Empaco sus cosas. No es mucho, pero cada vez es más coqueta, selecciona lo que se quiere llevar.
La miro, ¡cómo pasa el tiempo!
No falta mucho para que pase a recogerla, me parece mentira que alguna vez estvuera enamorada de él y sin
embargo en algún rincón escondido de mi corazón sé que lo amé, y ahora es tan solo un desconocido, alguien al que solia
conocer.
Llaman
a la puerta ella sale corriendo a abrir, él me saluda con un lacónico
"hola" mientras le entrego la maleta, ella le abraza, "no vamos" le
dice.
Me despido de ella mientras intento con todas mis fuerzas no llorar, no quiero que él me vea llorar, y cuando cierro la puerta
el silencio de la casa cae encima de mi como si fuera la lápida de un entierro.
Recorro cada rincón de la casa, como si fuera a recoger con ello cada sonrisa, cada palabra, cada gesto que ella dejó para
poder soportar su ausencia.
No
puedo evitarlo pero me duele saber que van al mismo lugar donde
habíamos veraneado siempre, a mi antigua casa, recorreran el mismo
camino que nos llevaba a la playa, aquella que nos vio en una noche de
luna hacer el amor.
Recorreran las callejuelas del pueblo, los viejos
amigos, quizás aún pregunten por mi, o quizás ya hayan dejado de
hacerlo para no molestar. Y yo sólo recordaré que eso forma parta de un
pasado lejano que aun aparece en mi retina.
Pasan los días,
hablamos por teléfono y alguna noche se conecta al skype, la siento
extraña, aún no comprende por qué no seguimos juntos, pero algo oculta,
sus palabras son entrecortadas como si pensase que debe encaminarlas por
una vereda marcada de antemano, sin saber que yo ya lo sé.
Me
cuesta pensar en ello, a pesar de todo me siento remplazada, como el
refrán "a rey muerto, rey puesto" él ha encontrado a otra, la ha llevado
donde me llevó a mi, quizas duerman en la misma habitación que lo
hacíamos nosotros, quizás en la misma cama, y no puedo evitar sentir que
me ha eliminado, que alguien ocupa mi lugar, sus padres, mis amigos, yo
sólo ya pertenezco al pasado.
Ha bajado la tablet a la playa y
nos conectamos conla cam hace un recorrido pero de pronto la apaga, no
quiere mostrarmela, yo le digo que no se preocupe, pero ella sabe que me
duele, al fin y al cabo ese tiempo que está con ellos, ella ejercerá de
madre, verá a su padre con ella, a su padre irse a la cama con ella,
reir con ella, besar a ella.
Y yo sigo sola.
Intento
aferrarme a mi amiga, se lo cuento, intenta consolarme "venga tonta, es
tu hija nunca dejará de quererte, vamos ahora seguro que puedes hacer lo
que te de la gana, no tienes que dar explicaciones a nadie, dáte una
alegría al cuerpo o por que no dos si es mejor". Yo le sonrío, si fuera
tan fácil, pero aún así siento que me he quedado vacía, que la vida
contínua y yo he quedado varada.
Pasan los días, pasan las vacaciones y cuando vuelve, la vida vuelve.
Me mira, a pesar de su corta edad lo entiende todo, lo sabe todo, me abraza y me dice. "Tú siempre serás mi mami"
Y esta vez no evito echarme a llorar.
1 comentario:
Como la vida misma ...Seguro que hay muchas madres que se sienten muy identificadas con esta situación y con los sentimientos y acontecimientos que vas describiendo. Hasta tener una amiga que da buenos consejos...jaja.
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