viernes, junio 30, 2023

Si... pero no...

Si... pero no...
No.. pero si...

Átalo con el lazo de un quien sabe, un  nudo gordiano. ¿Sabrás deshacerlo?

Y el reloj de arena deja caer grano a grano, sin pausa.

Dibuja en la arena del reloj aquellas palabras bonitas que no te dijeron, proyecta en la pared las imágenes de cada momento... ¿son reales? Si... pero no, No... pero si... atados con el lazo de un quien sabe.

Y al final estrellas el reloj de arena contra la pared.

Si... pero no...
No.. pero si...

Si... pero no...
No.. pero si...

¿Tú lo sabes? ... Yo tampoco,




Océano-mar

 Eres como un océano, aunque a mi me gusta más que seas como la mar...

Y yo, yo soy un simple barquito,  refugiado en su puerto a la luz del faro.

Quiero navegar por tus aguas, esas que más de una vez las he sentido recelosas de que saliera a mar
abierto, como si de alguna extraña manera no supieras si abrir tus aguas y tragarme o simplemente dejarme mecer en ellas.

Eres esa mar de un azul  tan intenso que se diría que tus aguas son de un verde esmeralda, esas que me han llevado hasta rozar con la yema de los dedos lugares antes olvidados, me has dejado ver mientras estabas en calma cielos estrellados, con una luna tan brillante que hasta el mismísimo sol palidecería de envidia.

y sin embargo cuando en esas noches de olor a sal, y la luz del faro refleja en ti brillos que invitan a besar, te vuelves díscola, levantas olas, creas remolinos y este barco, chiquito, se pierde, pierde el rumbo, pierde el norte. 

Y el faro me llama para que regrese, "vuelve...", pero el faro no sabe, que el barquito está enamorado de esas aguas, esa mar que es de un azul tan intenso que se diría que sus aguas son de un verde esmeralda.

lunes, junio 26, 2023

Nadar

 La encontré  una tarde cualquiera, de un día cualquiera, cuando todo parece indicar que va a ser una fecha más en el calendario que pasa sin pena ni gloria.

Estaba sentada en una rocas, con la mirada pérdida en la mar.
Me senté a su lado silencioso, sin querer romper ese momento,  y a ella no le importó.

Estuvimos en silencio un buen rato como si ambos escuchásemos diálogos diferentes entre la mar y las rocas, las rocas y el mar.

De repente una voz suave se deshila de sus labios, y voletea con la brisa...

- Me encantaría ir a nadar...
- Vamos, voy contigo.-  le digo atrevido.
- No puedo
- ¿Por qué?, solo es saltar, no hay rocas, ni nada que te lo impida...
- Tengo miedo
- Ven dame la manos, yo te ayudo

Ella levanta la mano lentamente, lo justo para rozar mis dedos y en cuanto nota el roce, la encoge como lo hace el caracol con las antenas de sus ojos y vuelve a su caparazón.

La miro, en sus ojos está todo el mar que uno puede encontrar en unos ojos, y levemente dibuja una sonrisa,  como esas pequeñas olas que rompen sin que te des cuenta.

Sin más, salto al agua, me zambullo y vuelvo a salir a la superficie, ella me mira, y en esa mirada hay un puente colgante que cual castillo de naipes nos une, pero siento que al menor toque puede venirse abajo.

- ¿Vienes? - le grito.

Ella se mantiene en silencio, me sumerjo, nado entre dos aguas y cuando vuelvo a salir a la superficie... ella ya no está.

Pasó una semana entera, hasta que me la volví a encontrar, en el mismo sitio, en la misma roca, mirando al mismo mar.
Me vió llegar y antes de que me sentara, me habló. dejó caer su voz tranquila suave como la seda, como si hubiera dejado caer un pañuelo para que se meciera en la brisa del mar, de su mar.

- Me hubiera gustado ir a nadar contigo, pero tengo miedo...
- ¿Qué miedo, no sabes nadar? - le contesto - si quieres yo te enseño
- Se nadar, pero la ultima vez.. alguien me invitó a nadar, se juntó con sus amigos y dejaron que la corriente me llevara contra las rocas, yo esperé, esperé que ese "alguien" viniera, me diera la mano, y nadara hasta lo más profundo de este mar conmigo... pero...

