sábado, noviembre 17, 2007

el sultan

Cuentan que hubo una vez un sultan atípico, vivía en el recinto de palacio, pero sin embargo le gustaba estar en una parte del edificio donde las estancias eras pequeñas, decoradas a su gusto, algo que él llamaba su horgar.

Decian que era apuesto, y se rumoreaba que tenía un haren con las doncellas mas bellas del lugar. Más nunca se le vió con ellas, ni siquiera en la fiesta nacional del país, pudo verse a una de esas doncellas.

Y como en todo país exótico, hay leyendas, que uno puede creerse o no , y hoy voy a contaros una de ellas, la leyenda del sultan solitario.

Como os he dicho cuentan que era apuesto, y que tenía el más envidiado haren, pero sólo era algo que se contaba, pues nadie lo habia visto.
Pese a todo el sultan era una persona introvertida, que le gustaba pasear por los jardines de palacio, y por las noches asomarse a su gran balcon y mirar las estrellas, se perdia en ellas imaginando otros mundos muy diferentes al suyo.

La corte estaba preocupada pues pensaban que alguna extraña enfermedad se había adueñado del sultan, triste y melancolico recorria los pasillos de palacio.
Vinieron médicos desde las cuatro esquinas del país y ninguno daba con la enfermedad
hasta que un día una anciana cocinera, pronunció las palabras fatídicas - "el sultan tiene mal de amores"-. Los médicos la increparon, mal de amores, mal de amores, pero si tiene el haren mas bello del reino. De pronto apareció el sultan y contestó a los médicos:

- "No hay haren, si, podrian ser las mujeres mas bellas del reino, pero no sentia nada por ellas, les di la libertad de irse, dinero y así hicieron. No preocuparos, mi enfermedad no es tal. Y ahora volved a vuestros quehaceres, a vuestros pueblos donde os necesitan mas que aquí"

Los médicos regresaron, más el sultan seguía vagando.

Una tarde se le acercó la cocinera.

- Señor debería salir de palacio, dejar estas murallas, mezclarse con el pueblo, disfrutar de la vida, de sus tabernas, de sus charlas, quizas asi su penar sea menos.
- Pero no puedo salir, me reverenciaran, me invitaran, no se mostraran tal como son y al final todo será igual.
- Pero y si deja aquí su ropa se viste como si fuera uno de ellos...

Al sultan se le iluminaron los ojos, y aquella noche salió de palacio.
Recorrió calles y plazuelas, vio gente pasar a su lado sin decirle nada sin reverenciarle, como si fuera un habitante mas y esa sensación le gustó.

Entró en una taberna, el bullicio y la algarabía le inundó y por fin, después de mucho tiempo sonrió.
Se sentó en una mesa lejana, quería pasar lo mas desapercibido posible, y observar, era su primer día y solo quería ser un mero espectador. En esto se acerca una chica y le pregunta que desea tomar, el sultan levanta la vista y se encuentra ante él, los ojos mas negros y hermosos que había visto en su vida, su pelo negro como la noche cae sobre sus hombros y cuando con una sonrisa le repite "que deseas tomar" el sultan solo suspira.

Volvió a palacio y corrió directamente a las habitaciones de la servidumbre, allí todos se alertaron, menos la anciana cocinera.

- No pude reprimirme, tenia que venir a decirselo, es cierto, es increible el mundo que hay ahí afuera, ahora me siento nuevo, otra persona, deseando que llegue mañana, pídeme lo que quieras y te será concedido.
- No tiene que darme nada, sólo le dije lo que de hecho hacemos muchos... vivir.

Y llegaron mas noches, el sultan paseaba y terminaba en la taberna donde poco a poco fué haciendose amigo de la chica.
Por palacio ya no era una sombra, sonreia sin motivo, paseaba entre la servidumbre charlaba con ellos, incluso se permitia el lujo de gastarles alguna broma.

Simplemente era feliz, y era feliz por que sin el saberlo se estaba enamorando.

Una mañana la anciana cocinera encontró al sultan por el jardín.

