lunes, marzo 25, 2024

Una historia

Hola, bueno.. si hay alguien por ahí, espero que sí.
Tengo una historia que contaros, quizás ni os interese, pero es mi historia y ya que habéis llegado hasta aquí, podéis seguir leyendo.

Hace tiempo, por los avatares de la vida, y como dice la canción: "Fue sin querer .Es caprichoso el azar. No te busqué. Ni me viniste a buscar.  Tú estabas donde no tenías que estar. Y yo pasé,  pasé sin querer pasar..."  Le conocí,  lo cierto es que fue ver aquella imagen, su mirada y su sonrisa y supe que tenía algo especial,  ese sentimiento que debe tener el patrón de un barco cuando después de una larga faena de pesca divisa el puerto, sabe que allí está su hogar, que ha llegado.

Quizás os debería poner en antecedentes, soy una persona  de mente abierta, no os confundáis, que sea liberal no significa que sea libertina, mis relaciones han sido largas de años, y bueno... también ha habido algún encuentro esporádico, pero siempre porque esa persona me ha atraído tanto físicamente como ha sabido seducir mi mente.
Me muevo más por instintos, y cuando miro a los ojos de una persona, de un chico, puedo llegar a sentir si tiene ese algo especial que merece la pena conocer.

Y aquel chico, lo tenía, ¡por Dios! que si lo tenía, solo quedaba comprobar que todo aquello era real y no solo una imagen en una pantalla.

Para mi sorpresa, me contestó a mi "match", y entablamos unas conversaciones que si bien al principio fueron las habituales, pronto se tornaron en algo intimo, y no me refiero a tema sexual, me sentía tan cómoda hablando con él que me sorprendí a mi misma cuando empecé a contarle cosas de mi pasado, mi familia, las cargas de esa mochila que todos llevamos dentro.
Alguna vez pensé que aquello podría "asustarle" pero al contrario él se abrió como un libro donde yo podía leer entre sus palabras y sus silencios.

"By the way" , hoy hace un año de aquel "... es una clave oculta..." , bueno continuo que me pierdo.

Hasta que pocos días después me propuso quedar, un paseo y una terraza, un café sin más pretensiones, lo mejor que puedo decir de una cita, es que el tiempo pasó volando y me quedé con ganas de repetir, ganas de volver a verle, y también un miedo que se colgó de mi estómago a sentir algo que quizás no pasara y yo ya tenia el corazón cosido y recosido, para que me lo volvieran a romper.

Siguieron nuestras conversaciones, salteadas con alguna llamada de teléfono, hacía mucho, mucho tiempo que no sentía que había alguien ahí, que se preocupaba por mi, que me preguntaba como estaba, que me deseaba "felices sueños" y "felices despertares" que no me buscaba para meterme en su cama, sino que estaba a mi lado, esperándome...

Pero no todo es oro lo que reluce, como dice el refrán, había algo,  su voz, sus conversaciones, le sentía a gusto y sin embargo faltaba una muestra de que sentía algo, no se si me explico, si vosotros habéis chateado alguna vez, sabréis  lo que significa que cierren una conversación con el emoticono de un beso, o simplemente que te digan "besitos" , y no los había, si hubo un "tengo muchas ganas de verte" o un "cuando vengas a mi casa" y yo me quedaba colgada a ello como lo hace de un cuadro en la pared, pero la alcayata no era firme y tenía la sensación de que en cualquier momento ese cuadro que era yo, podría caerse haciéndose añicos contra el suelo.

No os he dicho que además de su trabajo, que no viene al caso, era monologuista, y  una tarde que actuaba me presenté en el bar, no sabía nada,  cuando acabó la actuación me acerqué y vi su mirada de sorpresa,  "no sabía que vendrías y hemos quedado todos en una reserva...", "no importa" - le contesté, y la verdad es que no me importó, solo quería verle.
Aquella noche antes de acostarme... "verte allí, sentada, que vinieras... no hace falta decir más...",  y no hacía falta más, era otra alcayata más con la que sostener el cuadro.

La siguiente vez que lo vi, me invitó a acompañarle a una exposición, y os puedo decir que fue uno de los días más bonitos que he tenido en años, de esos que guardas en una cajita para sacarlo de vez en cuando y recordarlo. Él se perdía entre las salas y yo le seguí hasta que aparecía en alguna esquina con su sonrisa y esa mirada, una mirada que me desnudaba, que recorría mi piel hasta erizarla que como una mano agarraba mi corazón para que palpitara más y más deprisa.

Ya sé, ya sé, que alguno o alguna estará preguntándose pero hubo algo más, un beso, más... y no, no lo hubo, y no era por que yo no quisiera pero por más que me acercaba a él, yo esperaba una señal,  siempre he tenido miedo al rechazo, a un ".. ¿pero que haces?" y respeto el espacio, aunque me muriera de ganas por saber a que sabían sus besos, a sentir su abrazo, su cuerpo pegado al mío.