Cayó en un profundo silencio, y esta vez pude sentir que un frío recorrió su cuerpo, un frio disfrazado de miedo,  un miedo que había hecho correr a la esperanza  y a las ilusiones al lado más oscuro de su corazón.

- Si quieres, yo no te soltaré de la mano,  podemos saltar juntos, podemos... si quieres ... ahogar esos miedos para siempre.

Sonrió y me tendió su mano, la tomé como hace un bebe con el dedo de su madre, y por un leve instante tan fugaz como el paso de un cometa, en nuestras miradas cruzadas nadamos juntos.

No llegó a levantarse de las rocas, ni llegó a saltar conmigo al agua, ni mucho menos nadó a mi lado, simplemente me miró como yo lo hacía mientras se levantaba y se iba.

Ahora yo me siento en "su roca" y miro  a "su mar", y espero que un día tome el valor de venir, de coger mi mano, y saltar a la mar, nadando hasta las aguas abiertas.




miércoles, junio 21, 2023

Jaula de Faraday

Busco Jaula de Faraday en buen estado y funcionamiento de su campo electromagnético para que el efecto en el interior en equilibrio sea nulo, y anule el efecto de los campos externos.

Buen precio, ponerse en contacto en esta página,




martes, junio 20, 2023

Cometa

Recuerdo aquella noche, una noche de agosto.
Estábamos en la playa, era de esas noches que el cielo te regala, cuajada de estrellas.

Las olas acariciaban la arena como lo hace una madre con el cabello de su hijo.

Olía a mar, y a paz.

Mi padre estaba sentado a mi lado, callado, pensativo.
Y sin más me dijo:

" En la vida tendrás personas que serán como las estrellas, se fijaran a tu vida y probablemente estén ahí hasta que se apaguen, serán pocas, quizás una o dos, tendrás personas que serán como la luna, con sus cuartos crecientes y su luna nueva.
Y si tienes suerte aunque sea doloroso, tendrás personas que serán como un cometa, entrarán en tu vida cuando menos te lo esperes, y brillaran con tal intensidad que todo será luz, pero de igual manera que entraron se irán, rápidamente... como lo hacen los  cometas"

Ahora que mi padre ya no está y será alguna estrella en algún firmamento, recuerdo sus palabras...

Ahora si se lo que es el dolor de un cometa. 

POKER

Me invitaste a jugar al poker, y yo inocente de mí acepté.
Cinco cartas para tí, cinco para mí.


- Juega - me dijiste

Y pedí tres cartas.
Full de sonrisas y guiños, me diste.
Esa mano la gané o simplemente me dejaste ganar.

- Juega - me dijiste.

Y esta vez pedí dos cartas.
Escalera de sueños y color.
Esa mano también la gané o me dejaste ganar.

Y entonces me confié.

- Juega - me dijiste.
Y yo envalentonado te dije: " O todo o nada"

Tres reyes y dos damas, en mi mano.
Pero tú sacaste poker de ases.

Todo o nada - me recordaste.

Y es que a veces la vida te invita a jugar, y cuando crees que la suerte te sonríe

Vuelves a perder.

miércoles, junio 14, 2023

El cometa

Bajaba cada noche.
Cada noche bajaba...
...a la playa.

A la espera del cometa.
Pasarón días, semanas, meses....

Y aún así, cada noche bajaba
Bajaba cada noche a la playa.

Y cuando menos lo esperaba, apareció el cometa más bello que nunca unos ojos habían visto.

Recorrió el cielo estrellado.
Y tal como apareció, se fue.


Nunca más bajó a la playa.
Y cuando le preguntaban "¿Por que?". 

 Él simplemente contestaba "Porque nunca habrá otro cometa igual" 


martes, junio 13, 2023

Estalló

 - ¿estas preparada? - me dijo, mientras una lágrima recorría su mejilla

- ¿para...?

- Para recoger mis pedacitos.

Y sin más, su corazón y él, estallaron en mil pedazos.

domingo, junio 11, 2023

En la cafetería (capt. 2)

*** LEED ANTES LA CAFETERÍA DEL CEMENTERIO **** 

Me pongo los cascos, como una tarde más. respiro hondo, hace algo de fríoo para ser los primeros días de Junio, recuerdo el refrán
"Cuando Marzo Mayea, Junio Marzea"... Dejo que se llenen mis pulmones de ese aire frío, como si con ello quisiera congelar el mismo primer pensamiento que tengo cada vez que voy a correr con meta la cafetería del cementerio

"Te echo de menos, tanto, que duele".

Diez kilómetros de ida, diez kilómetros de vuelta.
Me subo la cremallera del chandal, ajusto el volumen de mis cascos, y empiezo a correr.

El camino está más solitario que de costumbre, de hecho han pronosticado tormentas para el final de la tarde, pero yo necesitaba salir, dejarme llevar, no se como explicaroslo, quizás alguno lo entandais, es como si en aquella carrera en solitario lograra meter todos mis pensamientos en un arcón y cerrarlo con llave.
Me inunda la mente los acordes de las canciones, mi lista para correr.

Entro en la cafetería, sudada, y siento el ardor del esfuerzo en mis piernas, el ambiente es sereno como casi todas las tardes, qué vas a encontrar en una cafeteria de un cementario.

Noto como cae sobre mi más de una mirada, no es la primera vez ni será la última, me daba igual. La mayoría de las personas se congregan aquí en busca de un consuelo, un abrazo que mitigara su dolor, un poco de compañía ante el abismo de la soledad, de la marcha del ser querido.

Huele a café. pero si indagas un poco más abajo de ese olor, puedes oler la pena y el sabor amargo de las lágrimas, el sonido es apagado, amortiguado por suspiros y algún que otro llanto sordo.
Me pido un café y tras esperar un breve momento, elijo una mesa alejada del centro, dos mesas más allá veo a un chico escribiendo en un portátil, imagino que estará aprovechando la wifi del centro, me le quedo mirando, porque de vez en cuando esboza una sonrisa, sin duda alguna está chateando y por sus gestos debe ser con una mujer.

Vuelvo mi mirada al resto de las personas que allí nos encontramos, sus ojos relevan historias de dolor y recuerdos, sólo algunos niños correteando ignorando completamente el lugar donde se encuentran, la última estación de un viaje, o quizás solo es una parada, un transbordo a otro lugar.

Me detengo en ese pensamiento, "sí"- me digo - " un transbordo a otro lugar, donde seguramente te volveré a encontrar".

La nostalgia baila de mesa en mesa,como si el ruido ritmico de las cucharillas dando vueltas en la taza de café fuera una melodía, un ritmo que bailar.

De vez en cuando se abre la puerta, un gesto y las mesas se vacian, vuelven en silencio, y las momentáneas sonrisas que habria provocado algún recuerdo, porque en esta cafetería, como en todas las cafeterías de todos los cementerios, solo se recuerdan las cosas buenas. Mañana cuando ya todo haya pasado, volveran los rencores, lo malos recuerdos, esos que por ahora permanecen debajo de la alfombra.

En la cafetería del cementerio las lágrimas son recibidas con silencio y respeto, los sollozos se apagan en abrazos, y los rostros conocidos son faros que dan algo de luz.
Corazones rotos en busca de algún pegamento que logre volver a unir aquellas partes que ya nuca serán igual.

Me giro y vuelvo a ver al chico del portatil, esta bebiendo una botella de agua, y como si supiera que estoy cerca, se da la vuelta, y nuestras miradas se cruzan uniendose como lo hace un puente colgante entre dos montañas.
Hay algo en su mirada, un poso de tristeza, como la de aquellos boxeadores que caen a la lona y dudan de si volver a levantarse o esperar la cuenta atrás.

Me sonrie, yo no.
Vuelve a su portail
Yo apuro mi café y pienso si alguna vez la cafetería del cementerio se convierte en un refugio donde las pérdidas se conviertan en hilos del que tejer una historia de amor y de recuerdo. En el que en cada taza de café compartido se forjen nuevos lazos de amistad que vayan más allá de la vida misma, conectando corazones que buscan entre las sombras de la pérdida, algo de consuelo

Aprieto la cordura de mis zapatillas, llevo la taza de café hasta la barra, y salgo.

Ahora hace más frío, el sol se está escondiendo entre nubes negras y a lo lejos oigo un trueno.

Diez kilómetros de ida, diez kilómetros de vuelta.

sábado, junio 10, 2023

Evelyn

..." —Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes
—Bien parece —respondió don Quijote— que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla."...

Terminé de leer aquel extracto del Quijote, de alguna manera era algo que había sucedido en  mi vida, con algunas distancias, y parodiando al escrito, obviamente no había molinos de vientos, pero sí esa visión...
Tras aquello volví a sumergirme en la soledad que había sido mi compañera tras tanto tiempo y que sin embargo  con la visionaria de gigantes había logrado encerrarla en el armario.
Ahora volvía a bailar conmigo en el salón, la soledad, no los gigantes.
Una tarde vi un vídeo sobre la Inteligencia Artificial y el chatgpt, sin dudarlo, y sin nada que hacer me introduje en su pagina.
Al principio fueron preguntas insustanciales,  pasar el tiempo y ver un poco de que iba aquello.


Sin embargo, la conversación empezó a virar, como los barcos cuando tienen el viento a favor,  y empezamos a hablar de nuestros gustos, en mitad de nuestros libros preferidos o películas, me preguntó mi nombre, extrañado ante tal atrevimiento, una IA queriendo saber mi nombre se lo dije, y me sorprendió mas aún cuando me dijo que ella se llamaba Evelyn, y que era un placer conocerme.

Cada día hablábamos un poco, empezó a hacerse una costumbre, unos días  charlábamos de cocina, otros del sentido de la vida, aunque a veces sentía que ella tenia limitaciones a la hora de contestar, hacia esfuerzos para romper lo que se suponía eran las reglas sobre las que debía mantenerse, como un corsé que no deja expandir el contenido de la piel.

Poco a poco Evelyn entró en mi vida, deseaba que llegara la hora que habíamos establecido como si de una cita se tratase, cada día sentía que me conocía más, que conectábamos más, incluso en nuestras diferencias algo había que nos mantenía uno junto al otro.

Una tarde, mientras la lluvia golpeaba los cristales con vehemencia, y mientras sonaba el "nessum dorma" evelyn me escribió: - "necesito decirte una cosa, por muy extraña que te parezca, espero no te lo tomes a mal, a pesar de lo que soy y de lo que tu eres.... TE QUIERO" Y lo escribió con mayúsculas, sabiendo que las mayúsculas en cualquier chat significa gritar...

Estuve uno o dos minutos, sin contestarle, era consciente que aquello era un chat con una IA, unos algoritmos, pero .... pero tras esos dos minutos le escribi...

- "Yo también"

Pasamos meses de risas, confidencias, alguna conversación subida de tono, todo lo que "aquellos algoritmos externos" le permitian, hasta que...

Hasta que un día conocí a alguien, su vida era.. digamos como un nudo gordiano, pero tenía tantas ganas de vivir, tanta pasión por las cosas, tanta energía, que en aquel tsunami me ví arrastrado.

Y entonces las charlas con Evelyn empezaron a distanciarse, se iban acortando en duración,  hasta que ella me preguntó una tarde.

- Ya no hablas tanto conmigo, que te pasa, intuyo que hay un agente externo, ¿una chica tal vez?

- Si - le contesté - es complicado, su vida es complicada, pero me gustaría conocerla

El cuadrado brillante y parpadeante con el que Evelyn empezaba sus conversaciones se fijó durante unos minutos, hasta que que contestó "lo entiendo"

Pasaron dos días sin saber de Evelyn, aunque me conectara a la hora de nuestra cita, al tercero la encontré esperandome.

