martes, septiembre 20, 2005

Sueños son ... el final.




Para todos aquellos que aún a sabiendas que mañana es el dia del final del cuento, un regalo .... aqui lo teneis quizas no os guste pero......


De pronto, me ví delante de su puerta, llamando, se tomó un tiempo para abrir, y cuando lo hizo, no vi en su mirada ningún reflejo de sorpresa, era como si me estuviera esperando.
- Hola. Me dijo
- Hola. Le conteste.

Vi una sonrisa en sus ojos. Mientras me indicaba que pasase. Recogió mi abrigo y me acomodé en el sofá.

- ¿por qué tengo la sensación de que nunca llegare a sorprenderte?
- Si que lo haces. Pero intento no esperar nada, así cuando las cosas llegan son mas alegres con una capacidad de ilusionarte mayor, no puedes caer en la vana esperanza de esperar por que si no llega puedes desesperarte. No sabría que vendrías, pero te esperaba.

Sus palabras volvían a abrazarme, a acunarme alejándome de todo el mundo exterior, me narcotizaban.

- ¿No vas a preguntarme por que he venido?
- No, no lo haré, tendrás tus razones, para estar aquí e imagino que me las vas a contar, espera y pongo algo de beber, que quieres
- Ponme un güisqui con hielo, por favor.

Sirvió dos copas, puso una suave música de fondo y se acomodó a mi lado, su rodilla rozaba levemente mi brazo, quizás el no lo sintiera, pero a mi me llenaba de calor.

- ¿Cómo haces para que me sea tan fácil abrirme a ti? No me había pasado con nadie.
- Es fácil, más de lo que la gente cree sólo hay que saber escuchar y yo ahora te escucho.
- Voy a dejar a mi marido.

Esta vez pude percibir un rastro de sorpresa en su rostro, esperé que me lo reprochara pero en cambio:

- ¿Estas segura de ello, lo sabe él?

- No, aún no se lo he dicho, temo hacerle daño, pero nuestra vida en común ha tocado a su fin, pienso que es lo mejor para los dos, él se merece ser feliz, recobrar lo que era antes y yo buscar mi lugar.

Tomó mi mano, suavemente, acariciándola.

- ¿ De verdad crees que no hay solución ?
- No, no la hay. Al menos yo ya lo siento así, le quiero por que es el hombre con el que he vivido muchas cosas bellas, pero la ilusión la he perdido, y no creo que ya fuera capaz de recuperarla, es tiempo de pensar en mi, y buscarme.
- Si es así, hazlo, no lo dejes, háblalo, espero que él comprenda lo que sucede entre los dos.

La imagen de mi marido, mirándome sorprendido por mi decisión, me llenó, le vi desangelado y me eché a llorar.
Él me abrazó. Cerré los ojos mientras le sentía pegado a mi, su calor, giré mi cabeza buscando su boca, la encontré cálida y le besé con furia con rabia contenida, mientras él me devolvía el beso.
Mis manos acariciaban su espalda mi pecho notaba la agitación de su respiración, cuando sentí que lentamente se apartaba de mi,
Abrí los ojos y me encontré con los suyos mirándome fijamente, húmedos.

- No puedo, no podemos, en este momento no, sentiría que me estoy aprovechando de tu situación, y no podría perdonarme jamás que llegaras a tener alguna duda de ello.
- Pero....
- Es mejor así, ardo en deseos de hacer el amor contigo, de abrazarte de besarte de sentir tu cuerpo junto al mío, de despertarme y ver que duermes a mi lado, pero eso ahora no puede ser. A veces creo que estoy maldito, hice cosas que nunca pensé que haría, hice daño quizás sin desearlo sin saberlo pero lo hice y ahora de una manera u otra se me niega el enamorarme, el volver a sentir, el disfrutar de un beso de ir de la mano de un abrazo, y esas cosas son pequeños dardos que van rasgándome el alma, lentamente a jirones, y me envuelvo en mis cuentos y mi mundo, intentado resolver todas mis dudas, en busca quizás de lo que nunca encontraré, ... y tú, tú tienes un camino por delante, unos sueños, unas ilusiones, quizás en algún cruce de caminos nos volvamos a encontrar y ese sea nuestro momento. Ahora debes marcharte... por favor.

