Voy apilando las cajas de cartón como si fueran un rompeolas...
No hace mucho donde ahora coloco estas cajas, cruzaba las puertas y me sonreían tratándome de usted.
Pero todo vino rodado, primero fueron los recortes en la empresa, luego en casa la tensión en aumento, la humillación
de ir dejando todo atrás, de ir vendiendo y pidiendo, hasta que nos pudo y tuvo el valor para marcharse.
Todo fue convirtiéndose en un desfile, un camino sin regreso, familia, amigos y conocidos.
Y de la noche a la mañana ya no sabes quien eres, cual es tu vida.
Ahora en este hueco de la sucursal del banco en la que antes me abrían la puerta y que con mi dinero se repartían bonos y beneficios,
apilo las cajas de cartón, una bolsa con pan y un brick de leche que me han dado por compasión.
despliego la manta y suspiro...
Sobre el cielo suspendidas las estrellas... me miran, sólo ellas.