martes, julio 12, 2011

El Billete de tren

Saqué mi billete.
El anden ese día me parecía mas brillante, incluso la gente de mi alrededor aparecía con un extraño fulgor que les envolvía.
El tren llegó y subí en el.
Casi no me he sentado cuando pasa el revisor y me pide el billete, busco en mi bolsillo y se lo entrego. Este después de mirarlo detenidamente, me dice que he
de abandonar el tren, con este billete no puedo viajar.
Intento preguntar el por qué, pero para el tren y me desaloja a toda prisa.
-"No podemos perder tiempo, el tren no debería detenerse"

Me veo de nuevo en el anden, me acerco a la maquina expendedora y vuelvo a sacar el billete.
Llega el tren y subo.
Aparece el revisor y nada más ver mi billete, me indica que no es el billete correcto y que debo abandonar el tren.

Sin darme tiempo a nada, me veo de nuevo en el anden.

Y procedo a hacer la misma operación, saco el billete y espero al tren.
Esta vez cuando llega el revisor le pregunto:

- ¿Cual es el billete que necesita?
- Señor, el billete de ida, señor.

Le entrego mi billete.

- Señor este billete no es válido, es un billete de ida y vuelta, y en este tren sólo se admiten billetes de ida.

Entonces miro la pantalla y veo que el destino de mi tren es "viaje al más allá".

6 comentarios:

María dijo...

Ayyyy! No sabes como me alegro de que te echaran cada vez del trén...
Mira lo que me ha pasado... Nada más entrar en tu blog, lo he reconocido, por lo de la chica con tacones de vertigo, falda-cinturón t tal :) y ¿sabes qué? por lo visto me llevé el link, sí pero no me dejaba subscribirme al blog (cosas que pasan a veces en Blogger) y luego ya, olvidé volver... Así que no me llegaban tus actualizaciones; eso es como no tener la llave. Así que es lo primero que voy a hacer, en cuanto coloque este coment :D
Un besito.
María

María dijo...

Hecho :)

Belén dijo...

Pues oye, me alegro infinito ;)

Besicos

Migue dijo...

Hola Nico,en el tren de la vida todos traemos pasaje de ida,aunque el de regreso,o en que estación nos toque detenernos,solo lo sabrán los que lleguen. Hasta ahora nadie ha vuelto para contarnos, tan solo es cuestión de creencias o fe.
¡Menos mal que tú sigues con nosotros!
Un abrazo,amigo

Rosi dijo...

Los caprichos del intrigante destino, uno sabe cuando vamos hacia él pero no cuando volveremos y desde luego nada de apearse en la estación que no toca, el destino debe vivirse hasta el final (salvo excepciones en las que por motivos indeseados es mejor apearse antes del final).
Saludos Nico.

Masakoy dijo...

Suerte que todavía sigues aquí. ya cogerás ese tren otro día.

hasta el infinito y más allá