lunes, mayo 02, 2016

Un cielo azul

Hay un cielo azul sobre Madrid.
Un azul que seguramente no lo haya en ningún otro rincón del mundo, algunos lo llaman la luz de Madrid.
Es como si alguien hubiera abierto las nubes con una cremallera dejando al aire todo un tul de un azul intenso y brillante.

Camino por el retiro, a estas horas tempranas de un día festivo, sólo un puñado de corredores recorren sus calles de arena.
De los árboles cuelgan letras y palabras, con las que conformo historias que se quedan en el suelo, en las ramas o simplemente se disuelven en mi memoria, una memoria que
a veces parece ser la memoria de un pez.

Llego al estanque y en una esquina veo a una pareja bailando, no hay musica, y sin embargo se que dentro de ellos hay una sinfonía que quizas dejó de sonar hace tiempo, los observo, él ha cerrado los ojos, ella también, mientras giran despacio, una vuelta sólo una dan, y se separan.
En la cara de él hay una pincelada gruesa de tristeza como si se arrepintiese de algo que sucedió una vez, pero veo en sus mirada que hay algo más, una sombra de muerte. Ella le sonríe y le brillan los ojos mientras vuelve a ponerse los cascos. Su forma de mirarle me convence de que una vez estuvieron enamorados, y sin embargo ahora ella se aleja, se gira y se despide alzando la mano, él parado asiente con la cabeza y aquí desde lejos juraria que alguna lágrima recorre su mejilla.

Lentamente se van y desaparecen de ese paisaje que es el estanque, un chico lanza un palo a un perro que saltando alegremente lo atrapa antes de que caiga al suelo y yo me acerco al árbol más próximo y recojo de sus ramas letras y palabras, quizas escriba una historia donde hace tiempo había una pequeño edificio en un pequeño pueblo con una pequeña puerta de madera, y había unas escaleras antiguas que crujian cuando subías por ellas, y había un puerta a la izquierda,  una puerta que daba a piso...

Quizas escriba una historia, quizás había una historia que contar con las palabras de ese árbol.

Y sobre Madrid hay un cielo azul, como seguramente no  hay en ningún rincón del mundo, y yo camino sólo, solo hacia ningún lugar.

1 comentario:

Amapola Azzul dijo...

Lindo relato. Besos.
Un placer leerte.