- ¿Se acuerda que le dije que tenia mal de amores y que debia salir del palacio?
- Si como no, gracias a eso soy otro.
- Pues ahora he de decirle que padece otra enfermedad.
- pero si me encuentro sanísimo, estoy mejor que nunca.
- es una enfermedad que llamamos amor, se está enamorando y es dulce y maravilloso, pero como las rosas, tiene espinas y puede sufrir mucho más de lo que estaba antes de salir de palacio.
- Imposible, no se puede sufrir sintiendo como me siento
- Lo sé, ahora está envuelto en una nebulosa, siente por cada poro de su piel, pero ¿lo sabe ella?
- ¿Ella?
- Si claro, esta asi por ella, no lo dude

Y el sultan se paró a pensar, y lo primero que vió fueron sus ojos, y su pelo negro como la noche, y esa sonrisa que era capaz de desnudarle. Y entonces se dió cuenta que estaba enamorado, que sus deseos de salir de palacio eran por verla, que aquello que sentía en el estomago ese vacio, era por ella.

- ¿Y entonces que debo hacer?
- Dificil pregunta, mi señor, primero deberá saber si ella le corresponde, deberá intentar quedar con ella, verla a solas... y ver si ella siente igual
- Eso no parece tan dificil.
- Si, pero tendrá que decirle la verdad no podrá ocultarle que es el sultan.

En eso no había pensado y se quedó pensativo, ahora su nueva vida tenia el primer escollo, ya no todo era tan perfecto.

Aquella noche, fué mas pronto a la taberna de tal manera que cuando llegó estaba casi vacia. La chica de nuevo se le acercó, pero esta vez el sultan no pidió nada, la miro y le dijo:

- Quiero que salgamos a dar un paseo, me gustaria hablar contigo
- Pero señor ahora no puedo, estoy trabajando y...
- Espera un momento.

Al cabo de un rato, el sultan regreso de hablar con el tabernero.

- Todo arreglado.
- Pero... ¿cómo?
- Todo tiene su precio, y tu tiempo tambien.
- Y de donde si no parece que tengais mucho
- el suficiente para poder disfrutar de un paseo a tu lado.

Y pasearon, él no podia dejar de mirarla, no era tan bella como aquellas chicas que le habian presentado para el haren, pero nunca en su vida se había sentido tan bien y tan feliz al lado de alguien. Ella le sonreia, y de vez en cuando le miraba de reojo, realmente era apuesto, y le parecía tan raro que se hubiera fijado en ella, que sólo de pensarlo sintió miedo.

Cuando volvieron a la taberna, el sultan la cogio de la mano, temblaban los dos.

- ¿Podré verte mañana? - le pregunto.
- Si, si asi lo deseas, pero recuerda que estoy trabajando, si vienes por la mañana, podré.
- Por las mañanas me es imposible, solo puedo a esta hora, vendre y veremos
- Veremos - dijo ella extrañada por el hecho de que no pudiera por la mañana.

El sultan volvió a palacio lleno de felicidad, no había rehusado a su petición, pero su alegría se empañó al recordar las palabras de la anciana.. "deberas decirle quien eres..."
Mientras en la otra esquina del pueblo, la chica pensaba en él, en el calor de sus manos, en sus palabras, pero había algo dentro de ella que le ponia nerviosa, ¿por que yo? ¿por que se ha fijado en mi? seguro que podria tener a quien quisiera, quizas por eso no puede venir a verme por las mañanas, habra otras, yo sólo seré un juego más... pero parece tan sincero.

Los paseos se hicieron mas frecuentes, y mas largos, ella no entendía de donde sacaba el dinero para que no tuviera que volver a trabajar ni tampoco que no pudiera verla en las mañanas, pero se sentía tan feliz a su lado. Y esa felicidad era un muro contra sus temores.

El sultan volvió a hablar con la anciana cocinera.

- Tus palabras siempre han sido sabias, pero ahora dime anciana, como puedo decirle que soy el sultan, y que deseo que venga a palacio, que deseo casarme con ella.
- Vamos despacio, señor, primero debe decir que es el sultan sin mas demora, cuanto mas tiempo pase mas podra sentirse ella engañada y entonces es cuando...
- Cuando, ¿cuando que?
- Cuando puede sentir las espinas del amor
- Sigo sin creer que el amor pueda tener espinas, es imposible.
- Ojala... no se le claven nunca.

Aquella noche el sultan fué decidido a decirle quien era.
Y durante el paseo, le pidió que se sentase.

- Tengo que decirte algo.

Ella tembló ligeramente, sus miedos arremetian contra el muro de lo que sentia por el.

- Soy el sultan, te lo he ocultado por que me era imposible venir aqui si todo el mundo supiera quien soy, no podria haberme mostrado ante ti tal cual soy.

Y ella lo miró detenidamente, si, lo amaba pero no entendia que ahora intentase engatusarla con esa mentira.

