Subió la persiana y abrió la ventana.
Afuera lucía un sol implacable, colgado de un cielo azul intenso.
En el horizonte el mar de un verde que parecía esmeralda rompía contra la playa.
Se frotó los ojos, los cerró y los volvió a abrir.
Allí seguian, un sol que lucía implacable colgado de un cielo azul intenso, un mar de un verde que parecía esmeralda rompía contra la playa.
No volvió a cerrar la ventana, no bajó nunca más la persiana.
1 comentario:
Qué alegría. Besos.
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