viernes, septiembre 16, 2005

Sueños son parte 14

- Voy a dejarle.
- ¿de que me estas hablando?
- Voy a dejar a mi marido, mi vida no funciona
- ¿Pero que me estas diciendo, te has vuelto loca? ¿Te engaña?
- No, no es nada de eso, sólo que me he dado cuenta que no me gusta mi vida, siento como me deslizo por una pendiente y creo que es hora de frenar la caída, de levantarme y mirar al frente.
- No digas tonterías, debe ser alguna depresión, ya sabes este tiempo lluvioso nos entristece a todos, ¿algún problema en el trabajo? ¿habéis discutido? Sabes que todo pasa, un mal día lo tiene cualquiera.
- Quisiera que me comprendieras, pero no voy a luchar por ello, he venido a contarte lo que me sucede, puedes entenderlo o no, pero la decisión está tomada, no quiero hacerle daño y sé que más tarde o mas temprano me iría y cuanto mas deje pasar el tiempo peor sería para los dos.
- ¿Cómo se llama él? Por que ahora no me irás a decir que no le dejas por otro.
- Si, es cierto pero no lo dejo por otra persona, simplemente conocí a alguien que me ha abierto los ojos, me ha hecho volver a sentir que la vida no la vive nadie por ti.
- Pero tú estas loca, tirar tus años de matrimonio, por una locura, ¿qué piensas que a veces yo no me siento igual? Pero eso pasa y luego la vida continua, anda déjate de locuras, tómate unas vacaciones con tu marido y verás que todo vuelve a su cauce.

Por un instante odié a mi hermana con toda mi alma, como si ello pudiera borrar toda la sensación de abandono que sentía. La miré y en el fondo me compadecí de ella, ahora veía su vida de otra forma, no iba a juzgarla pero sentí lo lejos que estábamos la una de la otra.


- Déjalo estar así, sólo quería que lo supieras, ahora por favor me gustaría quedarme sola.

Y mi hermana se fue mirándome totalmente sorprendida sin saber que hacer sin saber que decir. Mientras ella desaparecía por el asfalto mojado por la lluvia, descubrí un atisbo de sonrisa en mi cara, empezaba a sentirme más ligera y ese sólo era el primer paso.

Miré a mi alrededor, un hombre leyendo el periódico, dos mujeres charlando, y tres parejas, las observé detenidamente y me hundí en mis hipótesis, me gustaba imaginar la historia de las personas según las veía, una afición que había ejercitado en el metro.
Una de las parejas, se besaban con pasión, denotaban que no llevaban mucho tiempo juntos, las miradas se clavaban el uno en el otro las manos, esa sensación de que no hay nada alrededor de ellos simplemente su mundo. Me hizo recordar, otros tiempos que ahora añoraba. Y sentí la necesidad de volver a verle, de oírle, de sentirle cerca.

De pronto, me ví delante de su puerta, llamando, se tomó un tiempo para abrir, y cuando lo hizo, no vi en su mirada ningún reflejo de sorpresa, era como si me estuviera esperando.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando el pesar que nos invade ante una vida vacía y sin sentido es aliviado sea cual sea la decisión que se adopta, recibe todos mis elogios.En este caso, ella me parece extraordinariamente valiente.Qué duda cabe que su identidad se verá favorecida ante ese nuevo cambio, tanto si trasciende como no su relación con el cuentacuentos; en cualquier caso,él ha sido revelador y probablemente se sienta, aparte de agradecida,encandilada por su labor de rescate..Es intrínseco al carácter femenino.
Pero carecemos de datos sobre ella..olvidamos que hay muchos vínculos que nos someten a determinadas situaciones...ella parece libre como un pajarito..que suerte..a volar jilguero.

Elena dijo...

¿No sería más valiente quedarse y luchar?
Normalmente, cuando la gente toma decisiones drásticas, los de fuera solemos pensar que se ha sido valiente, y a mí siempre me queda la duda de si no ha sido una huída hacia delante por no saber afrontar o solucionar lo que se deja detrás.
Hay que ser muy valiente para intentar deshacer una maraña de hilos que se han ido tejiendo a lo largo de la vida, por dejadez, falta de amor, y falta de ganas de luchar por algo en lo que te comprometiste con la otra persona para siempre.
Los problemas empiezan cuando uno se olvida del compromiso que adquirió.
Por eso, no puedo estar de acuerdo en la forma en que la protagonista va enfocando su vida. No me parece libre, me parece atada a su egoismo, y a su falta de sentido de la vida. Es sólo una opinión. Sin más.

Anónimo dijo...

Bueno quizas se quedón el tintero que ella lucha por su vida y su felicidad, como todos debemos luchar por la nuestra, entiendo que no está escrito que ella ha de hablar con su marido para arreglar las cosas, pero cuando la llama del amor se apaga, nada se puede evitar y por lo tanto por el bien de uno y de la persona a la que se amó lo mejor es dar la libertad para que cada uno pueda iniciar de nuevo su camino.
NO me parece una huida hacia delante, me parece mas una huida y una traición no luchar por lo que uno quiere, y si renunciar a uno mismo solo por que la otra persona no sufra.