martes, febrero 02, 2010

La frase

Llegué a aquel pueblo, de casa blancas y acantilados que invitan a volar.
Su playa, larga como un camino que lleva a ninguna parte.
Y sus gentes amables, abiertas, deseosas de que algo nuevo rompa la monotonía de sus vidas.

Buscaba eso, de alguna manera perderme entre el azul del mar y el verde de sus campiñas, aligerar mi mochila, cansada de tanto viaje. Quizás entre aquella paz, podría encontrarme, quizás sólo fuera un punto más en mi camino.
Necesitaba olvidarme en un pueblo olvidado, recuperar las palabras que se habían desparramado entre mis sábanas frías, y volver.

Volver...

Debajo de mi habitación, había un local.
Pero antes dejadme que os ubique un poco, por suerte elegí la casa de una anciana del lugar, la tenía cerrada a pesar de estar en unos de los lugares más privilegiados del pueblo. Sus hijos marcharon para la ciudad y ella prefería vivir en lo que fue el caserío de sus padres, antes de sus abuelos, ¡ cómo podría ella romper con una tradición así ¡

La casa estaba a las afueras del pueblo, ni muy lejos para que nadie viniera, ni lo suficientemente cerca como para pertenecer al pueblo. Se situaba sobre un promontorio desde el que se veía el horizonte despejado, el pueblo a la izquierda, el faro a la derecha y de frente un acantilado. Se podía acceder a la playa por un camino recortado a las rocas, como si una mano gigante hubiera cogido unas tijeras.

Era el lugar ideal.

Sólo me inquietaba aquel local, sus maderas crujían con el viento del atardecer, a veces me recordaban a un llanto lúgubre y solitario. Cuando pregunté en el pueblo, nadie quiso decirme nada, las respuestas eran evasivas, o bien me respondían con un: "antes había una tienda pero se cerró".

Vi como se miraban unos a otros, intentando que sus respuestas tuvieran la coherencia suficiente para acallar mis dudas.
Aquello sólo hizo que se acrecentaran.

Y como en cada pueblo, este también tenía su viejito borracho, fácil encariñarse con él, fácil soltarle la lengua.

Y así fue como en una tarde de otoño, mientras el mar rugía contra el acantilado, aquel viejito, una botella de licor, dos vasos y yo, dieron paso a esta historia...

"... dicen que nadie supo como, ni cuando llegó. Una mañana, sin más, apareció en el pueblo, preguntó por esta casa y por su local, puso el dinero encima de la mesa, y se instaló.

Se le veía cada tarde, casi al anochecer bajar a la playa con uno o dos libros, se sentaba en la arena aún caliente y allí se quedaba horas y horas. Algunas mañanas cuando los pescadores volvían al alba le veían recoger sus libros, y volver a su casa. Decía que le encantaba estar allí, en aquel silencio sólo mecido por el rumor de las olas, mirando las estrellas buscando los cometas, las estrellas fugaces...

Al poco tiempo abrió una tienda, la llenó de flores y libros, algunos los vendía otros los prestaba, y los domingos tomaba uno en sus manos, bajaba a la plaza del pueblo, y lo leía a los niños. Dicen que nos quería, yo sólo sé que se hizo querer.

En su mirada siempre había un pozo de nostalgia, de soledad, nunca contestó a nuestras preguntas sobre su pasado, cuando se las hacíamos sonreía y callaba, pero yo alguna vez vi una lágrima en sus ojos.

En la tienda, sobre la estantería principal depositó una botella de cristal, dentro de ella, como por arte de magia flotaban unas letras, si no recuerdo mal, eran:

" V, O, M, A, E, M, L, R, E, D, D, A, I, I"

Nos contó que hacía tiempo esas letras las guardó, allá donde vivía, en una pequeña frasca de las que aún se echa el vino añejo. Un día alguien entró y formó con aquellas palabras una frase, las dejó sobre la cama, y allí permanecieron, hasta que sin más, una tarde, se encontró las frasca echa añicos y las letras esparcidas por el suelo. Las recogió, juntos a los pedacitos de su corazón, cogió su ropa, sus libros, sus recuerdos, sus sonrisas y sus lágrimas y se fue.
Llegó hasta aquí, y un día puso la botellita en la tienda.

Quizás no fuera su intención, o quizás en el fondo era que sí lo deseaba, pero la gente al ver aquella botella intentaba formar palabras y frases...

"mar, remo, adivinar, al mar me di, volar, dame rima...."

