lunes, diciembre 23, 2013

NOCHEBUENA


23 de Diciembre.

En una casa pequeña del centro de  Madrid, dos hermanas están sentadas a la mesa, las arrugas y su pelo gris marcan el largo camino de su vida.
Sobre una pequeña hoja escriben el menú para la cena de Nochebuena.

- ¿ Invitaremos a un indigente, no? - le pregunta una a la otra.
- Si, como todos los años, si quieres este año lo elijo yo - le contesta dulcemente.

Su hermana asiente, mientras le indica: "si tu lo elijes, yo preparo la cena".
Sonríen mientras lo piensan.

Todo está dispuesta, tres cubiertos, en una mesa de madera vestida con el mejor mantel que tienen.
El mendigo mira incrédulo a sus anfitrionas, mientras ellas terminan de decorar la mesa.

Aún no se cree la suerte que tiene, dos ancianitas que le invitan a cenar al abrigo de una  noche fría y lluviosa. Sus ojos recorren el enorme salón de esa vieja casa, sobre un arcón hay una bandeja de plata con un juego de té.

Brilla, como los ojos del indigente al pensar cuanto le podrían dar por ella.

- "Puedes cenar lo que quieras, y si lo decides, te hemos preparado una habitación, para que puedas dormir caliente"

El mendigo sonrie enseñando los huecos que ha dejado una dentadura perdida ya hace tiempo.

En la cocina una de las hermanas sirve un consomé caliente, la otra mira desde atrás y le pregunta: "¿Ya está listo el consome? recuerda que debes poner la cantidad justa, acuerdate lo que nos pasó el año pasado..." La otra la mira molesta, y le señala el plato que debe poner al invitado.

Ha sido una cena perfecta, cansados todos se retiran a sus habitaciones. El mendigo se pone un pijama antiguo que le han prestado, escucha como las hermanas apagan la luz, él permance despierto aunque siente que el sueño se va apoderando de su cuerpo.

Va a la cocina, abre un cajón y acaricia con su mano el mango de un cuchillo, sus dedos se cierran e intenta aguantar el peso del mismo , sin embargo el cansancio le vence, "puede esperar, estoy muy cansado, mi estómago no está acostumbrado a tanta cena, mejor será que duerma un poco, ya tendré tiempo para..."

A la mañana siguiente las hermanitas abren la puerta de la habitación, el mendigo está tumbado en la cama, parece dormido.

- Bueno, una Nochebuena  más, seguro que estará mejor en el cielo que en la calle.
- Seguro - le contesta -  ahora vendrá nuestro sobrino, dejémos que él se encargue.
- A ver si este año no se enfanda tanto como el pasado, ¿desayunamos, hermana?
- Si, un vasito de leche caliente me vendrá genial - le contesta cerrando la puerta de la habitación.

2 comentarios:

Masakoy dijo...

¿Has visto Arsénico por compasión?
Feliz navidad, mendiguillo

Nicolás dijo...

Claro jajajaja en que te crees que está basado la historia? jajaja

feliz noche y año mago marrón