lunes, marzo 26, 2012

El metro

Estaba de pie, en aquella estación de metro.
El cartel luminoso anunciaba la llegada del tren en 4 minutos.
Acaricié, una vez mas las fotos que llevaba en el bolsillo de mi chaqueta, y recordé como un día todo se vino abajo.
El ERE en la empresa, el despido, y el irme aislando poco a poco.
No sentía rencor ni pena, había amado y me habían querido, de alguna manera sabía que todo estaba bien, y que, por fin todo estaba en paz.
Miré al andén, la gente se arremolinaba, quedaba un minuto para la llegada del tren, a mi lado un señor movía las manos nervioso, sudaba.

Vi la luz llegar por el túnel. y cerré los ojos, di un paso adelante...
Mientras caía noté un golpe de un bulto en mi costado, oía el eco sordo de unos gritos, cuando impacte contra el raíl, abrí los ojos. A mi lado había
una cara mirándome, el hombre sudoroso se había tirado también, de la frente le manaba sangre como si de una fuente tratara.
El fuerte pitido de la maquina del tren me hizo reaccionar, aunque aún hoy no sé como pasó, me vi tirando de su chaqueta, arrastrándole hasta que en el
último instante logramos saltar al otro lado de las vías.

Lo que vino después fue un aluvión de equívocos, de los que no dije nada, y de una extraña manera pasé a ser un héroe, el tipo que saltó a salvar a aquel señor que desesperado intentó suicidarse.

Un noche en el hospital, pasé a verle, cuando abrió los ojos, le conté la verdad. No había saltado para salvarlo, sino para salvarme a mi mismo de mi vida.
Por unos segundos me miró sorprendido, después rompimos a reír a carcajadas hasta que pasó la enfermera y nos dijo: "están ustedes locos, locos de verdad".

3 comentarios:

Laira dijo...

Equivocaciones que te elevan a un héroe, aplaudo la sinceridad del suicida fallido y ante todo las metáforas que siempre ocultan tus textos.
Besos.

Rosi dijo...

Ya ves, la vida a veces es generosa y da segundas oportunidades.
Besitos.

Masakoy dijo...

Esta vez has conseguido sorprenderme a un nivel de sorpresa+5.

Abracetes tronchi monchi