jueves, abril 19, 2007

Puntos de inflexión

Pfsssssssss..., las puertas del metro se cierran tras de mi. Apoyado contra el cristal siento el peso del tiempo empujar en mis hombros, como una carga inmovil que actua a la par de la gravedad.

Levanto la vista y no puedo evitar fijarme en una pareja, joven, comiendose a besos, él intenta acariciar su estomago bajo la pequeña camiseta que deja ver el piercing en su ombligo, ella nerviosa le sujeta la mano por si acaso en su viaje alcanzara cotas no deseadas, se separa un poco y le mira, con esos ojos que yo reconozco, la mirada del amor, el brillo. la dulzura y esa sonrisa tonta que aflora sin mas, por que cuando uno esta enamorado, sonrie así. sin mas, y ¡ que carajo ! qué importa por que sonries.

Cierro los ojos, y recuerdo aquella mirada y aquella sonrisa, pero viene a mi mente siempre el mismo recuerdo,el mismo día...

"...."No vengas, no me sigas, no me veas, sabes que te quiero pero asi es como quiero que sean las cosas, y espero que las comprendas."- Y se fué, ¡slam! sonó la puerta, para ser más exactos, se la llevaron, aunque ella hubiera querido salir sola, no la dejaron.

Yo cumplí sus deseos.

Aunque ella nunca supo que pasé los 4 dias, en el sofá de la sala de espera, aunque ella nunca supo que su enfermera me traía café, y una sonrisa, la sonrisa amarga de aquellas personas que nunca traen noticias buenas, como la del cuarto dia. A veces uno sabe esas cosas, no hacen falta palabras, ni presencia del doctor, simplemente estas ahí en la sala de espera y una suave brisa te lo dice todo, y te dices ¡que carajo!.

Así fué como ella se despidió, a su manera, como siempre había querido, y yo no iba a cambiarlo."

Les miro de nuevo, y siento envidia, en la vida de uno hay puntos de inflexión, como en la vida de todos, como en aquella chica que cuando cruzaba la carretera se dió cuenta que se habia dejado el móvil y se paró en seco, como su vida, un instante, un punto de inflexión. Como la de aquella pareja de viejecitos que mal vivian de su pensión y un día él llevo a su nieto para echar la primitiva y el nieto, con sus cinco años ¡ay como son los niños a los cinco años! se puso pesado para que el sexto número fuera el 8, y el abuelo que siempre habia jugado a la misma combinación desde que en aquella fábrica hubo reducción de empleo y se vió en la calle, aquella misma combinación, esa que ese dia y por culpa de su nieto el 23 fué sustituido por el 8, y cuando ya de noche, se sientan juntos y él pone el teletexo y ve que sus numeros estan alli en la pantalla con el 8 incluido... a eso yo le llamo punto de inflexión. No todos tienen por qué ser tan drásticos, hay puntos de inflexión en un mail escrito a destiempo, en un "lo siento", en un olvido de un cumpleaños... Tan seguros estamos de nuestras vidas que no nos damos cuentas de esos "puntos de inflexión"

Echo de menos aquellos tiempos, de comerse a besos, de miradas nerviosas, del roce de una piel, de reir hasta decir y ¡ que carajo ! qué importa por que sonrio...

Es hora de bajarme en esta parada, mañana será otro día y quien sabe quizás detrás de la esquina, este algún punto de inflexión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los zig-zags de la vida, ese camino que de repente se tuerce en otro sentido y se aleja de aquello que pensábamos. Al final, hay que dejarse llevar y mantenerse despierto, para no perderse la sorpresa de un requiebro que nos haga saborear nuevas sensaciones.

Besos lindo... bonita reflexión.