Estaba en una reunión de las que tanto odiaba, de esas que tienes que ir
por compromiso, pero que sabes que no pegas ni con cola. Era la enésima
vez que alguien se acercaba y como si de un ritual se tratase se
presenta con su nombre, su profesión y una sonrisa.
Harto de
tanta hipocresía, le miré y respondí "Nicolás, sepulturero" y sonreí.
¿qué porqué se me ocurrió lo de sepulturero? No lo sé, imagino que para
mi todas aquellas personas con sus composturas, sus poses eran como si
estuvieran muertas a la vida, simples zombies.
- ... ¿sepulturero?... - balbuceó el personaje.
-
Si soy de los que se encargan de meter el ataud en la fosa, o bien
colocarlo en el nicho, por suerte a mi la crisis no me alcanza, siempre
tengo trabajo, Digamos que ademas de un contrato indefinido, tengo un
trabajo vitalicio...
Obviamente nuestra conversación no duró mas
allá de otras cuatro palabras. Imbuido en mi nuevo personaje, me acerqué
a un grupo, ellas colgaban de su antebrazo bolsos de marca que
rivalizaban entre ellos, los chicos traje corbata, gemelos que
disimuladamente asomaban para que el brillo del metal atrajera más de
una mirada a juego con relojes de los cuales no quisera saber su valor.
- Hola, Nicolas, traductor de lenguas muertas....
- Hola Antonio, director financiero de la multinacional E.ON, ¿has dicho lenguas muertas?
-
Si verás traduzco los textos de aquellos que por desgracia en el
medievo la inquisición cortaba la lengua y los utilizaban como escribas,
es un trabajo apasionante... en el último texto....
- ¿Cortaban la lengua...? perdon, siento dejarte pero tengo he de ir al lavabo.
Impresionante,
mucha carrera, pero ni siquiera sabía que eran las lenguas muertas, me
estaba divirtiendo, si no hablabas del ibex, del ultimo viaje a
baqueira, o cuando ibas a ir a cenar a retsaurante de moda, no había otro
tipo de conversación.
Desde la esquina alguien me observaba,
bajo dos increibles pamelas de pestañas ,unos ojos azul turquesa no me
perdían de vista, alce mi vaso y la saludé, ella arqueó ligeramente la
ceja y me sonrió.
Mi siguiente objetivo fue un grupo de chicas de
entre treinta y tantos y cuarenta y tantos, pasé a su lado y en cuanto
tuve oportunidad me uní a su grupo. Charlaban animosamente del buffete
de abogados al que pertenecían, y del nuevo caso del magnate ruso y su
carísmo divorcio, no sólo por lo que tendría que pasarle a la "afligida"
esposa, sino por el gran pellizco que se iba a llevar el buffete, cacé
mi bostezo al vuelo, cuando una de ellas soltó la pregunta consabida.
- yo...Nicolás, ... bueno soy criador de caracoles... - y sonreí. eso es importante no olvidarlo.
- Venga ya ¿criador de caracoles?
-
Pues si, no sabeis lo que da de sí vuestras tersa piel, me dedico a
producir la baba de caracol, la misma con la que seguramente cada noche
os dedicais a frotar esas arruguillas, para que desaparezcan...
-
¿quieres decir que la crema que nos damos está confeccionada con....
¡dios! no puedo ni decirlo.. - soltó la que parecía más remilgada.
-
Así es, no hay crema que no baje de los 100 euros el tarrito que no
lleve la baba de mis caracoles, perdonad, creo que me reclaman, feliz
noche.
Y allí se quedan ellas, murmurando con cara de asco sobre
sus cremas y las babas de caracol, aunque alguna por su mirada más que
pensar en la baba de caracol pensaba en cuanto supondría eso para la
billetera que llevaba en el bolsillo.
- Asi que tú eres el
pluriempleado, sepulturero, traductor de lenguas muertas, y ahora
criador de caracoles... - me soltó la chica de los ojos azul turquesa.
- Bueno.. tengo una vida muy ocupada la verdad..., perdona ya que sabes tanto de mi vida, tú .. ¿eres?
- Soy Sara
- Encantado Sara, pareces un poco fuera de lugar
- Bueno soy detective privado, contratada para la seguridad del evento
- Ah, y .. ¿me vas a detener?
- Por le momento no, pero en serio necesito tu invitación, estas causando problemas...
- ¿Problemas .. yo?
- Si, confundes a la gente con tus, digamos, curiosas profesiones...
- Bien, aquí tienes la invitación, me llegó a través de un.. antiguo amigo, al que la vida trata muy bien.
- Gracias, y dime, si no te importa ¿cual es tu verdadera profesión?
-
Sinceramente... soy agente deportivo, y por lo que sé aquí hay más de
un magnate con la idea de comprar un equipo de futbol y yo pretendo
ofrecer a mis jugadores.
- Muy interesante...
- Sara... ¿piensas de verdad detenerme?, yo creo que entre esta gente más de uno...
- No sigas, no quiero saberlo.
-La verdad no tengo ni idea de quienes son la mayoría de estas personas.
- Ni yo..
- Pues ven - y cogiendola de la mano, vamos hasta la barra, pedimos dos copas de champán y nos unimos al grupo mas cercano.
- Hola somos Sara y Nicolas, actores porno, ¿que tal va la noche... nos preguntábamos si os interesaría...?
No llegué a terminar la frase cuando el grupo se cerró dándonos la espada.
- Espera, ¿estas loco?, me juego..
- Venga... mira aquellos... te toca.
- Hola ¿cómo están? - dice Sara aterciopelando la voz.
Ellos se presentan, yo callo, esperando a que Sara haga nuestra presentación.
- Somos Sara y NIcolás... nuestro trabajo es... por extraño que les parezca... inspectores de tampones..
- ¿Qué?- preguntaron en grupo.
-
Si, es sencillo yo me dedico a medir el nivel de absorción de los
tampones y él la resistencia de los cordones, es un trabajo de muchísima
responsabilidad.
NI que decir tiene, que alguno salió corriendo al lavabo.
Asi
seguimos parte de la noche, unas veces ella era inspectora de olor de
axilas para una refutada compañia de desodorantes y yo buceador afamado
recogiendo pelotas de golf de los clubs más importantes, sexador de
pollo, o tapador de grietas...
Al final de la noche, y tras unas cuantas copas de champán y otras tantas profesiones dejamos la fiesta.
-
Bueno, encantada de haberte conocido Nicolás, soy Sara, periodista ahora
en paro, una amiga me consiguió una invitación y cuando te vi con el
juego... me gustó, me gustasté -
- Yo soy Nicolás ni enterrador, ni traductor.. simplemente un escritor, entre otras cosas, y si quieres me gustaria seguir contándotelas.
Y
así fue, ahora sois vosotros los que debeís imaginar... para mi me
basta con decir que despues de aquella noche la mejor profesión fue la
de vivir.
5 comentarios:
Bueno, vivir no está mal, Un beso.
Lindo relato.
Nicolás me has hecho reír amigo y eso siempre es bueno. Hay profesiones extrañas pero las que has elegido...parecen ser de las que no abren puertas jajaja.
El curriculum a la hora de presentarse es sin duda muy importante, así como la buena presencia. Aunque a veces haya que dibujar la verdad para que te aprueben.
Hubo un clic en la pareja eso es buena ganancia también.
Un abrazo!
Que alegría leerte MIgue, gracias por tus palabras y aunque parezca mentira TODAS las profesiones del relato existen de verdad
UN abrazo
Lo volví a repasar Nico, es cierto existen todas esas profesiones...suenan raras todas juntas.
Pero, inspector de tampones y de axilas, es para descostillarse jajaja.
Un abrazo.
No sabes cuanto me he reido con las ocurrencias de las profesiones, aunque puede que existan, presentarse asi en una fiesta solo es posible si eres realmente ocurrente. Me ha gustado!
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