Una noche, me llamó, quería hablar, desahogarse un  poco, con todo lo que tenía encima, y la conversación nos llevó a nosotros, y rompiendo mi barrera le dije que necesitaba saber que representaba yo en su vida, no era presionarle, pero necesitaba saber si aquello que estaba empezando se iba a quedar en el camino... él me dijo que no lo sabía, que tenia sus miedos, y me contó sus experiencias con relaciones pasadas, nunca pude imaginar que hubiera personas que digan que son tu pareja y te traten mas como a un conocido que como a alguien que amas, quizás de ahí venía su miedo, pero solo es un quizás... 

Pasaron los días, seguíamos hablando, descubriéndonos un poco más, hasta que me invitó, a su siguiente actuación, " esta vez no vendrás sin que lo sepa, además luego nos quedamos a tomar algo",  y así fue, lo vi allí en el escenario, y de verdad os digo que me sentía orgullosa de él, de verlo como disfrutaba, como vivía aquello con tal pasión...
Luego nos fuimos a tomar algo todos, algunos amigos suyos, con algún familiar también, y fue una situación extraña, porque esa noche lo sentí lejos, ajeno a mí, intenté pensar que sus amigos y su familia, pero me fui a casa con esa sensación ambigua, feliz y triste a la vez.

Todo seguía igual, las alcayatas sostenían el cuadro, pero no había nuevas sujeciones,  y yo como una tonta seguía colgada.

Así que me decidí a dar un paso adelante, prepare una tarde noche para los dos, reservé una mesa en un local precioso e intimo para la cena, y para la tarde compré dos entradas de teatro.

Me recogió en su coche, y cuando le vi, ¡Ay! cuando le vi, estaba guapísimo, me dijo "no suelo salir así ya lo sabes, no estoy acostumbrado,  y tú... tú estas bellísima".
Vimos la obra de teatro, yo le miraba de reojo y veía como disfrutaba,  salimos y sin saber donde íbamos, por que no le dije cual era el restaurante, caminamos juntos.
La cena fue.. que os voy a decir, si se pudiera grabar, la estaría viendo una y otra vez, y aunque fue maravillosa, al llegar los postres me miró y me dijo "soy idiota pero no siento ese  punto... soy un idiota..." y creedme si os digo que vi una lagrima caer de sus ojos, yo me recompuse como pude, me acerqué más a él, "uno siente o no siente..."  le dije, y entonces me abrazó, rodeo con su brazo mi cuello y acarició mi pelo, yo no podía dar crédito, me acababa de rechazar y estábamos abrazados como dos amantes, juro que si yo viera a una pareja así, sentiría envidia por que parecerían que se aman de verdad.

Perdí la noción del tiempo, mi cabeza daba vueltas con todo aquello, hasta que llegó el camarero diciéndonos que iban a cerrar.

Salimos y el aire frio de la noche me abofeteo devolviéndome a la realidad, le miré y le dije, "no te importa que te coja de la mano" y él y su mirada... me tomó la mano hasta el coche, quizás debería haberme ido en ese instante, pero no supe o no pude, y aquel viaje, en su coche, la música... y cogió mi mano, ¡¡conducía solo con la mano izquierda!! yo, literalmente flipaba,  y aún así desee que aquel viaje no terminara nunca.

Tras aquello, le dije que necesitaba un tiempo para recolocarme, y dejé de hablarle y escribirle unos días, él se iba a la costa de vacaciones, y volví a escribirle para desearle buen viaje.
Aquello no le sentó nada bien,  ¡cómo podía haber hecho eso! Cuando él , podría haber llegado a más..

Vale, vale no lo habéis entendido, ¿no?, yo tampoco.

Me mandó muchas fotos de su viaje, y yo siempre que recibía alguna ponía "Pictures of you" la canción de The Cure.

Y volvió, volvimos a chatear, aunque ya no era igual, y entonces él fue distanciando los chats,  contestaba días después, y sin embargo ponía un like a todo lo que yo subía a instagram.

Lo sé, me diréis, y porqué no lo bloqueaste, sencillamente por que aunque el cuadro se había caído, yo seguía en el cuadro.

Hace unas semanas, unos amigos me invitaron a salir, la verdad es que no me apetecía nada,  y el destino a veces juega contigo, terminamos en un bar, donde... él actuaba, le vi, estaba igual a como yo recordaba, y él me vio.
Y mientras actuaba le sorprendí mirándome, esa mirada, la misma de la exposición, esa que es un fino hilo donde un funambulista lo recorre de inicio a fin, y al llegar me desnuda, me abraza, me eriza, la piel, y como si fuera una mano me coge el corazón para que este palpite más y mas acelerado.

Se sentó en nuestra mesa, y estuvimos hablando, como lo hacíamos al principio, con la intimidad que hubo en algún momento,  al terminar se ofreció a llevarme a casa, como si nunca nada hubiera pasado. Me dejó en el portal,  "a ver si nos vemos", le dije,  me miró y se marchó.

Nos volvimos a escribir por el chat, aunque él obviara mis "me ha gustado verte nuevo" y... volvió a desaparecer, como lo hace un azucarillo en el café.

Y esta es mi historia, ya se que os puede importar "un carajo",  pero me gusta escribir, y a veces escribir es como rebobinar una antigua cinta de VHS y volver a vivirlo.

Sed felices, aprovechad todo el tiempo y por favor no tengáis miedo, el miedo mata, el miedo no te deja vivir.








No hay comentarios: