lunes, julio 13, 2015

Algo en la noche

Sentado sobre una mesa desconocida con un hule y un mantel antiguo, su vista se perdía en otra mesa mas conocida, de madera envejecida, con olor a fracaso y esperanzas.

Le encantaba vestirla de blanco e iluminarla con unas pequeñas velas mientras  Teddy Pendergrass llenaba la pequeña habitación con su voz suave.

Eran momentos de increíble felicidad, vertía el Lambrusco en aquellas copas cristalinas, bebía un sorbo y a veces parecía que bebía la vida o era la vida la que le bebía el alma.

Ahora aquello queda lejano, tan lejano que parece a veces que nunca existió, que son simplemente invenciones de su mente, juegos macabros con el único fin de reírse.

Ahora todo aquello queda tan lejano, que quizás nunca existió.

Hay unas  botas cansadas al borde de la cama, hay cristales de sueños rotos envueltos en sábanas vacías, hay promesas que uno se hace que solo cuelgan del techo como recordatorio de lo que nunca se cumplió.


Hay unas huellas de zapatos diferentes que salen de tu puerta y que nunca más regresaran, zapatos que ahora bailan otras canciones, sin duda más alegres, mientras tú recoges los manteles blancos, dejas caer el vino por el fregadero, y Teddy Pendergrass apaga su voz.


Vuelves a tu mesa desconocida, cubierta de hule lleno de moho, que se tapa con un mantel azul desgastado.

Cierra la puerta, deja que todos esos zapatos bailen, por que nacieron para bailar aunque no fueran tus canciones, y sal a la noche.

Hay algo en la noche, hay algo en la oscuridad.

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