Y él miraba.
Les dejaba hacer.
Luego recogía las palabras y las volvía a meter en el botella, sin decir nada, sólo una sonrisa. Quizás esperando que alguien formara de nuevo aquella frase.

Un día que estaba en su habitación, oyó la campanilla de la puerta de la tienda, unos pasos, unas manos que abren la botella, letras que caen como lluvia sobre la madera... silencio...

Suena la campanilla, se cierra una puerta.
Corrió, pero ya no había nadie en la tienda.
Sobre la mesa la botella yacía como un barco en la mar.

Las letras esparcidas.
Dibujan una frase en la madera.

Una frase. Aquella frase…

No volvimos a saber de él.
Cerró la casa esa misma tarde, cerró la tienda, dejó en ella sus libros, más la botella no estaba.Dicen que siguió las huellas de aquella que formó la frase."

Y esa es la historia de la tienda.

- Pero, y la frase ¿cual es la frase?
- La frase... nadie sabe cual es la frase, sólo esas letras la forman.

Ahora bajo todas las tardes a la playa y dibujo en la arena esas letras esperando que alguien me ayude a encontrar la frase.

14 comentarios:

Call me Juliet dijo...

Curioso.
Me gusta tu forma de narrar, haces que sea interesante de principio a fin, y ese final abierto...

volveré por aquí =)

Dejame que te cuente dijo...

Que frase seria?
hoy me dejas pensativa nicolas...

siempre me sorprenden tus relatos...
un abrazo
:-)

ShAdOw dijo...

Coincido totalmente con tus dos amigas, Tus escritos suelen formarse como una peli en mi cabeza, como me gustaría plasmar mis relatos asi.

Me llevo las letras para tratar de formar la frase, igual y aún cuando no coincida con la frase de tu protagonista si encuentre la mia.

Besos cruzando el espacio que nos separa.

Be dijo...

"La frase... nadie sabe cual es la frase, sólo esas letras la forman"..
Nadie no.. yo sé cual es la frase.. me llevo la botella y cierro la tienda..
besos y sonrisas ;))

Maybe dijo...

Después de tan buen relato quedamos con la incógnita de la frase y con ganas de descifrarla.
Saludos.

Nicolás dijo...

Gracias por los comentarios, espero que el retos, si así puede llamarse a ese jeroglífico no sea tan difícil. en realidad es fácil de descubrir....

Call me Juliet
Gracias por pasar por aqui, te espero más veces

Firence
Cuanto tiempo sin verte por esta cajita de cerillas, ¡qué alegría!

Shadow
Muchas gracias por tus palabras siempre son un halago

Be
Jejejeje si la sabes no la digas...

Maybe
Inténtalo vamos no es tan dificil de verdad

Unknown dijo...

Dios... Un talento inagotable se revela en estas letras, señor.
Adoré leer este relato, y a partir de ahora mismo, sigo este blog.
Es increíble cuán enigmáticas pueden ser estas letras que todavía no decifro...
Me dejás pensando, y supongo que lograste tu finalidad. No sé si seas o no, pero sería genial que te dedicaras a la docencia de jóvenes. Ojeando tu blog, se vé que tenes muchas cosas para aportar.
Un cálido saludo,
desde Argentina...




Anima Impurus

Mónica dijo...

Si la descifro te aviso. Bss. Muy bueno el relato tuyo.

Bss nos vemos

Francesca dijo...

bonito sitio el tuyo. Un placer visitarte.

Nicolás dijo...

Alma Impura
Gracias por tus palabras y bienvenida, espero que regreses, y sobre la docencia, bueno dí clases un año pero eran de diseño gráfico... lo de aqui solo son coser letras

Mónica
Espero que digas si lo has resuelto. Suerte

Francesca
Me alegro que te guste, siempre serás bienvenida, vuelve cuando quieras

PD.: Si alguien ha resuelto la frase me gustaría que pusiera aqui un comentario de que lo ha hecho pero por favor sin la solución, por respeto a los demás. Gracias

Francesca dijo...

Creo que lo sé, pero ¿cómo saberlo?

Francesca dijo...

seguro que las letras son esas?

ShAdOw dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ShAdOw dijo...

Ok, creo que ya estoy lista para poner como conseguí la frase:

usé el scrabble familiar, pero curiosamente aún cuando la frase salió la descarté por sencilla, otra frase la sustituyó, una frase que muestra mi negatividad ante el amor. Y eso lo descubrí gracias a ti.

Te mando un fuerte abrazo.