martes, noviembre 19, 2013

Domingo - Lunes

Camino por el trazado de arena y asfalto paralelo al estanque del retiro.
Es domingo en Madrid, un sol ajeno al mes de Noviembre navega sobre al azul del cielo.

Hace calor.

Hay parejas de chicos jovenes que se devoran con la mirada, familias que dejan que sus niños lejos del encierro de casa correteen en libertad, o se sientAn a ver los guiñoles, donde un muñeco de rojo persigue a otro que pide a la chiquillería que le avise cuando aparezca, y estos gritan hasta dejarse la voz.

Hay ancianos que lentamente disfrutan de un dia más que le regala la vida,  agarrados el uno al otro, y yo les miro, con esas miradas que están cargadas de envidia.
Hay quien corre esquivando a perros, niños, y no tan niños, otros con su bicicleta intentan no atropellar a este gentío que recorre los doscientos metros de este pequeño microcosmos.

En los laterales, gente de color despliega una manta blanca desteñida donde han clavado sus sueños y esperanzas de un mundo civilizado que no lo es, magos que esconden cartas en su manga, chica que hace girar un hula-hoop en su cintura, provocando con ello las miradas de unos que admiran el control del aro de plástico, otras que se deslizan por su cadera y su culo.

Pintores de caricaturas, vendedores de pendientes, chucherias, "dora la esploradora" pelea por un hueco con "mickey" que saluda a un pequeño con la intención de darle un globo y así sus padres suelten algun euro amarrado a sus bolsillos.

Una violinista ajusta las cuerdas junto a otra chica que toca el arpa, se sonrien mientras frente a ellas en una maleta se juntan las primeras monedas.

Yo paso entre la gente como un fantasma, podría atravesar sus cuerpos sin que llegasen a enterarse,  podría ponerme delante de ellos sin que llegaran a verme, podria, incluso caminar a su lado y seguiría sin existir.

Sobre mi mesa hay un papel, un rectángulo en blanco, una demanda de empleo que cada lunes desnuda mi alma, destroza mis sueños.

1 comentario:

Arita dijo...

Que sea un lujo oir sonar el despertador el lunes para poder ir a "trabajar", es tormentoso sabiendo que hay mucha gente que no puede tener ese "derecho".

Lo expléndido de una mañana de domingo soleada en el madrileño parque del retiro disfrutando del ambiente que tan bien describes, se oscurece con la realidad que lo acompaña.

Que no se acabe el ingenio y la fuerza para encontrar nuevas ilusiones, que consigan dar un giro a todo lo que haga falta.

Suerte y a por ello!