No debí abrir aquella puerta
No debí oír tus cantos de sirena
Pero fui como Ulises
No pude resistirme a ellos.
No debi ver el paraíso en tu sonrisa
Ni la fuerza del mar en tu ímpetu
No debí cruzar la linea roja que me había impuesto
Ni abrir la ventana al aire fresco de tu voz.
Pero respiré tu aliento
Me embriague con tus sueños
Y exhale mi vida en tu boca
Para ir a morir a la orilla de tus besos.
No debí creer en los latidos de tu corazón
Ni escuchar con oídos sordos los de mi razón
No debí sentir tu piel en mi piel
Ni excusar el sabor en mi boca de tu hiel.
Pero respiré tu aliento
Y exhale mi vida en tu boca
Para morir en la orilla de tus besos.
Debí haber bailado contigo en nuestra última noche
Debí morderte los labios y agarrar tu cintura
Debía atarte a la pata de mi cama
Donde lo sueños trepan a quien ama.
Pero respiré tu aliento y exhale mi vida en tu boca
Para morir en la orilla de tus besos
Y que me enterraras en vida en tu olvido.
