sábado, junio 29, 2013

Castillos de arena

Recordaba cuando de pequeño en aquellos veranos que duraban poco más de dos meses de playa, construía castillos en la arena.

Castillos en la arena, con sus almenas y su foso que impediría a las olas estrellarse contra el muro llevandose el castillo.

De pequeños...

Cogías la pala y el cubo y los llenabas de arena con esa carita del que sabe que hará el mejor y más grande castillo del mundo, que ninguna ola por más grande que fuera podría llevárselo por delante. Y así pasabas la mañana en aquella playa con tu rastrillo haciendo el camino hacia la puerta elevadiza del ficticio castillo, con sus ramitas sobre las almenas y un bloque en el centro donde te imáginabas como caballero armado y andante en busca de princesas olvidadas, de dragones que lanzan fuego por la boca

Haciendo castillos en la arena hasta...

Hasta que corrías a bañarte y dejabas el castillo olvidado, olvidado hasta mañana, que harás uno mucho más grande y más fuerte.

Y el tiempo pasa, y aquellos castillos quedan enterrados en la misma arena con los que los construiste.

Ya sólo quedan los recuerdos de la princesa que quedó en la torre y fue rescatada, pero tú no fuiste ese caballero, que el mar oxidó tu armadura.


Un miedo incontenible, un miedo incontenible.

Habrá un rastrillo, habrá un cubo y otra pala, habrá una playa, aquella playa,  donde construir castillos, castillos de arena, vacios de ese miedo incontenible.

1 comentario:

Migue dijo...

Todos construimos castillos de arena en la playa.Finalmente el agua se los lleva.
Pero con seguridad, habrá nuevas playas para construir castillos nuevos,en los que podamos rescatar a la princesa antes que otros se la lleven.

Un abrazo Nicolás.