viernes, abril 20, 2007

Un cuento a las 8 de la tarde

Las 8.
Las 8 de la tarde.
Las 8 de la tarde de un día cualquiera...
Entre semana.

Y estoy alli, a la cabecera de su cama. Como cada noche.

A las 8.
A las 8 de la tarde.
De un día cualquiera, entre semana.

Voy a contarte un cuento ¿vale? - le digo - Y él con sus ojitos de 8 años me mira y asiente.

"Erase una vez, en un castillo lejano....."

"No papi ese cuento no, hoy quiero que me cuentes un cuento donde los dragones no sean terribles animales que echan fuego por la boca, sino celosos guardianes de princesas asediadas por brujas. Donde los caballeros no tengan que rescatar a princesas dormidas en lejanas almenas, sino que sean las princesas las que salven a sus caballeros de armaduras oxidadas.
Cuentame un cuento donde los reyes no existan, sólo haya campesinos y gente feliz que va al bosque y juega a las cartas con trolls y gnomos. Cuentame un cuento donde los malos luchen con espadas de chocolate y al final se las coman junto a los buenos.
Cuentame un cuento donde la lluvia sean perlas del mar, y el cielo sea de un violaceo surcado por dos soles que no deslumbran, donde la hierba crezca sin fin, y haya enanos saltando de alegria, donde las sirenas puedan respirar fuera del agua, y donde la gente pueda nadar en aguas de cristal y sumergirse y cogerse a los delfines.
Cuentame un cuento donde las guerras se hagan con balas de azucar, donde cuando uno llegue al frente de batalla tenga que preguntar quien es el malo.
Cuentame un cuento donde la gente llore, llore a raudales como si fueran rios de lagrimas, pero no de tristeza sino de felicidad.
Cuentame un cuento donde mañana cuando tenga que ir al cole, este no sea un edificio con ventanas llenas de barrotes, ni tenga que dar clases de educación ciudadana, sino que la profesora nos lleve al bosque y alli sentados entre flores no enseñe lo que es vivir.
Cuentame un cuento donde la gente vaya a trabajar con una sonrisa en la cara, donde una semana sea empleado y otra semana sea jefe.
Cuentame un cuento donde cuando uno odie lo haga a besos y no a tortas.
Cuentame un cuento donde la gente vea que es gente.
Cuentame un cuento donde yo pueda volar con las hadas, y visitar lejanos planetas, sólo con cerrar los ojos.
Cuentame un cuento donde pueda llegar a tocar un arco iris.
Anda cuentame un cuento de esos que uno crea que no es cuento...."

Le miré sorprendido, cómo podia contarle un cuento asi..

"Y al final.." - le dije -" los protagonistas del cuento se casaron, fueron felices y comieron perdices hasta el final de sus dias..."

"No papi, no, no me mientas, y fueron felices hasta que les duró el amor, el tiempo que dura un amor".

Y aque dia, juro que eran las 8.
Las 8 de la tarde.
Las 8 de la tarde de un dia que no fué un día cualquiera.

Y fin.

3 comentarios:

இலை Bohemia இலை dijo...

Que promesa de crío, yo lo veo como un novelista, su imaginación y originalidad pinta bien...

Y dices que eran las 8???

Un beso

Anónimo dijo...

Ojalá...
Ojalá todos los cuentos que nos contaron de niños fueran tan hermosos como este.
Poco más puedo añadir... tanta sensibilidad hace que se entrecorten las palabras. Enmudecer y contemplar la belleza del silencio...

Un beso

Anónimo dijo...

Los niños nunca dejarán de sorprendernos...

Besos

Mariela