
- Venga ya... ¿un ginecólogo y trabajando en urgencias..? no te creemos... lo que habrás tenido que ver
- Bueno, está bien he visto de todo un poco, ya sabéis la típica botella que ha hecho el vacío, otro caso de un homosexual con una pierna de una Nancy grande que no podía sacársela del culo... Pero lo que quiero contaros no me pasó a mi sino a un colega mío que supuso una lección para lo que yo pensaba.
- Pues venga, lánzate y cuenta - le espetó un cardiólogo.
- Él ejercía en una clínica, es ginecólogo como yo, un día le llegó una paciente, joven, no llegaría a los treinta en sus brazos llevaba un pequeño de dos añitos y su incipiente barriguita delataba que estaba embarazada. El médico la hizo sentarse, mientras la enfermera preparaba todo para la revisión de rigor.
"Verá doctor no vengo para la revisión, vengo para pedir su ayuda". 
Mi amigo la mira con estupor, hace salir a la enfermera y se sienta a su lado 
"Bien , aquí me tienes, todo lo que esté en mi mano..." 
"Me ha sido difícil tomar esta decisión, pero no puedo más, necesito descansar, no puedo cuidar del pequeño y ahora en puertas otro bebé, no podría, no me veo con las fuerzas suficientes... ¿lo comprende?"
"No, la verdad es que no se donde quieres ir a parar,¿ necesitas algunas vitaminas, algún complemento alimenticio...?"
"Doctor lo que le pido es que me ayude, quiero abortar, no puedo ni pensar en como sería cuidar a los dos a la vez, necesito su ayuda, tengo que abortar..."
"Bien, déjeme pensar, por lo que me dices no te ves con fuerzas para cuidar a los dos a la vez, y quieres desprenderte del que llevas en tu interior. "
"Sí, así es"
" Vamos a ver, y si en vez de acabar con él, no matamos al pequeño, sería más sencillo, además tendrías todos los meses del embarazo para descansar, y no correría tu vida peligro al abortar, creo que es la solución más favorable para ti..."
"Pero doctor ¿se ha vuelto loco? matar la niño, eso no puede ser, no puede matarlo, ¿cómo se le ocurre decirme eso, esa es la ayuda que me propone?"
"Piénsalo bien, has venido a que te ayude, me pides que acabe con la vida del ser que tienes en tu interior, ¿por que quitarle a él la oportunidad de ser?, piensa en el descanso que tendrías todos estos meses hasta que nazca y la falta de riesgo para tu vida..."
"Realmente está usted loco, si esta es la ayuda que me ofrece, puede metérsela...."

Y cerró la puerta de golpe.

- ¿Y esa es la anécdota...?
- Aún no he terminado, meses después llegó a su consulta la misma chica, con el pequeño y un bebé en sus brazos.
"Gracias doctor, gracias por no haberme ayudado, gracias por haberme abierto los ojos, ¿cansada? si por su puesto pero el cansancio lo borra una sonrisa." Le dio dos besos y se marchó.

Se hizo un silencio en la mesa, yo acabé mi café y pensé que fácilmente yo podría ser ese bebé.

jueves, enero 08, 2015

Mensajes de voz

La luz azul del móvil parpadeo como si fuera un ojo guiñando. Lo encendí y en la pantalla apareció un mensaje de voz de un numero desconocido.
En un principio pensé borrarlo, pero me pudo mi curiosidad y le di al play , "Hola,  como te va? que tal han ido las vacaciones" era una voz de mujer, fuerte con personalidad. Imaginé que se habría equivocado pero no pude remediarlo y contesté  suponiendo que ahí acabaria todo "hola, pues bien ya te puedes imaginar, las vacaciones son siempre buenas aunque hubieran podido ser mejores".

Dejé el móvil en la mesa, suponiendo que allí se había acabado todo,  cuando la luz azul volvió a parpadear.
" bueno a lo mejor no han sido mejores por que no has querido, o no te lo has propuesto". Sonreí cuando terminé de leer el mensaje... "vaya le gusta el juego" me dije, pues sigamos.

- Querer, quiero, y proponerlo me propongo y estoy abierto a cualquier propuesta - le contesté.
- Vaya eres como las farmacias de guardia abierto las 24 horas? jajaja.
- Bueno, tanto como las 24 horas, tengo puesto el cartel de reservado el derecho de admisión
- Ummm ¿exigente, o simplemente cauto?" - su voz habia perdido su dureza del principio y había tomado un tono suave y seductor.
- Las dos cosas, pero como lema tengo carpe diem, la vida es breve, demasiado breve
- No es un mal lema... yo tengo otro "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy"

Pensé la respuesta un instante, era aquello una proposición o simplemente seguía el juego.

- Tampoco está mal ese lema, y visto que ni tú ni yo nos conocemos ni siquiera sabemos nuestros nombres y no tenemos imagen en el whatsapp... te propongo... - lo dejé caer para ver por donde salia.
- ¿Qué propones?

¿Eso es que aceptaba? moví la siguiente pieza en aquel juego  de voces.

