Se miraba al espejo, aún quedaban restos del maquillaje y el carmin corrido provocado por el ultimo beso que había dado.
Aquellos ojos que reflejaba el espejo eran ya unos ojos cansados, habían
perdido el brillo que una vez tuvieron, cuando la decían "ojos
vivarachos".
Mucho tiempo habia pasado desde entonces, y ahora
tenia la certeza de que tenía un poder, un fantástico poder para joderlo
todo, sobre todo sus relaciones.
Se sentó y recordó una por una
aquellas personas que dejaron huella y que ella simplemente dejó pasar,
no supo retenerlar, no supo valorarlas, y aunque cada vez que pasaba una
se prometia que no caería en los mismos errores, algo había en su
interior que volvia a "joderlo".
Era como si en cuanto abriese la
mano para cogerlo lo destrozara convirtiédolo en arena, y cuando mas
huía mas perdída se sentía y con mayor facilidad lo estropeaba de nuevo.
Una
vez alguien le dijo "hay personas que nacen para estar solas por que
aunque desean compartir su vida no saben como hacerlo" o como aquella vieja
canción "que no quieres que te quiera solo quieres que te abracen"...
La
habían amado y ella de alguna manera extraña también, pero siempre acababa mal y cuando terminaba las paredes de su cuarto se pintaban de
dolor y soledad.
"Quizás no haya otra solución" se dijo, a pesar de lo vivido no he aprendido, y estas manos lo terminan todo. Todo lo terminan.
Puso los dedos como si fueran una pistola se los acercó a la sien y simuló que disparaba.
Su
cerebro dejó de pensar, la mano que agarrotaba su estómago se aflojó,
su corazón lentamente se fue parando, y por fin, como si un pincel se
deslizase por su boca, dibujó una sonrisa.
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