Leerlo oyendo esta canción:
http://www.youtube.com/watch?v=ja7v4JTsLVw
Lo tenía todo preparado, el mantel blanco sobre la mesa de madera, las copas de vino, la luz de las velas.
Ella llegó como siempre tarde, pero su sonrisa borró cualquier atisbo de malestar.
Dejó una suave marca de carmín en sus labios, él llenó las copas de vino y encendió el equipo de música.
A ella le gustaba ese ambiente, siempre había sido una romántica.
Sus ojos se perlaron.
Él ya lo sabía.
Cuando,
ya entre las sábanas el mar buscaba encontrarse con la arena, él se
incorporó y desde el mandó a distancia puso una canción.
"Dicen que es una melodia que llega al sentido del placer... siempre me ha gustado oirla mientras hacemos el amor" - le dijo.
Ella sonrió le atrajo hacia sí e hicieron el amor.
Cuando aquel adagio terminaba ella terminó de vestirse, borró el carmín de los labiios de él y cerro la puerta tras de sí.
Nunca más volvieron a verse.
Aunque él cada tarde ponga el "Claro de luna" de Debussy y sienta en su boca el sabor de su carmín.
1 comentario:
Pues parece que a ella mucho placer no le despertó, porque no volvió. Jaja, muy bonita ;)
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