lunes, junio 14, 2010

Tres historias de chicos - Historia 2 -

Sobre la barra del bar, bajo un sol de neón azul, tres chicos despliegan sus toallas, y se bañan en vasos de alcohol.

El segundo chico tiene un papel en sus manos, amarillento ya, la tinta en algunas letras está diluida por el paso del tiempo, y sin embargo él lo guarda como esos recordatorios de comuniones o bodas.

Y en el papel unas letras:

" Sé que nadie me pidió ir de salvadora por el mundo, pero me apetecía hacerlo, porque te quería. Lo único que veía era una
persona centrada en sí misma que no quería salir de su agujero porque en el fondo es lo malo conocido.

Es agotador estar al lado de una persona que se siente víctima de todo y no saber qué hacer porque nada de lo que haga vale. Es
así, nunca he sentido que mis palabras de aliento, que mis intentos para animarte sirvieran de nada. Que mi forma de quererte te
llegara.

Me he intentado acercar a ti y nunca lo he conseguido.

Lo que me ocurría es que yo llegaba a verte llena de energía y me iba con la sensación de no haberte llegado en nada, de no
poder compartir nada, no sé por qué razón. Son las sensaciones lo que cuentan.

Te quedas en tu rincón esperando un milagro. Y mientras no ves la realidad.

ese victimismo que gobierna tu vida y tanto daño te hace a ti y a los demás..."

... unos meses antes ...

Hay una caja de cerillas, hay alguien que vive en ella, hay una soledad que prende cada noche, hay alguien que busca sin saber lo que buscar.

Se habían conocido, cada uno con su mochila llena de piedras, unas más pesadas que otras, unas que se pueden soltar, otras que echaron raices imposibles de cortar.

Él había leido en algún libro el cuento del niño que va al circo con su padre, antes de entrar ven a un gran elefante atado a una pequeña estaca clavada en el suelo. El niño mira al elefante, enorme y fuerte, y ve que la estaca es pequeña.
- Papá ¿por que el elefante no tira de la cadena? con lo grande que es seguro que arrancaría la estca del suelo con facilidad.
El padre mira al hijo, y le cuenta:
- Cuando el elefante era tan chiquito como tú, le ataron con una cadena a una estaca como esa, el elefantito tiró y tiró todo lo fuerte que podía, pero la estaca no cedió ni un poquito. Asi se pasó días, tirando y tirando, y cuanto más intentaba arrcanar la estaca más se grababa en su mente que no podía con ella. Hasta que ya no pudo más y decidió no volver a intentarlo. Y ahora cuando es grande y le sería fácil tirar de la estaca y arrancarla su mente le recuerda todo lo que grabó y por eso ni lo intenta.

Tenía sus propias estacas clavadas en el alma, desde pequeño, desde que un dia ya de mayor su mundo se viniera abajo, aquel que él creía era su vida, sus creencias, como si a un palacio le quitas sus pilares, todo se le vino abajo.

Quizás demasiadas historias con final feliz, demasiadas películas, demasiados cuentos. La vida de por si es un cuento, pero no es ese cuento que alguien al borde de la cama te va narrando mientras tu concilias el sueño, la vida es un cuento que vas escribiendo y que muchas veces tiene las líneas torcidas.

Lo peor de todo es cuando llegas a casa y te encuentras tus sueños esparcidos por la sábana y los pedazos de tu corazón estrellados contra la pared. Cuesta tiempo coger el hilo e ir cosiendolo poco a poco, y ese hilo muchas veces se fabrica con miedo , miedo a volver a encontrartelo esparcido en cualquier rincón,miedo a que no puedas ni encuentres fuerzas para recomponerlo una vez más.

Y las piedras de la mochila empiezan a echar raices, y las racies se convierten en muros que crecen alrededor, pero no protegen , sólo consiguen aislarte más y más del mundo exterior, hasta que los sentimientos se cubren de escarcha, y se letargan e hibernan.

Él mueve con el dedo los hielos de su vaso, y estos se diluyen, siente que su vida se ha ido diluyendo poco a poco como esos hielos, aprieta con fuerza el papel en su mano, por su mejilla una lágrima se desliza. Y vuelve a leerlo una vez más, dejando que las palabras caigan de su boca y se estrellen en la barra del bar.

... (continuara)...

4 comentarios:

Rosa Rosae dijo...

lo sigo, lo sigo..

ShAdOw dijo...

La vida solo dura un instante y no se puede vivir atado a una estaca para siempre,cuant@s mas habrán de irse para que ese hielo que aisla se derrita.

Saludos

Verónica dijo...

Pues espero entonces el proximo capitulo, para cuando?. Y como se dice, hay que vivir.

besotes de esta peke.

pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe, siempre que quieras...

Migue dijo...

Sigo cada capítulo, son historias de vidas, que realmente se viven.
Cada chico con sus vivencias, su pasado y presente. Podría transcurrir en muchos países.
Solo que allí estás tú Nico, con tu rica forma de narrarlas.

Un abrazo,desde mi Buenos Aires querido.