- Es una broma de las tuyas no? No puedes ser el sultan. Él estara en su palacio disfrutando de sus posesiones, de su riqueza, de su haren, cómo el sultan iba a fijarse en alguien como yo...
- Por que tú eres todo lo que siempre he buscado, por que eres bella, aunque no lo creas, por que me has hecho sentir cosas que ni siquiera en mis mas dulces sueños he imaginado, sencillamente por que soy si tu estas conmigo.
- Mira no me gustan estas bromas, mejor déjame si es lo que pretendes decirme, te cansaste de mi, y quieres engañarme, no sé por que lo haces, no lo se, pero quiero irme.

Y salió corriendo hacia la taberna, con lágrimas en los ojos.
El sultan sintió la primera espina atravesandole el corazón.

Cuando volvió a palacio lo tenia decidido, iría a la noche siguiente a la taberna como el sultan.
Y así sucedió, el pueblo entero se albortó cuando aquella noche el sultan y su guardia personal cruzó el pueblo hacia la taberna, la gente se arremolinaba y le seguian con curiosidad.
Cuando entró en la taberna el caos fué tremendo, el tabernero salió corriendo a recibirle, grito a la chica que trajera el mejor vino, desalojo a los que ocupaban la mejor mesa, pero el sultan se negó a sentarse, dijo a su guardia que saliese, y se sentó en la mesa de siempre.
Cuando la chica llegó con el mejor vino, no se atrevió a mirarle a la cara, pero él la cogio de la mano, levantó su cara, y se miraron.

Ella miró sus ojos, y de inmediato lo reconoció, era él, no le habia mentido.

- ¿Me crees ahora?
- Si te creo.
- Vendrás a palacio, quiero seas mi mujer.

Palideció, por un momento sintió que el suelo se movia bajo sus pies y sólo pudo decirle.

- No puedo contestarte a eso, necesito tiempo.

Y se marchó corriendo.
El sultan se quedó quieto en silencio, sin entender nada, habia sido sincero y sin embargo ella lo habia vuelto a dejar.
Mientras la segunda espina atravesaba su corazón.

Volvió unos dias después, cuando aun el dolor seguía instalado en su corazón, preguntó al tabernero por la chica, este le dijo que se habia ido, y que sólo había dejado una nota para él.

"Mi señor, mi sultan, no puedo quedarme no puedo casarme, somos tan diferentes su vida es tan diferente a la mia que quizas nunca podria llenarle, quien sabe que tiene su vida tras las paredes de palacio, su haren, no seré yo una mas? No puedo quedarme, no me busque... aún asi los dias que no era el sultan, que eras tú, te quise."

El sultan creyó que se volvia loco, mando tropas en su busca, emisarios a todas las ciudades, las noches las pasaba en vela paseando arriba y abajo. Mas cuando volvian las tropas diciendo que no habia rastro de ella ,el pobre sultan enloquecia de dolor.

Una noche la anciana se le acerco.

- Siento todo su dolor mi sultan, quizás la culpable soy yo, que le incitó a salir de palacio pero recuerde que le hablé del dolor del amor...
- Si, y yo no te creí, y ahora este dolor anida en mi corazón y no hay medicina que me lo alivie.
- No señor, quizas el tiempo y ni aún así se puede decir que eso lo llegue a curar del todo.

................. final 1
el tiempo pasó, y el sultan siguió reinando, pero en todos sus actos habia un aire de tristeza y nostalgia, cogió la costumbre de pasear por las calles de la ciudad, la gente se le acercaba ya no habia ese miedo al sultan lejano del palacio, un dia en el mercado, caminando se cruzó con una mirada, por un instante esa mirada le atravesó y esos ojos se pararon, solo un instante, tan breve y leve que solo pudo oir, "lo que tuvo que ser, fué".
Cuando se dió la vuelta aquellos ojos de aquella chica habian desparecido entre la muchedumbre.
Y el sultan vivió por muchos años más, dicen que hubo dias que sonreia y se le veia feliz paseando por los alrededores de la taberna, otros dicen que le vieron llorar en noches estrelladas, otros hablaban de su magnifico haren, si, ese que solo era imaginario...

........................................................... final 2

El sultan lloraba de dolor por las noches, los médicos no sabia que hacer con él, hasta que un día, reunió al consejo y delego el reino en ellos.
No podia vivir en palacio no podia gobernar solo quería intentar encontrarla.

