miércoles, mayo 06, 2015

Secuestro

Advertencia: Este relato puede herir sensibilidades,

Desde aquella caseta de barro podíamos oír los disparos, "no os preocupéis Dios está con nosotros" nos dijo nuestro  misionero, pero cuando llegaron, y le sacaron a rastras cortando con un machete su cuello, Dios no estaba.

Rápidamente nos empujaron a todas,  no muy lejos se oía algún grito apagado por el repiqueteo de una ametralladora.
Llorábamos.
Nos abrazábamos unas a otras, de una de las cabañas salió uno de los maestros corriendo, pude ver las risas entre los guerrilleros. Le dejaron correr disparándole sin acertar, hasta que se cansaron del juego.
Su espalda se cubrió de sangre y cayó muerto al suelo.

Nos separaron por edades, a las más mayores no las volví a ver, nos metieron en unos camiones mientras varios de ellos nos gritaban "Allahu Akbar, Allahu Akbar". No dijimos nada, sabíamos que cualquier palabra,cualquier gesto podía costarnos la vida.

Cuando llegamos a su poblado, unas cabañas camufladas entre la espesa vegetación, nos acompañaron al rio, nos hicieron desnudarnos mientras algunos parecían estar decidiendo con quien quedarse, nos dieron unos ropajes con lo que nos teníamos que tapar  la cabeza.
Más tarde, nos volvieron a agrupar.
Detrás de nosotras se pusieron varios guerrilleros mostrando sus armas y sonriendo, mientras otros hacían unas fotos. 

Sentí miedo, un miedo que me apretaba las tripas, cerré los ojos y  volví a oír la voz de nuestro misionero "no os preocupéis, Dios está con nosotros" pero Dios no estaba. Dios se había ido.

Aquella noche fue la primera, la puerta se abrió y entraron varios, "hoy empiezan vuestras enseñanzas", delante de todas cogieron a unas, las levantaron el ropaje y las violaron. "No resisitiros será mas fácil para todos".
Cuando acabaron entraron otros, eligieron a otras y procedieron a hacer lo mismo,  uno de ellos se bajó el pantalón de pie, e intentó introducirle el pene en la boca de una niña que no tendría más de doce años.
Yo sólo oía los llantos y gritos de todas, pero por encima de ellos, sus risas, unas risas infernales que intentaba apagar repitiéndome "Dios está con nosotras, Dios está con nosotras". Pero Dios se había ido.

La niña le mordió sin querer, y aquel hombre sacó su arma y simplemente le voló la cabeza.

No pasó mucho tiempo cuanto me tocó a mi, lloraba, supliqué, pero fue en vano, sentí un desgarró y un dolor horroroso, sus babas caían en mi cara mientras se movía encima de mi, llegó un momento en que dejé de sentir, no había dolor, era como si hubiera salido de mi cuerpo.

No fue la única vez aquella noche, pasadas unas horas volvieron a cogerme, esta vez me violaron por detrás.

Cuando nos dejaban, nos abrazábamos unas a otras, las más pequeñas no dejaban de llorar, las que teníamos más edad intentábamos consolarlas, ahogando nuestras lágrimas y nuestra rabia.

"No te preocupes Dios está con nosotras Dios..." Pero Dios se había ido.

Aquella primera noche murieron diez de nosotras, hemorragias,  quien sabe...
Sacaron sus cuerpos y los llevaron lejos, a unas cuantas nos hicieron cargar con palas y rastrillos, cavamos mientras ellos nos miraban, cuando hubo algo de profundidad cogieron los cuerpos y los lanzaron como si fueran basura.

Antes de volver, nos volvieron a violar al lado de la tumba.

Perdí la noción del tiempo, sólo había algo de tranquilidad a medio día cuando el sol apretaba más, pero al caer la tarde volvían una y otra vez, "sois nuestras esclavas sexuales, os haremos unas maquinas del sexo" nos repetían.

Los primeros días pensé que nos estarían buscando, que quizás nuestro país, habría mandando soldados a salvarnos, luego que quizás la ONU, o Estados Unidos ... pero los días pasaban y nada ni nadie parecía que iba a sacarnos de aquel infierno.

Supongo que habría pasado un mes desde que nos secuestraron, treinta y ocho de nosotras habíamos muerto, algunas deliraban, las que ya no podían ni moverse, eran sacadas de la cabaña y degolladas.

Uno de los peores momentos fue cuando llegaron un nuevo grupo de guerrilleros, con el que debía ser el jefe de la región. Nos sacaron al centro de las cabañas y nos desnudaron, enfrente como si fuéramos ganado nos miraban los nuevos soldados, algunos se acercaron y empezaron a tocarnos, a algunas incluso les miraron la dentadura.
Como una mercancía nos fueron cogiendo, dos para mi esta para ti, todas sabíamos lo que vendría después.

Una semana después apareció un camión con una veintena de niñas, recordé cuando llegué yo, ahora aquello parecía tan lejano, era otra persona, ya no pensaba en Dios, sólo pensaba en morir.
Las acogimos en nuestra cabaña, intentamos tranquilizarlas y enseñarlas la mejor manera de sobrevivir, si a eso puede llamarse sobrevivir, por unos días a las más antiguas nos dejaron en paz, querían "carne fresca". Nos utilizaron para servirles, e incluso para que mirásemos mientras las nuevas eran violadas.

Al cabo de cinco meses más o menos, oímos unas explosiones, un avión sobrevoló nuestras cabañas, los guerrilleros se pusieron nerviosos, y nos metieron a todas en la cabaña más grande,  por un momento pensé que empezarían a dispararnos o que nos quemarían vivas.

Oímos las explosiones cada vez más cerca, disparos y gritos, cuando la puerta se abrió pensé que era el momento de morir.

Sin embargo eran soldados de nuestro país, nos sacaron de aquella cabaña,  nos dieron agua y algo de comer, y nos trasladaron a un centro.

De las mas de 200 chicas y niñas que nos secuestraron, quedamos ciento cuarenta y dos,  de las nuevas  siete murieron. 
Nos dicen los médicos que mas del 75% de nosotras estamos embarazadas,  que probablemente todas tengamos alguna enfermedad de transmisión sexual.

Hoy a venido un sacerdote a vernos, le he mirado a los ojos, y él se ha echado a llorar, me ha preguntado si puede hacer algo por mi, y yo solo le he preguntado "¿Podría decirme donde está Dios, dónde se ha ido y nos ha dejado solas?". 

Él no ha sabido responderme.

Este relato es totalmente ficticio, basado en los relatos de las pocas supervivientes a los secuestros que se producen en NIgeria por  Boko Haram. Imagino que cuando lo  hayas leído se te habrán revuelto las tripas tanto como a mi al imaginarlo y al escribirlo, puede que Dios no esté o que nos deje a nuestro albedrío sin intervenir, o puede que Dios no exista, pero... ¿ y nuestro gobierno, y la ONU, y la UE , EEUU... ?

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