Uno de ellos, el más joven carraspeó, puso un semblante serio y se dispuso a contar sus anécdotas. Yo me senté lo más cerca posible con la intención de oírle lo mejor posible.
- Tengo pocas anécdotas ya que llevo poco tiempo ejerciendo...
- Venga ya... ¿un ginecólogo y trabajando en urgencias..? no te creemos... lo que habrás tenido que ver
- Bueno, está bien he visto de todo un poco, ya sabéis la típica botella que ha hecho el vacío, otro caso de un homosexual con una pierna de una Nancy grande que no podía sacársela del culo... Pero lo que quiero contaros no me pasó a mi sino a un colega mío que supuso una lección para lo que yo pensaba.
- Pues venga, lánzate y cuenta - le espetó un cardiólogo.
- Él ejercía en una clínica, es ginecólogo como yo, un día le llegó una paciente, joven, no llegaría a los treinta en sus brazos llevaba un pequeño de dos añitos y su incipiente barriguita delataba que estaba embarazada. El médico la hizo sentarse, mientras la enfermera preparaba todo para la revisión de rigor.
"Verá doctor no vengo para la revisión, vengo para pedir su ayuda".
Mi amigo la mira con estupor, hace salir a la enfermera y se sienta a su lado
"Bien , aquí me tienes, todo lo que esté en mi mano..."
"Me ha sido difícil tomar esta decisión, pero no puedo más, necesito descansar, no puedo cuidar del pequeño y ahora en puertas otro bebé, no podría, no me veo con las fuerzas suficientes... ¿lo comprende?"
"No, la verdad es que no se donde quieres ir a parar,¿ necesitas algunas vitaminas, algún complemento alimenticio...?"
"Doctor lo que le pido es que me ayude, quiero abortar, no puedo ni pensar en como sería cuidar a los dos a la vez, necesito su ayuda, tengo que abortar..."
"Bien, déjeme pensar, por lo que me dices no te ves con fuerzas para cuidar a los dos a la vez, y quieres desprenderte del que llevas en tu interior. "
"Sí, así es"
" Vamos a ver, y si en vez de acabar con él, no matamos al pequeño, sería más sencillo, además tendrías todos los meses del embarazo para descansar, y no correría tu vida peligro al abortar, creo que es la solución más favorable para ti..."
"Pero doctor ¿se ha vuelto loco? matar la niño, eso no puede ser, no puede matarlo, ¿cómo se le ocurre decirme eso, esa es la ayuda que me propone?"
"Piénsalo bien, has venido a que te ayude, me pides que acabe con la vida del ser que tienes en tu interior, ¿por que quitarle a él la oportunidad de ser?, piensa en el descanso que tendrías todos estos meses hasta que nazca y la falta de riesgo para tu vida..."
"Realmente está usted loco, si esta es la ayuda que me ofrece, puede metérsela...."
Y cerró la puerta de golpe.
- ¿Y esa es la anécdota...?
- Aún no he terminado, meses después llegó a su consulta la misma chica, con el pequeño y un bebé en sus brazos.
"Gracias doctor, gracias por no haberme ayudado, gracias por haberme abierto los ojos, ¿cansada? si por su puesto pero el cansancio lo borra una sonrisa." Le dio dos besos y se marchó.
Se hizo un silencio en la mesa, yo acabé mi café y pensé que fácilmente yo podría ser ese bebé.
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