Lo dejó todo se enrolo en un pesquero como uno mas y recorrió la costa de su pais.
Pasado el tiempo, arribaron en un pequeño pueblo costero, aquella noche se acercó a la taberna , se sentó en una mesa alejada a vivir de sus recuerdos, cuando se acerco la chica de la taberna, él al oir su voz levantó la vista y vió aquellos ojos negros, aquella melena negra como la noche y la misma sonrisa.

desde aquel dia no volvió a salir del pueblo.

Cuentan que el sultan se caso con una tabernera, que vivió como un mas, en aquel pueblo y que fue feliz como nunca antes lo había sido.


FIN.

22 comentarios:

tumejoramig@ dijo...

Muy bello Nico, es un cuento hermoso. Y los dos finales son estupendos, en uno porque aprendió a vivir con los trocitos de felicidad que a veces le entregaban los recuerdos, el segundo porque no se rindió, y finalmente encontró la vida plena que tanto deseaba.
Son cuentos para vivirlos.
Un beso enorme

Miss.Burton dijo...

Por dios, final 2, ya¡¡¡¡ Se rueda...
Qué cuento mas bonito... encontrar el amor, eso es lo que es bonito, y que grandioso parece, cuando hay mas obstáculos que líneas rectas... los retos... las diferencias.... aquellas espinas.... Me ha encantado, aunque tengo que decirte que siempre logras arrancarme una lágrima ó unas cuantas... hay cómo una tristeza pausada en todas tus palabras. Nicolás, es una órden, sal de palacio ya¡
BSAZOSSSSSSSSSSSS

Sara dijo...

Siempre pensé que los cuentos eran eso, cuentos y que al final eran felices y comían perdices!!!, pero e aquí que salvando las diferencias y los ropajes de un sultán esto tiene muchos visos con la realidad. Encerrado en un caparazón protector, nadie te hace daño, pero tampoco nadie te hace vibrar con las alegría, con las penas, con la vida. Y cuando sales a disfrutar de lo que está ahí y encuentras los ojos que te hacen levantarte cada mañana bien y a veces aún sin saber por qué, los miedos, las diferencias nos separan, y nos olvidamos que eso son sólo parte de nuestros ropajes, lo importante no está ahí, está en esa sonrisa, esas manos esos ojos que nos hacen vivir.
por lo que, para seguir creyendo en los cuentos y en la vida, quiero el final 2.
Besos para ti , sultán

Unknown dijo...

Si, si....el final dos, rotundamente. Los finales amorosos, después de tanto empeño, deben ser felices.
Te envió un abrazo, Nicolás, desde Mar del Tuyú, que tú ya conoces.
Roberto

Nataly dijo...

Precioso cuento, como nos tienes acostumbrados.
Qué dif´cil es expresar lo que sientes hacia otra persona con palabras y es así porque tenemos siempre miedo a ser rechazados.
Tu cuento de hoy me ha ido como anillo al dedo, me ha hecho pensar y quizá haga algo que llevo un par de noches pensando, quizá hoy le diga que hace tiempo que no encontraba una persona como él, quizá hoy le diga que me encanta su sonrisa, que me encantan sus ojos azules, que me encantaría conocerlo mucho más. No sé si tendré la suficiente valentía...

hera dijo...

Al principio ecuerda mucho a "principe y medigo" y luego armas una hermosa historia sobre lo que "tenía que s er y ya fué"..¡dos finales?..crees que de pende eso la feliciad del sultán...
un saludo

Churra dijo...

Como es un cuento quiero que acabe bien con y fueron felices y comieron perdices .(esa es la magia de los cuentos )
Besos

Be dijo...

Amarga y espinosa historia si sucede el primer final.
Preciosa historia si sucediese el segundo final.
Duro el primer final, pero necesario para conseguir un segundo final verdadero.

Besitos para tí Nico, me encantan tus historias, y ésta en concreto me ha hecho recordar a mi primer post, cuando abrí el blog.
Y, sonrisas también para tí, para pintar tu cara. (Esa ha estado bien...)

LuzdeLuna dijo...

Qué historia tan bonita Nico... me quedo con el final 2... y es que yo soy d elas que piensa que el dinero no da la felicidad, aunque a veces nos facilité cosas que si nos hacen felices.

Besito dulce............Luzdeluna

Agata dijo...

Tú ya sabes con qué final me quedo¿Y tú,con cuál?

NEBET-HET dijo...

Lindisimo nene!! y los dos finales una fantastica idea, ojala en la vida real tambien nos los dieran. . .

Siempre consigues transportarnos a sitios deliciosos,por muy oscuros que sean nuestros dias tu nos das algo de luz.

Besos dulces como tu.

Nicolás dijo...

Agata, ya que me preguntas tú por que final elegiria...

está claro no? elegiria el 2, debo ser de los ultimos romanticos, pero yo dejaria todo por amor...

solo q la vida es la que nos lleva, y ahora me lleva en el primer final

besos

Agata dijo...

No,no me vale esa respuesta.Es ambigua.Si eliges la dos,es que esa es la que te hace feliz.Lo otro es como te encuentras ahora...Pero eso no es lo que siempre vas a sentir.No.Menos si me dices que eres un romántico...

Nicolás dijo...

Ok, acepto la critica y te digo:

Si yo fuera el sultan, dejaria el palacio al dia siguiente y recorreria el pais de arriba abajo buscandola, no pararia nunca aunque me fuera la vida en ello, hasta encontrarla y una vez que la encontrase, si hay posibilidades y me quiere viviriamos juntos felices aprendiendo de las diferencias el uno del otro, no para ser uno sino para ser dos, por que uno se enamora de lo que nos une pero amarse es enamorarse de las diferencias...

quizas sea un iluso y un soñador pero mi vida no la concibo de otra manera y por eso me duele ....

Recomenzar dijo...

Simplemente aplausos

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho, sobre todo el final dos, quién no se arriesga a perseguír sus sueños, no los consigue nunca..
bessos

Agata dijo...

No sé qué ha pasado con el último comentario que te he mandado,o eso creía,que te lo había mandado.
Sólo decirte que me gusta tu manera de pensar,lo que harías si fueras el sultán.Amar duele,y eso lo sabes.Nos duele a todos los que amamos.De lo contrario,no seríamos personas con sentimientos.O,simplemente,no estaríamos amando.Anda,prométeme que hoy vas a sonreir un minuto más que ayer y menos que mañana.Eso me han dicho que es genial para cualquier tipo de dolor...Besos,guapo.
Ah,me ha gustado el cuento.Me gusta como escribes.

Nicolás dijo...

tumejoramig@. Gracias, si q lo son a veces como la vida misma, unas veces nos toca vivir el final 1 otras el 2. besos

Deliriumstremends. Si es cierto no se por que pero siempre queda un poso de tristeza, pero tambien se reir y disfrutar de la vida... son epocas... besos

Sara. Que lindo, es cierto que cuando hay ese alguien es como si pintaran la vida de otro color, pero no debemos olvidar q nosotros tenemos q tener una brocha para pintarla tambien. Besos.

esmoris lara. El mar de Tuyú?? ayss mi meoria de pez, anda recuerdamelo..... un abrazo

Natalia. Animo natalia volar a veces es caer pero siempre es saber que lo has intentado. suerte y mmuchos besos.

Hera. Depende del sultan... ojala pero no siempre suele depender de la otra persona .. ayss...
Besos

Churra. Y asi acaba, como tu lo sueñes Mas besos


Be. Que asi sea pintemosnos de sonrisas y vayamos a por el 2 final... si nos dejan.

Luzdeluna. Claro q no el dinero ayudara pero la felicidad solo la da el ver a la persona amada feliz. Besitos de luna


Agata. Ya sabes el final 2 sin discusion Besos

Bebet-Het. La vida solo da loq ue tu quieras de ella y estes dispuesto a luchar poe ello, por eso la felicidad es de los que salen a buscarla no de los que esperan., sal y encuentrala por que la mereces mas que nadie. Besos.

Nicolás dijo...

Mi despertar. Uys me sacas los colores, no merezco esos aplausos. Pero gracias y besos

Yaves. Asi es la vida es para quien sale a vivierla... besos.


Gracias a todos :)

Sara dijo...

Te parece normal salir del castillo, y montar un harén fuera...?

Gaby Gaby dijo...

A ver, prefiero el final 1, porque aveces asi es como es el amor... no siempre tiene un final feliz...
Eso debemos aceptarlo y seguir nuestras vidas con los pedazos que nos quedan...hasta que nos damos cuenta que somos felices de nuevo!!!!

Anónimo dijo...

Es demasiado recurrente para no ser una vivencia personal la pérdida del amor por la inseguridad y el miedo de ella. Si es verdad que te volvió a ofrecer navegar por su mar, ¿que contestaste? ¿te atreviste a afrontar su inseguridad?

Besicos.