Ya era de noche, en aquel pequeño pueblo casi no había luz, lo que facilitaba ver las estrellas.
Nos sentamos al borde del mar, la arena aún estaba caliente, cerré los ojos, y me deje llevar por el rumor de las olas y por la presencia de mi peque.
Son esos momentos que te surcan el alma como lo hace el arado con la tierra.
- ¿Cuantas estrellas, papi?
- Si, peque, ¿has visto ? y aún hay más ,muchas más que no vemos, algunas las conocemos y otras no sabemos aún ni que existen, algunas ya no están y sin embargo nos sigue llegando su luz a pesar de que han desaparecido ,
- Pero si no están... no lo entiendo.
- El que no estén, el que no las veamos, no significa que no existan, el que se hayan ido no significa que hayan desaparecido de nuestras vidas, recuerdas el avión ese que tanto te gustaba y que se perdió, ¿a que aún lo recuerdas como si lo tuvieras?
- Si, pero ya no lo tengo...
- No lo tienes en tus manos, pero lo tienes en tu cabeza y te acuerdas de como lo volabas y lo que te hacia sentir, de como te reías cuando se estrellaba contra el suelo, todo eso hace que lo tengas otras vez, bueno.. es complicado de entender.. ahora... pero ya lo entenderás. Mira otro ejemplo, cuando te cambiaste de colegio, dejaste allí a tus amigos ¿verdad? a algunos no les ves, pero sigues siendo tus amigos, pues es como esas estrellas, sabemos que ya no están pero nos sigue llegando su brillo.
- ¡¡Mira papá, una estrella que se mueve!!
- Es un cometa, peque.
-¿Y dónde va?
- Vuela libre se va a recorrer otros espacios, otros mundos.
- ¿Y ya no la volveremos a ver?
- Quizás, hay algunos cometas que vuelven a pasar y por un momento les ves como surcan el cielo de nuevo, siguen con su brillo, aunque ya estén más lejos, y vuelven a perderse, pero, ya sabes, una vez que los has tenido nunca se van.
- Papi, dices unas cosas muy extrañas, si se van no los puedes tener.
- jajaja peque, algún día sabrás lo que estoy diciendo, ¿damos un paseo?
Y me tendió su pequeña mano, mientras caminábamos por la arena yo veía como aquel cometa desaparecía en el horizonte.
1 comentario:
No se nos olvidan nunca los momentos compartidos con los peques, su curiosidad, sus preguntas. Creo que a ellos tampoco se les olvidarán nuestras respuestas. Y así, la vida continúa.
Un abrazo Nico.
Publicar un comentario