martes, septiembre 27, 2011

El hombre que tenía una imaginación desbordante y lo que hizo con ella



Decían de él que tenía una imaginación desbordante.
Él siempre lo dudó, tenía imaginación, sí, pero como todo el mundo.

Le gustaba imaginar que el asfalto se convertía en arena fina y blanca, donde podía ir descalzo.
Le encantaba imaginar que su almohada era la suave piel de su chica y cada mañana se despertaba acariciándola.
Le enamoraba imaginar cenas de manteles blancos velas y música de fondo, mientras en su copa de vino se reflejaba la sonrisa de unos ojos enamorados.

Pero cuando abría los ojos, cuando dejaba de imaginar, la vida real se le hacía cada vez más cuesta arriba.
El asfalto quemaba bajo sus pies, la almohada le provocaba dolor de cervicales, y sobre su mesa había un plato solamente para cenar.

Poco a poco la imaginación fue ganando terreno, mas minutos, mas tiempo al día en el que imaginaba un trabajo donde el ir no era un esfuerzo sino un placer,
unos compañeros que ademas eran amigos y que al terminar el día se hacía en el bar con unas cañas y unas risas.
Imaginaba que con sólo extender los brazos y saltar podría volar sobre los tejados de su Madrid, que las nubes son dulces de algodón, y el cielo azul un tapiz
con el que pintar el sol y las estrellas.

Pero abre los ojos y el trabajo es un sitio monótono y aburrido donde la gente va a su "bola" sin importar nada más, volar se quedó en eso en un sueño de niño, ahora
los pies están clavado al suelo ¡, el cielo de Madrid esta cubierto por una capa marrón de contaminación.

Tan duro era volver a la vida, que cada vez le costaba mas, volviéndose un extraño, una sombra que vagaba por las calles.

Hasta que ya no pudo más, un día se acercó a una clínica, ingresó y tras una operación, le extirparon la imaginación.

No volvió a ver mas nubes como algodón de azúcar, ni playas sobre el asfalto, no volvío a imaginar las curvas de una piel que eran su almohada, ni que si lo
intentara con todas sus fuerzas podría volar.

Dicen de él que tenía una imaginación desbordante... hasta que se operó, y que luego fue uno más entre tantos millones de seres que viven cada día.

3 comentarios:

Masakoy dijo...

Realmente no tenía una imaginación desbordante si no que le desbordaba su imaginación por eso tuvo que extirpársela.

Ains chavalote, que me voy a las tablas a imaginar contigo :P

Abraceteeeesss

Nicolás dijo...

Jajajaj masakoy no estaría nada mal que estuvieras por aquí, seguro que se animaba un poco esto :)

...solo una mujer. dijo...

No era una imaginación desbordante, sino anhelante de una vida diferente. Volver a la realidad no es evitable.. dejar de imaginar, sí. Pero qué nos queda entonces?? Días grises de lluvia fina sin paraguas?
Ojalá pudiéramos vivir una temporada en esa nube...