sábado, marzo 28, 2015

Caracol

Tengo la extraña sensación de que cada vez me parezco mas a los caracoles. Y esto lo digo porque el otro día me quedé mirando fijamente a uno que subía por una hoja de lechuga como si fuera un ciclista en las rampas del Tourmalet.

Ya sé que alguno de los que estaréis leyendo esto, pensaréis, claro un caracol, arrastrado y cornudo. Bueno puede que también esa acepción pueda servirme. Algunas veces me he sentido arrastrado por la vida, y me he arrastrado por la vida también, en el amplio sentido de la palabra, en cuanto a cornudo no podría asegurarlo al 100% pero podríamos dejarlo al 99%  que alguna vez lo he sido, y para mi descargo sin saberlo... hasta el final.

Pero creo que mi parecido mas extremo con un caracol, va por otros derroteros, para empezar como dice la canción "caracol saca los cuernos al sol", yo no es que lo saque, pero cada vez necesito más del astro rey para sentirme vivo, para inyectarme algo de esa energía vital que me hace sentir que hay vida.

Y donde creo que me asemejo aún más es a ese acto reflejo del caracol, quién no ha tocado los ojos o el cuerpo a un caracol y este rápidamente se ha encogido y se ha metido en su caparazón, seguro que lo habéis hecho. Pues yo, me estoy dando cuenta que cada vez adopto más esta postura, que con un acto o con unas palabras, es como si me tocaran y entonces ¡zas! me encojo me meto en mi caparazón, como si este fuera una burbuja opaca que pudiera aislarme de todo y allí dentro nada llegara a alcanzarme. Me recluyo y permanezco a salvo de esos "toques". Luego, lentamente voy asomando, despacio, con precaución, hasta que vuelvo a asomarme por completo... hasta el siguiente toque.

¡Ay! caracol...

"Caracol, col, col
saca tus cuernos al sol
que tu padre y tu madre ya los sacó.

Caracol, col, col
en cada ramita
lleva una flor.
Que viva la baba,
de aquel caracol."

No hay comentarios: