martes, mayo 10, 2011

Muda

La puerta se cerró.
Y tras ella quedó el silencio, el abandono y la soledad.

Se había ido, sin más, simplemente giró el pomo de la puerta y se fué.

Y allí quedó ella.
Y sus palabras, y su voz despegaron de sus labios y salieron volando para no volver.
Así dejó de hablar.


Pasó el tiempo, sus palabras crecían en su garganta pero morían en sus labios. Ningún sonido, ni un susurro.
Lo habían intentado todo, médicos, curanderos, hasta varias sesiones con un psicólogo de prestigio, pero su voz
seguía callada, y todos llegaban a un punto en común, el amor le quitó el habla, el amor se la devolverá.

Un día alguien llegó a su vida.
Intentó hacerse un hueco, poco a poco, sin importarle el silencio de ella.

Una tarde ella abrió la boca, al principio sólo fué un ligero aire, luego se tornó en un leve susurró hasta que que se formaron unas letras que vibraron en sus cuerda vocales.
Él se lleno de estupor, la miró perplejo y extrañado.

Había hablado , había pronunciado un nombre... pero no fué el suyo

2 comentarios:

dama_serena dijo...

Puede ser un comienzo, no sabemos lo que ocurrirá después.

Los grises son bonitos, también tienen contrastes, blanco y negro.

Permite que te deje un beso

Laira dijo...

A veces el silencio es el mejor compañero del mundo. En esta ocasión, la persona que le acompañaba pensaría que estaba mejor callada...
1 besazo enorme!