viernes, mayo 04, 2007

Un cuento

A veces uno se sienta y piensa en las cosas que se quedaron en el camino, en que en ese camino uno se ha dejado mas de un jirón de piel, pero lo que es peor es que se ha quedado gran parte de lo que uno fué, sus risas, sus ilusiones, su alegría, y entonces se pregunta por qué... quizas este cuentito ayude recuperar el camino.

Había una vez un niño que leía cuentos donde los castillos de arena eran infranqueables, el dragón con su fuerte fuego no podía quemarlo, el viento por más que soplara no podría derribarlo, y el niño cada vez que leía el cuanto más creía que los castillos de arena eran indestructibles.


En ellos habitaban felices princesas, que con su principe azul vivían en perfecta armonía, dentro del castillo todo era felicidad, y la princesa nunca se preocupaba que habría más alla de sus paredes de arena, - que más da - , se decía, aquí tengo todo lo que una princesa podría desear, afuera hará frio, habrá soledad, y dias de lluvia...



Y el niño asi lo creía.



Un día sus padres lo llevaron a la playa ,era su primera vez y él se moría de alegría, no veía el momento de bajar a la arena y construir su primer castillo, ese que el dragon con su fuerte fuego no podía quemarlo, y el viento por más que soplara no podría derribarlo...

Y lo construyó, con su cubo y con su pala, y allí sentado miraba su castillo alzarse inexpugnable.


Mi castillo es indestructible.
Es inexpugnble.
Es......


Y llegó una ola y se lo llevó.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Así... como los castillos que construíamos de niños y las olas los derribaban... Asimismo la vida llega y derriba las ilusiones que construimos...
En nuestra infancia... cada día que pasabamos en la playa... diseñábamos un nuevo castillo...
Hay días en los que las ilusiones se desmoronan, pero si mantenemos nuestro espíritu de niños... seguiremos buscando anhelos...
Con cada ola que la vida nos envía se desvanecen nuestros sueños. Renovar sueños, ilusiones, anhelos, fantasías... para no caer en la monotonía, hace que vivamos más intensamente.
Gracias por tus cuentos, por tus pensamientos...

Anónimo dijo...

...pero a veces son tantas las olas que se llevan nuestros castillos de arena,que a uno se le van las ganas de seguir intentando...quizá como una manera de protegerse de una nueva desilusión..

Saludos

Mariela

Ambro (de Ambrosía) dijo...

Pero sin castillos y sin sueños, qué nos queda?
Hay que seguir soñando...

Anónimo dijo...

Es precioso el cuento.

Ambro (de Ambrosía) dijo...

Efectivamente, la vida adulta no tiene nada que ver con los cuentos que me contaban de pequeña, de princesas y ranas pero hay que seguir soñando, no?
Me gusta como lo escribes.

erol&sirc dijo...

...las distancias con los sueños se hacen cortas... que aunque los castillos de arena que construimos se los lleve el mar, que aunque los castillos en el aire que revolotean en nuestra cabeza se los lleve el viento, mantengamos la ilusión del niño que un día los construyó.

இலை Bohemia இலை dijo...

Moraleja: La realidad tarde o temprano te da una zambullida...

Besos

Anónimo dijo...

Claro.....pero has dejado sin terminar el cuento......se te ha olvidado decir, que justo cuando vino la ola y se llevó su castillo, sus padres le explicaron que nada es inexpugnable....ni el mejor de los castillos!! y que lo que hay que hacer es construir castillos cada vez más fuertes...cada vez con más ganas...y que, a pesar de que las olas se los seguirán llevando, solo el hecho de construirlos y disfrutarlos, aunque sea momentaneamente, vale la pena....
Yo no pienso dejar de construir castillos mientras siga viva....