- Te propongo ir a la tienda de apple en el centro, coges un ordenador y yo otro y nos escribimos e intentamos adivinar quienes somos... ¿atrevido?
- Acepto, me tienes intrigada y tu voz es de lo mas sugerente. A las 7.30, mi skype es mmadrid. 
- Hecho

La luz dejó de parpadear, y por un momento dudé si aquello era real y si efectivamente sería capaz... ¿ella.. yo?
Sin embargo a las 7.30 estaba enfrente del ordenador tecleando mmadrid, aparecía como desconectada, cinco, diez minutos,  suponía que se habría rajado cuando  apareció un "hola, perdona el retraso"
Levanté la mirada, pero con las fiestas el centro estaba lleno de gente, imposible reconocerla.

- Va a ser más difícil de lo que pensaba, ¿me das una pista? - le dije
- No corras, esto tiene mucho morbo y me gusta...
- Está bien, - seguia escrutando cada ordenador esperando encontrar una mirada que también buscara,  vi dos mujeres pero inmediatamente pensé que no sea ella por Dios, a una de ellas se le pegó un niño, por lo que deduje que no era... había una tercera distraída  tecleando, no podía verla del todo pero para nada me importaría que fuera ella.
- Bien has pensado que  hacer si nos reconocemos... - le dije
- Esas cosas no se piensan, lo que tenga que ocurrir ocurrirá, no estas abierto a cualquier propuesta?
- Si claro no me echo atrás tan fácilmente - le contesté mirando otra vez hacia donde estaba la chica que me había llamado la atención, mas el ordenador ahora estaba ocupado por un grupo de chavalines.

- No era tan dífícil, y lo que veo... me gusta - oí su voz a mis espaldas, me giré y era ella.
-  Hola - me tembló algo la voz - "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"... - le solté sonriendo.
- No lo dudes carpe diem, no voy a dejar nada por hacer hoy... nada.... 

lunes, enero 05, 2015

NUEVO AÑO

Me había prometido que sería la última nochevieja que la pasaba en casa... solo, bueno solo no, estaba algún familiar, de eso que a las 11 abren la boca bostezan y se van a la cama.

Este año no se podia repetir lo mismo, así que en cuanto enfiló la cama, me vestí y salí a la calle.
Había poco ambiente, sin embargo las luces en las ventanas recortadas por siluetas ataviadas con gorros y sus mejores vestidos decían que la vida se desarrollaba dentro de las casas no fuera.

Caminé hasta el centro cerca ya de las 12 de la noche, logré entrar en un bar y sentarme en una mesa, obviamente el camarero ni se inmutó, con la mirada puesta en la televisión, maldiciendo tener que trabajar esa noche y pendiente de que en un vaso hubiera las 12 uvas.

Me acerqué a la barra y de mala gana me sirvió una cerveza, volvía la mesa mientras en la tele la pareja de todos los años explicaba por enésima vez como eran los cuartos  antes de las campanadas de verdad.

Fue en ese momento cuando mi vista se cruzó con los ojos de ella, me miró levanto un botellin de cerveza e imaginariamente brindo conmigo.

Estaba sola como yo, en aquel océano de gente que ya puesta en pie celebraba el año nuevo que aún no había llegado.

Seguí un extraño impulso, me levanté y me acerqué a ella, le pregunté si iba a entrar el nuevo año allí y sola, me miró se pensó unos instantes la respuesta y con una voz dulce me dijo "creo que como la ibas a pasar tú". 

"No tiene por que ser así", le dije "¿te parece que tomemos las uvas fuera de aquí?. Ella asintió, tomó su abrigo, y salimos a la calle. Una marea de gente nos empujó hacia la Puerta del Sol,  tras pasar el cacheo de dos guardias municipales, estábamos alli, frente al famoso reloj a punto de dar los cuartos. Debíamos ser los únicos que no llevábamos gorros ni uvas, una pareja de ancianos, que decían venir todos los años desde Albacete, nos ofreció un cucurucho con 12 uvas, " compártanlas,  a nosotros con uno también nos basta".

Empezaron a sonar los cuartos, la gente se arremolinó para ver más de cerca como caía la bola, nos pegamos más mientras yo sujetaba aquel cucurucho, "una tú y una yo" me dijo.

"Dong, dong, dong..." fuimos comiendo una uva ella y otra yo, hasta completar las doce. Cuando empezaron a estallar los fuegos artificiales, la gente se abrazaba, se besaban,  otros soplaban sus trompetas de cartón,  ella se acercó me miró y pegó sus labios a los míos, "feliz año" susurró.
 Sentí un empujón, la gente tiraba petardos y unos se apartaban empujando a los demás, cuando levanté la vista ella ya no estaba, miré a mi alrededor, pero fue imposible, intenté encontrarla pensando que  los empujones la habrían separado, fue inútil.

Volví al bar, con la esperanza de volverla a encontrar, pero no estaba, quizás, pensé, ella fue como la última campanada breve pero que aún así sigue sonando en los oidos.

Y con el sabor de sus labios dejé la plaza y empecé el nuevo año.