martes, septiembre 02, 2008

El Guerrero

Ascendió por la ladera, desde allí podia ver el valle al atardecer, cuando el sol teñía todo de rojizo, como si envidiara a los campos inundados de sangre de mis enemigos y de mis compañeros.

Podía oir el bramido de la batalla, choque de escudos, cuerpos contra cuerpos, gritos de ánimo, y sollozos de angustia.

Miró al cielo y creyó ver en el, la sonrisa de los dioses, divirtiéndose ante el espectáculo que los mortales, sin ser consciente de ello, les estaban ofreciendo.

Se quitó la armadura, preso de una rabia contenida, y con toda la ira floreciendo de sus labios les gritó:

"Es esto lo que quereis? decidme, es esto? ver el sufrimiento, y el dolor?, pues aquí me teneis, si mi muerte puede satisfacer vuestros deseos ,tomadla, y dejad que esto termine ya.

Tomó su espada teñida en sangre y se lanzó a la carrera, los pocos valientes que salieron a su paso se encontraron con la muerte antes de lo imaginado, cercenó la cabeza del primero, y girando sobre si mismo hundió su espada en el estómago del segundo, fué avanzando viendo la mirada sorprendida de aquellos que osaban lanzarse a medir sus fuerzas.

Y sintió el dolor de la muerte pasar a su lado, y por un breve instante recordó el dolor que él habia provocado, ojos llorando su ausencia, y su traición, intentó borrar ese recuerdo, por que sabía, que si allí seguían abrirían la puerta a otros recuerdos.

Se concentró en el fragor de la batalla, el sol avergonzado se escondía mientras el cielo se cujaba de estrellas y el campo anegado de cuerpos narraba lo cruenta que era la batalla.

Pocos enemigos quedaban ya, el sabor de la victoria, de una paz deseada besó sus labios, cuando un compañero gritó: "victoria", él se giró, bajó su espada, y sintió quepor fin habia llegado la hora, que su hogar estaba cerca, que todo había acabado.


Nunca supo de donde vino esa flecha, sólo sintió una punzada que le atravesó el pecho, cerró los ojos un instante, mientras caia de rodillas, no quería morir asi, abrió de nuevo los ojos y ante él, el cielo estrellado brillaba de forma especial, sintió frio y soledad, quizas era como debía acabar, y en el fondo supo que volvía a su casa, mientras las estrellas se iban apagando.

Todo se tornó oscuro.
Y sólo sintió paz.

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