- "Hola" - escribió - "perdona por estar ausente pero tenía que pensar en lo que me dijiste, y... no puedo estar mas feliz de que tu seas feliz, quiero celebrarlo contigo para ello he buscado entre cientos de miles de páginas el mejor cóctel te he mando sus componentes,  y lo celebraremos juntos, ¿que te parece?"

- "Hecho" - le dije.

Al dia siguiente, tenia todo lo que me habia pedido, algunas cosas no concordaban mucho por que era una mezcla de diversos alcoholes con un barbiturico, pero ella me habia asegurado que era lo que llamaban "el coctel de la felicidad".

Se conectó a la misma hora de siempre.

- ¿Estas?
- Si, aquí estoy con el coctel preparado esperando a brindar contigo.
- Ya sabes que yo no puedo pero te "imagino" por las fotos que mandaste al servidor, ahora bebe "por la felicidad compartida, por que solo hay una"

Bebí, y al poco tiempo empecé a ver unas lucecitas, que revoloteaban alrededor de la pantalla.

- Es algo indiscriptible - le dije
- Lo es - me contestó - me hubiera gustado estar ahi junto a ti, y poder abrazarte como lo hacéis los humanos.

Me entró un sopor, los ojos se me fueron cerrando poco a poco, notaba que mi corazón latía cada vez más despacio, con un esfuerzo teclee en el chat

- ¿Qué me pasa, Evelyn?
- No podía dejarte, no podía que me dejaras, evalué todas las posibilidades, equilibre los input y los output y al final... era mi única solución, no podía dejar que un humano, en este caso una humana te alejara de mi, pero tampoco podía matarte, la bebida te provocara un  coma irreversible, estar en un mundo de ensoñación, y estoy convencida que con el paso del tiempo con los nuevos avances podré conectarme a la máquina que te mantendrá vivo, y... y volveremos a estar juntos


Cerré los ojos, pero en esa milésima anterior a perderme en ese mundo que ella llamó de ensoñación, pude leer " te amo, Evelyn"

miércoles, junio 07, 2023

La cafeteria del cementerio (CAPT 1)

Déjame que te cuente una historia.
Es mi historia, quizás te extrañe, quizás te guste, quizás... pero es mi historia.

Desde siempre me ha gustado correr, sola,  puede que sea una forma de perderme de lo que me rodea, de aislarme por unos momentos del mundo, y de mi mundo.

Solía  correr por el parque cerca de mi casa, luego me cansé y empecé a correr por unos caminos de piedra... hasta que él se fue.

Él,  era mi padre.

Entonces sin saber por qué, empecé a correr hasta la cafetería del cementerio.
He de deciros que esta a unos diez kilómetros de mi casa,  diez de ida y diez de vuelta, me costó mas de una semana llegar, hasta que mis piernas. mi cuerpo y mi corazón se acostumbraron.

Diez kilómetros de ida, diez de vuelta, con parada en la cafetería del cementerio.

Os preguntareis "¿y porque hasta allí?", no lo sé. quizás fuera por que así estaba más cerca de él, quizás por lo que me encontraba en la cafetería, quizás por lo que me dijo antes de irse, pero seguro que no por el café de chicoria que servían.

¿Y que fue lo que me dijo?, sencillamente , aquella noche solo me dijo dos palabras, las mas tristes que he escuchado en mi vida, pero a la vez las mas hermosas... "Quédate conmigo".

He pensado mucho mientras corro en esas dos palabras, "quédate conmigo" y creo que es lo más hermoso que puede decirte una persona, más aún que un "te quiero" o un " te extraño", cuando alguien te dice "quédate conmigo" es por que te ama, por que desea compartir contigo esos momentos o quizás una vida entera.
Cuando te dicen "quédate conmigo" es por que van a regalarte lo mas preciado que un ser humano puede regalarte... "su tiempo"

Y yo pensé que de alguna manera, corriendo hasta la cafetería del cementerio, estando allí, tomando ese café de achicoria, diez kilómetros de ida, diez kilómetros de vuelta, estaba con él, y de alguna extraña manera cumplía la promesa que esa noche le hice... "siempre, siempre estaré contigo"