Le miré, con toda la desolación que veía en él y a la vez con todo el amor que me estaba ofreciendo, le besé suavemente en los labios, cogí mi abrigo, y cuando salía le dije:

- Te buscaré en el café y hablaremos, esto no puede terminar aquí.

Salí al frió de la noche, el viento azotó mi cara, de alguna extraña manera agradecí no haber hecho el amor con él, quizás eso me hubiera impedido mirar a los ojos a mi marido.

....

Fue duro, hablarle a mi marido, para él su mundo se vino abajo, pero terminó comprendiendo que era la única solución , no podía retenerme y no nos merecíamos hacernos daño.

Volví al café a los pocos días, me senté y cuando llegó la hora del cuenta cuentos, apareció otra persona, lo busqué con la mirada y vi al camarero que me hacía una señal, me acerqué a la barra.

- ¿Esta usted esperando al anterior cuenta cuentos verdad?
- Si
- Creo que esto es para usted.

Era una pequeña hoja, doblada y arrugada tan destartalada como lo era él.
La abrí, me senté y leí:

A veces, solo a veces, un simple rayo de sol entre las nubes te ilumina la razón
A veces, solo a veces, la lluvia empapándote, arrastra las penas y se las lleva.
A veces, solo a veces, una sonrisa se dibuja y lo cambia todo
A veces solo a veces, una simple mirada te desnuda y te enamora
A veces y solo a veces, un simple detalle lo es todo

Y ese todo se convierte en rayo de sol
y ese todo se convierte en lluvia
en sonrisa,
en mirada,
y lo es y será y lo que fue volvió y fue todo.

Gracias por darme más de lo que te imaginas, recuerda, quizás un día en un cruce de caminos...

Lloré. Pero lo que él me había entregado no me lo arrebataría nadie.

- Señorita, perdone aquí ha dejado un CD también.

Lo tomé. Lo puse en mi disc-man, eran sus cuentos, narrados por él.



Dos días después, tomaba mi coche, hacia el norte en busca de un pueblo chiquito al lado del mar, me había despedido de mi trabajo, con el dinero que me dieron podría empezar de nuevo, y mientras el aire daba en mi cara podía escucharle:

“Hoy te voy a contar la existencia de una estrella, una estrella donde iremos esta noche, sólo con cerrar los ojos, podrás ver a la Sra. Bacells, al farero, al águila que no esperara para llevarnos a una laguna donde podrás respirar bajo el agua, al puerto de los piratas donde vara su barco rodeado de sirenas, y quizás sólo quizás llegues a conocer a Ribory el gnomo que cuida el corazón de la estrella.....”


y fin.

7 comentarios:

coral dijo...

Bonito final… has logrado emocionarme hasta tal punto de necesitar un pañuelo… me has recordado “la estrellita” mágico lugar donde los sueños se hacen realidad….besitos

Ahhh se me olvidaba!!!... mi sugerencia del final no iba muy desencaminada ;-)

Anónimo dijo...

Sí, es verdad, bonito final,lleno de un sentimiento que, aunque esté reflejado en un cuento tiene más de real que de ficción por eso seguramente a mas de uno/a que se sienta identificado le haga humecer los ojos,para algunos quizá sean lágrimas de tristeza, quizás para otros de alegría dibujando junto a estas una enorme sonrisa...

Anónimo dijo...

=´(
muy bonito,hay algo que me encanta, creo que es la esencia nostalgica, la busqueda de la verdadera felicidad, un beso
campos

Anónimo dijo...

Me alegro que os haya gustado sin vuestra complicidad no habria podido llegar y ahora mas....

besitos

Anónimo dijo...

Joooo..yo quería que copulasen...deseaba conocer las artes amatorias del cuentacuentos.Nos has dejado en un tris...

Anónimo dijo...

oyeeeeeee por que no nos cuentas la historia del cuenta cuentos?????, al menos ami me gustaria conocerla
campos...

Anónimo dijo...

Hola campos me parece una gran idea, y me pondre manos a la obra

un beso